Observo como mi hermosa esposa respira de manera agitada, con sus mejillas sonrosadas y unas perlas de sudor adornando su frente, ¿puede a ver una imagen más perfecta que esta? Lo dudo. Mi esposa es única, un ángel perfecto, más después de hacer el amor.
— Lobo, juro ante Dios y todo lo sagrado que jamás te dejare.
— El tiempo de los votos matrimoniales ya paso caperucita y si mal no recuerdo juraste ser mi guía, mi brújula, quien me guiara por el resto de la vida. — sonrió, porque no puedo evitar el recordar la cara de Matt al descubrir que su hija sabe muy bien que voy perdido en esta vida, peor que un barco a la deriva y que solo ella puede guiarme, si, ella es la única que me guía la única que puede hacer de mi alguien de bien.
— Sigo manteniendo esos votos, pero también quiero que sepas… que no te libraras de m&iacut
Los días que siguieron fueron los más dolorosos, a medida que Lucero mejoraba físicamente el dolor por la pérdida de Dulce y Tiago se profundizaba, en igual medida que el amor por Horus crecía. Cada día Lucero se aseguró que la familia Ángel -Zabet viera y convivieran con el pequeño Horus, mientras Hades luchaba con la culpa que lo asechaba cada vez que veía los celestes ojos de su sobrino.— Sabia que te encontraría aquí. — Hades giro solo para encontrarse con su mirada cristalina, como un lago en calma de Lucero, había pasado mucho tiempo desde que no hablaba a solas con ella, desde días antes a la boda, cuando el joven asesino creía que su único sufrimiento seria perder a la estrella de los enamorados.— Es el lugar donde Tiago le pidió matrimonio a … — no pudo decir su nombre, desde el día del ent
Lucero y Felipe ingresaron al comedor, viendo a casi toda su familia, solo Rosita faltaba allí, y Lucero se sentía culpable por ello, fue ella quien llevo a Rosita a trabajar con Vincent.— Ya déjalo princesa. — la voz baja de Neizan a su lado la hizo girar.— ¿Lo viste? — Lucero estaba casi segura de que Neri había visto lo que le pasaba a Rosita, por lo que sabría qué tan culpable se sentía ella.— Si te contara las cosas que he visto en este último tiempo no me lo creerías, por ahora… no le quites los ojos de encima a Alejandro.— ¿Enemigo? — pregunto clavando sus ojos en el moreno italiano.— Aún no lo tengo claro, pero si sé que no es quien dice ser, si aún vive es porque Vicky lo ama. — Lucero suspiro con pesar, si Victoria lo amaba, nadie diría nada, era como una l
¿Podría quejarme de la vida que tengo? ¿De las responsabilidades que recaerán sobre mi de hoy en adelante? No, no podría hacer tal cosa, ¿quién tiene mi suerte? Creo que nadie o muy pocos, antes de cumplir 20 años encontré no solo al amor de mi vida, también a los mejores amigos que pude pedir tener, es verdad, perdí a dos de ellos, pero dejaron a mi cuidado a su hijo, la representación de su amor, y creo que hice un buen trabajo, no solo cuidando de Horus, también amándolo como un hijo propio, hoy veo al joven de 15 años que es y sé que Dulce y Tiago están felices, donde sea que se encuentren, aun amándose, porque estoy segura que su amor no termino con su partida de este mundo, eso no sería posible.— ¿Estas lista amor? — Eros esta aún más nervioso que yo, lo veo en sus ojos, se que parte de lo que seré de hoy en adelante lo afectaran a él, como sucedió con mis padres, aun así, él sigue a mi lado, siempre a mi lado, podrá ser Eros Zabet, el CEO de Diamnons, pero a partir de hoy esta
Los años pasaron para la gran y poderosa familia Bach, 18 años para ser exactos desde que Kimberly asumió como cabeza de familia y la pequeña Lucero dejó de ser pequeña, ahora era toda una joven igual o más hermosa que su madre, sus ojos celestes casi verdosos eran dignos de ver, su cabellera larga brillante y castaña realzaba la palidez de su rostro, estaba lista para ir a la universidad, fue el último deseo de su bis abuelo, Marcus Bach, él fue siempre el más apegado a ella, compartieron la habitación hasta que la pequeña cumplió cinco años, luego los años le pidieron a Marcus un descanso, pero aun así la conexión que tenían era única, con él nunca tuvo secretos, siempre la alentaba a soñar, cuando Lucero tenía 15 años el anciano y patriarca de la gran familia Bach, le hizo prometer que iría a la universidad, algo que su madre no hizo ya que estudió a distancia para ocupar su lugar como cabeza de la familia Bach, llevar un imperio como el de ellos tenía su precio a pagar, Marcus qu
El lunes Lucero se dirigió a la universidad, tomo asiento y se preparó para comenzar esta nueva etapa de su vida, pudo ver algunos estudiantes que se notaba eran norteamericanos, y pensó que sería buena idea hacer amigos, después de todo durante estos 18 años, nunca interactuó con alguien que no sea de su familia, su imagen fue aún más protegida que la de su madre, el mundo desconocía como era Lucero Simons Bach.Para cuando termino la clase, ya tenía a una amiga, Dulce Ángel. Una joven pelinegra con ojos celestes que llamaban la atención. — Entonces en ¡¿verdad tu nombre es Dulce Ángel?! Y yo que me quejo porque me nombraron la primera estrella que se ve en el cielo al caer la noche. — La joven se reía de su nueva amiga y de ella misma.— Lo supuse, tienes el nombre de la estrella de los enamorados. Tus padres son muy cursis, mi nombre es en honor a mi tía, Candy Ángel, ya sabes Candy es Dulce en castellano y mi apellido es Ángel.— Tu tía debe de ser muy especial.— Si supieras...
Dulce camino deprisa por los pasillos de la universidad, hasta que pudo divisar como Neri y su nueva amiga Lucero se subían al Chevrolet Camaro ZL1 convertible negro noche que poseía el ruso, se vio en un pequeño dilema, ya que ella viajaba con Hades o alguno de sus primos, mientras se decidía porque automóvil adquirir, no le había dado mayor importancia al tema, pero ahora se arrepentía, pero, aun así, tomo coraje.— ¡Lucero! — grito a todo pulmón, sin importarle mucho lo que pensaran las personas que se encontraban yendo y viniendo por todo el lugar.Pudo ver como su amiga quedaba de pie al lado del vehículo y parecía que estaba discutiendo con el ruso, por lo que se apresuró a llegar con ella.— Disculpa, disculpen los dos. — dijo casi sin aire, apoyando sus manos en las rodillas.— ¿De qué hablas? — pregunto confundida Lucero.— Lo de la cafetería, me siento culpable y avergonzada por lo que dijo mi prima y hermano, no sé porque defendieron a esa tipa. — explico haciendo una mueca
¿Quién es Zafiro Zabet? La primer princesa del imperio de joyas Zabet, la sobrina del Ángel de la muerte, la princesa de su padre Amir, la alegría de su madre Candy, desde que nació se crio con su hermano y primos, Dulce y Hades, una niña normal se podría decir, siempre se la podía encontrar en la cocina de la mansión, corriendo alrededor de Rosa, la cocinera que estaba casada con Miguel el chofer de la familia, si, Rosa era una gran amiga para Zafiro, cuando se enteró que estaba embarazada de una niña ayudo a sus padre a elegir un nombre para ella.— Losita, ese es un elmoso nomble. — dijo la pequeña rubia de 4 años, que estaba sentada en medio de Miguel y Rosa.— ¿Rosita? — quiso estar seguro Miguel, sabía que la niña cambiaba la R por la L.— Si, si Losita, polque su mamy se llama losa y va a tenel una losita.Fue ella quien eligió el nombre de la niña, la esperaba con una gran emoción al igual que Dulce quien tenía 3 años, esa bebé sería una amiga más, pensó, pero su corazón se de
Dulce no podía dormir, solamente miraba el techo y en el veía reflejado el rostro de Tiago, su piel bronceada contrastaba de buena manera cuando se tomaron de las manos, eran como el día y la anoche, pero no solo su piel, Dulce era buena pero no tonta, sabía que aquel joven escondía algo, un brillo peculiar en sus ojos mieles le advertía que era peligroso, pero aun así cayo rápido bajo los embrujos de la sonrisa y voz del joven, aun ahora se encontraba tocando sus labios un poco hinchados por ser besados con tanto desenfreno y pensando en él, solo en él, Tiago Anderson había capturado el corazón de la más inocente de los Ángel.La luz entro por la ventana y el primer pensamiento de la joven al despertar fue Tiago Anderson, se sentía estúpida y más niña que nunca, gracias a sus primos y hermano nadie jamás se había atrevido así se a