Las siguientes dos semanas después de trabajar, Carlo me llevaba a conocer un poco más,su ciudad, sus monumentos, me contaba que sus padres murieron en un accidente de avión. Que su hermano Fabricio, Bianca y él, son los propietarios de su empresa, aunque su hermano mayor era el que más trabajaba en los negocios. El viernes antes de la boda de Giovani, los hermanos Roman, nos enviaron su limusina, pues quería que pasaramos ese fin de semana en su casa. El sábado pudimos disfrutar de un día espléndido, piscina, barbacoa y muy buena compañía, aunque Giovani, seguía con su mirada todos los movimientos de Carlo y mio.Ya sola en mi dormitorio, sentada en una silla en la terraza, no podía dejar de pensar en el día siguiente. Aún seguía enamorada del que un día fuese mi marido.Como no podía dormir decidí bajar a la piscina para nadar un poco, me acerque a la puerta de la habitación fijándome si había alguna luz, pues no me apetecía hablar con nadie. Llevaba casi una hora dentro del agua, pero cuando iba a salir de la piscina unos brazos fuertes me cogieron de la cintura asustandome
—¿Qué haces aquí? nos pueden ver — pregunté al ver que era Giovani
—No puedo dormir y por lo que veo tú tampoco
— Estás loco, yo ya me marchaba, quédate tú si quieres
Pero cuando iba a salir de la piscina, metió su mano por dentro de mi braga de bikini, metiendo dos dedos dentro de mí, acariciando mi clítoris con un dedo.
— Suéltame, por favor te lo pido —le dije
— No quiero, esta noche vas a ser mía, sé que te gusta disfrutar cuando te acaricio
— Giovani, porfavor no pares ahhh _ya no pude más , sus caricias eran como estar en un paraíso donde no existía nadie, nada más él y yo.
Cuando me pude librar de sus dedos, salimos de la piscina, nos tumbamos en el césped donde no había luz y deje liberar toda la pasión que tenía hacia él. Se centró en mi boca y me despojo de todos mis miedos, deseando que nunca acabara ese beso. Cogió mis manos poniéndolas encima de mi cabeza, su lengua recorrió todo mi cuerpo dándome mordiscos en cada uno de mis pezones, volvió a besarme cuando llegó mi orgasmo teniendo que dar un pequeño grito mudo en su cuello.
— Eso es mi amor, disfruta, dame otro orgasmo en mi boca, te quiero princesa
Bajo hasta mi clítoris donde su lengua no paró de moverse al mismo tiempo que sus dedos jugaban en mi interior.
— Giovanni por favor, voy a, voy a…….
— Si cariño, dame ese orgasmo
Me puse la mano en la boca para que nadie me escuchara chillar y fue cuando él me embistió hasta lo más hondo de mi ser, rindiéndome a él sin poder evitarlo. Nos corrimos los dos de una forma descontrolada mordiendole yo a él en el cuello para acallar el grito. Una vez que los dos nos recuperamos, me levanté muy enfadada y sin decirle nada, cogí la toalla, me la puse en el cuerpo y corrí hacia la casa. Cuando entré, me quedé inerte al ver a Carlo en la puerta del salón.
— He ido a la piscina, no podía dormir —dije
— Estás preciosa con el pelo revuelto —me dijo acercandose a mi acariciando mis labios con los dedos de su mano, mientras en la otra mano llevaba un vaso de whisky
— Perdona Carlo, me gustaría marcharme al dormitorio —le dije intentando pasar al lado suyo
— Deja caer la toalla, quiero ver tu cuerpo desnudo
— Déjame pasar, porfavor estás borracho
Intente irme pero cogió la toalla arrancándome la, dejándola caer al suelo, empezó a besar mi cuello y con la mano que tenía libre amaso mi pecho dándome un pellizco en el pezón, haciéndome daño
— Suéltame por favor si no quieres que chille y se levanten todos.
— Sueltala Carlo _ escuche a Giovani que entraba en ese momento.
— Tú te la puedes follar en mi césped y yo no, jaja Giovani será mejor que te largues, esto es entre ella y yo
—No te lo volveré a repetir Carlo , déjala en paz
—¿Qué pasa aquí, qué son esos gritos? — Escuchamos
Al ver que , Fabricio, Blake y Bryan bajaron donde estábamos, enseguida me tapé con la toalla e intenté irme a mi habitación.
—No pasa nada hermanito, menos mal que nuestra hermana se ha quedado en casa de su amiga, no creo que le hubiera gustado ver a su futuro marido revolcándose con una puta.
— Celeste no es ninguna puta, no te hables mal de ella —dijo Blake
— Entiendo, tú también te la follas — contestó Carlo
— Ven Celeste, te acompaño al dormitorio —me dijo Bryan
Cuando Bryan y yo entramos en mi dormitorio, le pedí que no se marchara temiendo que mientras me duchaba, entrará Carlo, pues estaba completamente borracho y temía que intentara violarme. Cuando ya estaba con el pijama, mi compañero se marchó y cerré la puerta con llave, acostándome en la cama más tranquila. Me desperté sobresaltada, por tener la boca tapada, fijándome que tenía a mi lado, un hombre con un pasamontañas. Empecé a dar patadas , arañarlo y removerme en la cama hasta que sentí un pinchazo en mi cuello, perdiendo el conocimiento segundos después.
. EL DIA DE LA BODA
GIOVANI
— ¿Estás ya preparado Giovani? — preguntó Bryan
— Casi estoy, has visto a Celeste, ¿como está? después de lo que paso anoche, me preocupa
— No, no la he visto todavía,¿ pero qué os pasó por la cabeza?, casi echáis a perder la misión.
—No podía más Bryan, verla con ese baboso, me puse muy celoso, deseaba hacerle el amor, que supiera que aún la sigo amando, no soporto ver como ella le sonreía y le sigue el juego amoroso que tenía.
— ¿Que tal cuñadito, después del revolcón de anoche, vas a casarte más dócil, ¿no?, jajajajaj — dijo Carlo
—Largate de aqui, si no quieres que te parta la cara, —contestó Giovani
— Hola, ¿han visto a Celeste? — preguntó Blake
— No, seguramente la veremos en la ceremonia —dijo Bryan
— Me dijo que iba a ser mi acompañante, pero no la encuentro
En la ceremonia, todos iban muy elegantes, yo iba mirando a todos los invitados, me preocupaba que Carlo le hubiera hecho algo a Celeste, pues la noche anterior al verse descubierto por mi, la miraba como si quisiera matarla. No me fío de él, como narcotraficante que es cualquiera cosa le habrá podido hacer, si no aparece mi amada, me da lo mismo la misión, mataré al cabrón de Carlo, más vale que aparezca Celeste. Vi entrar a Bianca vestida de blanco con una sonrisa de felicidad, pero mi verdadera felicidad era Celeste. Cuando llegó a mi futura esposa, le di un beso en la mejilla como era costumbre, pero mis ojos estaban en la gente que había en la iglesia ¿Donde estás Celeste?
La ceremonia fué como se planeó, después de las fotos mi esposa y yo, nos fuimos al restaurante donde ya estaban todos los invitados sentados esperándonos. Cuando entramos Bianca y yo al local todos los invitados empezaron a aplaudirnos, aunque yo no cesaba de mirar por todas las mesas buscando a la mujer que realmente me importaba. Miré a Bryan que estaba muy serio y me negó con la cabeza. Lo sabía, Carlo había hecho algo con ella, ¿pero en ese momento que podía hacer yo?, si no tenía pruebas y fue ella la que se marchó,¿ podría tirar por el retrete un año de trabajo,?
No¡¡, tenía que esperar a que Carlo diera un paso en falso o llamar a mi jefe para ver si había vuelto Celeste a Washington, no quedaba otra que seguir con el teatro.
CELESTE Me desperté muy atontada, me habían drogado, me miré la ropa por si acaso también me violaron mientras estaba dormida, pero no, el pijama lo tenía tal y como cuando me acosté en la cama. Estaba en una habitación que no conocía. Me levanté de la cama donde estaba muy mareada, intenté abrir la puerta pero estaba cerrada con llave, empecé a dar puñetazos y a chillar desesperada, hasta que escuche como metieron la llave en la cerradura y abrió la puerta un hombre que no conocía. — Ya despertó la gatita, que rica que estas, porque eres de Carlo si no íbamos a divertirnos tu y yo —me dijo —¿Porque ser suya solamente, vamos a divertirnos, él no se tiene porque enterar —le dije para que se acercara a mi Cuando rodeo mi cintura con su brazo, le di una fuerte patada en sus partes, haciendo que callera al suelo por el dolor, aproveche para quitarle la pistola, dándole con la culata en la cabeza dejándolo sin sentido. Salí de esa habitación y me fijé que estaba en una cabaña de made
Para ir a la fiesta me compré un vestido largo, negro con lentjuelas, la espalda sin cubrir y por delante tenia un escote pronunciado terminado en V. Después de ducharme y pintarme con colores suaves, me puse el vestido y los zapatos que iban a juego, cogí mi bolso de mano bajando después al salón donde ya me esperaba Eric junto a Giancarlo. Al entrar me sofoque un poco por la forma que me miraban los dos, echandome a reir despues por la cara de tontos que tenían. — Estas ¡¡¡¡, no tengo palabras de lo preciosa que vas. — dijo Eric — No la sueltes en toda la noche Eric, porque va a tener a todos los hombres a su merced. — dijo Giancarlo — Anda que sois tontos , nos vamos Eric, tengo ganas de ver la cara que se le va a poner a Carlo cuando me vea entrar en su casa. — Tener los dos cuidado, estaré pendiente del teléfono y tú Celeste siempre al lado de Eric, ya sabes el plan — dijo Giancarlo Salimos de la casa subiendo al vehículo de Eric, no nos dijimos nada en todo el camino, pero y
Entramos el edificio Roman y salude a la recepcionista, no hizo falta que llamara a sus jefes pues ella sabía que yo era la secretaria de los americanos como ella me llamaba, nos dirigimos a los ascensores para subir a la planta, nada más abrirse las puertas ya me estaba esperando sonriente y con los brazos abiertos Carla, la asistente personal de Fabricio. — Que alegría tenerte otra vez por aqui Celeste — me dijo Después de saludarnos y presentarle a Eric, nos acompañó hasta la oficina de Blake, que me recibieron él y Bryan sonrientes dando un efusivo abrazo cada uno. — Blake, te presento a Eric, mi prometido, creo Bryan que tu te acordaras de él ¿no? — Si me acuerdo, ¿pero prometida? con todo lo que te hizo en el pasado, no hay quien te entienda mi niña — Eso quedo atras, soy otra persona y no te preocupes, la cuidare y protegeré contra estos sinverguenza, por cierto voy a saludarlos, te dejo con ellos preciosa ahora vengo — dijo Eric — ¿Qué te pasó para desaparecer? y por cier
Estábamos Eric y yo en el salón viendo una película, cuando de pronto sonó el timbre de la puerta, él se levantó para abrir entrando poco después con Blake y Bryan dándome este un abrazo. los invitamos a sentarse mientras yo iba a la cocina para traerles unas cervezas.— Explicarnos qué secreto tenéis — preguntó Bryan— No hay secretos, os voy a ayudar para meter a esos dos entre rejas, por eso Celeste y yo estamos actuando — ¿De qué manera nos vas a ayudar? ¿Qué sabes tú? — preguntó Blake— Antes de que Celeste me arrestara yo tenía una empresa que me daba para vivir con lujos, cuando me enviaron a la cárcel me visitaba mi abogado que siempre me ha sido fiel y ahora mismo sabe los planes que tengo contra los Roman para recuperarla— ¿ Y que tienen que ver los hermanos contigo? — dijo Blake— Ellos tenian unas acciones que yo mismo les di, pues bien mi abogado me ha dicho que ellos con ayuda de otro narco, aprovecharon ya que conocen mucha gente de las altas esferas para quitarme la
Eric estuvo toda la semana viajando con su abogado por sus negocios, pero antes de marcharse me dio las llaves de la casa y las de su coche por si lo necesitaba. Aunque las náuseas empezaron a remitir, yo procuraba tomar infusiones y vitaminas. La noche anterior a venir Eric, tocaron al timbre de la casa, cuando la abrí me quedé completamente inerte al ver quien había al otro lado, CARLO — ¿Qué haces aquí? — le pregunté — He venido porque me preocupaba la salud de la puta de Eric, preciosa hace ya una semana que no te veo — Ya que me has visto, puedes largarte, Eric no está — Mejor, asi nos divertiremos tu y yo sin que nadie nos moleste — contestó Intenté cerrar la puerta, pero puso el pie empujándome hacia el interior de la casa. Intente coger la pistola que tenía en mi bolso, me cogió de la cintura con sus brazos tirandome al sofá — Por favor Carlo déjame en paz, nunca seré tuya — grité Intente defenderme con patadas y puñetazos, me rasgó la ropa, grité pero Carlo me tapo la
Eric estuvo toda la semana viajando con su abogado por sus negocios, pero antes de marcharse me dio las llaves de la casa y las de su coche por si lo necesitaba. Aunque las náuseas empezaron a remitir, yo procuraba tomar infusiones y vitaminas. La noche anterior a venir Eric, tocaron al timbre de la casa, cuando la abrí me quedé completamente inerte al ver quien había al otro lado, CARLO — ¿Qué haces aquí? — le pregunté — He venido porque me preocupaba la salud de la puta de Eric, preciosa hace ya una semana que no te veo — Ya que me has visto, puedes largarte, Eric no está — Mejor, asi nos divertiremos tu y yo sin que nadie nos moleste — contestó Intenté cerrar la puerta, pero puso el pie empujándome hacia el interior de la casa. Intente coger la pistola que tenía en mi bolso, me cogió de la cintura con sus brazos tirandome al sofá — Por favor Carlo déjame en paz, nunca seré tuya — grité Intente defenderme con patadas y puñetazos, me rasgó la ropa, grité pero Carlo me tapo la
GIOVANI Me marché de la habitación con el corazón destrozado sin comprender que la mujer que amo ya no quiere verme más, os tengo que decir que odio esta misión y me odio yo por ser un cobarde, no luche por ella cuando debí hacerlo, deje que su ex la hiciera infeliz y ahora ¿qué?. Espera un hijo mío, no puedo estar con ella, ver como crece mi hijo en su vientre, sus movimientos, sus pataditas. Todo lo que ella y seguramente el imbécil de Eric disfrutaran de este embarazo. !! No ¡¡ me niego a que eso ocurra, tengo que dejar esta misión, Celeste y mi hijo me necesitan ahora— Bryan voy a llamar al jefe, dejo esta misión— No puedes hacerlo ahora que estamos a punto de cogerlos, Giovani piensalo bien— Quiero estar con Celeste y mi hijo— No sabes si es tuyo, ya has escuchado a Celeste— Estoy muy seguro Bryan, el hombre que la follo en Nueva York era yo, decidí ir a un club donde tuvieran máscaras, porque sabía que si me veía la volvería a perder— Pero ¿cómo sabías que iría a ese c
Los dos días siguientes que estuve en el hospital, Giovani no me visitó como yo le había dicho y aunque me dolió mucho pensé que sería lo mejor para él, aunque mi corazón se contradecía con la razón, pero ¿qué podía hacer? su esposa nos sorprendió besandonos y sabía que era de los Roman, no se podía tocar si no se deseaba una Vendetta. Cuando me dio el médico de alta tres días después, Eric me llevó a su casa y admito que cuando entré en el salón me dio ansiedad por recordar lo que ahí pasó con Carlo. — Ya estas en tu casa princesa, ahora reposo eh que tienes que cuidarte —dijo Eric Me acompañó hasta el dormitorio para prepararme él un baño relajante pues no quería que yo hiciera nada. Después de bañarme, entré en el dormitorio viendo a Eric sentado en la cama esperándome. “Espero que no se note que he llorado “ pensé, pero fue inutil porque me conocía muy bien y enseguida me lo noto. — ¿Estás mejor? no llores por él, pronto acabarás la misión y estaréis juntos — No Eric, tú mejo