La siguiente semana transcurrió como habíamos planeado Jesse y yo esa mañana, seguiríamos con la farsa de no ser nada y el buscaría a su hermano mientras yo me encargaba de mantener todo bajo control. No había vuelto a tener noticias de Caleb y eso me inquietaba, también el hecho de que Grace últimamente tenía los ojos hinchados y debía usar más maquillaje para cubrirlo, signo de que ahora peleaba constantemente con Matt.
Entré a la cocina mientras Matt leía el periódico comiendo una tostada en el pequeño comedor de la cocina y Grace estaba sentada en la isla con la cabeza gacha.
Serví un poco de cereal y me senté en el puesto frente a Matt observando como Grace y él cada tanto se dirigían miradas llenas de dolor y rabia.
- ¿Me perdí de algo? – objeté enarcando las cejas.
Deje las llaves en la mesilla de la entrada estando todo en completa oscuridad, la verdad no sé porque vine a quedarme en mi casa, despues de todo, ahora anda sola siempre, cosa que no me agrada mucho porque Grace siempre hacia que la casa se viera como un hogar, que fuera un hogar para los que vivimos en ella, pero últimamente solo parece una mansión a oscuras, desolada y olvidada. Fui a la cocina encontrándome a Matt tomando de una copa llena con un líquido ámbar que brillaba por la luz de la luna que se filtraba por los ventanales. Me detuve a verle cruzándome de brazos – Grace te asesina si descubre que estas tomando... - Grace no está – cortó secamente haciéndome callar. Tragué saliva, son las tres y media de la mañana, ¿Cómo
Serví un poco de granola mientras Matt llegaba envuelto en un abrigo largo negro, me dirigió una mirada corta fijándose en mi pijama corta y se sentó en la isla sirviéndose un poco de whisky con una sonrisa burlona - ¿No es un poco tarde para desayunar? – se burló tomando un sorbo. Me encogí de hombros buscando un cubierto en los cajones de la isla - ¿No crees que es tarde para beber? – Llevé un poco de granola y lo observe sentándome frente a él con soberbia - ¿Dónde está Grace? Matt suspiró revolviéndose el cabello castaño crespo suspirando rendido, le tomó varios segundos para volver su mirada hacia la mía y cuando finalmente lo hizo, contuvo la respiración. - En la habitación... llorando...– musitó terminándose su bebida, volv
El sol menguaba y con el traía distintos pensamientos a mi mente ya de por si abatida por la cantidad de acontecimientos que han ido llegando a lo largo de esta semana. Mi hermana mayor, la que considero mi madre ha perdido su tercer hijo, después de meses intentando quedar embarazada. Grace es de las personas que conoces y al instante te enamoras de ella por su esencia, siempre con una sonrisa en el rostro, carismática y amable, sin embargo, verla ahora de aquella forma... tan destruida, tan rota, solo me hace pensar en una cosa. ¿Por qué a ella? Observé su rostro por lo que parecieron horas, mientras el sol iluminaba la habitación preguntándome lo mismo ¿Por qué a ella? Fue quien me cuido y crio cuando todos me abandonaron, fue la que continuo sus estudios y caminó con la frente en alto a pesar de que en las calles la juzgaban por p
¿En qué momento descubres que quieres a alguien? O peor, que casi podrías jurar que lo que sientes es ¿amor? Dicen que en la vida poseemos tres amores, el primero es algo así como una fantasía, el segundo representa la toxicidad y el último, aquel tercer amor... es el verdadero. Aquel que te hace crecer como persona, que te demuestra con acciones y no con palabras que estará allí para ti siempre que te apoya más que incluso tú mismo, que es aquel que incluso cuando dudes hasta de ti mismo, estará allí para consolarte, quererte y apoyarte. No sé dónde se encuentra un amor así, pero siempre desee encontrarlo... Y ahora podía comprenderlo. Lo que sentía por Jesse iba más allá del cariño, del afecto mutuo o el deseo. Por este último había pasado hacía mucho tiempo, pero ¿amor?
Sal afuera. Te tengo una sorpresa Esbocé una sonrisa observando su mensaje y rápidamente dejé mis libros de textos y cuadernos regados por todo el suelo de mi habitación y me calcé corriendo a la entrada escuchando el rugir de su moto cada vez más cerca. Salí de la casa corriendo al verlo y me detuve cara a cara con sus hermosos ojos de tormenta, me acerqué hasta que nuestros labios se tocaron y sonrió en medio del beso atrayéndome más hacia él. Al separarnos, me señaló la moto subiéndose en ella. Me subí a la moto abrazada a el - ¿A dónde iremos? – escuché que soltó una risita - Pronto lo sabrás – comento haciendo que le diera un suave puño en la espalda. Fingió un eno
Jesse Las luces me cegaban. El ruido de las calles ensordecía mi mente. Los miles de aromas que inundaban mis fosas nasales me hacían querer huir. Querer escapar. Querer volver a casa. Volver con ella... Siempre que venía a esta ciudad, me recordaba solo una cosa. Mis padres, mi antigua vida y la razón por la que seguía con esto; como pude ingresé al edificio central que se alzaba imponente sobre mí y entré. Todos me saludaban con asombro y felicidad combinados. Se sorprendían de verme en tan poco tiempo y los entendía. Yo mismo estaba sorprendido por encontrarme aquí, en este lugar y no con Lena mientras atraviesa el dolor de la partida de su padre adoptivo. Como pude, me adentré en el ascensor lleno y me detuve
Existen síntomas para todo. Estrés, ansiedad, euforia, melancolía, ira, entre otros más.Cada quien actúa de manera diferente ante aquellas emociones, sin embargo, existe el caso particular de no demostrar nada y sentir demasiado. Muchas personas en la actualidad optan por esta alternativa de sentimentalismo para protegerse de las malas personas, aquellas que arruinan todo y disfrutan haciéndolo. Aquellas que están destinadas al infierno cuando mueran, por lo crueles que han sido con las personas y la forma en que sobornan a la sociedad.No puedo decir que soy de las pobres personas a quien le rompen el corazón una y otra vez. No. Hago parte es de la segunda clase de personas, que destruyen, manipulan y disfrutan haciéndolo. Porque en la vida he aprendido que lo que má
- Que buena pelea. Por poco creí que se besarían en pleno drama – apostilló Jena cuando llegué a mi casillero y metí mi mochila con un golpe.Al instante Theo me tomo por los hombros riendo – Calma, correcaminos. El drama del parqueadero ya acabó – comentó mientras sacaba los libros del primer periodo.Jena se situó junto a mí recargándose en el casillero haciendo estallar una bomba de chicle rosado.- Quiero saber quién es y no me llames correcaminos, sabes que lo detesto – farfullé cerrando mi casillero de un portazo caminando al bloque C donde tengo calculo con Jena.Theo se encogió de hombros asintiendo – Okay.