CAPITULO SEIS

Las siguientes dos semanas después de trabajar, Carlo me llevaba a conocer un poco más,su ciudad, sus monumentos, me contaba que sus padres murieron en un accidente de avión. Que su hermano Fabricio, Bianca y él, son los propietarios de su empresa, aunque su hermano mayor era el que más trabajaba en los negocios. El viernes antes de la boda de Giovani, los hermanos Roman, nos enviaron su limusina, pues quería que pasaramos ese fin de semana en su casa. El sábado pudimos disfrutar de un día espléndido, piscina, barbacoa y muy buena compañía, aunque Giovani, seguía con su mirada todos los movimientos de Carlo y mio.Ya sola en mi dormitorio, sentada en una silla en la terraza, no podía dejar de pensar en el día siguiente. Aún seguía enamorada del que un día fuese mi marido.Como no podía dormir decidí bajar a la piscina para nadar un poco, me acerque a la puerta de la habitación fijándome si había alguna luz, pues no me apetecía hablar con nadie. Llevaba casi una hora dentro del agua, pero cuando iba a salir de la piscina unos brazos fuertes me cogieron de la cintura asustandome

—¿Qué haces aquí? nos pueden ver — pregunté al ver que era Giovani

—No puedo dormir y por lo que veo tú tampoco 

— Estás loco, yo ya me marchaba, quédate tú si quieres

Pero cuando iba a salir de la piscina, metió su mano por dentro de mi braga de bikini, metiendo dos dedos dentro de mí, acariciando mi clítoris con un dedo.

— Suéltame, por favor te lo pido —le dije

— No quiero, esta noche vas a ser mía, sé que te gusta disfrutar cuando te acaricio

— Giovani, porfavor no pares ahhh _ya no pude más , sus caricias eran como estar en un paraíso donde no existía nadie, nada más él y yo.

Cuando me pude librar de sus dedos, salimos de la piscina, nos tumbamos en el césped donde no había luz y deje liberar toda la pasión que tenía hacia  él. Se centró en mi boca y me despojo de todos mis miedos, deseando que nunca acabara ese beso. Cogió mis manos poniéndolas encima de mi cabeza, su lengua recorrió todo mi cuerpo dándome mordiscos en cada uno de mis pezones, volvió a besarme cuando llegó mi orgasmo teniendo que dar un pequeño grito mudo en su cuello.

— Eso es mi amor, disfruta, dame otro orgasmo en mi boca, te quiero princesa

Bajo hasta mi clítoris donde su lengua no paró de moverse al mismo tiempo que sus dedos jugaban en mi interior.

— Giovanni por favor, voy a, voy a…….

— Si cariño, dame ese orgasmo

Me puse la mano en la boca para que nadie me escuchara chillar y fue cuando él me embistió hasta lo más hondo de mi ser, rindiéndome a él sin poder evitarlo. Nos corrimos los dos de una forma descontrolada mordiendole yo a él en el cuello para acallar el grito. Una vez que los dos nos recuperamos, me levanté muy enfadada y sin decirle nada, cogí la toalla, me la puse en el cuerpo y corrí  hacia la casa. Cuando entré, me quedé inerte al ver a Carlo en la puerta del salón.

— He ido a la piscina, no podía dormir  —dije

— Estás preciosa con el pelo revuelto —me dijo acercandose a mi acariciando mis labios con los dedos de su mano, mientras en la otra mano llevaba un vaso de whisky

— Perdona Carlo, me gustaría marcharme al dormitorio —le dije intentando pasar al lado suyo

— Deja caer la toalla, quiero ver tu cuerpo desnudo

— Déjame pasar, porfavor estás borracho

Intente irme pero cogió la toalla arrancándome la, dejándola caer al suelo, empezó a besar mi cuello y con la mano que tenía libre amaso mi pecho dándome un pellizco en el pezón, haciéndome daño

— Suéltame por favor si no quieres que chille y se levanten todos.

— Sueltala Carlo _ escuche a Giovani que entraba en ese momento.

— Tú te la puedes follar en mi césped y yo no, jaja Giovani será mejor que te largues, esto es entre ella y yo

—No te lo volveré a repetir Carlo , déjala en paz

—¿Qué pasa aquí, qué son esos gritos? — Escuchamos

Al ver que , Fabricio, Blake y Bryan bajaron donde estábamos, enseguida me tapé con la toalla e intenté irme a mi habitación.

—No pasa nada hermanito, menos mal que nuestra hermana se ha quedado en casa de su amiga, no creo que le hubiera gustado ver a su futuro marido revolcándose con una puta.

— Celeste no es ninguna puta, no te hables mal de ella  —dijo Blake

— Entiendo, tú también te la follas — contestó Carlo

— Ven Celeste, te acompaño al dormitorio —me dijo Bryan

Cuando Bryan y yo entramos en mi dormitorio, le pedí que no se marchara temiendo que mientras me duchaba, entrará Carlo, pues estaba completamente borracho y temía que intentara violarme. Cuando ya estaba con el pijama, mi compañero se marchó y cerré la puerta con llave, acostándome en la cama más tranquila. Me desperté sobresaltada, por tener la boca tapada, fijándome que tenía a mi lado, un hombre con un pasamontañas. Empecé a dar patadas , arañarlo y removerme en la cama hasta que sentí un pinchazo en mi cuello, perdiendo el conocimiento segundos después.

EL DIA DE LA BODA

      

GIOVANI

— ¿Estás ya preparado Giovani?  — preguntó Bryan

— Casi estoy, has visto a Celeste, ¿como está? después de lo que paso anoche, me preocupa

— No, no la he visto todavía,¿ pero qué os pasó por la cabeza?, casi echáis a perder la misión.

—No podía más Bryan, verla con ese baboso, me puse muy celoso, deseaba hacerle el amor, que supiera que aún la sigo amando, no soporto ver como ella le sonreía y le sigue el juego amoroso que tenía.

— ¿Que tal cuñadito, después del revolcón de anoche, vas a casarte más dócil, ¿no?, jajajajaj — dijo Carlo

—Largate de aqui, si no quieres que te parta la cara, —contestó Giovani

— Hola, ¿han visto a Celeste? — preguntó Blake

— No, seguramente la veremos en la ceremonia —dijo Bryan

— Me dijo que iba a ser mi acompañante, pero no la encuentro

En la ceremonia, todos iban muy elegantes, yo iba mirando a todos los invitados, me preocupaba que Carlo le hubiera hecho algo a Celeste, pues la noche anterior al verse descubierto por mi, la miraba como si quisiera matarla. No me fío de él, como narcotraficante que es cualquiera cosa le habrá podido hacer, si no aparece mi amada, me da lo mismo la misión, mataré al cabrón de Carlo, más vale que aparezca Celeste. Vi entrar a Bianca vestida de blanco con una sonrisa de felicidad, pero mi verdadera felicidad era Celeste. Cuando llegó a mi futura esposa, le di un beso en la mejilla como era costumbre, pero mis ojos estaban en la gente que había en la iglesia ¿Donde estás Celeste?

La ceremonia fué como se planeó, después de las fotos mi esposa y yo, nos fuimos al restaurante donde ya estaban todos los invitados sentados esperándonos. Cuando entramos Bianca y yo al local todos los invitados empezaron a aplaudirnos, aunque yo no cesaba de mirar por todas las mesas buscando a la mujer que realmente me importaba. Miré a Bryan que estaba muy serio y me negó con la cabeza. Lo sabía, Carlo había hecho algo con ella, ¿pero en ese momento que podía hacer yo?, si no tenía pruebas y fue ella la que se marchó,¿ podría tirar por el retrete un año de trabajo,?

No¡¡, tenía que esperar a que Carlo diera un paso en falso o llamar a mi jefe para ver si había vuelto Celeste a Washington, no quedaba otra que seguir con el teatro.

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