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Sal afuera. Te tengo una sorpresa

Esbocé una sonrisa observando su mensaje y rápidamente dejé mis libros de textos y cuadernos regados por todo el suelo de mi habitación y me calcé corriendo a la entrada escuchando el rugir de su moto cada vez más cerca.

Salí de la casa corriendo al verlo y me detuve cara a cara con sus hermosos ojos de tormenta, me acerqué hasta que nuestros labios se tocaron y sonrió en medio del beso atrayéndome más hacia él. Al separarnos, me señaló la moto subiéndose en ella.

Me subí a la moto abrazada a el - ¿A dónde iremos? – escuché que soltó una risita

- Pronto lo sabrás – comento haciendo que le diera un suave puño en la espalda.

Fingió un eno

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