36 Siete años.

Los días que siguieron fueron los más dolorosos, a medida que Lucero mejoraba físicamente el dolor por la pérdida de Dulce y Tiago se profundizaba, en igual medida que el amor por Horus crecía. Cada día Lucero se aseguró que la familia Ángel -Zabet viera y convivieran con el pequeño Horus, mientras Hades luchaba con la culpa que lo asechaba cada vez que veía los celestes ojos de su sobrino.

— Sabia que te encontraría aquí. — Hades giro solo para encontrarse con su mirada cristalina, como un lago en calma de Lucero, había pasado mucho tiempo desde que no hablaba a solas con ella, desde días antes a la boda, cuando el joven asesino creía que su único sufrimiento seria perder a la estrella de los enamorados.

— Es el lugar donde Tiago le pidió matrimonio a … — no pudo decir su nombre, desde el día del ent

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