101 Julieta estaba algo nerviosa por la cena que se estaba llevando a cabo, pero Callum le aseguró que no se iba a ir de su lado y ella respiró hondo. La elegante mesa del restaurante estaba adornada con candelabros y vajilla fina, el ambiente perfectamente preparado para lo que prometía ser una cena formal entre familias. Sin embargo, el aire se sentía tenso, como una cuerda al borde de romperse. Julieta observaba cada movimiento con cautela, consciente de la mirada crítica de Brenda Rutland, la madre de Callum. Brenda, impecablemente vestida con un conjunto sobrio, pero lujoso, había mantenido una sonrisa educada durante toda la noche, aunque la frialdad en su tono revelaba sus verdaderos pensamientos. —Entonces, Julieta —comenzó Brenda, tomando su copa de vino con delicadeza—, he escuchado que trabajas de asistente de un importante magnate millonario de aquí, aunque claro eso no se compara con ser la esposa del duque de Londres —dijo burlonamente, Julieta se quedó callada—
102Cuando Julieta llega a casa de la cena se sintió exhausta física y mentalmente. Callum le debía una grande por soportar a su madre está noche.—Deberías sentarte, le diré a Jud que traiga un té para ti —dijo Gaia, viendo a su hija muy cansada— ¿Cómo les fue? —Les pregunta a todos sus hijos que siguieron a Julieta en fila.Julieta no estaba segura de contratar a alguien para su casa, pero está era bastante grande y muchos invitados. Su madre la convenció y se alegra de haberlo hecho, Judith era una mujer de unos cuarenta años que hacía parecer que las cosas del hogar fueran fáciles.—Gracias, madre… esa mujer es… especial —resopla, se quita los tacones y camina hasta la sala donde prácticamente se lanza a su mullido sofá.Vic y Stefan se perdieron en sus habitaciones para dejar a Julieta con su madre, esa señora les había sacado dos canas nuevas.—La mayoría de nuestros circulo son así —replica su madre, la entiende perfectamente.Gaia y Brenda están en la elite y se habían v
103El día de la boda había llegado, y Julieta se encontraba en un torbellino de emociones. Su corazón latía con fuerza mientras se preparaba en su habitación, aún recordando el dolor que había sentido días atrás con el descubrimiento de la enfermedad de Maximiliano. Pero a pesar de todo, se estaba preparando para dar el “sí, quiero” a Callum Rutland.Mientras ajustaba su velo, Tomás entró en la habitación. Su expresión era seria, y Julieta sabía que tenía algo importante que decir. Se dio la vuelta para enfrentarlo, sintiendo que el aire se le escapaba.—¿Estás bien, Julieta? —preguntó Tomás, su voz suave pero firme.—No, no estoy bien. No sé puedo hacer esto bien es muy difícil el cambio —respondió ella, sintiendo cómo las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos—. Max está enfermo, y aquí estoy, a punto de casarme con otro hombre. Irónico ¿No?Tomás se acercó y la tomó de los hombros, mirándola a los ojos. Sabía lo que sentía, pero también comprendía lo que estaba en juego.
104La iglesia estaba decorada con flores blancas y doradas, un brillo suave que resaltaba la solemnidad del día. Los invitados llenaban cada banca, murmurando con expectativa, ansiosos por ver a la novia caminar hacia el altar. El aire estaba cargado de emoción, pero también de una ligera tensión, como si algo más estuviera a punto de suceder. Frente a Callum, en el altar no estaba Juliette Beaumont.¡Era Isabel Scott!¡Hubo cambios de novia!—¿Qué demonios es esto? —susurra su pregunta Brenda, quería gritar y arrojar cosas, pero no podía, así que apretó las manos en puños enojada a más no poder.—¿No es acaso la supuesta dama de honor? —pregunta Cale confundido.—Es muy mona —dijo Blade.—¡Cállate, insolente! —se queja Brenda, exasperada.Brenda debió notar que algo no cuadraba cuando la novia se veía considerablemente más bajita que Julieta.Los murmullos comenzaron a expandirse como olas en la multitud. La sorpresa y el desconcierto eran palpables en cada rostro, pero Ca
105 Días antes de la boda Julieta estaba cansada, pero no quería preocupar a sus padres. Así que pidió un Uber y fue a casa. Cuando metió la llave en el cerrojo y abrió la puerta en vez de ser recibida por shadow. Su gatito, fue recibida por el ceño fruncido de Stefan. —¿Qué sucede? —indaga ella, no queriendo saber en realidad. Solo quería un baño y dormir. —¿Dime tú? —regresa Stefan la pregunta. —No estoy de humor para adivinanzas, Stefan Beaumont —le reclama Julieta. —Haz estado llorando, Juls —observa Stefan ahora preocupado y molesto. —No es tu asunto —reclama Julieta. —Lo es, eres mi hermana menor —refuta. —Stef, por fa —suplica a punto de llorar de nuevo. —¿Es por el tal Max ese? —pregunta Stefan malhumorado. —Déjame pasar —pidió Julieta, empujando a su hermano y este se hizo a un lado porque quiso. —¿Qué sucedió? Sino me dices voy a buscar al rubio de pacotilla ese y le voy a partir el alma —amenaza Stefan. —¡A mí no me amenaces! —grita J
106Callum quiso explicar de todas maneras su relación y asegurarle a Julieta que no había pasado más que besos entre ellos. Pero no podían negar la atracción que sentían el uno por el otro.—Isabel y yo… —Callum comenzó, pero Julieta lo interrumpió, alzando una mano.—No tienes que explicármelo. Está claro lo que hay entre ustedes —sonrió con gentileza—. Y no me molesta. En realidad, me alegra que hayas encontrado algo real. Y sinceramente me quita un peso de encima.Isabel levantó la vista, incrédula.—¿No estás molesta? —preguntó, como si no pudiera creer que Julieta no estuviera a punto de explotar— no quiero fallarte de nuevo, juro que no —y rompe a llorar, dejando salir todo el peso de la angustia de perderla.Julieta soltó una pequeña risa.—No, Isabel, no lo estoy. —Se inclinó hacia adelante y les habló con un tono serio mientras tomaba la mano de su amiga—. Pero hay algo que tenemos que planear bien. Por la nota de voz sacó la conclusión de que tu familia llegó un poco
107 Presente El ambiente en la iglesia estaba cargado de expectación. Todos esperaban ver el desenlace de lo que debía ser “la boda del año”. Famosos, miembros de la realeza y figuras de renombre internacional ocupaban sus asientos, mientras Brenda Rutland, sentada en la primera fila, contenía la furia tras la elegante máscara que debía mantener. Había algo que la enfurecía. Esa perra de Beaumont las pagará caro, pero no podía permitirse una escena. Maximiliano llegó al lugar con el corazón martillando en el pecho. A pesar del malestar persistente de la quimioterapia, el amor y la adrenalina lo impulsaban como nunca. Se acercó a la iglesia, escoltado por al menos seis guardaespaldas, cada uno ocupando estratégicas posiciones, pero Max avanzaba decidido. Al llegar, su mirada recorrió los alrededores, buscando a Julieta. Y entonces la vio. Julieta estaba de pie en la entrada, una sonrisa suave, pero enigmática en el rostro. Parecía calmada, como si ya todo estuviera resuelto en
108En la pista de baile el DJ llamó a los novios a su primer baile y estos se acercaron con una gran sonrisa, los acordes comenzaron a sonar y ellos danzaron la pista de baile sin dejar de verse a los ojos.—Estás muy hermosa ya quiero quitarte ese vestido como si fuera un papel de regalo —dijo Callum.—Tú también estás muy guapo —comenta Isabel, con las mejillas encendidas, apretando los muslos.Ambos se besaron con gran pasión, Callum ya estaba esperando para llevársela lejos de la multitud, Isabel perdió el aliento y se sintió entre las nubes, ambos estaban por salir de la pista cuando la canción terminó que no se esperó que el DJ los detuviera.Cale se había acercado al DJ y pidió una canción nueva antes de que terminara la de los novios y que el DJ los hiciera esperar en la pista de baile. Anunciando que bailaría con la hermosa novia, haciendo lo que su esposa le sugirió mientras Brenda se acercaba a su hijo.—¿Me concedes este baile?