Los dos días siguientes que estuve en el hospital, Giovani no me visitó como yo le había dicho y aunque me dolió mucho pensé que sería lo mejor para él, aunque mi corazón se contradecía con la razón, pero ¿qué podía hacer? su esposa nos sorprendió besandonos y sabía que era de los Roman, no se podía tocar si no se deseaba una Vendetta. Cuando me dio el médico de alta tres días después, Eric me llevó a su casa y admito que cuando entré en el salón me dio ansiedad por recordar lo que ahí pasó con Carlo. — Ya estas en tu casa princesa, ahora reposo eh que tienes que cuidarte — dijo Eric Me acompañó hasta el dormitorio para prepararme él un baño relajante pues no quería que yo hiciera nada. Después de bañarme, entré en el dormitorio viendo a Eric sentado en la cama esperándome. “Espero que no se note que he llorado “ pensé, pero fue inutil porque me conocía muy bien y enseguida me lo noto. — ¿Estás mejor? no llores por él, pronto acabarás la misión y estaréis juntos — No Eric, tú mejo
Subimos a la limusina y de vuelta a la casa no nos hablamos, pero cuando llegamos y entramos fuimos al salón, y dirigiéndome hacia donde se encontra le di un fuerte bofetón.— ¿A quién le has pagado? – le pregunté— Te avise que eres mía y siempre estaras a mi lado – me contestó furioso— Que estoy embarazada, ¿De donde has sacado esos papeles falsos? – volví a preguntarle— Cariño, estás muy cansada, ya hablaremos – me dijo cogiendo mis muñecas— Déjame en paz, hijo de puta – le dije enfadada soltandome de su agarre— Esta noche te quitare ese genio, cuando esté dentro de ti – me dijo— No te atrevas a tocarme, cabrón – le gritéSalió del salón riendo, lo segui viendo que entraba en su despacho cerrando la puerta, la abrí de golpe sin pedirle permiso mirándome Fabricio muy serio.— Te exijo que me digas ahora mismo, quien te dio esos falsos documentos – le dijeSe acercó hasta donde yo estaba, rodeo mi cintura con su brazo acercando su cuerpo al mío mientras nos mirabamos, puso su
Estuve varios días sin salir del dormitorio, entrando solamente la sirvienta para dejarme la comida y la cena, hasta que una mañana entró Fabricio muy enfadado en el dormitorio, me cogió del brazo con fuerza, intenté soltarme de su agarre pero no pude hasta que cuando llegamos al jardín, me sentó en una de las sillas obligandome a desayunar con él.— No quiero sigamos estando mal, no lo soporto y aunque no me creas te amo demasiado, lo he pensado muy bien y voy a dejarte marchar cuando nazca mi hijo, esa es mi unica condicion – me dijo— Y tú crees, que voy a tener un bebe, te lo doy y ya me olvido, Fabricio, los hijos no se regalan — dije— Hablaré con mis abogados, firmaremos un acuerdo de divorcio con la custodia compartida de nuestro hijo, si lo rechazas nunca más volverás a ver a tus hijos, piensalo — me dijo— Si acepto, ¿será sin ninguna trampa por tu parte?--- pregunté— Todo será legal, como te he dicho, lo podrás ver cuando quieras — me dijo— Cuando firmemos el documento, e
Después de comer en el restaurante, subimos a la limusina para volver a casa, cuando llegamos me fui al salón sentándome en el sofá pensativa, sentándose a mi lado Fabricio cuando se terminó de poner una copa de licor. — Espero que cumplas tu palabra, no me fio de ti — le dije — Está todo filmado y legal como ya te dije — me dijo acariciando mi mejilla con sus dedos — Quiero ver a mis hijos, deja que por lo menos vaya a verlos — le dije — No, no quiero tener que obligarte a volver y además sé que ya te quedarías con el cabrón del federal, te amo Celeste y me va a costar mucho dejarte ir cuando me des el hijo que tanto ansío de ti — me dijo Me levanté del sofa para marcharme a mi dormitorio, pero Fabricio cogio mi mano sentandome encima suya, besando mi cuello — Nada más te tengo encima y mi polla ya esta dura, te deseo ahora — me dijo — Lo siento, voy a cambiarme de ropa, suéltame — le dije — No, –me dijo– eres mi esposa — dijo dejando la copa en la mesita Metio su mano por d
Me levanté al día siguiente dolorida, ya que después del primero, me hizo el amor dos veces más, me duche, me vesti y acercándome a la cocina escuche a Fabricio hablar por teléfono dentro de su despacho, me quedé un poco rezagada para escuchar lo que decía.— Ya lo sé que se firmó, pero si me hago la vasectomía nunca se irá de mi lado, la amo. dijo— Bueno pues prepara lo que hemos hablado, nunca la dejare irse de mi lado y la idea que has tenido me gusta, prepararlo todo — dijo terminando la llamadaCuando salió de su despacho, yo estaba aún en la puerta, estupefacta por lo que acababa de escuchar.— ¿Desde cuándo estás aquí? — me preguntó— Eres un cerdo, me oyes un cabrón – le dije pegando puñetazos cogiendo él mis puños— No sé que has escuchado Celeste, pero cumplire mi palabra contigo— ¿Como?Haciéndote la vasectomía? — le pregunté sin que me dijera nada mirándonos los dos a los ojos— Celeste, te puedo hacer la vida facil o dificil, tu eliges y no me gusta que me estés espian
Entre Maria y yo preparamos la cena que Fabricio me mencionó. Cerca de la hora que tenían que llegar los invitados, me puse un vestido de seda corto, cruzando dos tiras mis pechos tapandome las marcas que Fabricio me hizo la noche anterior, me deje el pelo largo y me pinte poniéndome después unos zapatos con tacón de aguja, terminando de arreglarme entró en el dormitorio Fabricio acercándose a donde yo me encontraba, rodeo mi cuerpo con sus brazos, mordiendo mi cuello como si fuera un vampiro — Recógete el pelo, quiero que todos vean a quien le perteneces — me dijo — No soy una muñeca que tengas que enseñar — contesté Me dio un fuerte bofetón tirándome al suelo, por la fuerza con que me pego poniendo su dedo en mi cara mirándome muy enfadado. — Harás lo que yo te diga, eres mía y no quiero repetírtelo — me dijo A la hora prevista empezaron a llegar los invitados, nos sentamos a cenar fijándome en que las mujeres que fueron, no eran las esposas, pero preferí callarme por no enfadar
Me estaba duchando cuando sentí las manos de Fabricio en mi vientre y sus labios en mi cuello.— Aquí dentro de tu vientre tienes a mi heredero, no sabes cuánto os quiero cariño — me dijo— No te hagas ilusiones conmigo, me prometistes dejarme ir cuando naciera — contesté muy seria— el médico no nos ha prohibido hacer el amor, vamos a la cama, necesito sentir como mi polla entra dentro de ti, prepárate porque te voy a dejar sin voz — me dijo con sarcasmo cogiéndome en brazos tumbandome en la cama, aun mojada como ibaUna semana después, Fabricio llegó a casa muy contento llevando en sus manos un ramo de rosas preciosos, cogió mi nuca con su manos acercando sus labios a los mios— Para mi preciosa mujer, vamos al dormitorio — me dijo juntando su boca con la mia besandome apasionadamente — No, llevamos una semana follando sin parar y me duele todo, se acabo — le dije apartandome de él— Esta noche he invitado a unos socios a cenar, vendrán con sus parejas, quiero que lo prepares todo
Entre de pronto en el despacho, mirándome los dos hombres sorprendidos, me acerque hasta donde estaba Fabricio y con toda la fuerza que pude le di un bofetón rompiéndole el labio con el anillo que tenía en mi dedo— Tienes otra forma cabrón, matame, pero deja a mis hijos en paz — le grite— ¿Lo has escuchado todo? — preguntó— Si todo, olvidame, me estas escuchando asesino, olvidame — le dije marchándome de su despacho— “Celeste vuelve” — me gritó FabricioPero no le hice caso, baje todo lo deprisa que pude por las escaleras, sali del edificio llorando sin poder ver por donde iba, hasta que sentí un golpe en mi cuerpo cayendo al asfalto perdiendo el conocimiento.Me desperté fijandome que había un hombre con una bata blanca a mi lado y yo tenia unos goteros en mi brazo— Señora Roman, ¿cómo se encuentra? — me preguntó el hombre— ¿Que me ha pasado y donde estoy? — pregunté— Está en una clínica, la han atropellado ¿recuerda algo? — dijo— Algo recuerdo, creo que fui corriendo a algún