CAPITULO CUATRO

CAPÍTULO CUATRO

El fin de semana pasó para mí, muy rápido, cuando entré al edificio de trabajo, me acerqué a Jhon el guardia para saludarlo, luego subí a las oficinas pero al entrar me di cuenta que Cam, mi jefe, me hizo una señal para que me acercara a donde estaba bastante serio. Sin dejar mi bolso sobre la mesa, me acerqué a él muy nerviosa, pensando que algo malo había pasado.

— Buenos días jefe, ¿pasa algo? — Le pregunté

— Hola pequeña, el FBI no ha tardado en decirme que tienes que presentarte en sus oficinas, vete a casa y haz las maletas, ya te esperan en el aeropuerto dos agentes. Y Celeste por favor no tardes en volver, te vamos a extrañar.

— No te preocupes, sabes que mi trabajo es adrenalina para mí, por favor cuida a Cristofer cuando venga David con él.

— Tranquila sabes cuánto me importa ese enano, pero recuerda que él también necesita a su madre. Ten cuidado de no arriesgar demasiado y vuelve pronto.

Salí de la oficina de mi jefe muy seria, pero por dentro estaba nerviosa pues iba a volver a infiltrarme en un caso peligroso y eso me emocionaba. Salí de allí sin decirles nada a mis compañeros y ellos tampoco me preguntaron, me conocían muy bien y sabían que no les iba a decir nada. Llegué a casa en un taxi, diciéndole al conductor que me esperara para ir al aeropuerto.

Cuando llegamos y pagué el taxi, me acerqué a la puerta de embarque y me di cuenta de que ya me estaba esperando Bryan, un ex compañero mío del FBI con quien trabajé hace algunos años.

— Sigues igual de hermosa, ¿cómo estás?  — preguntó

— Muy bien y tú sigues genial, ¿cómo están en Washington?

— Si preguntas por Giovani, él también está infiltrado, os veréis muy seguido,  — respondió

Giovani y yo, nos casamos hace años, me quedé embarazada de él, era un amor especial para mí, pero estaba muy celoso de a tal punto que se puso muy peligroso por celos hacia David. Giovani resultó herido y prisionero de un narcotraficante muy peligroso. Para salvarlo este narco puso como condición que yo debía vivir con él siendo tu puta, no pude negarme ya que mi marido iba a morir si no aceptaba Sin pensarlo acepte librando así a Giovani.. Pero el FBI y el que luego sería padrino de mi hijo me rescataron llevándome enseguida al aeropuerto donde me esperaba el avión del FBI para traerme de vuelta a Washington, donde vivíamos.Cuando aterrizo, me dispuse a bajar por las escaleras del avión. Pero de pronto y sin saber de dónde venían las balas nos empezaron a disparar unos desconocidos, yo intentando que no me hirieron caí rodando por las escaleras, perdiendo así a nuestro hijo. Estaba tan enojada que me divorcié de él sin saber más sobre su paradero.Bryan y yo subimos al avión donde me di cuenta de que había otro hombre que no conocía.

— Celeste, este es Blake, actuará como nuestro jefe. — me dijo

— Es un placer conocer a la famosa mujer, de la que tanto se habla en el FBI

 Correspondí a su saludo sentándonos los tres después, ya que el avión estaba a punto de despegar. Seguí mirando a nuestro compañero ya que era muy atractivo. mediria , un metro noventa, moreno con unos ojos de color castaño que hipnotizaban.

— ¿Nerviosa?  — Blake me preguntó

—  No para nada, me gusta mucho mi trabajo y estoy acostumbrado al peligro  — dije

— Cuando terminemos esta misión, me gustaría ver a tu hijito, ya debe ser un hombrecito —dijo Bryan

— La verdad es que si, por cierto dónde está Giovani?

— Verás, está en Roma, que es nuestro destino

Cuando le pregunté a Bryan sobre Giovani, noté que ambos se miraban, mirando al suelo. Me dio la impresión de que o había rehecho su vida o se iba a casar y por eso no me dijeron nada.Blake sacó algunas páginas de su maletín, dándomelas, dándome cuenta que eran parte de las instrucciones y planos.

— Celeste, esta misión es muy peligrosa, por eso hemos decidido que tu misión sea conquistar a Carlo Román, un afamado playboy, nosotros nos encargaremos de Fabricio, el otro hermano, sabemos que él es quien maneja las armas y el negocio de las drogas Dijo

— Si te sientes en peligro o por cualquier otra razón, sabes a lo que me refiero, llámame de inmediato, dijo — Bryan

Después de un vuelo de trece horas, finalmente llegamos al Aeropuerto Internacional Leonardo da Vinci donde una limusina nos esperaba a pie de pista. Subimos al vehículo que nos llevó al Hotel Secret Selection. Cuando salimos del auto me quedé mirando el imponente edificio y el paisaje que lo rodeaba. A poca distancia se podía ver el Vaticano, algo que me dejó con la boca abierta ya que no había estado tan cerca.

— ¿Te gusta ? — preguntó Blake

— Es espectacular — contesté

Mañana haremos un recorrido, ahora tenemos que cambiarnos porque los italianos nos esperan

 Subimos al segundo piso en el ascensor que era donde estaban nuestras habitaciones. Mi habitación era preciosa, no le faltaba detalle, una cama muy grande, un minibar, una cómoda blanca, entré al baño y la grifería dorada y todo en mármol, estaba espectacular. Me duché, vistiéndome después con una falda corta de tubo negra, un top, mis tacones altos, recogí mi bolso cuando escuché a Bryan y algunos golpes en la puerta, cuando abrí Blake se quedó mirándome de arriba abajo sorprendido.

— Estás __ no sé qué decir, vamos preciosa — dijo Blake

— Gracias, tú tampoco  qué estás mal

— Venga chicos vayámonos que la función tiene que empezar, no hagáis ahora un espectáculo — dijo Bryan

— Celoso — le dije riéndome

Salimos del hotel subiendo a la limusina que nos esperaba y nos llevó hasta el edificio de oficinas de los Román. Al bajar Blake me cogió el brazo apartándose a un lado para decirme:::

— Ten cuidado con Carlo, es muy zalamero con las mujeres, pero también puede ser un cabrón cuando quiere

Entramos los tres en el edificio acercándonos a recepción donde había una muchacha que nos atendió muy cordialmente además de acompañarnos a coger el ascensor que debíamos coger. Llegamos a la planta treinta y al abrirse las puertas ya nos esperaba una mujer de mediana edad que se presentó como Carla la secretaría de Fabricio. Nos hizo acompañar por un pasillo donde habían tres puertas, supuse que serían oficinas, llegamos al final del pasillo nos abrió una de las puertas que daba a una sala muy grande, donde había una mesa ovalada y sentados dos hombre y una mujer que se levantaron  cuando entramos acercándose a nosotros.

— Encantados de tenerles aquí, soy Fabricio Román y ellos son mis hermanos Bianca y Carlo

— Es un placer estar aquí y poder hacer negocios con ustedes, déjeme que le presente a mi secretaria Celeste y mi socio Bryan._ dijo Blake

Tomamos asiento como amablemente nos indicó Fabricio, cuando de pronto irrumpió en la sala otra persona que me perturbó por un momento.

— Cariño, ya estás conmigo otra vez y el viaje que tal_ dijo Bianca levantándose y abrazando a GIOVANI.

— Señores, señorita, les presento a Giovani Conti, mi futuro cuñado, la boda será en tres semanas y me harían el honor en ser nuestros invitados_ dijo Fabricio

Nos levantamos para saludarlo, pero cuando nos dimos la mano Giovani y yo me vino a la memoria acontecimientos de felicidad con él. No, no podía ser cierto que se casara y yo tuviera que asistir a su boda. Nos miramos a los ojos, esos verdes ojos preciosos que tenía, mi cuerpo con su roce enseguida reaccionó, baje mi mirada hasta sus cálidos labios, esos que un día fueron míos besándome con desesperación y total entrega por parte de los dos, esos labios que un día me volvieron completamente loca de placer. Esas manos que una vez recorrieron mi cuerpo dándome los mejores orgasmos. Y ahora estaba comprometido, no, no podía ser, él fue mio y ahora se iba a casar con otra. Cuando separamos nuestras manos, me disculpe con todos para salir de esa sala, necesitaba refrescarme estaba conmocionada, no me esperaba que Giovani al infiltrarse se hubiera enamorado de esa mujer, él siempre seria mio. SIEMPRE.

Salí un poco aturdida del baño, acercándome a la sala donde estaban, cruzando con Giovani y su prometida qué sanlian muy acaramelados y detrás de ellos también salían mis compañeros con los hermanos Román.

— ¿Está mejor Celeste ? — preguntó Carlo

— Si gracias, es que el vuelo ha sido muy largo y no hemos podido descansar, gracias por pregunta — contesté

— Bueno si me permiten los invitó a comer y luego los llevaré al hotel

Nos marchamos de allí todos. Fabricio nos llevó a un restaurante con un paisaje precioso en el exterior. Nada más entrar un maitre nos hizo acompañarle a una mesa que estaba en el fondo del local. Carlo como un caballero me abrió la silla para sentarme sin que Giovani me dejase de mirar muy serio. Cuando terminamos con la comida, los hombres hablaban de negocios mientras Giovani y yo nos comíamos con las miradas, estaba mucho más atractivo que cuando estuve con él, alguna lágrima asomó por mis ojos con el pensamiento de que nunca tenía que haberlo dejado para quedarme con el INFIEL de David. Me levanté de la mesa y disculpándome, le rogué a Bryan que me llevara al hotel, lo cual todos comprendieron que estaba cansada.

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