(…) Oficinas Administrativas / Sala VIP
La adrenalina es uno de los sentimientos más intensos que existen, pero cuando esto se mezcla con la pasión, el coctel resultante es una explosión de deleites prohibidos. Por momentos me perdía, la luz estaba apagada y pese a que media un metro setenta, no era nada comparado con el metro noventa de mi jefa, por lo que intentaba continuar con los besos apasionados y acabada por tocar su mentón o el cuello, aunque esto lejos de disgustarle le encantaba.
—Me hiciste esperar demasiado… ¿Por qué no viniste antes? —Cuestionó Olesia, encontrando puntos en los que podía comunicarse, entre las caricias apuradas.
—Un condenado cliente, estuvo hablando sin parar sobre su vida, quería decirle que una chica me estaba esperando, pero no hubiese sido apropiado —Respondí animado, continuando con el deseoso intercambio.
Su lengua y la mía ya eran maestras de danza, se movían a gran velocidad, con desespero, entre mordidas y atenciones más sutiles, ella me sujetaba fuertemente la espalda, yo acariciaba su cabello tan sedoso, sentía su aroma espectacular, tenía un perfume fantástico que no paraba de embriagarme, era algo sencillamente divino.
—Oh Dios… ¿Ese es el que te regale? —Preguntó ella por la esencia que llevaba puesta.
—La misma ¿Te gusta? —Dudé viéndola directamente a los ojos, incluso en la oscuridad podía sentirlos, grandes y profundos.
—Huele a varón, a un auto nuevo, es como aventurarse en algo que no está bien, me recordó a ti de inmediato —Añadió sumergiéndose nuevamente en mis labios.
Su comentario era sumamente acertado, nada de esto estaba correcto ¿Por eso se sentía mejor a cada segundo que pasaba? Me abulte rápidamente, el cuerpo que tocaba era simplemente perfecto y me pertenecía, solo que para evitar las habladurías callábamos lo que sentíamos ante el resto, ella era la Ceo después de todo, que estuviera con un simple trabajador de ventas y además sin terminar de formalizar su divorcio sería un escándalo con consecuencias terribles.
—Dios Liam… Te amo —Su frase me dejo en absoluto shock, nuestra relación se basaba principalmente en la intimidad, ese comentario podría haber sido un escape fugaz, por lo que la vi fijamente antes de emitir alguna respuesta —De verdad… Te amo —Repitió está confirmándome mis dudas.
—Yo también Olesia y odio negar que siento esto —Musité entre la oscuridad, recibiendo caricias en todas mis partes sensibles, ella era extremadamente buena consiguiendo los puntos donde destruirme.
Santísima belleza europea que ahora estaba en mis manos, dejamos atrás el hecho de estar parados y nos dejamos caer en el sofá de cuero, ella yacía encima de mí, moviéndose con locura, causándome una fatiga en la cintura que definitivamente me provocaría consecuencias terribles, no le hubiese prestado atención, sino fuera por el hecho de que después de esto debía volver a continuar con mi horario.
—No te pases Olesia, voy a mancharme el pantalón —Advertí sintiéndome muy duro.
—Hm… No me importa, te hare salir temprano hoy, no quiero ir a casa tan pronto —Expresó en mi oído, mordiéndome el lóbulo con mucho deseo.
—Por favor, los accionistas te volverán a reclamar mi falta, recuerda que la gente habla… —Intentaba negarme a su atracción, aunque esto fuera sumamente difícil.
—Yo soy tu jefa, no te estoy preguntando lo que harás Liam, ya te puse una labor, ahora debes cumplirla —Afirmó esta con un tono dominante, acariciándome con su mano maestra, causando que dejara atrás la poca cordura que me quedaba.
Nos recostamos en el sofá para continuar con nuestra apasionante “reunión” esa era la excusa que había colocado como auxiliar en la aplicación telefónica de mi computadora, ya que al trabajar en un call center, no puedo simplemente irme sin decir un porque, los ruidos que hacíamos comenzaban a ser notorios, esto me ponía nervioso, mientras que a ella le encantaba.
— ¿Estás segura que no hay nadie aquí arriba? —Dudé angustiado, no quería que a ninguno de los dos se le arruinara su carrera laboral.
—Solo el personal de mantenimiento y ellas nos ignoraran por completo —Declaró esta con seguridad.
—¿Cerraste la puerta? —Volví a cuestionarme, no podía concentrarme.
—Escúchame Liam, queda poco para que te toque volver a conectarte, me darás placer antes de eso y cerraras la boca, yo deje todo listo, solo olvídate de los demás y concéntrate en mi —Garantizó con presteza, sabia entonces que ya no tenía nada que discutir.
Sus piernas alrededor de mi cintura, mi miedo que me hacía sentir que muchas personas pasaban por la entrada, el salón para los clientes de lujo que era en el que nos encontrábamos se componía principalmente de una mesa central, un televisor de gran tamaño conectado a una computadora y dos extremadamente cómodos sofás, perfecto para hacer actos malvados. Aprovecharía gratamente la situación, mas sin embargo temía el estado en el que volvería a la sala de ventas, la fogosidad de esta dama ya había sido probada por mi persona y entendía la fatiga a la que sería sometido.
Cuando estábamos en nuestro punto más álgido, listos para llevar la situación al siguiente nivel escuchamos como el cerrojo se abrió de golpe y una tranquila mujer afroamericana ingreso en el interior del salón, un muchacho de actitud relajada y gran corpulencia le seguía, ambos se quedaron anonadados con el espectáculo que estábamos dando, especialmente porque lo cortamos de inmediato y nos pusimos de pie con prontitud.
—Hola Olesia, Liam, este es el nuevo compañero del área de ventas, creo que llegamos en un mal momento —Expresó ella ante nuestros cabellos despeinados y corazones acelerados.
—Intentaba mostrarle a este muchacho que uno debe mostrar una actitud siempre proactiva y mantenerse en movimiento para reducir el sedentarismo que provoca este trabajo —Decretó mi amada con una velocidad alucinante para las mentiras.
—Sabe señorita, creo que eso es muy cierto, en mi entrevista sus palabras me motivaron mucho, me alegra haber sido fichado, aunque no querría perturbarlos en esta situación, me disculpo —Inquirió cordial el caballero.
—Por supuesto señor Dorian, es un gusto que forme parte de esta compañía —Sonrió falsamente mi chica —Desgraciadamente no se en que podría molestarnos, nosotros no estábamos haciendo nada ¿Cierto? —Cuestionó ella abriendo sus grandes ojos como platos y girando sádicamente la cabeza, asustando tanto al pobre muchacho que me sorprendió el hecho de que no saliera corriendo allí mismo.
—Muy bien, tomemos asiento entonces, que él vaya firmando y ya que están aquí creo que es un buen momento para conversar —La experta en recursos humanos freno nuestra huida, sabía que estábamos en un gran aprieto.
Sobrevino un largo y agotador silencio incomodo, el dichoso joven tardo demasiado en leer todas las políticas y condiciones del acuerdo legal, pregunto a detalle por cada cosa, finalizando con varios errores en sus registros, que tuvieron que ser corregidos, sabía que mi tiempo de reuniones ya era excesivo y que el regaño de los accionistas extranjeros vendría en cualquier momento, eso poco me importaba, ignoraba sus comentarios xenófobos, pero mi amada, ella se ponía muy nerviosa ante sus opiniones.
—Esplendido Dorian, te veremos el lunes —Se despidió la mujer con cordialidad.
—Muchísimas gracias, Olesia, Liam, un placer de nuevo —Estrecho las manos con amabilidad el caballero, retirándose enseguida de la sala.
—¡De nada! ¡Nos vemos luego! —Replicamos con ansiedad, el momento del regaño estaba cerca.
—Muy bien tortolos esto ya es… —Antes de que la dama pudiera empezar a cuestionarnos, la puerta se abrió nuevamente.
—Disculpen deje mi cargador… Cuanto lo siento ¡Adiós! —Tras esa interrupción y un suspiro de la asesora de recursos humanos la charla por fin dio inicio, siendo conscientes de que nada bueno podría provenir de allí, meses perfectos de amorío llegarían a su final por culpa de un simple momento en el que le dimos más fuerzas a los deseos que al raciocinio.
(…) Tres meses antes.Cuando mi amiga Marjorie me dijo que me estaban solicitando hacerme una entrevista simplemente no podía creerlo, incluso con el apoyo que ella podría darme, solo se trataba de una asistente de recursos humanos, su peso era ínfimo comparado al necesario para ingresar en una compañía como esta. Litium era una de esas corporaciones que hacía de todo y la realidad es que no sabía para que parte me enviarían, pero cualquier cosa estaría mejor que el desempleo.Llegue a muy tempranas horas de la mañana, comprobando que no era el único esperando, una dama de aproximadamente treinta años contemporánea conmigo se encontraba también en la cola, el edificio como tal todavía no estaba abierto, se trataba de un centro comercial completo, formado por una estructura muy llamativa de tres pisos, en el había locales de todo tipo, ropa, comida, tecnología, entretenimiento e incluso licores. Todo esto pertenecía a la empresa y otros centros parecidos, con distintos nombres y diseño
Lo que se presentó frente a mí fue un durísimo golpe de realidad, mi cara fue de absoluto asombro, junto a esa señora que nos llamó desde lejos estaba sentada la dama con la que intente coquetear, esta me hizo una mueca en señal de recordatorio y giro su cabeza levemente hacia un lado, sus enormes ojos gritaban que siempre supo quién era yo y lo único que ocurrió, fue que ella se divirtió con mi estupidez. Cuando voltee Marjorie ya no estaba, tendría que defenderme por mi cuenta. —Toma asiento Liam Maxwell, mi nombre es Olesia Mazur soy la Ceo de la empresa, encargada principal del departamento de ventas y cobranzas, un placer conocerte —Su sonrisa burlona me indicaba que me tenía en la palma de su mano.—Mucho gusto muchacho, yo soy Sabrina Colins, jefa del área de atención al cliente, es un placer tenerte aquí el día de hoy —La señora mostraba mucha amabilidad, pero parecía ocultar algo o quizás era solo mi inseguridad, ahora mismo desconfiaba de mi propia sombra.—Muy bien, porque
—¡Ya llegué! —Exclamé para que me escucharan, recibiendo respuestas de mi madre, la cual salió del cuarto, con su cabello negro corto desarreglado y sus honestos ojos felices claros.—¿Cómo te fue mi amor? —Dudó esta abrazándome y dándome un beso en la mejilla.—Muy bien, quedaron en llamarme si la prueba estaba bien, fue difícil, pero creo que lo logré —Hablé convencido. —Con el favor de Dios así va a ser, bueno que tal si nos tomamos un café y me cuentas todo —Ofreció esta cariñosa, dirigiéndonos a la cocina. Mi abuelo se encontraba tranquilamente preparando el delicioso líquido, el cual estaba extremadamente caliente, degustándolo con deleite conté a detalle, todo lo que viví en la oficina, incluyendo ese momento tan incómodo con la que sería la jefa absoluta de esa impresionante compañía, ambos rieron a carcajadas con esa anécdota.—No se preocupe, si ese trabajo es para usted lo llamaran, quédese tranquilo y espere —Comentó el señor mayor, justo antes de meterse para el cuar
(…) Centro Comercial Logias / Oficinas de LitiumSalir de casa tan temprano dio sus frutos, llegue una hora antes de que empezara el día de trabajo, estaba asignado a un horario de nueve de la mañana a seis de la tarde, aunque ya estaba avisado de que este solo se mantendría de manera provisional, los tiempos variaban en función de los turnos, existían tres distintos, el más común era el de en medio, comprendido de diez am a 7 pm. Sea cual fuera lo tomaría, después de todo no tenía nada mejor que hacer que estar en la casa discutiendo trivialidades por teléfono con Arturo, quien también estaba desempleado debido a una razón muy similar a la mía, solo que la empresa para la cual laboraba por internet quebró.Al llegar fui recibido nuevamente por la cordialidad del vigilante y la frialdad de la recepcionista, ambos no parecían estar sorprendidos de verme, por lo que asumí que ya estaban enterados o los chismes se esparcían como la pólvora, tras esperar aproximadamente treinta minutos ap
Los siguientes días no nos relacionamos para nada con el tema de los scripts, en su lugar estudiamos un montón de fórmulas financieras y datos sobre logística de la empresa, allí nos comentaron que pasaríamos únicamente semana y media allí, después bajaríamos y seriamos monitoreados por personal que ya tuviera experiencia en el área. El día número cuatro la cosa se puso verdaderamente interesante, pues comenzamos a meternos en los programas que utilizaríamos, estos eran vitales, pues nos permitirían contactarnos con los clientes y encargarnos de la asignación de los pedidos, cerciorarnos de la disponibilidad, ofrecer descuentos y lo más importante, concretar las ventas. —Los dos sistemas más valiosos para nosotros son los siguientes, Celumark o Britune, Litium Marked y Phonework —Abriendo varias diapositivas, Rosa menciono a cada una de ellas. —¿Para qué sirven? —Cuestioné viéndola fijamente. —Los dos primeros son para contactar con los clientes, solemos darle prioridad a al p
Al día siguiente llegue unos diez minutos más tarde, estaba acostumbrado a que los dos tortolos se retrasaran, ya fuera mostrando largas jornadas de afecto o simplemente porque Rosa se tardaba en aparecer, seguramente ocupada con su novio. Subí por las escaleras pues había unas cuantas personas esperando para usar el ascensor.No fue nada fácil realizar el script, tuve que redactarlo y borrarlo varias veces, no quedaba convencido con las actitudes tomadas, por lo que me decante por un modelo neutro, honestamente siempre quieren venderte la idea de que tienes que ser insistente con los clientes para conseguir que te compren, sin embargo yo detestaba a los vendedores que estuvieran constantemente molestándome, eso sí, era innegable que las estrategias funcionaban, tal vez porque muchos acaban aceptando el trato simplemente para quedar bien o para quitarse el fastidio de encima.Yo no tendría esa actitud, me aseguraría de llamar a todos y cada uno de los compradores posibles que me asign
Llegue en esta ocasión de forma puntual, quería tomarme el tiempo necesario para leer calmadamente mi script, al cual ya le había agregado las modificaciones pertinentes, estas se centraban en incluir preguntas de seguridad en caso de que la llamada fuera entrante, solo si la respuesta de este era afirmativa cuando se le consultaba respecto al hecho de si tenía cuenta con la compañía Litium.El fin de semana se me paso ridículamente rápido, Arturo fue a mi casa y jugamos durante todo el sábado, entre eso, ver series, leer un poco y hacer diligencias con mi madre, sentí que volví aquí en menos tiempo del deseado, eso era algo que a veces tenía el poder de consternarme, como la vida se iba sin que hiciéramos nada relevante, atrapados en rutinas que se convierten en sentencias.En la recepción reposaba cómodamente en el asiento, la recepcionista no llego en ningún momento, por lo que asumía que ella también estaba de descanso, de hecho, esta vez no iríamos a la sección administrativa, si
Llegar a la oficina el día siguiente fue todo un cumulo de emociones fuertes, primeramente, porque me pare tarde, razón que provoco que tuviera que despertarme agitado y estresado, correr por la casa como un enajenado e improvisar un desayuno, menos mal que los almuerzos siempre se preparaban el día anterior, acto seguido me fui velozmente a la calle y tome el transporte público.Me presente ante la imponente fachada del centro comercial Logias, una parte positiva de que fuera un call center es que no necesitaba llevar un uniforme en particular y estos no me darían la llamativa camisa hasta no superar el mes de prueba o al menos eso era lo que Marjorie me había revelado. Caminé por el lugar con tranquilidad, por primera vez, al llegar un poco más tarde pude contemplar movimiento entre sus corredores, saludé al animado guardia y subí el ascensor, para toparme con la siempre impasible recepcionista y su extenso maquillaje facial.—Buenos días Liam —Me saludó de forma cordial, algo extre