Boca Floja

(…) Tres meses antes.

Cuando mi amiga Marjorie me dijo que me estaban solicitando hacerme una entrevista simplemente no podía creerlo, incluso con el apoyo que ella podría darme, solo se trataba de una asistente de recursos humanos, su peso era ínfimo comparado al necesario para ingresar en una compañía como esta. Litium era una de esas corporaciones que hacía de todo y la realidad es que no sabía para que parte me enviarían, pero cualquier cosa estaría mejor que el desempleo.

Llegue a muy tempranas horas de la mañana, comprobando que no era el único esperando, una dama de aproximadamente treinta años contemporánea conmigo se encontraba también en la cola, el edificio como tal todavía no estaba abierto, se trataba de un centro comercial completo, formado por una estructura muy llamativa de tres pisos, en el había locales de todo tipo, ropa, comida, tecnología, entretenimiento e incluso licores. Todo esto pertenecía a la empresa y otros centros parecidos, con distintos nombres y diseños se encontraban por todo el país. Los asientos en los que la mujer y yo reposábamos eran los que servían para dar descanso a los peatones como nosotros que no poseíamos un vehículo que estacionar.  

—¡Oigan! —Nos llamó un guardia de seguridad que venía con optimismo —¿Ustedes vienen a una entrevista? —Consultó viéndonos detalladamente.

—Si —Respondí de inmediato, la chica parecía algo adormecida.

—¡Perfecto! // ¡Tengo dos aquí abajo! ¡Ya los mando! —Comunico este a través de su radio // —Mucha suerte y que todo les vaya ¡Al cien por ciento! —La actitud de ese sujeto me quito los nervios que tenía, se veía como un veterano en su área, pero parecía disfrutarla bastante.

Ingresamos en la imponente construcción, guiados a través de un pasillo atravesamos el umbral, acto seguido subimos por un ascensor privado, nada estaba abierto y nosotros ascendíamos a donde sería el encuentro con el destino. Primeramente, llegamos a la recepción, donde una muchacha de cabello oscuro y ojos en extremo maquillados nos recibió cordialmente.

—¿Vienen a la entrevista? —Consultó acomodando su bolso, se notaba que acababa de llegar.

—Sí, correcto —Dijimos en esta ocasión al unísono, la que se supondría seria mi compañera ya estaba más activa.

—Excelente, permítanme un momento para avisarle a la chica de recursos humanos —Comentó esta con una sonrisa.

Nos sentamos en unos elegantes sillones de cuero, el área era en esencia un pasillo largo formado por una gran cantidad de puertas a cada lado, la zona en la que estábamos era un cuadrado con una formación de madera que fungía como escritorio de la recibidora. Está marco en teléfono fijo y se puso en contacto con la parte administrativa, no obstante, alcance a escuchar que faltaba una persona más por llegar, por lo que tendríamos que esperar otro tanto.

—Disculpen las molestias, ella bajara en un momento, no se preocupen —Mintió para que no nos cansáramos de aguardar.   

El tiempo fue largo y tendido, durante eso pasaron muchas personas por el sitio, desde personal de mantenimiento y seguridad, dueños de locales comerciales y todo tipo de empleados, se podían diferenciar claramente por el color de su franela, unos la tenían en rojo intenso, con un logo de una cara sonriente, otros con una estrella de cinco puntas en azul oscuro y los terceros en magenta, estos últimos se veían más imponentes, como si tuvieran un cargo superior, aunque en ese momento no tenía ni idea de quien era que exactamente.

Lo que si sabía era que todos pertenecían a Litium. Cuando nuestra paciencia estaba a punto de acabarse un apresurado sujeto llego como loco, portaba una chaqueta de jean y su cabello estaba desarreglado, la recepcionista tardo un momento en darle importancia, como si le estuviera pagando por su falta de puntualidad.

—Vengo por una entrevista de trabajo —Indicó este con premura.

—Dame un momento —Solicito a este tecleando nuevamente los números en el teléfono //—Ya llego el ultimo… Si, los hare subir —Murmuró está en un tono casi imperceptible // —De acuerdo muchachos, síganme —Pidió esta de forma amable, caminando nuevamente al ascensor —En cuanto lleguen entren en la sala dos y esperen, los recibirán cuanto antes —Añadió al ver que ya estábamos todos adentro, utilizando una llave para darnos accesos al piso administrativo.

Tal y como dijo llegamos rápidamente al área especializada, se veía cuidada, como una tasa de cristal, el pasillo era mucho más amplio y los salones se separaban con puertas echas enteramente de vidrio, nos dirigimos en sincronía a la sala dos, nos adentramos a la misma y nos sentamos alrededor de una mesa circular de madera, esta vez no hubo mentiras, pues la persona encargada de evaluarnos llego de inmediato. Se trataba de hecho, de mi amiga, Marjorie.

—Buen día muchachos —Nos saludó cordialmente a todos, quedamos en que ella no mostraría ningún tipo de trato especial por mi persona, aunque claramente había contribuido a que me llamaran, era uno de esas hipocresías burocráticas —Nos hiciste esperar Ezequiel —Declaró haciendo una mueca enojada al chico retardado.

—Lo siento mucho en serio, tuve algunos problemas —Carcajeó este con incomodidad, provocando que mi colega suspirara profundamente.

—En fin, el punto es que ya todos están aquí, antes de que conversen con las encargadas del área se les hará una prueba psicotécnica, esta influirá directamente en el resultado de este proceso, así que den su mayor esfuerzo —Explicó esta con seriedad, causando una leve preocupación en mis compañeros, yo por el contrario estaba completamente al tanto de la misma —Iré a buscarlas y volveré en un momento, espérenme por favor —Indicó mirándome de reojo, levantando su pulgar como señal positiva a mi persona.

Tras un momento de tensión apareció nuevamente con los papeles, eran unos folios formados por aproximadamente cincuenta paginas para cada uno, sería un examen largo y tedioso, como ella misma nos señaló se evaluaría nuestra capacidad analítica, abstracta, matemática, lógica y emocional. Si entrabamos en la media o superior de los cinco apartados la pasaríamos, de lo contrario la suspenderíamos.

Esta narró de forma precisa como proceder con las distintas preguntas, sin evidentemente darnos las respuestas correctas, admito que, aunque practique muchísimo el día anterior, varias cosas me tomaron por sorpresa, especialmente la parte de organización rápida (Que no tenía idea de que estaría), aun así, me apoye en mi mente y resolví todo el examen sin mayores complicaciones, notando como fui el segundo en responderlo, siendo la primera la chica y el colega que llego tarde todavía estaba quemándose la cabeza pensando en las respuestas.

—Muy bien, ahora si procede la entrevista, irán en orden de finalización —Indicó Marjorie contenta —Camila, ven conmigo, Liam, si quieres ir al baño o a tomar agua puedes hacerlo —Puntualizó está saliendo tras la puerta de vidrio.

—Sí, muchas gracias —Acepté contento, tras el tiempo que estuve en esa condición de evaluación me estaba aguantando las ganas.

En cuanto salí vi que en esas dos horas las cosas habían cambiado bastante, las demás áreas estaban llenas de personas, todas vestidas con prendas elegantes y muy formales, caminé tranquilamente por el pasillo, hasta que vi los letreros del baño, procedí a hacer de inmediato, liberándome de gran parte del estrés que sentía, al regresar al corredor me di cuenta que una gran sala estaba frente a los lavabos, formada por cubículos pegados los unos a los otros, se trataba de las oficinas administrativas centrales, contadores, abogados, gerentes y básicamente cualquiera que le aportaba a Litium unas ganancias masivas tenía su puesto personalizado allí. Esa no era el área a la cual iba, pero maravillarme con esa perspectiva me dejo fascinado, proseguí entonces a tomar un vaso de agua, estos eran conos de papel, tuve que llenar unos cinco hasta quedar satisfecho, notando que alguien esperaba para tomar también.

—Disculpe, lo siento muchísimo —Comuniqué con la cabeza baja, cuando la alcé bien la observe detalladamente, una mujer alta de piel muy blanca y cabello oscuro, tenía piernas torneadas, pechos exuberantes y un olor increíblemente bueno, pero nada fue tan resaltante como sus ojos, los cuales eran tan penetrantes que asustaban.  

—No se preocupe joven —Contestó con un tono animado. Allí me di cuenta de que tendría más de cuarenta años, pero era tan hermosa que nadie se fijaría en esa nimiedad.

—Oiga y dígame una cosa ¿Considera que esta es una buena compañía? —Consulté intrigado, por alguna razón quería que ella no se alejará de inmediato.

—Bueno… —Musitó como si estuviera analizando que decir —El personal es lo máximo, el trabajo exigente y bien remunerado, además te dará un currículo excelente para el futuro, no obstante, la jefa del departamento de ventas es algo infantil y fastidiosa, demasiado burocrática e insistente —Recriminó esta con enojo.

—Ah claro lo entiendo, si la verdad es que me cae mal la gente así, quiero decir, creo que soy perfectamente consciente de cuál es el trabajo que vengo a hacer aquí, no necesito que me lo repitan una y otra vez —Inquirí confiado, carcajeando junto a ella, el ser humano no aprende, justo acaba de salir de una relación de porquería y allí estaba, lanzándole la punta a una despampanante dama.

—¡Liam! —Llamó Marjorie desde la oficina.

—¡Ay disculpa! —Respondí apenado, dirigiéndome de nuevo a donde ella se encontraba.

—¿Qué estabas haciendo? —Cuestionó entre susurros.

—Era una señorita muy simpática, quería saber más de ella, conocerla mejor —Puntualicé orgulloso y pícaro.

—Grandísimo tonto, ella es… —Antes de que terminara de hablar una mujer se asomó por una puerta al final del pasillo.

—¡Trae al próximo! —Exclamó esta, con signos de vejes mucho más notorios, aunque con la misma elegancia que todos portaban en ese lugar.

—Ya vamos Sabrina —Contestó está nerviosa —Ya ni modo, espero que no le dijeras nada estúpido —Regañó mi amiga nuevamente caminando junto a mi hacia la siguiente sala.

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