Después de comer en el restaurante, subimos a la limusina para volver a casa, cuando llegamos me fui al salón sentándome en el sofá pensativa, sentándose a mi lado Fabricio cuando se terminó de poner una copa de licor. — Espero que cumplas tu palabra, no me fio de ti — le dije — Está todo filmado y legal como ya te dije — me dijo acariciando mi mejilla con sus dedos — Quiero ver a mis hijos, deja que por lo menos vaya a verlos — le dije — No, no quiero tener que obligarte a volver y además sé que ya te quedarías con el cabrón del federal, te amo Celeste y me va a costar mucho dejarte ir cuando me des el hijo que tanto ansío de ti — me dijo Me levanté del sofa para marcharme a mi dormitorio, pero Fabricio cogio mi mano sentandome encima suya, besando mi cuello — Nada más te tengo encima y mi polla ya esta dura, te deseo ahora — me dijo — Lo siento, voy a cambiarme de ropa, suéltame — le dije — No, –me dijo– eres mi esposa — dijo dejando la copa en la mesita Metio su mano por d
Me levanté al día siguiente dolorida, ya que después del primero, me hizo el amor dos veces más, me duche, me vesti y acercándome a la cocina escuche a Fabricio hablar por teléfono dentro de su despacho, me quedé un poco rezagada para escuchar lo que decía.— Ya lo sé que se firmó, pero si me hago la vasectomía nunca se irá de mi lado, la amo. dijo— Bueno pues prepara lo que hemos hablado, nunca la dejare irse de mi lado y la idea que has tenido me gusta, prepararlo todo — dijo terminando la llamadaCuando salió de su despacho, yo estaba aún en la puerta, estupefacta por lo que acababa de escuchar.— ¿Desde cuándo estás aquí? — me preguntó— Eres un cerdo, me oyes un cabrón – le dije pegando puñetazos cogiendo él mis puños— No sé que has escuchado Celeste, pero cumplire mi palabra contigo— ¿Como?Haciéndote la vasectomía? — le pregunté sin que me dijera nada mirándonos los dos a los ojos— Celeste, te puedo hacer la vida facil o dificil, tu eliges y no me gusta que me estés espian
Entre Maria y yo preparamos la cena que Fabricio me mencionó. Cerca de la hora que tenían que llegar los invitados, me puse un vestido de seda corto, cruzando dos tiras mis pechos tapandome las marcas que Fabricio me hizo la noche anterior, me deje el pelo largo y me pinte poniéndome después unos zapatos con tacón de aguja, terminando de arreglarme entró en el dormitorio Fabricio acercándose a donde yo me encontraba, rodeo mi cuerpo con sus brazos, mordiendo mi cuello como si fuera un vampiro — Recógete el pelo, quiero que todos vean a quien le perteneces — me dijo — No soy una muñeca que tengas que enseñar — contesté Me dio un fuerte bofetón tirándome al suelo, por la fuerza con que me pego poniendo su dedo en mi cara mirándome muy enfadado. — Harás lo que yo te diga, eres mía y no quiero repetírtelo — me dijo A la hora prevista empezaron a llegar los invitados, nos sentamos a cenar fijándome en que las mujeres que fueron, no eran las esposas, pero preferí callarme por no enfadar
Me estaba duchando cuando sentí las manos de Fabricio en mi vientre y sus labios en mi cuello.— Aquí dentro de tu vientre tienes a mi heredero, no sabes cuánto os quiero cariño — me dijo— No te hagas ilusiones conmigo, me prometistes dejarme ir cuando naciera — contesté muy seria— el médico no nos ha prohibido hacer el amor, vamos a la cama, necesito sentir como mi polla entra dentro de ti, prepárate porque te voy a dejar sin voz — me dijo con sarcasmo cogiéndome en brazos tumbandome en la cama, aun mojada como ibaUna semana después, Fabricio llegó a casa muy contento llevando en sus manos un ramo de rosas preciosos, cogió mi nuca con su manos acercando sus labios a los mios— Para mi preciosa mujer, vamos al dormitorio — me dijo juntando su boca con la mia besandome apasionadamente — No, llevamos una semana follando sin parar y me duele todo, se acabo — le dije apartandome de él— Esta noche he invitado a unos socios a cenar, vendrán con sus parejas, quiero que lo prepares todo
Entre de pronto en el despacho, mirándome los dos hombres sorprendidos, me acerque hasta donde estaba Fabricio y con toda la fuerza que pude le di un bofetón rompiéndole el labio con el anillo que tenía en mi dedo— Tienes otra forma cabrón, matame, pero deja a mis hijos en paz — le grite— ¿Lo has escuchado todo? — preguntó— Si todo, olvidame, me estas escuchando asesino, olvidame — le dije marchándome de su despacho— “Celeste vuelve” — me gritó FabricioPero no le hice caso, baje todo lo deprisa que pude por las escaleras, sali del edificio llorando sin poder ver por donde iba, hasta que sentí un golpe en mi cuerpo cayendo al asfalto perdiendo el conocimiento.Me desperté fijandome que había un hombre con una bata blanca a mi lado y yo tenia unos goteros en mi brazo— Señora Roman, ¿cómo se encuentra? — me preguntó el hombre— ¿Que me ha pasado y donde estoy? — pregunté— Está en una clínica, la han atropellado ¿recuerda algo? — dijo— Algo recuerdo, creo que fui corriendo a algún
CAPÍTULO UNO NUEVA YORK Me bajé del taxi que me llevó a la dirección que le di al conductor, dónde se encuentra la comisaría donde trabaje hace más de seis años. Entonces me fui a Miami por unas merecidas vacaciones y ya no regresé a Nueva York porque me casé con un teniente de policía de ese lindo paraíso sin pensar que cambiaría mi vida. Seguí mirando el edificio con añoranza, sonriendo de felicidad por volver a donde fui realmente feliz. -— Bienvenida Celeste, te extrañamos mucho, ha pasado mucho tiempo, ¿vienes para quedarte? -— dijo John, el guardia en la puerta. — Yo también me alegro de verte y si, he venido para quedarme, Voy a ver al jefe, seguro que me patea el trasero jajajaja —Tus compañeros se alegraran mucho de verte, aunque hay gente nueva. -— Me dijo Después de saludarlo, fui a los ascensores escuchando desde abajo los gritos de mis ex compañeros haciéndome reír y pensando que no había cambiado mucho o nada desde que me fui. Cuando llegué a donde estaban las of
CAPÍTULO DOSEl primer mes estaba siendo un poco duro para mi, después de tantos años sin hacer ejercicio estaba un poco desentrenada a pesar de que iba al gym , pero lo más difícil fue, mi hijo, lo extrañaba cuando estaba trabajando. Pero el lado bueno era cuando llegaba a casa. ¿Cuál era ese lado bueno? te preguntarás, pues si mi pequeño. Es cuando abro la puerta de casa y veo a mi hijo venir corriendo hacia mí con sus bracitos abiertos mientras dice mami, su sonrisa y esa gracia que tiene cuando corre con sus piernitas . Ese es el lado bueno.Luego de tomar a mi niño en brazos, saludé a nana y sentándome con mi pequeño en el sofá le hacía pedorretas en el cuello, porque era lo que más le gustaba, siendo la música más linda que se podía escuchar, su sonrisa. — ¿Hola cariño como estas hoy? — preguntó Nana-— Por cierto, llamó David quería hablar contigo, se puso al teléfono el pequeño que no veas cómo le hablaba a su padre. — me dijo Nana ha estado con nosotros desde que nació m
CAPITULO TRESEse mismo día en la noche, Emily y yo salimos de fiesta. Primero fuimos a un restaurante italiano, pedimos dos pizzas y vino, salimos del italiano, cantando, bailando y riéndonos de lo borrachas que estábamos por el vino jajajajaja.Mi amiga se quedó esa noche en mi casa a dormir, porque aunque hubiera tomado un taxi para ir a su casa, no nos entendíamos hablando, vamos, se nos traba la lengua riéndonos contagiosamente ya que estábamos completamente borrachas.Al día siguiente me desperté muy tarde y con un fuerte dolor de cabeza ya que no estaba acostumbrada a beber pues llegamos a mi casa muy muy borrachos. Después de ducharme me tomé un café con dos pastillas para despejarme, pero Emily tampoco estaba muy bien, parecíamos unas brujas desaliñadas jajaja._ Buenos días Emi.- — Por favor, Celeste, no grites, me duele la cabeza, _me dijo — Tómate un café fuerte y unas pastillas que te dejarán nueva, que borrachera cogimos anoche, _le respondíPasamos todo el día tiradas