—Sino me presentas a tu amigo, prefiero quedarme —sisea cruzando los brazos y se da la vuelta.
—Soy su novio.
Abro los ojos detrás de Samuel, asombrada por lo que acaba de inventar Claudio y no puedo creerlo. ¿Acaso se volvió loco? Si para el club soy soltera y con todo mi tiempo libre para ellos.
–No, no lo es —intento hacer una seña.—De acuerdo, su ex —arregla el maldito policía.
—Nunca hablaste de eso.
Samuel está incómodo lo sé. Y yo también y sigo desnuda.
—Porque no hay nada que decir —recalco.
Pasan unos incómodos segundos hasta que mi jefe, carraspea y se da la vuelta para empujarme hacia atrás por los codos y cuando me pone lejos de la vista de mi supuesto ex, comunica:
—Esperaré a que te vistas y bajo —luce enfadado, no entiendo por qué —.Estoy en el coche, dos minutos tienes nikky.
Asiento y él se da la vuelta y sale con paso seguro de mi casa. Me pongo un albornoz por encima y salgo al salón cagando leches.
—¿Qué Que coño haces tío? —murmuro a la mole que aún está en mi salón.
—Poner a tu jefe nervioso. Llevas dos días con él y no te aborda, necesito que se fije en tí —explica.
—Ya lo hace, pero no soy una puta, no te confundas.
—Mejor no hablemos de lo que eres.
Siento los ojos arder por las ganas de llorar y gritarle que soy una m*****a víctima de un hijo de puta pero respiro hondo y suelto...
—Vete claudio.
—Tienes permiso de viaje...en ningún aeropuerto te van a detener pero un agente nuestro vuela con ustedes, no sabrás quien es de momento —explica de carretilla —. Te cuida y te vigila. No queremos que te quedes en algún país y nunca vuelvas.
—No lo haré —ruedo los ojos –. Me persiguen las mafias.
—Te persigo yo —matiza y le puso fuera —. Ven de ese viaje con algo, aunque sea un beso. Pero algo que ponga a ese hombre en donde querermos.
—Okey.
Tiro la puerta y rápidamente camino por la casa buscando mis cosas, me pongo lo que tenía previsto sobre la cama y cuando abro la puerta para bajar, tengo a Samuel nuevamente frente a mí. Se ha saltado sus ordenes. Toma mi bolso y nos vamos a España.
Llegamos a Madrid en un clima de tensión sexual insoportable. Este hombre ha pasado de ignorarme a mostrarme abiertamente su deseo por mí.La primera comida de negocios la tenemos con dos parejas de inversores los cuales uno de ellos me conocía y no dudó en aceptar las ofertas de mi jefe. Eso le puso contento y dicho empresario se despidió luego de las negociaciones y se fue con su esposa.
Sin embargo el segundo me mantuvo toda la tarde detrás suyo y terminó en que lo pensaría y almorzaría con nosotros al día siguiente, nos invitó a uno de sus clubes en la.noche y esos nuevos eventos nos obligaron a cambiar las fechas de regreso y quedarnos en el país un día más.
Saliendo de ahí Sheyla llamó a su marido, este le dió las buenas nuevas y el nuevo itinerario y tras felicitarme, me deseó una exquisita estancia en el hotel recomendando el spa, con énfasis.
—¿Te has puesto ese biquini para mí?La voz de mi jefe me saca de mis pensamientos mientras tomo el sol de la tarde en la piscina. Decidí relajarme un poco y Don Intenso me chafó el proyecto.
—No tendría motivos, Samuel. Eres casado, yo tu empleada y estamos trabajando.Creo que llamarle Samuel le da ideas y me alejo cuando se sienta a mi lado, me quito las gafas de sol, dejo que vea mi culo a través del tanga rojo y me lanzó en clavado a la piscina.
Cinco segundos después le tengo dentro, detrás de mí. Este tío no se corta un pelo y no se yo si su mujer estaría feliz de verlo. Si no fuera por lo que es, me sentiría acosada. Pero soy yo quien le persigue y encima él me encanta.—Ahora no —me toca la cintura bajo el agua y sé que se refiere a que no estamos trabajando ahora. Me pega a él.
¡Dios, que cuerpo tan duro tiene!—No hagas eso —pongo las manos en sus hombros para intentar que me suelte pero no consigo nada.
—¿Por qué?
—Eres casado.
—Tenemos una relación abierta.
Eso explicaría muchas cosas y teniendo en cuenta lo receptiva que él me encuentra, es lícito que me aborde de forma tan sagaz.
—En la que no me apetece entrar.
—¿Estas segura? —coquetea y me habla al oído.
—Si.
—¿Por qué entonces tus pechos se excitan cuando me tienen cerca? —se pega todsvia más a mi y me tengo que aguantar de sus bíceps para cumplir el objetivo. No ahogarme.
—Eres guapo, seductor y dices cosas sensuales. Es una reacción corporal que no controlo. Es como si me dijeras que tienes una erecicion cada vez que me ves —le sigo el juego. Los dos lo sabemos
–La tengo ahora.
—Basta.
Le alejo y esta vez se deja apartar. En el fondo sé que es él quien lleva el control, no yo. Al menos la intención de Claudio está surtiendo efecto y estamos intentando seducirnos el uno al otro. Solo espero no salir escaldada de esto.
—Nos vemos en la cena — susurro acercándome a su oído.
—No he podido dejar de pensar en tu apartamento esta mañana y la forma en que enfrentaremos el hecho de que me gustas, te gusto y nos deseamos pero no podemos tenernos.
—Hasta la noche Samuel —decido ignorar todo lo otro...y las mariposas en el estúpido de mi estómago.
Llega la noche y bajamos a donde habíamos quedado, todo el tiempo soporto su mirada en mi y en mi corto vestido de Chanel( un regalo de la poli). Donde quiera que paso esta él, todos los sitios a los que miro me lo encuentro y cada vez que nos sostenemos la mirada respira con dificultad y se encarga de que lo note, me esta volviendo loca y termino mordiéndome los labios para no jadear frente a todos.
Voy varias veces a la barra y bebo vasos enormes de agua con hielo, es muy intenso y me cuesta soportar el calor que produce su forma de casarme hasta que siento que me toma de las caderas, tira de mí a la pista y suena una canción sensual que me obliga a bailar con él.
—Los demás se han ido a dormir —comenta mientras mete las manos bajo el borde de mi vestido. Sin subir demasiado. Está jugando. Tentándome.—Lo que deberíamos hacer nosotros entonces.
—Estás preciosa y todos ellos te deseaban. No sabes como me gustaría que fueras mía para impedir que te vieran con tanta lujuria —no se corta un pelo.
Creo que todas las veces que le he llamado por su nombre como me pidió, los besos permitidos, cada jadeo involuntario y las sonrisas con mordida, le han dicho que puede tenerme, que yo también quiero.
–Señor —gimo cuando un dedo pasea por las curvas de mis senos.—Llámame Samuel.
—Señor —repito —... por favor no me toques así —la voz se me vuelve un gemido y los ojos se me cierran al ritmo de su escandalosa respiración.
—Si lo que te preocupa es mi esposa...
—Lo que me preocupa soy yo y lo que me hacen sentir sus manos en mi piel desnuda —le aclaro y no miento.
Aunque esto forme parte de una estrategia, yo estoy embelesada entre sus brazos. Es demasiado intensa su forma de atraerme hacia su seducción. Es implacable y yo ya estoy caída.
—No me hables así que me vuelves más loco todavía. No puedo dejar de pensar en ti —pasa su mejilla por la mía. Los dos suspiramos a ojos cerrados.
—Inténtelo y no me cuente esas cosas —mis dedos tocan los pelos de su nuca y gruñe —. No debemos —intento convencernos a ambos.
No sé si lo que pasa entre ese hombre y yo sea parte de este juego, de la estrategia efectivamente implícita en todo el coqueteo o de la verdadera atracción que sentimos, pero el resultado es el mismo... me siento arder bajo sus manos.
—No puedo evitar desearte —toma mis nalgas, aprieta por encima de la tela y y su nariz se detiene frente a la mía.
—Por favor, no siga —miento en ese ruego.
—¡Deténme...!
Inmediatamente le beso. Con ardor, furia y ganas...; pero le beso.
La puerta pega contra la pared cuando él empuja sin dejar de besarme y morderme los labios, el cuello, el inicio de mis pechos y mi razón. La pierdo entre sus dedos.Vamos tropezando contra todo nosotros también. No nos alcanzan las manos para arrancarnos la ropa.Somos dientes que muerden, labios que se entreabren henchidos de placer, ganas que han explotado entre los dos como si fuera una pompa de jabón que nos hace resbalar por las calles de la lujuria. No podemos contener ni un solo ronroneo, estamos como poseídos el uno por el otro y siento que este hombre me va a volver lo suficientemente loca como para perder la entereza y eso es algo que no me puedo permitir.Aunque es evidente que me lo estoy permitiendo ahora mismo.Cierra un puño sobre la tela de mi escote y tira hacia abajo rompiendo todo con su fuerza descomunal haciendo que un pecho salgo fuera justo delante de su boca que no demora en sacar la lengua y lamer el pezon rebotante. Yo grito...no puedo evitarlo y dejo caer
Hay gente que llega a nuestra vida y sabemos solo de mirarlas, que serán trascendentales en nosotros. Personas épicas para nuestras historia y que nos acompañarán en los momentos más intensos, significativos y memorables que podamos vivir; pero lo que yo no podía proveer en el momento en que conocí a Samuel, es lo inmensamente necesario que se volvió para mí desde una mirada suya hasta un peligroso desdén. Sin querer entender por qué, él controla mis emociones y ni siquiera lo sabe. Desde que me hizo suya en aquel hotel de España algo cambió en mí y ninguno de los dos tiene la suficiente consciencia como para entenderlo y menos, tan pronto en esta historia. Una vez que doy mi aprobación para la fiesta, Samuel se yergue y su postura es de protesta yo decido largarme y que se encargue si mujer de contestarlo. No se me puede olvidar lo que he venido a hacer aquí y desde luego tengo que conseguir que las cosas sucedan lo más rápido posible porque este hombre me puede y necesito salir de
Sin querer tomar una decisión así, me suelto del agarre de Samuel y me posiciono al lado del ruso. He entendido que solo alguien igual de brutal que Alessio puede salvarme sin morir en el intento.—Ahora soy suya, Samuel —su mujer se pone a su lado y sonríe tomando su mano laxa —. Este mes le pertenezco. He aceptado su oferta.Alessio me mira a mi y solo a mí. Semejante hombre es capaz de darme un tiro pero no puede. Eso hace que entienda que mi desición es la correcta.Si fue capaz de matar a nuestro hijo, puede hacer lo que sea. —Tienes este mes, Moskav —masculla Alessio —. Más vale que la uses todo lo que puedas porque volverá a mí y lo hará por su propia decisión. Ya lo verás...esa mujer es mía y solo te la dejo por el bien de nuestros negocios.Tengo ese mismo mes para solucionar todo y alejarme de esta basura lo más rápido que pueda. De Alessio ni la policía puede protegerme.—Si le da una sola palpitación de más por tu culpa en este mes, considérate muerto —amenaza Ian.—Tengo
Si me dan a elegir entre todos los caminos que puedo tomar ahora mismo, no tengo idea de cual me mataría primero.Con Alessio sé que vamos de lo sublime a lo ridículo, puede ser igual de cruel que de amoroso, él es como quiere ser siempre. Sin cambios. En su vileza no hay hipocresía. En cambio con Samuel no tengo nada. Nunca tuvimos una oportunidad y su lejanía precipitada creo que lo evidenció bastante cuando se puso al oto extremo de mi solo porque se dió cuenta de que por mucho deseo que exista entre los dos, no tenemos una posibilidad. Al menos no una cómoda.Y finalmente llega a mi vida este ruso, villano y galán a la misma vez. Me salva del peor de los destinos y a la vez me embarca en una situación inesperada: ¿cual de todas es la mejor encrucijada a descubrir? —Espero verte el lunes. Han pasado cosas y cosas muy serias.Solo eso le digo a Claudio cuando lo llamo antes de subir a la limusina del ruso y le adjunto una foto que le hice mientras hablaba con la rubia que mencionó
—¿Te importa si me tomo un café? —ironizo y lanzo mi bolso al sofá. Estoy cansada, preocupada y llena de dudas, lo último que necesito ahora es más conflictos o una visita como la suya.—Estás en tu casa —se mofa —. Por mi no te cortes —añade y viene detrás de mí. Me quito los zapatos tomando por los tacones y los dejo sobre el suelo del hall, estoy tan cansada que recibir a Claudio ahora no me hace ninguna gracia.—No me has dicho como entraste —busco en los armarios las cápsulas del café. —Allanamiento de morada, puedes denunciarle si quieres —bromea sin humor —. Algunos trucos se aprenden en mi trabajo.—No te creo, Claudio. ¡Cuenta!Finalmente pongo el café y me empiezo a sacar del cuerpo las pocas joyas que llevo... incluidos los pendientes.—Tengo llaves —confiesa y alzo las cejas asombrada —. Te cuido, Nikky y cuando mi contacto en el club me dijo lo que había pasado vine para acá para esperarte. Cuando me llamaste estaba aquí, sentado en tu sofá. —¿Y entonces por qué no f
¡Madre mía!¡No me lo puedo creer! Pensé que tendría hasta el lunes para enfrentarme a la mirada acusatoria de Samuel y resulta que tengo un desayuno con él. —¿Es muy necesario que asista?Pregunto como su pudiera evitarlo. Él ha dicho que va a negociar mi servicio en ambos casos con los esposos Straits. —Sabes que sí —tuerce los labios y pregunta capcioso —. ¿ Hay algo que deba saber de tu relación con Samuel Straits? No sé como responder a eso y ser sincera sin decir la verdad. Una gran paradoja. No hay nada entre Samuel y yo dentro de todo lo que hay. Así de complicado es ese tema. Podría decir que es la única persona en tosa mi vida a la que verdaderamente le creo que no quiere nada más de mi que aquello que ha reclamado. El único que no me ha faltado el respeto jamás. Solo él tiene la nota de honestidad en mi vida, y eso, muy a pesar de que apenas nos conocemos...entonces diría que sí, que hay muchísimo que saber de lo que sucede entre Samuel y yo pero nadie lo entendería. A
—Me encanta como sabe tu boca —balbucea Samuel intentando seguir el beso y le aparto.Su mujer está mirándonos, tan tranquila con un hombro contra la jamba de la puerta y el móvil en la mano.—¡Samuel! —intento quitármelo en encima pero me da la vuelta y se pone detrás de mi tratando de retenerme, él no la ve.—Tranquila, querida —espeta con sorna Sheyla y entra dejando la puerta abierta —. Mi esposo y yo somos muy buenos compañeros, lo compartimos todo. No tienes que estar nerviosa. Sé que follar, sabe hacerlo tan bien que no podrías resistirte mucho. Lo hablamos en nuestra cama el día que te conocimos.—¡Cállate Sheyla! —él brama y me alejo —.¿Qué coño quieres? —Tú sabes bien lo quiero —ella responde y ambos se miran.—Yo me largo —mascullo dolida.Me siento más utilizada que antes. Está claro que los dos tienen una especie de pacto que parece que no está pero es indisoluble y he sido una idiota al pensar que entre nosotros había algo más. Ella se ha encargado de hacerme saber que
La primera noche con Ian fue de lo más tranquila, sorprendiéndome gratamente. No estuvo en la casa en toda la noche y a pesar de que me dejó en claro que debía dormir en su cama, no tuve que hacerlo con él al menos. Eso me resultó tranquilizador y conseguí dormir un poco más de lo que esperaba.Estábamos cenando aparentemente tranquilos cuando de repente se levantó y se fue, sin más. Me estuvo mirando un poco intenso y sencillamente desapareció luego de dejar un beso en mis labios y ordenar en mi oído que su cama es mi sitio para dormir cuando esté aquí.No sé como he acabado así, ni en esta situación pero me sobrepasa pensarlo demasiado así que simplemente me dedico a lo importante y deambulo por la casa, descalza y con un vestido de lino blanco que arrastra el suelo mientras pienso cuando conoceré la verdadera mansión de ese hombre aquí, para poder recabar información definitiva. Necesito que esto dure lo menos posible. —¿Eres consciente de la belleza que te gastas?La voz de acen