Hace una semana estoy aquí, en la isla de Santorini y me siento como si estuviera en el cielo. He perdido la perspectiva de todo y nadie se ha puesto en contacto conmigo, no sé por qué pero tampoco me atrevo a salir de la habitación. A pesar de la frialdad con que vi como Ian Moskav asesinaba a Hillary, no puedo sentir falta de seguridad ahora que él no está. Hay algo en ese hombre, algo extraño que me hace querer estar a su lado. Algo turbio, oscuro y siniestro rozando la enfermedad que me hace sentir protección, seguridad y aplomo y él me asiste.Ahora me he quedado a la deriva. En el instante en que me dejó ir, todo dejó de tener ese sentido del deber, la posibilidad de sobrevivir escapó cuando me dejó. Paradójicamente, así es. Paso del alivio de su ausencia a la impresionante necesidad de su presencia. Con Samuel es otra cosa, no sabría definirlo. Aunque creo que me sentí en España con la ilusa idea ferviente de tener algo con alguien que por primera vez me hacía sentie; pero c
Después de eso no para, se aferra a mi cintura y percute en mi interior sin parar. Duro, fuerte y sin piedad.Me enloquece y grito sin poder evitar sentir que jamas he sido follada de forma tan salvaje.—Ahora eres mi mujer —ruge en un bramido mientras me tira del pelo hacia atrás —. Mía y de nadie más.Me da la vuelta, me carga y echando las caderas hacia atrás, coge impulso y sale despedido hacia adelante otra vez y me penetra. Él dispone todo y me obliga a ser una muñeca en sus manos. Me anula las decisiones y le dejo que me tenga, encima de eso me gusta.—Ian...quiero más —jadeo poseída por la lujuria. Mi boca se entre abre y él observa como dejo caer ma cabeza hacia atrás entre embestida y embestida. Tengo las manos abiertas como un cristo y siento que el placer va a matarme.Simplemente me entrego dejando que me embista violentamente hasta que el orgasmo me sorprende y él me sigue. Se corre slvajemente dentro de mi sin preguntar si quiera si tomo la píldora. Es una fiera reclama
—Me encanta la línea de tu cintura —susurra sobre ese espacio de piel y me besa, suave...disfrutando y haciéndome estremecer.No voy a mentir diciendo que no me siento a gusto bajo su dominante forma de hacerme suya, el problema está en lo que pasará cuando salgamos de esta cama.—Eres un amante increíble. Muy potente —me doy la vuelta en la piscina y me levanta hasta acomodarme en su cintura y entra en mí. Fácil, resbalando en mi interior —. Uno que no parece tener suficiente del sexo.—Y no lo tengo —confirma clavándose en mi interior —. Quiero mucho más de lo que me has dado.—Se me acaba el cuerpo para que conquistes —me uno a su lento movimiento y tiro de su pelo cuando me asalta la boca vehementemente. —Hay más que sexo entre tú y yo y no parece que te enteres —me lleva hasta el muro y me sienta, abre mis piernas y hunde la lengua en mis pliegues hinchados de tantas veces que lo hemos hecho —. Estoy reclamando a la mujer, Nikky. El cuerpo ya lo tengo. He pagado por él —me incli
Todavía no me atrevo a abrir los ojos. No sé ni decidir dentro de la oscuridad de mis pensamientos hacia donde o hacia quien debo mirar cuando los abra. Quién estará más herido, o feliz o expectante. No sé que demonios hacer pero entonces alguien lo descubre por mi.—Felicitando a la señora Moskav —de repente la contestación de Samuel me lastima.No consigo entender mis propios sentimiento cuando en el fondo no debería tenerlos. Vine a aquí con un objetivo clarísimo y me he ido saltando todos los bocetos que preparé acerca de mi incursión en este sitio hasta llegar a confundirme incluso en mi propia mente acerca de lo que quiero y lo que no quiero. Y detrás de todo eso lo único que tengo claro es que no sé lo qué quiero...a pesar de saber lo que debo.—Así es, Ian —me levanto sacando mi mano de entre la de Samuel y me posiciono al lado de ruso —. Estaba contándole sobre nuestro intempestivo matrimonio y...—No fue intempestivo —me desmiente y aprieta unos dedos en mi cintura —, fue v
Me cubro la boca con la mano y vuelvo a recuperar la respiración cuando noto que el disparo no ha lastimado a nadie. Fue un tiro al cielo raso y el silenciador impidió otras repercusiones. Este ruso está loco y yo mucho más por haberme casado con él y sentir segura en sus dementes manos.Sheyla corre hacia su marido y él simplemente está peleando con el mío, por el amor de otra mujer...otra que soy yo.En el fondo estamos todos locos.Samuel no le presta la menor atención a ella y sigue mirando en mi dirección. Solo me ve a mí y no luce para nada afectado.—La próxima vez voy a darte un tiro entre los ojos —oigo mascullar a Ian —. Ella es mía, y solamente yo puedo disponer de ella. No vuelvas a olvidarlo y solo porque me lo ha pedido te estoy dejando coexistir con Nikky. Tira de mi garganta y me besa en medio de un temblor que aún no se me ha quitado y se marcha con Sheyla detrás luego de que le haga una seña, ella deja a su impávido marido a solas conmigo. Nos quedamos los dos en s
Han pasado los días y podría decir que las cosas han cambiado. Y cuando digo cambiado me refiero a cambiado desde de todos los ángulos. Samuel se ha vuelto el mismo tipo frío y distante del principio, justo como lo había descrito Sandy cuando me coló en el club y me contó sobre la mayoría de las cosas a grandes rasgos.Ella también es otro de los cambios, volvemos a tener tiempo para socializar y mi marido actúa como cualquier hombre apasionado y dedicado a su esposa.Quien nos mira de lejos no imagina lo que hay en el trasfondo de todo esto.—Cada vez que pienso lo que has hecho —comenta Sandy mientras picotea su ensalada —, alucino.—No tenía muchas opciones, Sandy —refuto —. Conocer a Ian fue incluso más salvaje y violento que venir al club intentando desenmascarar a Samuel frente a la policía.—Pero todo esto es demasiado —insiste —. Me parece un mal sueño.—Imagínate a mí —sostengo —. Y a todas estas, mañana tengo que viajar a Rusia. Mi marido está allá y quiere que me conozcan
No me permito ni un pestañazo. Ninguna señal de debilidad a pesar de estar en riesgo de morir y ser traicionada por mi propio marido mafioso. Todo en una misma acción. —¡Me gustas, Nikky! —baja el arma de pronto el señor —. Solo espero que tengas claro que hablaba en serio...somos una familia muy importante y tenemos una imagen que mantener y esa, te incluye a ti.Chasqueo la lengua y miro hasta Ian que bebe tranquilo su cognac y me mira abriendo la boca para reírse...no entiendo nada.—¿A qué ha venido lo de antes? —pregunto.—Ven, cariño. Siéntate conmigo —niego para mi esposo y este repone —. Ya conocerás a papá. Son sus test de bienvenida a la familia. No le gusta que los débiles nos ronden.Arrugo en entrecejo entendiendo que estoy rodeada de dementes. Son locos todos. Menudo viejo de mierda y la mujer no se inmuta.—Bueno, nos vamos —se levanta él y me guiña un ojo —. Nosotros tenemos póquer y ópera. Por separado claro.La broma de mi suegro no me hace ninguna gracia. Le veo sa
*Te estoy vigilando...analizando hasta matarte...adivina quien soy...*Ese es el mensaje que recibo en la siguiente mañana después de mi viaje a Rusia. No sé quién, ni por qué motivo podría llevarme un mensaje así cuando está claro que Alessio nunca se ha escondido para amenazarme y desde la muerte de Hillary y que se corriera la voz entre su círculo, de que soy la esposa de Moskav, tal como había planeado y esperado me ha dejado en paz.Si hubiese decidido volver a perseguirme no tengo dudas de que me lo haría saber. Su mayor placer es hacer sentir miedo, sumisión, pánico. Eso le satisface como nada en la vida y yo tuve mi propia dosis de todo aquello en su momento. Conozco muy de cerca la sensación y por eso sé que estos mensajes anónimos no son suyos.—Me encantaría saber qué pasa por tu cabeza ahora mismo —un acento ruso me habla.Me alejo de la ventana y le doy mi teléfono móvil para que vea lo que me preocupa. —Alessio no es —digo mientras él observa —. Puedo apostar que no es