Ares Miller. Estacioné el auto, miré la hora, y noté que ya iban a ser las seis de la mañana, así que tuve que restregar mis ojos, tomar un arma para ponerla debajo de mi sudadera. Di largas zancadas para legar al bar, y sentí que caí de nuevo en la media noche, cuando un ambiente con olor a licor caro, y a cuero invadió mis fosas nasales. Y no fue difícil divisar al maldit* de Rausing. Me senté en la mesa y palmeé su espalda, mientras su sonrisa se abrió en su cara. —William… ¿Qué podía imaginarme que mi socio sería mi compañero de copas? Rausing tomó una botella casi nueva, y me sirvió en un pequeño vaso. Lo tomé de golpe, y lo insté a que él bebiera mucho. —¿Qué ha pasado con el niño? —él negó haciendo un puño y golpeando la mesa. —Nada… esos hijos de put@, no responden… —mi mandíbula se apretó. —¿Y qué harás? Rausing me miró, y serví otro trago con prisa. —¿Sabes? Ella piensa que no sufro con esta situación… —¿Quién? —Amelia… —No creo que lo piense… se trata de tu hi
Ares Miller.Rausing no se había querido ir del bar, pero me levanté de esa mesa, y marqué al número de Emily tantas veces, a pesar de la hora.—Hola… —la voz sonaba pesada y me di cuenta de que se estaba levantando apenas.—Emily… es Ares…—Lo sé… tengo identificador… ¡Es domingo por el amor a Dios…!—Necesito con urgencia que te contactes con Amelia…—¿Pasó algo?—Muchas cosas… pero no preguntes ahora. Dile que salga de la mansión a los jardines, que llegue hasta la salida de atrás, enviaré unos hombres… no importa las consecuencias… dile que se trata de Maxi…—¡¿Qué le pasó a Maxi?! —su voz se aclaró mucho más y negué apresurado.—No puedo hablar mucho… llámala ahora mismo, después sabrás los pormenores.Colgué la llamada y me contacté con los agentes indicados para que fuera en grupo a la mansión y trajeran a Amelia con urgencia, y antes de que llegara al edificio, le dije a Anthony que solo me enviara notificaciones.En el informe estaba viendo que todo estaba cayendo, y solo est
Amelia.Solo salí del ascensor, porque Máximo se levantó de golpe y corrió hacia mí.—¡Mamá! —me agaché de inmediato sintiendo que la vida me volvía al alma y no pude evitar que las lágrimas se me salieran solas.Abracé el cuerpo de Maxi con apremio, me dejé caer en el suelo, mientras lo acunaba.—Dios… mi niño… estás… estás aquí…—Nuestro amigo espía, me ha rescatado… estoy bien mamá… —y lo despegué de golpe para mirarlo a los ojos.—¿Te rescató? —Máximo se quedó callado y miró a Ares como si le diera permiso de hablar, y este asintió lento, con un rostro serio.—Si mamá… entró a ese edificio, y me sacó… tenía un pasamontañas… un traje negro y los hombres a su alrededor lo cubrían… también dormí en su cama, y me hizo el desayuno. Pero… no podemos contarle a papá sobre esto, él está muy enojad contigo…Pasé un trago duro y tomé la cabeza de máximo para ocultarla en mi pecho, y miré a Ares.No podía hablar con él de nada frente a Máximo, pero besé a mi niño todas las veces.—Sentí que
Amelia.Sabía que, en cualquier momento, algo como esto podía pasar, pero ahora no tenía mucho miedo, porque de cierta forma, Maxi estaba a salvo…Pasara lo que pasara…Por alguna razón el día se volvió oscuro, y mínimas gotas comenzaron a caer en medio de todo estoEdric se acercaba rápidamente, su rostro estaba retorcido por la furia y la traición. Sus hombres se posicionaron estratégicamente alrededor de nosotros, sus armas nos apuntaban, y Ares se movió con agilidad, como si estuviera en su elemento natural, con una postura segura y decidida y una determinación feroz brillaba en sus ojos colocándome detrás de él, como si él pudiera con todos ellos y pudiera salvarme.Entonces supe que debía remediar todo de alguna forma, porque si no, iban a matarlo…Me giré de golpe y tomé el rostro de Ares para susurrar.—No le digas la verdad… esconde a Maxi, te lo pido… —pero en el instante, Edric llegó a nosotros, y me tomó del brazo de forma ruda, halándome muy fuerte hacia atrás y haciéndom
Ares Miller.Sabía que, en cualquier momento, algo como esto podía pasar, pero ahora no tenía mucho miedo, porque de cierta forma, Maxi estaba a salvo…—Él está bien, no te preocupes… Cintia se quedó… —traté de levantarme un poco cuando un pinchazo duro se instaló en mi hombro.Aún tenía cargada la anestesia en mi cabeza, pero sabía que no podía quedarme aquí por mucho tiempo.—Ve a la recepción, pide el pase de salida…—No te dejarán salir… acaban de sacarte una bala… —Anthony apretó y negué.—¿Y quién te dijo que estaba pidiendo el permiso? Debo salir, coño…—Ares… si quieres luchar, necesitas al menos que esa herida cierre, y eso es cuestión de días…—No puedo… escuchaste lo que dije… Máximo es mi hijo, y el maldito de Rausing se llevó a Amelia frente a mis ojos, aunque este herido a muerte por lo que ella me hizo, no puedo dejarla… estoy seguro de que es un psicópata.Anthony soltó el aire en el momento, y asintió.—Déjame ver que puedo hacer…Recosté la cabeza a la almohada sinti
Amelia.La puerta se cerró con fuerza, y yo me tiré al sofá.Sabía que estaba delante de un monstruo que estaba decidido hacer cualquier cosa, y aunque no quería ver a mi familia en la vida, tampoco es que pudiera deleitarme si Edric les hiciera algo.Limpié mi rostro con rapidez, entre tanto noté como él daba órdenes de forma acelerada.Había pedido doblegar la seguridad de la mansión, y siempre hablaba con otras personas, que estaban haciendo algo para él. Lo que podía notar es que él no sabía que Ares tenía a Máximo y eso era un punto estable para mí.Ahora no importaba lo que pasara, solo rezaba porque Máximo estuviera bien, y porque Ares fuera lo suficientemente fuerte, para llegar al hospital después de ese disparo en el brazo.Mi boca hizo un puchero, y cerré los ojos recostándome al respaldo. Deseaba tanto estar en ese edificio con ellos para siempre…Las horas pasaron en un declive, Edric ordenaba, caminaba, agitado y calculaba mientras me miraba como si yo fuese su presa.Y
—Se están desplegando todos los operativos… —Ares asintió hacia el susurro de Anthony, y se colocó la venda para sujetar su herida.A pesar de que le habían dicho que necesitaba guardar reposo, él no podía quedarse un segundo más quieto, no al saber que Amelia estaba siendo maltratada por ese desgraciado.Miró a Maxi, y apretó su mandíbula sintiéndose impotente, y luego vio cómo Anthony salió de la habitación.La mansión de Rausing estaba repleta de seguridad, y aunque no quisiera, debía esperar para allanar el lugar.Primero necesitaba tumbar una ficha importante, y ahora mismo se iba a colocar en acción. —Te acompaño… —Anthony se ofreció cuando Ares llegó a la sala, tomó sus armas y se puso su chaqueta. —No… espera por favor que llegue Cintia, es la única a la que Maxi le tiene confianza. Llevaré hombres para estar presente, no te preocupes…Anthony asintió un poco inseguro, hacía años que no notaba a Ares tan abatido, eso sin contar que pudo ver en medio de la madrugada, como beb
—Señorita… señorita Amelia… —Amelia sintió que alguien la sacudía y abrió los ojos con dificultad.Se sentía muy pesada y le dolía todo el cuerpo.Cuando ella se giró haciendo un gesto de dolor en su brazo, notó que la había inyectado de nuevo.Lucy estaba delante de ella con preocupación en sus ojos, y ella intentó decir algo.—Tengo sed… —Lucy asintió con temblor en sus manos, estaba preocupada por su señora, y tomó un vaso de agua de la encimera y la ayudó a sentarse, solo que Amelia estaba muy descoordinada.Tomó el agua como una sedienta y luego se agarró la cabeza. Extrañaba a Maxi con locura, y solo pedía a gritos en su inconsciencia, que Ares no se atreviera a venir a donde ella estaba.Prefería tenerlos lejos y salvos, que en peligro con este hombre loco.—El señor… quiere que usted baje a comer…—Está loco…—Señora Amelia… por favor…—Déjalo que me mate, Lucy.—Él nunca lo va a hacer, y usted lo sabe… por favor, acompáñeme, me mandó buscarla…Amelia hizo un gesto de negació