La primera vez que me interese por un auto fue cuando tenía trece años, en un viaje familiar, fue la primera vez que mi padre le pidió a Grace una reunión familiar, ellos ya vivían en Washington por el trabajo de él y en cambio nosotras apenas no habíamos mudado hacía dos años de nuevo a Los Ángeles, en aquella época seguía enojada con Grace por haberme alejado de mis amigos de la escuela, sin embargo, me recompensó comprando la mansión junto a Theo, mi amigo de toda la vida.
La primera noche en nuestro hotel, no podía dormir así que deambulé por el vestíbulo con mi camisón y logré ver como salía envuelto en una chaqueta de cuero y sonrisa arrogante mi hermano Caleb. Lo amenacé con que si salía le diría a papá pero ambos sabíamos que él no me creería, apenas me vio lo único que hizo fue mirarme de arriba abajo y preguntar por mis notas. Así que Caleb solo se burló, me pidió que me vistiera y fuera con él. Una hora despues estábamos a las afueras de New york en el auto de papá y al llegar al lugar de las carreras, supe que ese era mi lugar.
Allí vi otra faceta de mi hermano, quien en la mañana había conocido por primera vez y congeniamos de inmediato al tener el mismo gusto por la adrenalina. Aquella noche estuve de copiloto en su auto, quien se lo prestó Isaac, apenas tenía dieciséis años igual que Caleb, su tío era quien dirigía las carreras ilegales y allí conocí a Blake. El que fue mi primer amor, primer novio, primer todo.
Despues de la semana que pasamos con mi padre y su familia, regresamos a Los Ángeles y empecé a investigar lugares de carreras ilegales, despues de varios meses infructuosos escuché a una pareja en el parque de diversiones mencionar a Isaac y Blake, para entonces recién había cumplido los quince, así que los seguí y me llevaron a ellos. Ellos se volvieron parte de mi familia en ese poco tiempo y Blake... a él lo amaba con todo mi ser.
Subí a mi auto y observé como vitoreaban a Erick, pero a mí no, las personas que me conocían sabían que cuando corro, no me gusta que me vitoreen antes de la carrera, prefería que lo hicieran al final cuando haya ganado con gran euforia. Me gire a ver a Erick que me guiño un ojo y formo con los labios "vas a perder muñequita", sonreí con suficiencia tomando el volante mirando al frente.
Asentí cuando la chica que da la señal verde me miró y despues a Erick, la recompensa seria el auto del perdedor, sin lloriqueos. Se hace y punto.
Tomé una bocanada de aire observando una foto de Blake y yo colgando del espejo retrovisor, en esta guiña el ojo a la cámara, con una sonrisa de suficiencia que se me contagio con el paso del tiempo rodeando con su brazo mi cuello, mientras que yo sonreía inocente y con ojos brillantes.
– Acompáñame – murmuré observando al frente con esperanza, a mi lado vislumbré una figura que conocía muy bien.
- siempre, correcaminos, siempre- dijo haciéndome sonreír, asentí aun viendo hacia la carretera que nos espera con los brazos abiertos.
El tiempo transcurrió en cámara lenta cuando encendimos nuestros autos, rugiendo a la vida sacándome una sonrisa, comencé a respirar pausadamente mientras la muchacha bajaba las banderas blancas llegando a la altura de sus rodillas. Solté el aire contenido pisando el acelerador.
La carrera comenzó y no había vuelta atrás.
Conforme se disipaban los gritos de euforia, hacían eco en mi mente los motores de nuestros autos dando todo lo que pueden, aceleré a fondo cuando me tomo la delantera.
- Demuéstrale como se conduce – comentó Blake tocando con su mano mi brazo, haciéndome erizar.
Sonreí acelerando aún más dando otro cambio, giré a la derecha haciendo un derrape perfecto para no chocarme con los barriles oxidados con flechas iridiscentes amarillas, me aferré más al volante rebasando a Erick y su sonrisa de superioridad
- pobre chiquillo – me burlé compadeciéndome de él. Alcé una mano despidiéndome de él soltando una carcajada viendo por el retrovisor su nerviosismo.
Sentí la adrenalina correr por mis venas, mis pulmones funcionaban perfectamente y llegaba a mi punto de tranquilidad donde la velocidad no solo es mi aliada, es mi hermana y compañía incondicionalmente. Metí el siguiente cambio girando para ver a lo lejos los próximos barriles señalizados, solté el aire contenido derrapando hacia la derecha escuchando las ruedas rechinar de satisfacción botando humo que se tragó Erick con enojo.
Solté una palabrota cuando me alcanzó con ahínco escuchando su auto rugir cada vez más fuerte. Gire a la izquierda dando el retorno seguido de él tomando la delantera faltando tres kilómetros.
Mantuve mi respiración lo mejor pausada que podía colocando el siguiente cambio dándole al acelerador con furia. Al tener medio cuerpo de diferencia apenas vislumbrándose el tumulto de gente gritando eufóricos y la línea de meta, sonreí arrogante, colocando el siguiente cambio y acelerando a doscientos veinte rebasando el auto de Erick que al verme sonreír supo que lo sabía, su auto no tenía tantos caballos de fuerza y por ello no aceleraba más de ciento noventa.
El tumulto de gente comenzó a gritar aún más eufórica al pasar la meta disminuyendo la velocidad rápidamente. Solté la última bocanada de aire que había contenido hace mucho sintiendo mi cuerpo temblar y el corazón latir desbocado mientras me desabrochaba el cinturón al tiempo que todos festejaban alrededor de mi auto sin poder evitar una sonrisa de alegría genuina.
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Caminé hacia mi auto terminando de colocarme mi abrigo negro, tomándome alguien de la cintura haciéndome girar, unos impactantes ojos grises divertidos se chocaron con mi mirada confundida.
Sonrió y yo me crucé de brazos - ¿Qué quieres? – espeté recargándome en el auto.
Pasó su brazo junto a mi rostro recargándose también – Felicidades.
- No me interesan tus buenos deseos, sé que no son sinceros – comenté desviando la mirada un segundo observando a Theo sonreírme acercándose a mí.
Está teniendo el drama que tanto anhelaba, parece mujer.
- ¿Te gustaría salir conmigo, caperucita?
Me gire a verlo de súbito, tragué saliva – No – sentencié – Verás... - apostille sonriendo - tengo una regla muy importante donde incluye no aceptar salir con nadie que me ponga seudónimos o tenga pinta de idiota
Acercó su cara a la mía sonriendo de medio lado – Solo es una salida, no te secuestraré o bueno... - se lo pensó mejor – eso depende de cómo te comportes – Sonrío de medio lado acercándose más a mi hasta quitar todo espacio entre nuestros cuerpos.
Me humedecí los labios acercándolos hasta que apenas se rozaban – Prefiero ir a la cárcel y enamorarme de un agente de la policía a salir contigo ¿Te lo pongo más claro?
- Así que la cárcel y policía – murmuró divertido sin alejar sus labios de los míos, yo tampoco lo haría, de hecho me estaba empezando a gustar este juego.
- Si. Toda una vida – murmuré colocando mis manos en su pecho – Ahora. Apártate – espete seriamente.
- Quédate – ofreció
- ¿A qué? – lo observé seriamente manteniendo el nerviosismo que se estaba instalando en mi cuerpo al sentir como su aroma me embriagaba. Lo quiero lejos de mí, pero no perderé contra él. Jamás.
Se encogió de hombros – A verme correr – murmuro sin más.
Tomé una bocanada de aire negando – Jamás en la vida – Apostillé empujándole casi derribándolo, subí a mi BMW y bajé la ventanilla para verle observarme perplejo – Espero mueras - finalicé alejándome lo más posible de él y sus ojos tormenta.
- ¿Por qué no te quedaste a las celebraciones? Te echamos de menos – Comentó Jena al entrar a mi habitación acostándose en la cama desordenada.- No tengo ánimos de festejar – Musité sentándome frente al escritorio volviendo a la hoja con un pequeño escrito.Escuché los pasos de Jena momentos despues acercándose a mí.- No importa, solo son fiestas - se encogió de hombros dejando una lona negra cerrada frente a mi haciendo que soltara el bolígrafo - ¿Grace se ha enterado? – murmuró cautelosa.Abrí la lona sacando el dinero de las ganancias de las carreras observando que todo esté en orden volv
Golpearon suavemente haciendo que despertara, me gire a ver hacia la puerta. No quería visitas, desde ayer me había encerrado en la habitacion y no había salido para nada, suerte que tengo mi baño privado. Suspiré mirando al techo.- Adelante – murmuré encogiéndome aún más en la cama bajo el edredón.Despues de unos segundos abrieron con delicadeza – Te traje comida, debes estar hambrienta – murmuró Jesse mostrando dos tazas de Starbucks y una bolsa del palacio de las donas, dejé que pasara sentándome en la camaSe sentó frente a mi tendiéndome la bolsa de donas – Tu hermana dijo que podía pasar y Matt dijo que te dijera que maduraras – sonri&oac
Salí del Audi volviendo a ser interceptada por Erick que me atrajo hacia el besándome con gran deseo, más del que me había demostrado hacía varias horas, enredé mi lengua con la suya sincronizándonos mientras con una mano levantaba la falda de mi vestido deteniéndose en mi muslo derecho, lo rodeó introduciendo uno de sus dedos dentro de mí.Gruñí manteniendo el beso mientras introducía otro con más presión de la necesaria haciéndome gemir. Se separó unos segundos de mis labios mirándome con intensidad.- No tienes por qué entrar, podemos irnos a volver a terminar lo de antes – gruñó al tiempo que metía mi mano dentro de su pantalón, cogiendo su miembro con la fuerza sufici
Me coloqué la camisa horrorosa de Blake mientras Jesse me miraba cómplice colocándose su camisa de vestir completamente estropeada que solo poseía ahora un botón. Solté una risita encogiéndome de hombros, se acercó hacia mi uniendo sus labios a los míos con pasión rápidamente introdujo su lengua en busca de la mía mientras yo la recibía con deseo y rabia por querer volver a repetir lo que habíamos hecho, de repente mi móvil sonó con el tono de Isaac haciendo que nos tuviéramos que separar.Jesse gruñó cuando me aparté en busca de mi móvil tomándome de la cintura para traerme más a él y volverme a besar. Despues de esa llamada, volvió a sonar haciendo que me retumbara en los oídos, Isaac no llamaba más
Entré en silencio a la habitacion de invitados, fijándome que Theo me miraba con rabia, la anterior noche estuvo inconsciente en el auto cuando lo traíamos para mi casa, pero ahora que estaba consciente y con la mente disipada, podíamos hablar de la pelea que tuvo con Erick.Me senté junto a él sin mirarlo a los ojos, levanté la vista - ¿Por qué te peleaste con Erick?- Por la misma razón por la que tuviste sexo con él – afirmó encogiéndose de hombros mirándome despectivamente.Suspiré mordiéndome el labio – Theo... - fui a tomar su mano, pero la apartó con brusquedad- No, Lena. Estuviste con él au
Me humedecí los labios tomando la carta del fondo del armario de mi habitacion en casa de Isaac, la había escondido allí para olvidarla en una recamara abandonada, pero ahora estaba aquí y sentía la urgencia de leerla por última vez antes de quemarla por fin, despues de tantos años lo haría, pero primero la leería una última vez.Desdoblé el papel viejo y arrugado de tantas veces que la leí cuando me sentía más sola y abandonada que nunca, de cada vez que quería recordar sus últimas palabras dirigidas a nosotras, a Grace, para darnos fuerza y destruirnos un poco más.Grace y María,Durante la vida encontraran muchos tipos de personas, habrán
Todo comenzaba y la fiesta estaba en su mayor apogeo.Mientras la noche transcurría la mansión se iba llenando de gente que conocía y desconocía de mi instituto, de las carreras y otras fiestas. La mayoría los conocía y mientras, la gente llegaba, sonreía y bailaba, me mantenía en la cima de las escaleras con un vaso rojo lleno de agua bebiéndolo cada tanto esperando ver entre la multitud que llegara una melena rubia.Había localizado a Jesse, Lucas, Simon, Erick acompañado de dos porristas y a otros estudiantes de St Ángelo que me veían en la cima de las escaleras pero ninguno se me acercaba, tampoco es que quisiera que lo hicieran. Solo quería que apareciera Theo para poder pedirle disculpas por millonésima vez en estas dos semanas
Siempre como tradición en las fiestas que organiza Isaac a la una de la madrugada, la música se apaga y todos nos reunimos en la primera planta para jugar toda clase de juegos que son repartidos en toda la mansión. En el salón principal siempre se organiza el juego favorito de Isaac. Verdad o reto.El año pasado en el cumpleaños de Blake, decidí ser partícipe del juego y como consecuencia me besé con Blake por primera vez. Le habían pedido a Blake que besara a la chica más guapa de la mansión y el simplemente se me acercó y me beso casi demandando que yo era de él. En ese entonces me gusto ser de alguien pero ahora cuando lo recuerdo, solo desearía haberlo golpeado por creer que alguna vez fui de su propiedad.Lo amaba, pero no por e