Los días que presidieron nuestra partida de New York fueron como Jesse y yo predijimos, estábamos en boca de todos los que nos conocían y también de los que no, con nuestra llegada todo lo que se había pausado tras nuestra huida repentina, volvió a despertar lentamente para atacarnos, sin embargo, ante la decisión de ocultar nuestra relación hasta que pudiéramos solucionar los problemas más graves creo que al llegar, actuáramos nuestra rivalidad pasada.
Había que admitir que actuar se nos daba bastante bien nuestra rivalidad más que muerta, pero ante los días que pasaban y no podíamos solucionar todo rápidamente, y lo poco que nos podíamos ver en verdad, la cual era a escondidas, comenzó a despertar mi ira, y también la impaciencia de Jesse.
Suspire rendida sacando un libro de química para mi siguiente periodo de clase cerrando el cas
Tenía dudas... demasiadas en mi mente que no me permitían pensar con claridad, pero no importaba ya. Debía solucionar todos los problemas o terminar muy mal, sin embargo, lo único que pensé en el momento en que Caleb se fue dejando su amenaza grabada en mi mente, fue en Jesse. Lo único que podía pensar, era que lo necesitaba, demasiado y no podía soportar la separación el hecho de tener que escondernos, así que tan pronto me subí a mi auto le escribí que nos viéramos en la playa, junto al muelle de Santa Mónica. Me descalcé y entré a la playa solamente sosteniendo en una mano mis botines de plataforma mientras la brisa impacto con mi cabello haciéndolo revolotear en mi espalda, el sol estaban a punto de caer, poco a poco veía como se acercaba a la línea de horizonte que se marcaba con el mar y me quedé hipnotizada viendo como cada seg
La siguiente semana transcurrió como habíamos planeado Jesse y yo esa mañana, seguiríamos con la farsa de no ser nada y el buscaría a su hermano mientras yo me encargaba de mantener todo bajo control. No había vuelto a tener noticias de Caleb y eso me inquietaba, también el hecho de que Grace últimamente tenía los ojos hinchados y debía usar más maquillaje para cubrirlo, signo de que ahora peleaba constantemente con Matt. Entré a la cocina mientras Matt leía el periódico comiendo una tostada en el pequeño comedor de la cocina y Grace estaba sentada en la isla con la cabeza gacha. Serví un poco de cereal y me senté en el puesto frente a Matt observando como Grace y él cada tanto se dirigían miradas llenas de dolor y rabia. - ¿Me perdí de algo? – objeté enarcando las cejas.
Deje las llaves en la mesilla de la entrada estando todo en completa oscuridad, la verdad no sé porque vine a quedarme en mi casa, despues de todo, ahora anda sola siempre, cosa que no me agrada mucho porque Grace siempre hacia que la casa se viera como un hogar, que fuera un hogar para los que vivimos en ella, pero últimamente solo parece una mansión a oscuras, desolada y olvidada. Fui a la cocina encontrándome a Matt tomando de una copa llena con un líquido ámbar que brillaba por la luz de la luna que se filtraba por los ventanales. Me detuve a verle cruzándome de brazos – Grace te asesina si descubre que estas tomando... - Grace no está – cortó secamente haciéndome callar. Tragué saliva, son las tres y media de la mañana, ¿Cómo
Serví un poco de granola mientras Matt llegaba envuelto en un abrigo largo negro, me dirigió una mirada corta fijándose en mi pijama corta y se sentó en la isla sirviéndose un poco de whisky con una sonrisa burlona - ¿No es un poco tarde para desayunar? – se burló tomando un sorbo. Me encogí de hombros buscando un cubierto en los cajones de la isla - ¿No crees que es tarde para beber? – Llevé un poco de granola y lo observe sentándome frente a él con soberbia - ¿Dónde está Grace? Matt suspiró revolviéndose el cabello castaño crespo suspirando rendido, le tomó varios segundos para volver su mirada hacia la mía y cuando finalmente lo hizo, contuvo la respiración. - En la habitación... llorando...– musitó terminándose su bebida, volv
El sol menguaba y con el traía distintos pensamientos a mi mente ya de por si abatida por la cantidad de acontecimientos que han ido llegando a lo largo de esta semana. Mi hermana mayor, la que considero mi madre ha perdido su tercer hijo, después de meses intentando quedar embarazada. Grace es de las personas que conoces y al instante te enamoras de ella por su esencia, siempre con una sonrisa en el rostro, carismática y amable, sin embargo, verla ahora de aquella forma... tan destruida, tan rota, solo me hace pensar en una cosa. ¿Por qué a ella? Observé su rostro por lo que parecieron horas, mientras el sol iluminaba la habitación preguntándome lo mismo ¿Por qué a ella? Fue quien me cuido y crio cuando todos me abandonaron, fue la que continuo sus estudios y caminó con la frente en alto a pesar de que en las calles la juzgaban por p
¿En qué momento descubres que quieres a alguien? O peor, que casi podrías jurar que lo que sientes es ¿amor? Dicen que en la vida poseemos tres amores, el primero es algo así como una fantasía, el segundo representa la toxicidad y el último, aquel tercer amor... es el verdadero. Aquel que te hace crecer como persona, que te demuestra con acciones y no con palabras que estará allí para ti siempre que te apoya más que incluso tú mismo, que es aquel que incluso cuando dudes hasta de ti mismo, estará allí para consolarte, quererte y apoyarte. No sé dónde se encuentra un amor así, pero siempre desee encontrarlo... Y ahora podía comprenderlo. Lo que sentía por Jesse iba más allá del cariño, del afecto mutuo o el deseo. Por este último había pasado hacía mucho tiempo, pero ¿amor?
Sal afuera. Te tengo una sorpresa Esbocé una sonrisa observando su mensaje y rápidamente dejé mis libros de textos y cuadernos regados por todo el suelo de mi habitación y me calcé corriendo a la entrada escuchando el rugir de su moto cada vez más cerca. Salí de la casa corriendo al verlo y me detuve cara a cara con sus hermosos ojos de tormenta, me acerqué hasta que nuestros labios se tocaron y sonrió en medio del beso atrayéndome más hacia él. Al separarnos, me señaló la moto subiéndose en ella. Me subí a la moto abrazada a el - ¿A dónde iremos? – escuché que soltó una risita - Pronto lo sabrás – comento haciendo que le diera un suave puño en la espalda. Fingió un eno
Jesse Las luces me cegaban. El ruido de las calles ensordecía mi mente. Los miles de aromas que inundaban mis fosas nasales me hacían querer huir. Querer escapar. Querer volver a casa. Volver con ella... Siempre que venía a esta ciudad, me recordaba solo una cosa. Mis padres, mi antigua vida y la razón por la que seguía con esto; como pude ingresé al edificio central que se alzaba imponente sobre mí y entré. Todos me saludaban con asombro y felicidad combinados. Se sorprendían de verme en tan poco tiempo y los entendía. Yo mismo estaba sorprendido por encontrarme aquí, en este lugar y no con Lena mientras atraviesa el dolor de la partida de su padre adoptivo. Como pude, me adentré en el ascensor lleno y me detuve