Estábamos Eric y yo en el salón viendo una película, cuando de pronto sonó el timbre de la puerta, él se levantó para abrir entrando poco después con Blake y Bryan dándome este un abrazo. los invitamos a sentarse mientras yo iba a la cocina para traerles unas cervezas.— Explicarnos qué secreto tenéis — preguntó Bryan— No hay secretos, os voy a ayudar para meter a esos dos entre rejas, por eso Celeste y yo estamos actuando — ¿De qué manera nos vas a ayudar? ¿Qué sabes tú? — preguntó Blake— Antes de que Celeste me arrestara yo tenía una empresa que me daba para vivir con lujos, cuando me enviaron a la cárcel me visitaba mi abogado que siempre me ha sido fiel y ahora mismo sabe los planes que tengo contra los Roman para recuperarla— ¿ Y que tienen que ver los hermanos contigo? — dijo Blake— Ellos tenian unas acciones que yo mismo les di, pues bien mi abogado me ha dicho que ellos con ayuda de otro narco, aprovecharon ya que conocen mucha gente de las altas esferas para quitarme la
Eric estuvo toda la semana viajando con su abogado por sus negocios, pero antes de marcharse me dio las llaves de la casa y las de su coche por si lo necesitaba. Aunque las náuseas empezaron a remitir, yo procuraba tomar infusiones y vitaminas. La noche anterior a venir Eric, tocaron al timbre de la casa, cuando la abrí me quedé completamente inerte al ver quien había al otro lado, CARLO — ¿Qué haces aquí? — le pregunté — He venido porque me preocupaba la salud de la puta de Eric, preciosa hace ya una semana que no te veo — Ya que me has visto, puedes largarte, Eric no está — Mejor, asi nos divertiremos tu y yo sin que nadie nos moleste — contestó Intenté cerrar la puerta, pero puso el pie empujándome hacia el interior de la casa. Intente coger la pistola que tenía en mi bolso, me cogió de la cintura con sus brazos tirandome al sofá — Por favor Carlo déjame en paz, nunca seré tuya — grité Intente defenderme con patadas y puñetazos, me rasgó la ropa, grité pero Carlo me tapo la
Eric estuvo toda la semana viajando con su abogado por sus negocios, pero antes de marcharse me dio las llaves de la casa y las de su coche por si lo necesitaba. Aunque las náuseas empezaron a remitir, yo procuraba tomar infusiones y vitaminas. La noche anterior a venir Eric, tocaron al timbre de la casa, cuando la abrí me quedé completamente inerte al ver quien había al otro lado, CARLO — ¿Qué haces aquí? — le pregunté — He venido porque me preocupaba la salud de la puta de Eric, preciosa hace ya una semana que no te veo — Ya que me has visto, puedes largarte, Eric no está — Mejor, asi nos divertiremos tu y yo sin que nadie nos moleste — contestó Intenté cerrar la puerta, pero puso el pie empujándome hacia el interior de la casa. Intente coger la pistola que tenía en mi bolso, me cogió de la cintura con sus brazos tirandome al sofá — Por favor Carlo déjame en paz, nunca seré tuya — grité Intente defenderme con patadas y puñetazos, me rasgó la ropa, grité pero Carlo me tapo la
GIOVANI Me marché de la habitación con el corazón destrozado sin comprender que la mujer que amo ya no quiere verme más, os tengo que decir que odio esta misión y me odio yo por ser un cobarde, no luche por ella cuando debí hacerlo, deje que su ex la hiciera infeliz y ahora ¿qué?. Espera un hijo mío, no puedo estar con ella, ver como crece mi hijo en su vientre, sus movimientos, sus pataditas. Todo lo que ella y seguramente el imbécil de Eric disfrutaran de este embarazo. !! No ¡¡ me niego a que eso ocurra, tengo que dejar esta misión, Celeste y mi hijo me necesitan ahora— Bryan voy a llamar al jefe, dejo esta misión— No puedes hacerlo ahora que estamos a punto de cogerlos, Giovani piensalo bien— Quiero estar con Celeste y mi hijo— No sabes si es tuyo, ya has escuchado a Celeste— Estoy muy seguro Bryan, el hombre que la follo en Nueva York era yo, decidí ir a un club donde tuvieran máscaras, porque sabía que si me veía la volvería a perder— Pero ¿cómo sabías que iría a ese c
Los dos días siguientes que estuve en el hospital, Giovani no me visitó como yo le había dicho y aunque me dolió mucho pensé que sería lo mejor para él, aunque mi corazón se contradecía con la razón, pero ¿qué podía hacer? su esposa nos sorprendió besandonos y sabía que era de los Roman, no se podía tocar si no se deseaba una Vendetta. Cuando me dio el médico de alta tres días después, Eric me llevó a su casa y admito que cuando entré en el salón me dio ansiedad por recordar lo que ahí pasó con Carlo. — Ya estas en tu casa princesa, ahora reposo eh que tienes que cuidarte —dijo Eric Me acompañó hasta el dormitorio para prepararme él un baño relajante pues no quería que yo hiciera nada. Después de bañarme, entré en el dormitorio viendo a Eric sentado en la cama esperándome. “Espero que no se note que he llorado “ pensé, pero fue inutil porque me conocía muy bien y enseguida me lo noto. — ¿Estás mejor? no llores por él, pronto acabarás la misión y estaréis juntos — No Eric, tú mejo
Después de estar una semana en París acompañando a Fabricio en sus reuniones de, supe algo más de los negocios de los Roman, llame a mis compañero para informarles de lo que iba descubriendo, aunque cada día llegábamos al hotel con más cansancio por las reuniones, comidas, cenas siendo todos los días más de lo mismo. — El sábado Curtis mi nuevo proveedor va a celebrar una pequeña fiesta en su casa, estamos invitados ¿te apetecería ir? — me dijo mientras desayunabamos — No tengo ropa de fiesta, no pensaba — No te preocupes por eso, tengo una amiga que es propietaria de una tienda de ropa, estoy seguro que te podria aconsejar un vestido perfecto para ti, pero para mi te pongas lo que te pongas, siempre estarás preciosa — Vas a hacer que me ponga roja, no estoy acostumbrada a que el jefe que me alage, gracias — Pues si ofenderte te digo que, me gustaría tener contigo más que halagos. — Lo siento mucho Fabricio pero no quiero tener relaciones con ningún hombre — ¿Algún hombre que n
El sábado me puse el vestido que me compro Fabricio, me recogí el pelo, me pinte con colores suaves y poniéndome los zapatos, cogiendo mi bolso salí de la habitación. Fabricio que está de pie enfrente mía, se quedó mirándome tan fijamente que me sonroje. — Estas __ no tengo palabras para definir lo bella que estas — dijo — Gracias, por el vestido, bueno la verdad por todo La limusina entró en los jardines de una preciosa mansión parando en la misma entrada donde llamaba la atención los arcos de mármol que la adornaban. Entramos y todos los muebles eran de diseño muy bonito, que según Fabricio el anfitrión restauró toda la casa al estilo parisino con los materiales más caros. Entré cogida de su brazo, pero mi corazón latía tan fuerte que pensé que todo el mundo lo escuchaba, sabía que iba a ir Giovani u eso lo que me ponía mucho más nerviosa. — Celeste y Fabricio, buenas noches, me alegra veros os presentó a mi esposa Natalie — nos saludó Curtis el anfitrión Después del saludo, n
Me vestí con un vestido muy sexi, solo por él, cogí mi bolso y cogidos de la mano salimos del hotel subiendo en la limusina que nos llevó a un restaurante fuera de París. Entramos en el local y enseguida el metre nos hizo seguirle hasta una terracita donde la mesa ya estaba preparada, Fabricio como todo un caballero abrió mi silla para sentarme, sentándose él enfrente mía. Nos trajeron una botella de vino, que probando primero Fabricio y dando el consentimiento, nos sirvieron en nuestras copas. La comida y los postres fueron deliciosas. Tomandonos un cafe capuccino, Fabricio me sorprendió con una pregunta — ¿Te has pensado lo que anoche te dije? Quiero que aceptes este regalo porque quiero demostrarte cuanto me importas — dijo dándome una cajita forrada de terciopelo — Fabricio tú también me gustas mucho y después de como me hiciste sentir anoche ufff, fue maravilloso. Pero no creó que sea la mujer perfecta que necesitas, comprendelo — Celeste no quiero una mujer perfecta, te quiero