Cuando los cinco jóvenes ingresaron en la cafetería, llamaron la atención de más de uno de los que allí se encontraban, mientras que a su espalda el chisme de última hora se expandía, Neri había increpado a Max y un morenazo casi golpea a Ian, pero nadie entendía o se preocupaba en saber qué era lo que había provocado aquellas acciones, después de todo si Neizan estaba involucrado de seguro era su culpa, un mafioso no era bien visto en la alta sociedad, sin importar que más de uno de los padres de los que cursaban sus estudios en aquella prestigiosa universidad pidieran los favores de dicha familia, la hipocresía y la doble moral era algo fácil de encontrar entre las personas que poseían poder y riquezas.
Tiago estaba perdido en su mente como lo estuvo desde el día anterior, y la culpable de todo eso era Dulce, esa pequeña joven de piel pálida y ojos celestes, el moreno trataba de entender que era toda esa paz y tranquilidad que sentía con solo tenerla a su lado, ¿Qué era lo que esta muchacha provocaba en él? No lo sabía, pero quería averiguarlo.
— ¿Qué sucede entre ustedes? — una voz tan dulce como su dueña llamo la atención de los jóvenes.
— ¿Entre quién? — pregunto haciéndose la desentendida la princesa Bach, y Dulce la observo levantando una de sus cejas perfectas.
— Entre tú y el ruso. — apunto la peli negra, y Tiago se tomó un segundo para observar el rostro de ambos amigos suyos.
— Nada. — respondieron al unisonó, no estaban dispuestos a recrear la pequeña discusión que habían tenido a primera hora de la mañana.
— Porque no toman asiento, mientras Tiago y yo vamos por el almuerzo. — Neri tenía cosas más importantes que hacer en este momento que preocuparse por su discusión con Lucero, debía deshacerse de Tiago antes que Hades llegara.
Así, bajo la atenta mirada de las tres jóvenes, los hombres caminaron a paso lento por el almuerzo, Neri se maldecía interiormente, ¿por qué le había ocultado el apellido de Dulce a Tiago? Eso se podía considerar traición a su único amigo. ¿por qué se había dejado convencer por la Bach de llevarla con ellos el día anterior? Sabía que no solo era una mala idea, también era consciente de que la llevaría a la boca del lobo. ¿Por qué se dejaba manipular por la princesa Bach? Debía alejarse de esa castaña cuanto antes.
— Debes alejarte de Dulce, es un Ángel. — susurro el vidente y espero la explosión de enfado de su amigo, sabía que esto lo tomaría a mal y se arrepentía por no a verle dicho antes quien era realmente la pequeña peli negra desde un principio.
Tiago achico sus ojos y lo miro con fiereza, ¿acaso su amigo quería quitarle a la pequeña? ¿no se conformaba con Zafiro? ¿desde cuándo a Neri le gustaban los tríos? No, eso no era posible, no pudo contener el enfado que crecía en su interior al igual que las preguntaras se acumulaban. Decidido hablo.
— Se que es un Ángel, el más hermoso que he visto, confórmate con Zafiro y deja de jugar a ser un casanova. — el ruso lo miro como si tuviera dos cabezas, ¿en qué momento su amigo se volvió tan cursi? Fue lo primero que pensó al descubrir lo que Tiago había interpretado en sus palabras.
— Eres un idiota, no es un Ángel de los que tienen alas, ella es Dulce Ángel. — casi grito de la frustración que sentía. Y entonces se dispuso a contar.
“uno, dos, tres, cuatro”
— ¿Qué m****a? — cuatro segundos le llevo al cantinero procesar la información, quizás podía salir vivo de esta, conocía a su amigo, a mayor tiempo de proceso de entendimiento, mayor su furia.
— Ella es hermana… — Neri no pudo terminar su explicación ya que el puño de Tiago impacto de lleno en su rostro, tirando al rubio al piso de la cafetería frente a la vista de todos.
— Estas tan jodido Neizan, por tu bien, mantén la distancia. — sin decir más el moreno comenzó a retirarse de aquella lujosa y prestigiosa universidad.
Si antes la mente de este joven era un lio, ahora era el verdadero caos, la belleza y hermosa sonrisa de Dulce se desvaneció de sus recuerdos, para darle pasos a otros, esos mismo que lo habían llevado a Europa en busca de venganza.
Tiago Anderson recordó cuando era apenas un crio, era su cumpleaños número doce, cuando su madre al fin decidió salir de la miseria y locura en la que vivía, saltando de la azotea del edificio donde se habían establecido, al fin había decidido seguir a su padre más allá de la muerte, dejándolo solo, desamparado o eso creía el moreno hasta que al cumplir 18 años le informaron del orfanato que su padre le había dejado un bar en Londres, solo eso era todo lo que le quedaba, y todo gracias al gran asesino Matt Ángel, todo era su culpa, el mato a su padre y por ende llevo a la locura a su madre, sobre sus tumbas juro vengarse y así lo haría, él le arrebataría a Matt lo que más quería, a su sucesor, Tiago debía matar a Hades, solo así sus padres estarían en paz, o eso creía.
Estaba a punto de salir, solo era cuestión de unos pasos más, pero parecía que la vida y la suerte no se había burlado de él lo suficiente, frente a Tiago dos jóvenes ingresaron en la cafetería, a uno de ellos lo conocía muy bien, llevaba dos años siguiendo sus pasos, Hades Ángel.
Fue solo cuestión de milésimas de segundos lo que necesito Tiago, él tenía un plan, pasar desapercibido, observar y cuando menos lo espere el nuevo Ángel de la muerte, seria él quien acabara con su vida, para luego disfrutar del dolor de su padre Matt, pero en ese momento lo único que podía pensar era en que Neri lo había traicionado, y que él era un idiota por no darse cuenta de que tan iguales eran el color de ojos de Hades y Dulce, el mismo tono celeste que tenía Matt, el responsable de su soledad y sufrimiento.
Fue cuestión de segundos, para que un furioso moreno cayera sobre Hades, repartiendo golpes de puño como si de una maquina se tratara. Eros fue aún más rápido en tratar de ayudar a su primo, que al estar desprevenido y desconocer quién era aquel hombre, aun no comenzaba a defenderse, el rubio quiso quitar al moreno de encima de Hades, pero no pudo siquiera tocarlo, ya que al siguiente momento tenia a Neri cortándole el paso.
— No te atrevas a interferir. – dijo con voz aterradora el ruso y Eros dejo atrás su faceta de niño bien portado y vergonzoso, para sacar la casta Ángel que en su interior dormía.
— Estas muerto Neizan. — fue todo lo que el rubio dijo y se trenzaron en una nueva pelea.
Mientras los estudiantes casi no salían de su asombro, esto era mejor que una lucha de UFC, esto no tenía precedente, Hades Ángel era alto, musculoso y un entrenado asesino, pero se estaba enfrentando a una mole morena que le sacaba casi una cabeza de altura y el cual parecía tener anestesiado el cuerpo ya que no importaba donde Hades golpeara, Tiago recibía el golpe y lo devolvía con una fuerza bruta innata.
A su lado el futuro jefe de la mafia rusa demostraba sus conocimientos en lucha de cuerpo al cuerpo, moviéndose con una agilidad que dejo a más de uno con la boca abierta, pero Eros era un Zabet Ángel, la combinación de musculatura y cerebro justa, un ser casi indestructible, que fue capaz de llevar al piso más de una vez al futuro mafioso.
Parecía que la pelea solo terminaría cuando alguno de los involucrados muriera, pero ninguno contaba con las jóvenes que casi volaron a donde todo se estaba desarrollando.
Zafiro aprovecho el golpe que su hermano le dio a Neri y que lo hizo retroceder un par de metros, esa separación era lo que necesitaba para actuar, sin pensar demasiado como si fuera un koala, se trepo a la espalda del mafioso, envolviendo sus brazos en el blanco cuello de Neizan y sus piernas a la cadera del hombre para susurrar en su oído.
— Si vuelves a tocar a mi hermano te matare Neri, juro que lo hare. — su voz estaba agitada, no por el esfuerzo, sino por el contacto cuerpo a cuerpo con el ruso.
Neri se quedó de piedra, pero no por la amenaza de la rubia, era el hecho de tenerla sobre él una vez más, sentir su aliento rozar su piel, como aquella noche que la hizo suya, aquella noche donde se permitió mostrarse a Zafiro como realmente era.
Eros por otro lado estaba enceguecido por la furia, él se parecía mucho a su madre Candy, era un lago tranquilo y cristalino, pero cuando se enojaba, nada lo podía detener, o eso pensaban.
Eros dio un paso decidido a terminar con Neri, pero un torbellino castaño se interpuso, unas pequeñas manos en su abdomen y tórax detuvieron su caminar, y no fue por la fuerza empleada, sino por el calor que liberaban y que recorrían cada parte del cuerpo del hombre.
— Detente, si te atreves a tocar a Neri una vez más… juro que acabare con todas tus empresas, te destruiré Eros. — por primera vez en la vida Lucero Bach amenazaba a alguien, y esa persona era el hombre de quien se había enamorado a primera vista, pero a quien defendía era su amigo, su único amigo, ¿valía la pena? Para ella sí.
Dulce corrió los pocos metros que la separaban de la pelea que protagonizaban su hermano y el hombre que le había dado su primer beso y que había puesto de cabeza su mundo. Era consciente que no podría hacer mucho, ella a diferencia de su hermano y primos solo sabia unas técnicas de defensa personal, siempre confió conque su familia pudiera defenderla y protegerla, pero ahora se arrepentía, ¿Qué podría hacer para detener todo aquello? Fue así como sin pensar demasiado se interpuso entre ambos, quedando de frente a Tiago y de espaldas a su hermano.Muchas veces había escuchado a su padre y madre decirles que jamás le dieran la espalda a un enemigo, nunca debían subestimar a su oponente, y en esta situación el enemigo era Tiago, por lo que se plantó frente a él sin tener muy claro que haría, lo que nunca ima
Los días pasaron, los primeros en llegar a la prestigiosa universidad fueron los primos Zabet Ángel, a la vista de todos, ellos eran las víctimas de alguna jugarreta del mafioso Neizan, por lo que fueron recibidos como héroes, Dulce estaba ansiosa, dando miradas furtivas a su alrededor, no había podido comunicarse con Lucero en todo ese tiempo, no entendía que le había pasado a la joven Bach, pero no tocaría el tema frente a su familia, ya que para todos Lucero y Neri eran el bando problemático de toda la ecuación, inclusive para Zafiro, aunque esta última prefería mantener la distancia de la Bach por no encontrarse con Neri, parecía infantil, pero así lo había decidido.Casi era hora de entrar cuando unos silbidos llamaron la atención de Eros y Dulce que eran los que más cerca del estacionamiento se encontraban, sus ojos fueron a un Lamborghini
Los días pasaron y Lucero no comprendía porque Neri no quería contactar con Tiago, al ruso se lo veía mal, por lo que, decidida en ayudar a su amigo, la princesa Bach partió al bar del moreno.— ¿A dónde vas? — la voz de Dulce la detuvo justo antes de subir a su automóvil.— Casi me matas de un susto, ¿Por qué no hacen ruido cuando caminan? — se quejó la castaña y Dulce sonrió.— Porque soy un Ángel. — respondió con picardía.— ¿Cómo interpreto eso? — rebatió con cara de confusión.— Como quieras, dime ¿a dónde ibas?— Vamos querrás decir, iremos a ver a Tiago. — un sudor frio corrió por la espalda de la pelinegra.— ¿A qué? O ¿para
Tiago se separó de Dulce al momento que vio a Eros ingresar a su bar, maldijo por lo bajo, realmente había extrañado los labios rellenos de la joven, le sabían a gloria, con un leve gesto de cabeza le hizo ver a la pelinegra porque ese alejaba, mientras la joven arrugaba el entre cejo.— Mierda, no creo que Eros venga en plan de pelea. — dijo no muy segura de sus propias palabras y al girar a ver a Tiago lo encontró sacando un bate de beisbol de debajo de la barra mientras mostraba una gran sonrisa.— Blanca nieves, te presento a Sofy. — dijo el moreno mostrando una siniestra sonrisa surcando su rostro.— Es una lástima. — respondió con un suspiro pesado la joven mientras veía el hermoso color de piel de Tiago.— ¿Qué cosa?— Me gustas… demasiado para mi propio bien, es una l&aac
— Pero que hermosa pareja. – la voz de Zafiro podría cortar el cuello de Lucero, así lo sintió la joven Bach.— Hola chicos. — respondió la joven castaña sin levantar el rostro, de pronto sus manos se habían convertido en lo más interesante para ver.— Veo que ya no ocultan lo suyo. — Eros sonaba molesto y Dulce se dedicó a sonreír, de forma amistosa.— A decir verdad, apenas y comenzamos a salir, ¿verdad cariño? — Lucero vio el rostro del ruso como si estuviera loco.— Claro mi vida. — no pudo evitar responderle de forma sarcástica.— Bueno, todo es muy hermoso, el amor está en el aire, pero ahora tenemos clases, nos vemos en el almuerzo chicos, ruso te robo a tu novia. — Dulce sabía muy bien que el brillo asesino en los ojos de Zafiro estaba dirigidos a su amiga, pe
Desde ese día todo cambio, ya no había bandos, todos compartían la misma mesa, lo único que continuaba igual era el silencio de Zafiro frente a Neri y Lucero, los cuales se seguían haciendo pasar por una pareja de enamorados.— Neri, no tengo problemas con ayudarte, pero ¿Qué posibilidades hay de reducir los besos? — se quejó la joven al llegar a la universidad.— ¿Acaso no beso bien princesa? — se burló el ruso y Lucero lo fulmino con la mirada.— Eso es algo que yo no tendría que saber, eres mi amigo, además mientras todos crean que soy tu novia, nadie se acercara a mí. – no pudo evitar hacer un gesto de niña, ella quería ir a la universidad no solo para estudiar, quería conocer el amor y mientras un ruso mafioso estuviera a su lado nadie se animaría a hablarle de amor.— Solo me e
Lucero caminaba distraídamente observando el hermoso paisaje, cuando su camino fue interrumpido, detuvo su marcha de inmediato al ver la sonrisa de Hades y se preguntó porque se sentía tan atraída por Eros, cuando su primo era aún más hermoso, en lo general los cuatro eran hermosos, las chicas y los chicos, buena genética pensó la joven Bach, muy buena genética.— ¿Necesitas que te lleven? — pregunto el pelinegro.— No quisiera molestarte. — respondió y por alguna razón le sonrió de costado, ¿Por qué coqueteaba con Hades? Ni ella lo sabía.— Te lo dije, si fueras mía, no sería molestia alguna, yo no te dejaría sola ni de día, ni de noche. — Lucero sonrió mostrando todos sus dientes, al tiempo que se subía al automóvil que no tenía nada que envidiar
El mundo de los hermanos Zabet fue sacudido una vez más, la visita de su padre en lugar de traer alegría, produjo en estos jóvenes una profunda tristeza, Victoria, una de sus hermanas, hacia poco más de un año que había sufrido un accidente que le provoco la perdida de la visión, y por más que fue sometida a reiteradas operaciones, finalmente el diagnostico de los médicos era el mismo, ella jamás volvería a ver, se debía enfrentar a que su mundo de ahora en adelante estaría dominado por la oscuridad, Eros como el hermano mayor que era, quiso regresar de inmediato a Nueva York para poder estar con su hermana menor, pero Amir logro hacerlo entrar en razón, solo debía soportar unos meses más y luego regresaría para quedarse en la mención Zabet, ya con su carrera terminada, podría hacerse cargo del imperio de joyas Diamon, ayudaría a s