Lucero no perdió tiempo y luego de hablar con Mateo regreso a su mansión, Eros aún estaba en la oficina, necesitaba tranquilizarse, no podía creer que su esposo le ocultara cosas, no quería discutir con él, no ahora que por fin parecía que todo iba de maravilla, habían comenzado con los trámites para postularse para adoptar a un niño, o niña, claro que desde el anonimato, ya la prensa había filtrado que la gran heredera de los Bach estaba embarazada, corrían con la suerte de que desconocieran todo, incluso en su boda su gran abdomen fue ocultado por el hermoso vestido de novia que llevo, no sabían de cuantos meses estaba, mucho menos la horrible y dolorosa verdad, eso le daba tiempo, sabía que cundo todo saliera a la luz no la dejarían tranquila hasta saber y tener la primicia de su dolor, porque conocía como eran los periodistas, peores que carr
Neri escucho las palabras de Hades, mientras Zafiro llegaba a su lado.— Está segura, está en la camioneta.— ¿Dónde la déjate? ¿Cómo se te ocurre dejarla sola? — Neri vio como el lateral izquierdo de Tiago sangraba, el lobo no había asegurado bien el chaleco antibalas, tenía ganas de golpearlo.— Ella me pidió venir por ti, es mi hermana, no pude decir que no.En su mente pudo ver tan claro como el agua como el fin de Dulce era sellado, pero no lo permitiría, su madre se lo dijo, el futuro puede cambiar, no le fue necesario preguntar donde había dejado a las jóvenes, su visión fue fuerte y clara, lo que quería decir que los sucesos pasarían en escasos segundos, si tenía suerte en minutos, los suficientes como para llegar a ella, a Dulce, su amiga, porque esa era la verdad y lo que siempre dec&i
Dulce descendió del automóvil al tiempo que Lucero era ingresada, casi no podía distinguir el rostro de su amiga, por la cantidad de sangre que en el había, aun así, obligo a sus pies a continuar caminando, mientras presionaba a su hijo contra su pecho, sentía el latir desenfrenado de su corazón golpear violentamente contra sus costillas, pero se mantuvo de pie, no podía ser débil, no ahora. Neri no se veía mejor que la princesa, solo basto conque pasaran por la puerta y se terminó desplomando allí, donde rápidamente fue ayudado por personal médico.— Necesito que me informen de todo con respecto a Lucero Zabet Bach y Neri Neizan. — exigió Hades aun con sus ojos clavado en la puerta por donde habían ingresado a los jóvenes, uno peor que el otro, uno era su cuñado y la otra… la mujer que nunca tendría, pero aun as
Observo como mi hermosa esposa respira de manera agitada, con sus mejillas sonrosadas y unas perlas de sudor adornando su frente, ¿puede a ver una imagen más perfecta que esta? Lo dudo. Mi esposa es única, un ángel perfecto, más después de hacer el amor.— Lobo, juro ante Dios y todo lo sagrado que jamás te dejare.— El tiempo de los votos matrimoniales ya paso caperucita y si mal no recuerdo juraste ser mi guía, mi brújula, quien me guiara por el resto de la vida. — sonrió, porque no puedo evitar el recordar la cara de Matt al descubrir que su hija sabe muy bien que voy perdido en esta vida, peor que un barco a la deriva y que solo ella puede guiarme, si, ella es la única que me guía la única que puede hacer de mi alguien de bien.— Sigo manteniendo esos votos, pero también quiero que sepas… que no te libraras de m&iacut
Los días que siguieron fueron los más dolorosos, a medida que Lucero mejoraba físicamente el dolor por la pérdida de Dulce y Tiago se profundizaba, en igual medida que el amor por Horus crecía. Cada día Lucero se aseguró que la familia Ángel -Zabet viera y convivieran con el pequeño Horus, mientras Hades luchaba con la culpa que lo asechaba cada vez que veía los celestes ojos de su sobrino.— Sabia que te encontraría aquí. — Hades giro solo para encontrarse con su mirada cristalina, como un lago en calma de Lucero, había pasado mucho tiempo desde que no hablaba a solas con ella, desde días antes a la boda, cuando el joven asesino creía que su único sufrimiento seria perder a la estrella de los enamorados.— Es el lugar donde Tiago le pidió matrimonio a … — no pudo decir su nombre, desde el día del ent
Lucero y Felipe ingresaron al comedor, viendo a casi toda su familia, solo Rosita faltaba allí, y Lucero se sentía culpable por ello, fue ella quien llevo a Rosita a trabajar con Vincent.— Ya déjalo princesa. — la voz baja de Neizan a su lado la hizo girar.— ¿Lo viste? — Lucero estaba casi segura de que Neri había visto lo que le pasaba a Rosita, por lo que sabría qué tan culpable se sentía ella.— Si te contara las cosas que he visto en este último tiempo no me lo creerías, por ahora… no le quites los ojos de encima a Alejandro.— ¿Enemigo? — pregunto clavando sus ojos en el moreno italiano.— Aún no lo tengo claro, pero si sé que no es quien dice ser, si aún vive es porque Vicky lo ama. — Lucero suspiro con pesar, si Victoria lo amaba, nadie diría nada, era como una l
¿Podría quejarme de la vida que tengo? ¿De las responsabilidades que recaerán sobre mi de hoy en adelante? No, no podría hacer tal cosa, ¿quién tiene mi suerte? Creo que nadie o muy pocos, antes de cumplir 20 años encontré no solo al amor de mi vida, también a los mejores amigos que pude pedir tener, es verdad, perdí a dos de ellos, pero dejaron a mi cuidado a su hijo, la representación de su amor, y creo que hice un buen trabajo, no solo cuidando de Horus, también amándolo como un hijo propio, hoy veo al joven de 15 años que es y sé que Dulce y Tiago están felices, donde sea que se encuentren, aun amándose, porque estoy segura que su amor no termino con su partida de este mundo, eso no sería posible.— ¿Estas lista amor? — Eros esta aún más nervioso que yo, lo veo en sus ojos, se que parte de lo que seré de hoy en adelante lo afectaran a él, como sucedió con mis padres, aun así, él sigue a mi lado, siempre a mi lado, podrá ser Eros Zabet, el CEO de Diamnons, pero a partir de hoy esta
Los años pasaron para la gran y poderosa familia Bach, 18 años para ser exactos desde que Kimberly asumió como cabeza de familia y la pequeña Lucero dejó de ser pequeña, ahora era toda una joven igual o más hermosa que su madre, sus ojos celestes casi verdosos eran dignos de ver, su cabellera larga brillante y castaña realzaba la palidez de su rostro, estaba lista para ir a la universidad, fue el último deseo de su bis abuelo, Marcus Bach, él fue siempre el más apegado a ella, compartieron la habitación hasta que la pequeña cumplió cinco años, luego los años le pidieron a Marcus un descanso, pero aun así la conexión que tenían era única, con él nunca tuvo secretos, siempre la alentaba a soñar, cuando Lucero tenía 15 años el anciano y patriarca de la gran familia Bach, le hizo prometer que iría a la universidad, algo que su madre no hizo ya que estudió a distancia para ocupar su lugar como cabeza de la familia Bach, llevar un imperio como el de ellos tenía su precio a pagar, Marcus qu
El lunes Lucero se dirigió a la universidad, tomo asiento y se preparó para comenzar esta nueva etapa de su vida, pudo ver algunos estudiantes que se notaba eran norteamericanos, y pensó que sería buena idea hacer amigos, después de todo durante estos 18 años, nunca interactuó con alguien que no sea de su familia, su imagen fue aún más protegida que la de su madre, el mundo desconocía como era Lucero Simons Bach.Para cuando termino la clase, ya tenía a una amiga, Dulce Ángel. Una joven pelinegra con ojos celestes que llamaban la atención. — Entonces en ¡¿verdad tu nombre es Dulce Ángel?! Y yo que me quejo porque me nombraron la primera estrella que se ve en el cielo al caer la noche. — La joven se reía de su nueva amiga y de ella misma.— Lo supuse, tienes el nombre de la estrella de los enamorados. Tus padres son muy cursis, mi nombre es en honor a mi tía, Candy Ángel, ya sabes Candy es Dulce en castellano y mi apellido es Ángel.— Tu tía debe de ser muy especial.— Si supieras...