Capítulo 2 ¡Invítame a pasar!
El momento familiar que Manuela pensó vivir en la casa de Luis, no fue nada agradable. El almuerzo se le hizo interminable, no sabía en qué momento Diego hablaría de su pasado y de su fracasado matrimonio.Su mirada fija en ella no pasó desapercibida para Sabrina, y ella trató de llamar su atención. Sentía que Luis también estaba incómodo cuando lo sorprendía mirándola, en tanto ella estaba a la expectativa viendo cuándo diría algo o admitiría conocerlaSolo percibía su mirada amenazante cuando veía algún acercamiento de Luis hacia ella y temerosa de lo que pudiera decir, ella enseguida se apartaba. Si su prometido observó algo en ese extraño comportamiento de ella, no se atrevió a decirlo.Observando el anillo de compromiso en la mano de Manuela, Diego preguntó—Para cuando es la bodaManuela quería obviar la pregunta, pero Darío enseguida respondió—No hemos fijado la fecha todavía, pero yo particularmente espero que sea muy pronto, deseo casarme con Manuela, es el amor de mi vida—respondió mirándola con ternura— ¿Quizás es que no están seguros de querer casarse?—indago Diego—No es eso, estamos segurísimos, pero debemos hablarlo, tiene que ser en una fecha y una boda muy especial, mi amor aquí a mi lado se merece eso y mucho más—Luis apretó su brazo, la miró enamorado y le sonrió—Si estuvieran lo suficientemente enamorados, se casarían sin pensarlo—insistió él con una expresión indescifrable— ¿Te sucedió así? ¿Estás casado Diego?—le preguntó con interés Luis, él sabía de sobra que esa es la pregunta que querían hacerle sus padres, ya que tenían una hija soltera, además quería desviar el tema—Lo estuve, tengo casi un año divorciado—respondió mirando a Manuela—Lo lamento— le dijo Luis por decir algo—Gracias por tu respaldo, Luis, en realidad nunca quise divorciarme, fue mi esposa quien me pidió el divorcio después de dos años de matrimonio, según decía ella sus razones estaban vinculadas a la infidelidad y a que no había entendimiento—mencionó con burla mirando directamente a los ojos a Manuela— ¡Esa mujer es una estúpida! Ella perdió a un gran hombre—recalcó Sabrina con voz sensual mientras lo miraba apasionadamenteEscuchando a Sabrina, Manuela comenzó a recordar lo joven, inocente y confiada que había sido cuando se casó con Diego.Lo era en verdad, era una verdadera idiota, pensó recordando lo mal que fue sintiéndose a lo largo de los dos años de matrimonio con este imbécil.Sintió un gran malestar al recordar el tumulto de emociones que volvió a sentir al estrechar la mano de Diego, después de tanto tiempo.Después de casi un año de su divorcio, creía que ya se había desligado emocionalmente de él por completo, pero aquel día se había dado cuenta, muy a su pesar, de que eso no era así. Un sentimiento de absoluta impotencia se apoderó nuevamente de ella.Cuando terminó el almuerzo se sintió tan tensa que considero necesario un tiempo a solas, así que salió hacia el invernadero, necesitaba respirar un poco de aire puro, así que se escabullo.— ¿Estás huyendo de mí?— escucho una voz varonil detrás de ella, apretó los puños, obligándose a sí misma a permanecer indiferente, mientras se repetía que ese hombre debía ser la persona a la que menos debería amar, pues él se aprovechó de ella, nunca la amo, se casó con ella entre otras cosas para quedarse con los negocios familiares que por ley le tocaban a ella manejar. No solo se burló de ella, sino que a pesar de todo salió ganando.Esa voz la asustó por los recuerdos que despertaban en su mente, Cuántas veces creyó que él la amaba, lo increíblemente tonta que fue cuando imaginó que el de ellos era un matrimonio por amor, una boda de ensueño. Él poco a poco fue acabando con todos sus sueños, la vida en común le demostró que él no era más que un interesado, un infiel, un hombre sin conciencia. ¡Lo despreciaba profundamente!Al verlo que se encontraba detrás de ella, recostado en una columna, observándola, miró hacia todos lados, temiendo que Luis hubiera venido detrás de ella.— ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no me dejas en paz?—le preguntó molesta— ¿Así me agradeces el que no le haya dicho nada a esta familia sobre ti?, de inmediato me di cuenta de que no saben que estamos relacionados y tengo la impresión que no le has mencionado el hecho de que estuviste casada.Su divorcio no era su tema preferido, fue un tiempo muy doloroso en vida, de allí que nunca había tocado el tema con Luis, ni cuando solicitó el empleo ni después de hacerse novios.— No seas descarado, yo no tengo nada que agradecerte, por el contrario, tu sí debes agradecerme a mí, porque fui tan tonta que no imagine tus intenciones. Nuestro divorcio no es mi tema favorito, he procurado olvidarme de eso ¿Qué quieres Diego? ¿Me estás buscando? —murmuró ella con ceño fruncido.—Solo quiero hablar contigo y este lugar no es conveniente ¿Qué te parece en tu apartamento?— ¡No tengo nada que hablar contigo! Cambie de ciudad, precisamente por eso, no quiero verte ni hablar nunca más contigo—le dijo con firmeza— ¿Y de tu abuelo y tu padre tampoco quieres saber nada?—Eso significa volverte a ver a ti, ya te tienen a ti, te idolatran, deben estar felices, me niego a volver a tener en mi vida— ¿Tanto me odias?— parecía hablar con un dejo de tristeza—No te odio, no siento nada por ti, tampoco quiero volver a verte nunca más, ya hablamos todo lo que debíamos hablar durante el divorcio«Me hiciste mucho daño, me hiciste sentir una mujer patética, una pobre tonta que rogaba por atención y un poco de amor. En ese breve tiempo que estuvimos casados, me dejabas en casa porque parecías avergonzarte de mí, y como si te pareciera poco, le dijiste a tu prima sobre la posibilidad de que sea estéril, eso sin contar sobre el escándalo con tu amante. ¡Si no me amabas, no debiste casarte conmigo! No debiste humillarme del modo en que lo hiciste! ¡Te odio!»— ¡Nunca me escuchaste! ¡No te importa si fui inocente o no! Te he dicho que eso fue una trampa de esa mujer que nada de lo que nos separó fue real. —le dijo con lo que ella pensó era desesperación— ¡Tienes todo menos cara de inocente! Las pruebas finales de tu infidelidad fueron concluyentes, una multitud de periodistas publicó tus fotos íntimas con esa actriz, en la habitación del hotel.—Además, existen otras fotos con diferentes mujeres, agarrados del brazo, besos en la mejilla, besos en los labios ¡Nadie en sus cabales creería que eres inocente! A los pocos meses de casados ya andabas con distintas mujeres sensuales. ¿Me dices que no tuviste intimidad con ellas? ¿No eres un hombre acaso? Miedo me da que me hayas pegado una enfermedad ¡Eres un promiscuo!—No lo hice, ya me cansé de decírtelo, una cosa es salir con ellas y otra acostarme con ellas, te respeté siempre, eran salidas del trabajo,— ¡Qué descaro el tuyo! ¡No te creo! ¡Deja de decirme eso! ¡No te creí antes y ahora tampoco! ¿Cómo podría creerte? No sigas diciéndome nada y déjame en paz, tú y yo no tenemos que volver a vernos, tengo mucho resentimiento hacia ti, son varios los motivos por los que te pedí mi libertad, tu error fue pensar que te seguiría esperando en casa como una mujer sumisa por siempre.Diego suspiró profundo mientras movía la cabeza para los lados.—En fin, eso no es lo que tengo que hablar contigo— dijo con hombros caídos. — Es importante que sepas sobre la salud de tu abuelo— ¿Mi abuelo? ¿Qué le pasa a mi abuelo?—pregunto ella con desesperación, sintiendo un gran estremecimiento en su corazónCapítulo 3¡Tu abuelo te espera! —Cuando te separaste de mí, al parecer, también lo hiciste de toda tu familia, tu padre y tu abuelo, incluidos ¿No te has comunicado con tu abuelo? —Tengo tiempo sin hablar con ellos— bajo la cabeza apenada— ¿Qué pasa? —Te lo contaré esta noche, iré a tu apartamento, será mejor que abras la puerta, si no quieres que forme un escándalo—le dijo con voz suave, luego se callaron al escuchar unos pasos —Diego… Manuela ¿Qué hacen aquí?— Sabrina los observó, fue y agarro del brazo a Diego con ánimo de posesión, en apariencia ellos no hacían nada indebido, parecían que estaban conversando en voz baja —Nos encontramos aquí por casualidad, Manuela vino a tomar un poco de aire y yo hice lo mismo—se explicó Diego — Entiendo, papá te está buscando—miró con celos a Manuela y se lo llevó hacia adentro Al verlos irse, llegaron a su mente muchos recuerdos, él le había dicho una vez que era una mujer excepcional y ella de tonta le había creído todas sus palabras ¡
Capítulo 4 De regreso a la mansión familiar Manuela lo vio alejarse, este reencuentro con Diego la tenía con un profundo cansancio emocional terrible, en un solo día recordó todo su pasado, las cosas que no habría querido recordar invadieron su mente y en su cuerpo se despertó un deseo que creyó dormido. Definitivamente no sería fácil. Adicionalmente, tendría que explicarle a Luis que debía ir a visitar a su abuelo enfermo. Decidió hacerlo más tarde, prolongando ese momento, ya que tendría que dar muchas explicaciones. … Más tarde esa noche… —Lo lamento, tengo que ir a ver a mi abuelo—Soltó Manuela con mucha rapidez, mientras cerraba los ojos, como si se exigiera así misma decir la verdad, pero no quería que la omisión sobre su pasado le hiciera perderlo. —Ni siquiera sabía que tenías un abuelo— se escuchó un resoplido que dejó claro el asombro de Luis y un poco de decepción al otro lado del teléfono —Estábamos distanciados… —murmuró vacilante— Luis escucha, hay muchas cosas qu
Capítulo 5 Manuela se compromete a permanecer con su abueloAl entrar a la habitación, Manuela no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas, una visión de diferentes aparatos médicos ensombreció su vista y el olor a tratamientos médicos golpeó sus fosas nasales.El abuelo antes, un hombre vital y enérgico que siempre recordaba, se había convertido en un hombre delgado y con un aspecto muy delicado.Sus ojos, en otro tiempo alegre cuando la miraban, se veían apagados.Al verlo tan desmejorado contuvo las ganas inmensas de seguir llorando, sus ojos, la enfocaron por un momento como si no la reconociera y al hacerlo su rostro cambió por completo y brillaron de emoción— ¡Mi niña! ¡Mi hermosa niña! —ella reconoció el tremendo esfuerzo que hacía su abuelo para hablar y levantar sus abrazos, fue hasta él y lo intentó abrazar en medio de los diferentes dispositivos médicos.— ¡Abuelo! —se acercó a él con cariño, y tomando una de sus esqueléticas y frías manosEn ese momento Manuela lam
Capítulo 6¡Puedes odiarme si así lo quieres!Manuela ya no pudo más con la indignación y salió del despacho dando un portazoDiego, al salir ella, dejó de sonreír, cambio su expresión a una de absoluta seriedadA su salida del despacho, Manuela no cabía en sí de la indignación, cómo era posible que Diego siempre buscaba la forma de alterarla, se preguntaba llegando al salón.— ¿Podemos hablar?— al escuchar la suave voz de Elías, su padre la detuvo en sus reflexiones—Papá, dime ¿Qué sucede?— lo observó dudoso— ¿Es cierto? ¿Hay posibilidad de que te reconcilies con Diego?Lo miró pensativa, él también había envejecido, no solo eso, sino que se veía cansado, y agobiado.— ¡No papá! Sé cuánto lo estimas, no me opondré si lo haces tu heredero, yo tengo mi vida hecha en otra ciudad, pero no hay posibilidad de reconciliación, él me lastimó mucho—¿Insistes en casarte con ese otro hombre?—le comentó duramente—Hasta ahora esos son mis planes, él me ha demostrado que me ama papá y me trata m
Capítulo 7 ¿Tú otra vez? ¿Qué tramas esta vez?Manuela sentía que su cabeza iba a estallar, también le faltaba el aire, esas discusiones le producía un inmenso desgaste «¿Por qué volvió a esta casa? ¿Qué hacía aquí? Toda la tranquilidad que le costó tanto lograr en todo este tiempo se evaporó»—sollozo, mientras apretaba con rabia sus puños, sin querer cambiarse de ropa, ni pensar más en lo mismo, se lanzó en la cama, los ojos le pesaban y la cabeza le latía insistentemente.Las imágenes venían a su mente unas tras otras. Recordó los preparativos antes de su boda, la escogencia del vestido, cada detalle de la reunión posterior tan íntima, esto último por la preferencia de Diego, él le decía que para ser felices no hace falta hacer tanto aspaviento, solo tenían que ser ellos, y sus familiares ¡Idiota de mí!También recordaba su primer beso, cuando hicieron el amor por primera vez, su ternura en esa ocasión, lo hizo amarlo cada día más. Fue en esta misma cama, en esta habitación.A pesa
Capítulo 8 ¡Detente! ¡No hay necesidad de que vengas… todavía!—Es… espera Luis, es que no quiero preocuparte, tienes tu trabajo…. — Decía ella con la voz temblorosa, al escucharlo decir que iría a su lado, el terror, la domino, no podía permitir que descubriera todo así antes de que ella estuviera preparada, tenía que encontrar el valor para contarle. El sonido de la voz de Luis resonaba con calma y determinación en el auricular. Escuchar su voz era reconfortante, pero al mismo tiempo, agudizaba la ansiedad que revoloteaba en su interior. Manuela cerró los ojos, apretando con fuerza su teléfono, mientras el peso de sus palabras sin decir la aplastaba.— ¡Hermosa! Iré hasta allá. No te preocupes, mi trabajo es lo de menos, tú eres mi prioridad— le contestó Luis interrumpiendo su evasiva. —Te ayudaré en todo lo que necesites ¡Sabes lo mucho que te amo! ¡No te voy a dejar sola en este momento! ¡Descuida! ¡Te apoyaré!Las palabras de Luis la abrumaban, le penetraban como dardos, envolv
Capítulo 9 ¿Cómo tuviste el valor para volver?Cuando Manuela vio que Diego colgó la llamada, su espíritu le regresó al cuerpo. Pensó que él le respondería a Luis o le diría algo que la delatara, pero no lo hizo. Solo le cerró abruptamente la llamada, y aunque estaba furiosa, tanto fue su shock que no sabía por dónde empezar con su reclamo.—¿Podrías entender que yo te sigo amando? Me lastimas cuando te escucho llamarlo así. No soporto oír que le llames amor, no vuelvas a hacerlo en mi presencia.—le ordeno, al sentirse exasperado, verla así tan hermosa, tan tranquila, llamando a ese imbécil, mi amor fue más allá de su resistencia—Tendrás que aguantarte. Esto no es un juego, él es mi futuro esposo, y le llamaré amor siempre que se me antoje. Tú no tienes derecho a restringirme nada. Perdiste todo derecho en el momento en que me convertiste en la burla de todos. Te lo dije, déjame en paz, Diego.—Es con él qué piensas salir — ¡Diego le pasó el teléfono! Ella inhaló profundamente, con
Capítulo 10 ¿Le dirás a Sabrina de nuestro matrimonio?Manuela regresó un poco tarde a la casa, subió las escaleras hacia su habitación tratando de no hacer ruido y de no caerse, aunque habían sido solo algunas copas de vino compartido con sus amigas, se sentía mareada.La nota discordante de la cena, sin duda alguna, fue la de la aparición de esa mujer, Rosalía. La ignoraron como si no existiera. No obstante, ella siguió con su actitud vulgar, vociferando palabras dañinas por su boca.Siempre se preguntó ¿Qué fue lo que le hizo a esta mujer? ¿Por qué la odiaba tanto? Hacia ella solo tenía palabras hirientes! Recordó su encuentro en esta misma casa antes de su divorcio. El modo en que le restregó por la cara su incapacidad para concebir.Ese día ella le preguntó, quería verificar si había escuchado correctamente— ¿Él te ha dicho que no puedo concebir? —le preguntó lastimada por la traición de Diego. ¿Cómo podría divulgar su secreto más íntimo como pareja, sabiendo lo mucho que eso la