Ingresamos en la casa junto a Celia, sin que esta en ningún momento se percatara de las segundas intenciones que teníamos con ella, todo era muy natural e incluso inocente, después de todo se trataba de una fiesta para inaugurar una propiedad ¿Qué podría tener esto de lascivo? Nada, solo que para Olesia y para mí siempre se podía sacar cosas divertidas de cualquier evento.Ayudamos a mi progenitora con la cocina, con servir los alimentos y entregarlos a los comensales, al mismo tiempo nos ocupamos de distribuir las bebidas, mismas que pusieron a todo el mundo rápidamente contento. Una cosa que nos dejó sorprendido era como Sabrina y Arturo charlaban tan amistosamente, dicho intercambio pensábamos que era meramente trivial, solo que con el tiempo estos no dejaban de conversar e incluso se dieron unos besos que revelaron sus gustos, en fin, la gente se conoce y deciden lo que sienten, así es siempre como nace el amor, sin ninguna razón aparente, únicamente movido por el deseo.Volviendo
Incluso tuvimos el atrevimiento de grabar un video después de desayunar de esa forma la memoria no sería el único testigo, tampoco las marcas que se irían con el tiempo, ahora solo estaríamos nosotros en un metraje que conservaríamos celosamente, como aquellas fotos que evocan una felicidad muy pura y que sirven como consuelo al alma en tiempos de adversidad.—Ustedes sí que saben cómo divertirse —Relamió sus labios Celia, poniéndose de pie y tronado su espalda.—Puedes quedarte con nosotros varios días si lo deseas —Hablé un tanto pícaro.—Nada que ver, tengo que volver a mi casa, mis niños me esperan —Indicó colocándose su ropa.—Oh entiendo eso, ya yo estaba por irme también —Expresó Olesia con un alto sentido de la responsabilidad.—Cielos… ¿Me quedare solo entonces? —Cuestioné sin saber muy bien lo que haría.—Puedes llamar alguna chica del trabajo, seguro que viene a darte calor en mi ausencia —Incitó mi CEO siempre con intenciones de complacerme.—¿Cómo es que tu esposo y tu te
(…) Oficinas Administrativas / Sala VIP La adrenalina es uno de los sentimientos más intensos que existen, pero cuando esto se mezcla con la pasión, el coctel resultante es una explosión de deleites prohibidos. Por momentos me perdía, la luz estaba apagada y pese a que media un metro setenta, no era nada comparado con el metro noventa de mi jefa, por lo que intentaba continuar con los besos apasionados y acabada por tocar su mentón o el cuello, aunque esto lejos de disgustarle le encantaba.—Me hiciste esperar demasiado… ¿Por qué no viniste antes? —Cuestionó Olesia, encontrando puntos en los que podía comunicarse, entre las caricias apuradas.—Un condenado cliente, estuvo hablando sin parar sobre su vida, quería decirle que una chica me estaba esperando, pero no hubiese sido apropiado —Respondí animado, continuando con el deseoso intercambio.Su lengua y la mía ya eran maestras de danza, se movían a gran velocidad, con desespero, entre mordidas y atenciones más sutiles, ella me suje
(…) Tres meses antes.Cuando mi amiga Marjorie me dijo que me estaban solicitando hacerme una entrevista simplemente no podía creerlo, incluso con el apoyo que ella podría darme, solo se trataba de una asistente de recursos humanos, su peso era ínfimo comparado al necesario para ingresar en una compañía como esta. Litium era una de esas corporaciones que hacía de todo y la realidad es que no sabía para que parte me enviarían, pero cualquier cosa estaría mejor que el desempleo.Llegue a muy tempranas horas de la mañana, comprobando que no era el único esperando, una dama de aproximadamente treinta años contemporánea conmigo se encontraba también en la cola, el edificio como tal todavía no estaba abierto, se trataba de un centro comercial completo, formado por una estructura muy llamativa de tres pisos, en el había locales de todo tipo, ropa, comida, tecnología, entretenimiento e incluso licores. Todo esto pertenecía a la empresa y otros centros parecidos, con distintos nombres y diseño
Lo que se presentó frente a mí fue un durísimo golpe de realidad, mi cara fue de absoluto asombro, junto a esa señora que nos llamó desde lejos estaba sentada la dama con la que intente coquetear, esta me hizo una mueca en señal de recordatorio y giro su cabeza levemente hacia un lado, sus enormes ojos gritaban que siempre supo quién era yo y lo único que ocurrió, fue que ella se divirtió con mi estupidez. Cuando voltee Marjorie ya no estaba, tendría que defenderme por mi cuenta. —Toma asiento Liam Maxwell, mi nombre es Olesia Mazur soy la Ceo de la empresa, encargada principal del departamento de ventas y cobranzas, un placer conocerte —Su sonrisa burlona me indicaba que me tenía en la palma de su mano.—Mucho gusto muchacho, yo soy Sabrina Colins, jefa del área de atención al cliente, es un placer tenerte aquí el día de hoy —La señora mostraba mucha amabilidad, pero parecía ocultar algo o quizás era solo mi inseguridad, ahora mismo desconfiaba de mi propia sombra.—Muy bien, porque
—¡Ya llegué! —Exclamé para que me escucharan, recibiendo respuestas de mi madre, la cual salió del cuarto, con su cabello negro corto desarreglado y sus honestos ojos felices claros.—¿Cómo te fue mi amor? —Dudó esta abrazándome y dándome un beso en la mejilla.—Muy bien, quedaron en llamarme si la prueba estaba bien, fue difícil, pero creo que lo logré —Hablé convencido. —Con el favor de Dios así va a ser, bueno que tal si nos tomamos un café y me cuentas todo —Ofreció esta cariñosa, dirigiéndonos a la cocina. Mi abuelo se encontraba tranquilamente preparando el delicioso líquido, el cual estaba extremadamente caliente, degustándolo con deleite conté a detalle, todo lo que viví en la oficina, incluyendo ese momento tan incómodo con la que sería la jefa absoluta de esa impresionante compañía, ambos rieron a carcajadas con esa anécdota.—No se preocupe, si ese trabajo es para usted lo llamaran, quédese tranquilo y espere —Comentó el señor mayor, justo antes de meterse para el cuar
(…) Centro Comercial Logias / Oficinas de LitiumSalir de casa tan temprano dio sus frutos, llegue una hora antes de que empezara el día de trabajo, estaba asignado a un horario de nueve de la mañana a seis de la tarde, aunque ya estaba avisado de que este solo se mantendría de manera provisional, los tiempos variaban en función de los turnos, existían tres distintos, el más común era el de en medio, comprendido de diez am a 7 pm. Sea cual fuera lo tomaría, después de todo no tenía nada mejor que hacer que estar en la casa discutiendo trivialidades por teléfono con Arturo, quien también estaba desempleado debido a una razón muy similar a la mía, solo que la empresa para la cual laboraba por internet quebró.Al llegar fui recibido nuevamente por la cordialidad del vigilante y la frialdad de la recepcionista, ambos no parecían estar sorprendidos de verme, por lo que asumí que ya estaban enterados o los chismes se esparcían como la pólvora, tras esperar aproximadamente treinta minutos ap
Los siguientes días no nos relacionamos para nada con el tema de los scripts, en su lugar estudiamos un montón de fórmulas financieras y datos sobre logística de la empresa, allí nos comentaron que pasaríamos únicamente semana y media allí, después bajaríamos y seriamos monitoreados por personal que ya tuviera experiencia en el área. El día número cuatro la cosa se puso verdaderamente interesante, pues comenzamos a meternos en los programas que utilizaríamos, estos eran vitales, pues nos permitirían contactarnos con los clientes y encargarnos de la asignación de los pedidos, cerciorarnos de la disponibilidad, ofrecer descuentos y lo más importante, concretar las ventas. —Los dos sistemas más valiosos para nosotros son los siguientes, Celumark o Britune, Litium Marked y Phonework —Abriendo varias diapositivas, Rosa menciono a cada una de ellas. —¿Para qué sirven? —Cuestioné viéndola fijamente. —Los dos primeros son para contactar con los clientes, solemos darle prioridad a al p