Gracias por acompañarme en la historia de Diego y Manuela. Les agradezco a mis lectores por todos sus comentarios. Me encanta leerlos, busco desesperadamente todos sus comentarios o sugerencias, me ayudan a mejorar. Algo que no entiendo es el porqué de la pregunta, sobre cuantos capítulos quedan, je, je, je. Le doy las Gracias a mis lectores, y un gran, pero gran abrazo, me hacen sentir una maravillosa satisfacción sabiendo que me leen y me han seguido desde mis novelas anteriores. ¡Por favor síganme apoyando! Espero les gusté el final y el epílogo. ¡Los amo! Agradezco además por su apoyo a mi amiga Nath, una gran escritora que me anima y me incentiva a no desmayar, recomiendo leer, sus historias son buenísimas, me encantan sus novelas. Así como también le agradezco a Buenovela y a mi editora por darme la oportunidad de presentar mis escritos. Por siempre agradecida.
Capítulo 1 ¿Quién te dijo que podrías comprometerte con otro? — ¡¿Qué significa esto Aarón?! — interrogó Diego Moran a su asistente con tono autoritario y demandante. — Es la información que me pidió—respondió el hombre con cierta vacilación, mirándolo fijo, creyendo que había hecho algo que enojó a su jefe. Diego Moran volaba de regreso a su ciudad natal en un lujoso jet privado, en una de sus manos sostenía una taza de café, mientras, leía el informe que le fue entregado por su asistente. Su expresión cambió de la tranquilidad a la rabia más absoluta a medida que leía el contenido de la investigación sobre las últimas actividades de su exesposa. — ¿Cómo se atreve ella? — Murmuró él para sí mismo, viendo las diferentes fotos de su esposa al lado de un supuesto prometido. — ¿Quién le dijo que podía hacer eso? — peleó con el informe en sus manos como si este estuviera la culpa de las cosas que estaba haciendo la mujer que quiere. Y con ferocidad desvío sus ojos inquisidores hacia
Capítulo 2 ¡Invítame a pasar! El momento familiar que Manuela pensó vivir en la casa de Luis, no fue nada agradable. El almuerzo se le hizo interminable, no sabía en qué momento Diego hablaría de su pasado y de su fracasado matrimonio. Su mirada fija en ella no pasó desapercibida para Sabrina, y ella trató de llamar su atención. Sentía que Luis también estaba incómodo cuando lo sorprendía mirándola, en tanto ella estaba a la expectativa viendo cuándo diría algo o admitiría conocerla Solo percibía su mirada amenazante cuando veía algún acercamiento de Luis hacia ella y temerosa de lo que pudiera decir, ella enseguida se apartaba. Si su prometido observó algo en ese extraño comportamiento de ella, no se atrevió a decirlo. Observando el anillo de compromiso en la mano de Manuela, Diego preguntó—Para cuando es la boda Manuela quería obviar la pregunta, pero Darío enseguida respondió—No hemos fijado la fecha todavía, pero yo particularmente espero que sea muy pronto, deseo casarme con
Capítulo 3¡Tu abuelo te espera! —Cuando te separaste de mí, al parecer, también lo hiciste de toda tu familia, tu padre y tu abuelo, incluidos ¿No te has comunicado con tu abuelo? —Tengo tiempo sin hablar con ellos— bajo la cabeza apenada— ¿Qué pasa? —Te lo contaré esta noche, iré a tu apartamento, será mejor que abras la puerta, si no quieres que forme un escándalo—le dijo con voz suave, luego se callaron al escuchar unos pasos —Diego… Manuela ¿Qué hacen aquí?— Sabrina los observó, fue y agarro del brazo a Diego con ánimo de posesión, en apariencia ellos no hacían nada indebido, parecían que estaban conversando en voz baja —Nos encontramos aquí por casualidad, Manuela vino a tomar un poco de aire y yo hice lo mismo—se explicó Diego — Entiendo, papá te está buscando—miró con celos a Manuela y se lo llevó hacia adentro Al verlos irse, llegaron a su mente muchos recuerdos, él le había dicho una vez que era una mujer excepcional y ella de tonta le había creído todas sus palabras ¡
Capítulo 4 De regreso a la mansión familiar Manuela lo vio alejarse, este reencuentro con Diego la tenía con un profundo cansancio emocional terrible, en un solo día recordó todo su pasado, las cosas que no habría querido recordar invadieron su mente y en su cuerpo se despertó un deseo que creyó dormido. Definitivamente no sería fácil. Adicionalmente, tendría que explicarle a Luis que debía ir a visitar a su abuelo enfermo. Decidió hacerlo más tarde, prolongando ese momento, ya que tendría que dar muchas explicaciones. … Más tarde esa noche… —Lo lamento, tengo que ir a ver a mi abuelo—Soltó Manuela con mucha rapidez, mientras cerraba los ojos, como si se exigiera así misma decir la verdad, pero no quería que la omisión sobre su pasado le hiciera perderlo. —Ni siquiera sabía que tenías un abuelo— se escuchó un resoplido que dejó claro el asombro de Luis y un poco de decepción al otro lado del teléfono —Estábamos distanciados… —murmuró vacilante— Luis escucha, hay muchas cosas qu
Capítulo 5 Manuela se compromete a permanecer con su abueloAl entrar a la habitación, Manuela no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas, una visión de diferentes aparatos médicos ensombreció su vista y el olor a tratamientos médicos golpeó sus fosas nasales.El abuelo antes, un hombre vital y enérgico que siempre recordaba, se había convertido en un hombre delgado y con un aspecto muy delicado.Sus ojos, en otro tiempo alegre cuando la miraban, se veían apagados.Al verlo tan desmejorado contuvo las ganas inmensas de seguir llorando, sus ojos, la enfocaron por un momento como si no la reconociera y al hacerlo su rostro cambió por completo y brillaron de emoción— ¡Mi niña! ¡Mi hermosa niña! —ella reconoció el tremendo esfuerzo que hacía su abuelo para hablar y levantar sus abrazos, fue hasta él y lo intentó abrazar en medio de los diferentes dispositivos médicos.— ¡Abuelo! —se acercó a él con cariño, y tomando una de sus esqueléticas y frías manosEn ese momento Manuela lam
Capítulo 6¡Puedes odiarme si así lo quieres!Manuela ya no pudo más con la indignación y salió del despacho dando un portazoDiego, al salir ella, dejó de sonreír, cambio su expresión a una de absoluta seriedadA su salida del despacho, Manuela no cabía en sí de la indignación, cómo era posible que Diego siempre buscaba la forma de alterarla, se preguntaba llegando al salón.— ¿Podemos hablar?— al escuchar la suave voz de Elías, su padre la detuvo en sus reflexiones—Papá, dime ¿Qué sucede?— lo observó dudoso— ¿Es cierto? ¿Hay posibilidad de que te reconcilies con Diego?Lo miró pensativa, él también había envejecido, no solo eso, sino que se veía cansado, y agobiado.— ¡No papá! Sé cuánto lo estimas, no me opondré si lo haces tu heredero, yo tengo mi vida hecha en otra ciudad, pero no hay posibilidad de reconciliación, él me lastimó mucho—¿Insistes en casarte con ese otro hombre?—le comentó duramente—Hasta ahora esos son mis planes, él me ha demostrado que me ama papá y me trata m
Capítulo 7 ¿Tú otra vez? ¿Qué tramas esta vez?Manuela sentía que su cabeza iba a estallar, también le faltaba el aire, esas discusiones le producía un inmenso desgaste «¿Por qué volvió a esta casa? ¿Qué hacía aquí? Toda la tranquilidad que le costó tanto lograr en todo este tiempo se evaporó»—sollozo, mientras apretaba con rabia sus puños, sin querer cambiarse de ropa, ni pensar más en lo mismo, se lanzó en la cama, los ojos le pesaban y la cabeza le latía insistentemente.Las imágenes venían a su mente unas tras otras. Recordó los preparativos antes de su boda, la escogencia del vestido, cada detalle de la reunión posterior tan íntima, esto último por la preferencia de Diego, él le decía que para ser felices no hace falta hacer tanto aspaviento, solo tenían que ser ellos, y sus familiares ¡Idiota de mí!También recordaba su primer beso, cuando hicieron el amor por primera vez, su ternura en esa ocasión, lo hizo amarlo cada día más. Fue en esta misma cama, en esta habitación.A pesa
Capítulo 8 ¡Detente! ¡No hay necesidad de que vengas… todavía!—Es… espera Luis, es que no quiero preocuparte, tienes tu trabajo…. — Decía ella con la voz temblorosa, al escucharlo decir que iría a su lado, el terror, la domino, no podía permitir que descubriera todo así antes de que ella estuviera preparada, tenía que encontrar el valor para contarle. El sonido de la voz de Luis resonaba con calma y determinación en el auricular. Escuchar su voz era reconfortante, pero al mismo tiempo, agudizaba la ansiedad que revoloteaba en su interior. Manuela cerró los ojos, apretando con fuerza su teléfono, mientras el peso de sus palabras sin decir la aplastaba.— ¡Hermosa! Iré hasta allá. No te preocupes, mi trabajo es lo de menos, tú eres mi prioridad— le contestó Luis interrumpiendo su evasiva. —Te ayudaré en todo lo que necesites ¡Sabes lo mucho que te amo! ¡No te voy a dejar sola en este momento! ¡Descuida! ¡Te apoyaré!Las palabras de Luis la abrumaban, le penetraban como dardos, envolv