Aquel día en que me separé de Ian pensé perder a mi hijo. Mi pequeño bebé está siendo más fuerte que sus propios padres.Cuando salimos de allí tuve que llamar a la única persona en la que confío para cuidar de mi hijo y una vez que Eric trajo a Kaia, supe que mi bolsa gestacional tiene un pequeño hoyo, no recuerdo el término medido pero es algo como una fuga de liquido. Ese día la perdida fue tremenda y me asusté pero luego se detuvo y ahora estoy en cama, de reposo absoluto con mi amiga dándome la brasa veinticuatro horas al día para que no me mueva. Tengo que hacer pis en una cuña y me bañan en mi cama, incluso eso es humillante. —¿Cómo está mi paciente favorita hoy?Alzo los ojos endemoniados hasta mi preciosa amiga y sonrío como si fuera la niña de la curva. Ella me entiende y se ríe. Yo me limitó a sentarme cuando le veo con la bandeja de mi desayuno. ¡Que hambre tengo!—Como siempre...harta —respondo.Entre las medidas que hay que tomar para conservar a mi hijo dentro de mi,
—Dime —suspiro todo lo profundo que puedo —, ¿qué ha pasado?Quizás debí dejar que fuera él quien preguntara primero pero soy ansiosa por naturaleza y no podía esperar más. Tengo que saber que pasa antes de perder la poca calma que he podido reunir.—La armada bajo mi mando ha logrado capturar unos cuatro grupos de delincuencia armada y uno de los más grandes clanes lo traicioné yo mismo y acabé con ellos en una sola noche.—Pero eso es una buena noticia, eres un líder que funciona también para controlar a las mafias, ¿Dónde está el problema? —le pregunto a él y me pregunto a mi misma.—Te lo voy a decir rápido para que no puedas enloquecer demasiado. —Pues ya estás tardando guapo —suelto con sorna y sonríe. Me suelta esa sonrisa que me moja entera y me despisto —. Y no me pongas esa cara que no te puedo echar un polvo y se me agita el coño.—Me encanta cuando te pones vulgar al hablarme.—Que lo sueltes ya...no le des más vueltas.De cierta forma me asusto porque verlo tomarse tanta
Dos meses después NikkyCuando conocí a Ian solo quise saltar la vacío, lanzarme desde un acantilado al futuro por él y así lo hice. Perdí el control, o más bien lo cedí...se lo entregué y él fue mucho mejor de lo que yo esperaba. Me despojé de muchas cosas y tuve que aprender a vivir sin otras que en su día amé.Pero los días a su lado eran una locura, las noches en sus brazos una gigantesca pasión y al fina del camino pasé por todos los estados hasta que fui su esposa, maté por él y mató por mi. Nos hicimos tato daño como el que nos supimos curar y al final del camino seguimos juntos, en medio de esta playa donde nos gusta escaparnos a ser felices siempre que la vida de la política nos lo permite.—¿Sabes lo preciosa que eres? —me sorprende llegando por detrás.Son las tres de la mañana de una noche de verano en Fiji y sus manos acunan mis caderas mientras apoya la barbilla en mi hombro y contemplamos juntos la nada marina, la oscura inmensidad del mar en plena madrugada.—Sé que s
—¿Tienes claro todo lo que tendrás que hacer? —insiste el moreno por tercera vez.Resoplo, ruedo los ojos y asiento.Sus ojos oscuros me observan unos segundos más y dando un golpe seco en la mesa me entrega los papeles de mi libertad y sin dudarlo los firmo. Haría cualquier cosa por salir de aquí. Llevo dos meses encarcelada por culpa de mi ex pareja. Estuvimos dos años juntos y jamás pensé que sería capaz de hacerme esto. Al final, luego de darme una golpiza que me hizo perder a nuestro hijo —dato que él ni siquiera sabe— me metió a la cárcel inculpándome de sus malditos delitos y aquí estoy ahora, firmando un acuerdo con la policía internacional de tráfico humano para acabar con una posible nueva red.Mi misión es entrar a un exclusivo club de sexo en el que al parecer nada ilegal sucede pero una vez al mes el dueño ofrece una fiesta privada para gente de mucho poder aquí en Florencia y según sospecha la policía, ahí es donde se hacen las grandes ventas de mujeres.Una alquiler me
Las manos me sudan, no lo puedo evitar. ¡Estoy nerviosa!Llevo unos pantalones clásicos beige con pinzas y una camisa blanca muy profesional metida por dentro y siento que se me va a marcar el sostén si sigo sudando. Los tacones me dan seguridad al caminar y es todo a lo que me aferro para pasar por esto.Decidí recoger mi pelo rubio en un moño alto para parecer seria, no quiero que mi primer día se preste a confusiones.Hace exactamente dos semanas que vengo pensando en este momento y siento que ningún tiempo será suficiente para que me haga a la idea de lo que estoy a punto de hacer.Entrar al club: La catedral del placer, sea de día o de noche es igual de impactante.Días atrás vine en la noche y nadie podría reconocerme pero la sensación de hacerlo ahora, a plena luz del día es igual de perturbadora. Est sitio tiene algo que atormenta mis entrañas y me pone de los nervios.Es como saber por debajo de cada poro de mi piel, que aquí se suceden cosas que nunca podrán pasar por lícita
Las luces se han encendido pero ninguno de los dos dice nada. Yo me abofeteo mentalmente por tan absurdo comentario.Lo que he dicho les ha dado una equivocada idea de que estoy dispuesta a hacer cosas, que en realidad no pretendo hacer. Tengo mis límites. Sus ojos me devoran. Los de él, ella tiene otra expresión un poco más inquietante. Casi macabra. Es una mujer extraña...por supuesto es una impresión a priori.—¡Déjala, Samuel!Tras la orden de su mujer, el rubio se aleja y desde ese momento todo parece ser de otra forma.Él toma asiento en su silla detrás de su escritorio mientras su hermosa esposa se sienta en el brazo de esta y apoya su cuerpo en el de su marido para explicarme lo que ha pasado antes, mientras yo soy incapaz de moverme del sitio, aún. Prefiero no resccionar demasiado. Soy cauta. Espero.—Solo estábamos jugando, Nikky —explica él, recuperando su tono profesional.—Siéntate —ordena ella entonces.Se ve que le gusta que le obedezcan. Supongo que me han montado u
—¿Te importaría esperarme abajo Samuel? —pregunto sin dejar de mirar a Claudio. Estoy muy nerviosa.—Sino me presentas a tu amigo, prefiero quedarme —sisea cruzando los brazos y se da la vuelta.—Soy su novio.Abro los ojos detrás de Samuel, asombrada por lo que acaba de inventar Claudio y no puedo creerlo. ¿Acaso se volvió loco? Si para el club soy soltera y con todo mi tiempo libre para ellos.–No, no lo es —intento hacer una seña.—De acuerdo, su ex —arregla el maldito policía. —Nunca hablaste de eso.Samuel está incómodo lo sé. Y yo también y sigo desnuda. —Porque no hay nada que decir —recalco.Pasan unos incómodos segundos hasta que mi jefe, carraspea y se da la vuelta para empujarme hacia atrás por los codos y cuando me pone lejos de la vista de mi supuesto ex, comunica:—Esperaré a que te vistas y bajo —luce enfadado, no entiendo por qué —.Estoy en el coche, dos minutos tienes nikky.Asiento y él se da la vuelta y sale con paso seguro de mi casa. Me pongo un albornoz por en
La puerta pega contra la pared cuando él empuja sin dejar de besarme y morderme los labios, el cuello, el inicio de mis pechos y mi razón. La pierdo entre sus dedos.Vamos tropezando contra todo nosotros también. No nos alcanzan las manos para arrancarnos la ropa.Somos dientes que muerden, labios que se entreabren henchidos de placer, ganas que han explotado entre los dos como si fuera una pompa de jabón que nos hace resbalar por las calles de la lujuria. No podemos contener ni un solo ronroneo, estamos como poseídos el uno por el otro y siento que este hombre me va a volver lo suficientemente loca como para perder la entereza y eso es algo que no me puedo permitir.Aunque es evidente que me lo estoy permitiendo ahora mismo.Cierra un puño sobre la tela de mi escote y tira hacia abajo rompiendo todo con su fuerza descomunal haciendo que un pecho salgo fuera justo delante de su boca que no demora en sacar la lengua y lamer el pezon rebotante. Yo grito...no puedo evitarlo y dejo caer