CAPÍTULO UNO
NUEVA YORK
Me bajé del taxi que me llevó a la dirección que le di al conductor, dónde se encuentra la comisaría donde trabaje hace más de seis años. Entonces me fui a Miami por unas merecidas vacaciones y ya no regresé a Nueva York porque me casé con un teniente de policía de ese lindo paraíso sin pensar que cambiaría mi vida. Seguí mirando el edificio con añoranza, sonriendo de felicidad por volver a donde fui realmente feliz.
-— Bienvenida Celeste, te extrañamos mucho, ha pasado mucho tiempo, ¿vienes para quedarte? -— dijo John, el guardia en la puerta.
— Yo también me alegro de verte y si, he venido para quedarme, Voy a ver al jefe, seguro que me patea el trasero jajajaja
—Tus compañeros se alegraran mucho de verte, aunque hay gente nueva. -— Me dijo
Después de saludarlo, fui a los ascensores escuchando desde abajo los gritos de mis ex compañeros haciéndome reír y pensando que no había cambiado mucho o nada desde que me fui. Cuando llegué a donde estaban las oficinas, los gritos eran cada vez más fuertes, tenía que reírme porque conocía muy bien a la persona que más gritaba. Era Cam, mi antiguo jefe.
—Scott, no me toques las pelotas - dijo gritando.
-— Robert, mientras no te toque la polla no me importa, los quiero a los dos ahora mismo en mi oficina
Me quedé en la puerta mirándolos a todos, qué recuerdos y como los extrañaba. Cuando Cam se dio la vuelta para ir a su oficina, cruzamos nuestras miradas, lo vi sonreír mientras una lágrima caía por su mejilla, supuse que era de la emoción de volver a verme.Mis compañeros vieron que Cam estaba mirando fijamente hacia la puerta, se dieron cuenta entonces que yo estaba observandolos, cuando de repente la oficina quedó en silencio, hasta que....... -
—!!! Celeste¡¡¡ —gritaron
Todos los que fueron mis compañeros se acercaron a mí para abrazarme y me preguntaron si había venido para quedarme mientras, los nuevos agentes que habían entrado nos miraban atónitos, seguramente preguntándose quién sería yo para tal recibimiento, aunque unos minutos después se acercaron para presentarse.
—Princesa, ha pasado mucho tiempo, bienvenida a casa —me dijo Cam, mi exjefe
—Te he extrañado mucho Cam, pero estoy aquí de nuevo y no me voy a ir
—Ven vamos a mi oficina , te he preparado todo, tu arma, tu placa y los papeles que tienes que firmar para que sea efectiva tu reincorporación. Luego te presento a tus compañeros, por cierto, y el pequeño Cristofer, ¿cómo está?
— Te lo traeré y verás, se ha hecho todo un hombrecito, va a ser el terror de las niñas como su padre.
Ambos entramos a la oficina y Cam se sentó en su cómoda silla mientras yo me sentaba en una de las sillas frente a él. Hablamos de lo que hicimos durante el tiempo que no nos vimos, me preguntó por David y cómo fue nuestro divorcio, ya que Cam lo quiere como a un hijo. Cuando terminamos de hablar me dio mi placa y mi arma, pero al cogerlo se me formó un nudo en la garganta al sentir nostalgia, lo había deseado hacía mucho tiempo, pero las circunstancias con mi ex me hicieron retrasar ese momento. Quería volver a lo que fue mi trabajo. Pero David no me dejaba volver y siempre discutíamos por el mismo tema aunque sé que, en parte tenía razón porque mi hijo aún era muy pequeño, pero mi profesión era mi otro amor.
Mi ahora jefe también me dijo que tenía una compañera y en qué misión ambas íbamos a trabajar. Se levantó de su silla para ir a la puerta de la oficina, apoyó la mano en el marco.
—!! Emily, ven a mi oficina ahora mismo —Gritó
Sonreí mientras lo miraba con la sensación de que ya estaba en casa. Segundos después entró una chica que sería de mi estatura, cabello castaño, largo y lacio, ojos marrones y aunque no tenía cuerpo de barbie, era delgada.
—Emily, te presento a tu nueva compañera, Celeste, mi mejor agente —dijo Cam
Me levanté de la silla y ambas nos saludamos formalmente, aunque su saludo fue algo frío, me dio la sensación de que le gustaba trabajar sola, sentimiento que más tarde ella misma me confesó. Vi en ella mi propio reflejo como cuando empecé a trabajar en la comisaría, solitaria y rebelde a pesar de que el jefe me regañaba y yo tenía que obedecer, pero tenía buena onda con Emily y sabía que al final nos haríamos amigas.
— Encantada Celeste, aunque no te voy a mentir, no me gusta trabajar con nadie a mi lado —me dijo
— No te preocupes, yo era como tú cuando empecé —respondí
— Vamos habla menos y salid a la puta calle, teneis un caso difícil — nos dijo Cam
CAPÍTULO DOSEl primer mes estaba siendo un poco duro para mi, después de tantos años sin hacer ejercicio estaba un poco desentrenada a pesar de que iba al gym , pero lo más difícil fue, mi hijo, lo extrañaba cuando estaba trabajando. Pero el lado bueno era cuando llegaba a casa. ¿Cuál era ese lado bueno? te preguntarás, pues si mi pequeño. Es cuando abro la puerta de casa y veo a mi hijo venir corriendo hacia mí con sus bracitos abiertos mientras dice mami, su sonrisa y esa gracia que tiene cuando corre con sus piernitas . Ese es el lado bueno.Luego de tomar a mi niño en brazos, saludé a nana y sentándome con mi pequeño en el sofá le hacía pedorretas en el cuello, porque era lo que más le gustaba, siendo la música más linda que se podía escuchar, su sonrisa. — ¿Hola cariño como estas hoy? — preguntó Nana-— Por cierto, llamó David quería hablar contigo, se puso al teléfono el pequeño que no veas cómo le hablaba a su padre. — me dijo Nana ha estado con nosotros desde que nació m
CAPITULO TRESEse mismo día en la noche, Emily y yo salimos de fiesta. Primero fuimos a un restaurante italiano, pedimos dos pizzas y vino, salimos del italiano, cantando, bailando y riéndonos de lo borrachas que estábamos por el vino jajajajaja.Mi amiga se quedó esa noche en mi casa a dormir, porque aunque hubiera tomado un taxi para ir a su casa, no nos entendíamos hablando, vamos, se nos traba la lengua riéndonos contagiosamente ya que estábamos completamente borrachas.Al día siguiente me desperté muy tarde y con un fuerte dolor de cabeza ya que no estaba acostumbrada a beber pues llegamos a mi casa muy muy borrachos. Después de ducharme me tomé un café con dos pastillas para despejarme, pero Emily tampoco estaba muy bien, parecíamos unas brujas desaliñadas jajaja._ Buenos días Emi.- — Por favor, Celeste, no grites, me duele la cabeza, _me dijo — Tómate un café fuerte y unas pastillas que te dejarán nueva, que borrachera cogimos anoche, _le respondíPasamos todo el día tiradas
CAPÍTULO CUATROEl fin de semana pasó para mí, muy rápido, cuando entré al edificio de trabajo, me acerqué a Jhon el guardia para saludarlo, luego subí a las oficinas pero al entrar me di cuenta que Cam, mi jefe, me hizo una señal para que me acercara a donde estaba bastante serio. Sin dejar mi bolso sobre la mesa, me acerqué a él muy nerviosa, pensando que algo malo había pasado. — Buenos días jefe, ¿pasa algo? — Le pregunté — Hola pequeña, el FBI no ha tardado en decirme que tienes que presentarte en sus oficinas, vete a casa y haz las maletas, ya te esperan en el aeropuerto dos agentes. Y Celeste por favor no tardes en volver, te vamos a extrañar.— No te preocupes, sabes que mi trabajo es adrenalina para mí, por favor cuida a Cristofer cuando venga David con él.— Tranquila sabes cuánto me importa ese enano, pero recuerda que él también necesita a su madre. Ten cuidado de no arriesgar demasiado y vuelve pronto.Salí de la oficina de mi jefe muy seria, pero por dentro estaba nerv
Al día siguiente después de ducharme y vestirme cogí mi bolso bajándome enseguida al bar del hotel donde ya me esperaban Bryan y Blake para desayunar. —¿Qué tal estas has descansado? —preguntó Bryan — Casi no he dormido pensando en la sorpresa que me llevé ayer, la boda de Giovani con esa snob, no puedo creermelo — Giovani sólo está actuando, vino para abrirnos el camino y la hermana se encaprichó de él enseguida y si es una snob, pero después de que los metamos en prisión él será libre otra vez. ella ha firmado unas capitulaciones que le dimos a él pero con una cláusula escrita con tinta invisible que solo nosotros sabemos lo que dice, está todo preparado. — dijo Bryan — Son tan memos que ni se han dado cuenta — comentó Blake Después de desayunar, salimos del hotel cogiendo un taxi dándole al conductor la dirección donde estaba el edificio de los hermanos Roman. Cuando entramos en el edificio nos saludó cortésmente la recepcionista, cogimos el ascensor para subir a la planta trei
Las siguientes dos semanas después de trabajar, Carlo me llevaba a conocer un poco más,su ciudad, sus monumentos, me contaba que sus padres murieron en un accidente de avión. Que su hermano Fabricio, Bianca y él, son los propietarios de su empresa, aunque su hermano mayor era el que más trabajaba en los negocios. El viernes antes de la boda de Giovani, los hermanos Roman, nos enviaron su limusina, pues quería que pasaramos ese fin de semana en su casa. El sábado pudimos disfrutar de un día espléndido, piscina, barbacoa y muy buena compañía, aunque Giovani, seguía con su mirada todos los movimientos de Carlo y mio.Ya sola en mi dormitorio, sentada en una silla en la terraza, no podía dejar de pensar en el día siguiente. Aún seguía enamorada del que un día fuese mi marido.Como no podía dormir decidí bajar a la piscina para nadar un poco, me acerque a la puerta de la habitación fijándome si había alguna luz, pues no me apetecía hablar con nadie. Llevaba casi una hora dentro del agua, pero
CELESTE Me desperté muy atontada, me habían drogado, me miré la ropa por si acaso también me violaron mientras estaba dormida, pero no, el pijama lo tenía tal y como cuando me acosté en la cama. Estaba en una habitación que no conocía. Me levanté de la cama donde estaba muy mareada, intenté abrir la puerta pero estaba cerrada con llave, empecé a dar puñetazos y a chillar desesperada, hasta que escuche como metieron la llave en la cerradura y abrió la puerta un hombre que no conocía. — Ya despertó la gatita, que rica que estas, porque eres de Carlo si no íbamos a divertirnos tu y yo —me dijo —¿Porque ser suya solamente, vamos a divertirnos, él no se tiene porque enterar —le dije para que se acercara a mi Cuando rodeo mi cintura con su brazo, le di una fuerte patada en sus partes, haciendo que callera al suelo por el dolor, aproveche para quitarle la pistola, dándole con la culata en la cabeza dejándolo sin sentido. Salí de esa habitación y me fijé que estaba en una cabaña de made
Para ir a la fiesta me compré un vestido largo, negro con lentjuelas, la espalda sin cubrir y por delante tenia un escote pronunciado terminado en V. Después de ducharme y pintarme con colores suaves, me puse el vestido y los zapatos que iban a juego, cogí mi bolso de mano bajando después al salón donde ya me esperaba Eric junto a Giancarlo. Al entrar me sofoque un poco por la forma que me miraban los dos, echandome a reir despues por la cara de tontos que tenían. — Estas ¡¡¡¡, no tengo palabras de lo preciosa que vas. — dijo Eric — No la sueltes en toda la noche Eric, porque va a tener a todos los hombres a su merced. — dijo Giancarlo — Anda que sois tontos , nos vamos Eric, tengo ganas de ver la cara que se le va a poner a Carlo cuando me vea entrar en su casa. — Tener los dos cuidado, estaré pendiente del teléfono y tú Celeste siempre al lado de Eric, ya sabes el plan — dijo Giancarlo Salimos de la casa subiendo al vehículo de Eric, no nos dijimos nada en todo el camino, pero y
Entramos el edificio Roman y salude a la recepcionista, no hizo falta que llamara a sus jefes pues ella sabía que yo era la secretaria de los americanos como ella me llamaba, nos dirigimos a los ascensores para subir a la planta, nada más abrirse las puertas ya me estaba esperando sonriente y con los brazos abiertos Carla, la asistente personal de Fabricio. — Que alegría tenerte otra vez por aqui Celeste — me dijo Después de saludarnos y presentarle a Eric, nos acompañó hasta la oficina de Blake, que me recibieron él y Bryan sonrientes dando un efusivo abrazo cada uno. — Blake, te presento a Eric, mi prometido, creo Bryan que tu te acordaras de él ¿no? — Si me acuerdo, ¿pero prometida? con todo lo que te hizo en el pasado, no hay quien te entienda mi niña — Eso quedo atras, soy otra persona y no te preocupes, la cuidare y protegeré contra estos sinverguenza, por cierto voy a saludarlos, te dejo con ellos preciosa ahora vengo — dijo Eric — ¿Qué te pasó para desaparecer? y por cier