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Agentes de Centro de Contacto

—¡Ya llegué! —Exclamé para que me escucharan, recibiendo respuestas de mi madre, la cual salió del cuarto, con su cabello negro corto desarreglado y sus honestos ojos felices claros.

—¿Cómo te fue mi amor? —Dudó esta abrazándome y dándome un beso en la mejilla.

—Muy bien, quedaron en llamarme si la prueba estaba bien, fue difícil, pero creo que lo logré —Hablé convencido.  

—Con el favor de Dios así va a ser, bueno que tal si nos tomamos un café y me cuentas todo —Ofreció esta cariñosa, dirigiéndonos a la cocina.   

Mi abuelo se encontraba tranquilamente preparando el delicioso líquido, el cual estaba extremadamente caliente, degustándolo con deleite conté a detalle, todo lo que viví en la oficina, incluyendo ese momento tan incómodo con la que sería la jefa absoluta de esa impresionante compañía, ambos rieron a carcajadas con esa anécdota.

—No se preocupe, si ese trabajo es para usted lo llamaran, quédese tranquilo y espere —Comentó el señor mayor, justo antes de meterse para el cuarto a ver la televisión.

—Pienso lo mismo, aunque deberías cuidarte de esa mujer —Advirtió mi mamá, llamando poderosamente mi atención.

—¿A qué te refieres? —Pregunté mientras fregaba las tazas.

—Tu como siempre hijo, es obvio que a esa chica le gustas —Declaró con un semblante cómico.

—Ay por favor, eso es ridículo, ella es la Ceo de la compañía, seguro tendrá un marido igual de ricachón y muchos hijos —Dije totalmente convencido.

—Por eso precisamente amor, si te quiere es obviamente como un amante y esos enredos románticos son peligrosos, no me gustaría que te volvieran a lastimar —Expresó ella con una más que entendible preocupación, especialmente después de como termino mi relación con mi exnovia.

—Tranquila, nada será como Verónica, además, yo no seré la segunda opción de nadie, eso te lo prometo —Garanticé con una actitud altiva.

—Y si por alguna razón llegan a hacerlo, usa preservativo y no te enamores —Ahora decía todo lo contrario, una terrible influencia.

—¡Madre! —Exclamé avergonzado ante sus inapropiados comentarios, causando que esta se divirtiera con malicia.

El resto del día se me fue ayudando a mis progenitores en las labores hogareñas, luego de eso jugué un rato en la consola, era un método extremadamente bueno para relajarse después de un día tan tenso como el de hoy o eso era lo que pensaba, si no fuera porque el enemigo con el que me estaba enfrentando era extremadamente duro y no paraba de matarme.

—¡Asqueroso bicho! —Exclamé rabioso, viendo que mi móvil comenzaba a repicar, alguien me estaba llamando // —¿Alo? —Cuestioné con curiosidad, seguro seria Arturo para comentarme alguna tontería relacionada con videojuegos o el comic favorito que seguíamos, solo por mejorías de señal me dirigí directamente a nuestro patio, ya que me gustaba caminar mientras charlaba por el teléfono.

—Muy buenas tardes ¿Tenemos el gusto de hablar con el señor Liam? —Al oír la voz supe que se trataba del personal de Litium.

—¡Si! ¡Soy yo! —Grité tan fuerte que mi familia salió rápidamente a ver si algo malo había pasado.   

—Nos alegra informarle que ha pasado al siguiente paso del proceso, le enviaremos a su correo los detalles del centro médico a donde deberá dirigirse a hacerse los exámenes para el empleo —Su voz me reveló la tan ansiada noticia, la cual llego tan deprisa que me dejo sin palabras.

—Yo… De acuerdo, muchísimas gracias —Dialogué entre titubeos, con la voz calmada, pero con el corazón acelerado.

—De nada, que tenga una excelente tarde —Se despidió la persona con amabilidad, cortando la llamada. //

—¿Eran del trabajo? —Preguntó mi madre al ver que apagaba el celular.

—Así es, tengo que hacerme los exámenes médicos, dijeron que me darían detalles por correo —Respondí emocionado.

—¡Eso! ¡Qué bueno! Ojalá todo vaya de maravillas —Aplaudió feliz mi mamá, llena de ilusiones.

Yo no quería emocionarme hasta estar completamente seguro de que recibiría el ansiado trabajo, por lo que antes de decir nada procedí a ver que me enviaron al e-mail, siendo esto detalles sobre la cita médica, la fecha y hora exacta de la misma. El día pautado me dirigí a las oficinas de salud, aunque el Covid ya no era algo cotidiano, aún era obligatorio usar los tapabocas en estos lugares, en general todo fue muy sencillo y rutinario. La doctora en cuestión me hizo una valoración particularmente exhaustiva de mi capacidad auditiva, esto era menester debido a que trabajaría enteramente con llamadas telefónicas.

Tras esto, pasaron varios días antes de tener cualquier tipo de contacto, cosa que desanimo bastante a mi mamá, pero no a mí, yo ya estaba preparado para cualquier desenlace negativo, de hecho, me encontraba en medio de una entrevista de trabajo para ser cajero en un supermercado, labor completamente contraria a mis facultades, cuando recibí la llamada. Tendría que dirigirme ese mismo jueves a las oficinas administrativas de la empresa Litium, para firmar el contrato del mes de prueba al que me sometería.

Extremadamente feliz, salí agradecido de la tienda de alimentos, solo que declarándoles que no continuaría con la solicitud, pues yo estaba muchísimo más interesado en mi primera opción. Cuando dije la noticia en casa, mis familiares se sintieron muy contentos, por motivos de celebración compramos unas pizzas y felizmente nos las comimos, como una antesala de lo que se vendría.

Me pidieron una extensa cantidad de documentos que servirían para formalizar mi registro en la corporación, por suerte todos estaban en mi poder y pude llevarlos el mismo día que me citaron para el registro, tras ver unas cuantas charlas de seguridad y donde me notificaban de la larga trayectoria histórica de mis jefes, proseguí a la sala tan ansiada, donde los papeles se apilaban hermosos, no era el único que entraría, otro muchacho con una voz profunda como si fuera un locutor también ingresaría ese día, eso sí, ninguno de los dos que presentaron la prueba conmigo se encontraban, claramente no tuvieron la misma suerte. Marjorie era la encargada de ayudarnos con nuestras consultas, leí y firme cada hoja del texto, finiquitando todo con las huellas de mis pulgares, alegre me aproxime a mi amiga y estreche su mano con formalidad.

—Felicidades caballeros, oficialmente formaran parte del equipo de Litium, espero que su experiencia sea muy grata y puedan superar el mes de prueba sin problemas, el día lunes vendrán a la sala dos, donde comenzaran a ver la capacitación para su área de trabajo —Dijo ella dirigiéndose a la salida.

—¿Y cuál será? —Cuestionó Albert con su grave tono.

—Ventas —Reveló esta con una sonrisa, tenía la impresión de que Olesia estaba detrás de eso, pero si era lo que me tocaba, lo haría a la perfección, tal como se lo prometí. 

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