¿Quién es Zafiro Zabet? La primer princesa del imperio de joyas Zabet, la sobrina del Ángel de la muerte, la princesa de su padre Amir, la alegría de su madre Candy, desde que nació se crio con su hermano y primos, Dulce y Hades, una niña normal se podría decir, siempre se la podía encontrar en la cocina de la mansión, corriendo alrededor de Rosa, la cocinera que estaba casada con Miguel el chofer de la familia, si, Rosa era una gran amiga para Zafiro, cuando se enteró que estaba embarazada de una niña ayudo a sus padre a elegir un nombre para ella.
— Losita, ese es un elmoso nomble. — dijo la pequeña rubia de 4 años, que estaba sentada en medio de Miguel y Rosa.
— ¿Rosita? — quiso estar seguro Miguel, sabía que la niña cambiaba la R por la L.
— Si, si Losita, polque su mamy se llama losa y va a tenel una losita.
Fue ella quien eligió el nombre de la niña, la esperaba con una gran emoción al igual que Dulce quien tenía 3 años, esa bebé sería una amiga más, pensó, pero su corazón se destrozó el día que solo la bebé llego a la mansión.
— ¿Dónde está losa? — pregunto al ver como Miguel lloraba con su pequeña hija en brazos.
— Zafiro, Rosa… se convirtió en una estrella, para poder guiar a su hija y a Miguel, ella... — Zafiro era inteligente, sabía muy bien lo que eso significaba.
— Losa se mulio. — dijo en un susurro mientras sus ojos se empañaban en lágrimas.
— Rosa seguirá viva, en Rosita, en ti y en mí, en todos los que la recordemos. — dijo Miguel mientras sus lágrimas caían.
Ese día Zafiro supo lo que era perder un ser querido y durante los dos años siguientes se dedicó a corretear alrededor de Miguel, y por supuesto a cuidar a Rosita, Zafiro se ocuparía que su amiga estuviera orgullosa de ella, pero luego vino un golpe aún más grande para la joven Zabet, algo que la atormentaría por años, el día que los atacaron, cuando quisieron secuestrarlos apenas siendo unos niños, ese día mientras su madre llamaba a Amir y Miguel conducía a toda velocidad tratando de escapar de quienes los perseguían, supo lo que era ser la presa de alguien, cuando el auto se detuvo y Miguel el fiel chofer le dio la señal a Candy para que huyera con ellos, vio cómo su amigo observaba la foto de Rosita, dejando un beso en ella y saliendo del vehículo disparando a cuanto hombre se atravesaba, hasta caer por los impactos de balas, ese día Zafiro conoció que tan malvado podría ser el ser humano, como había quedado sola en el mundo una niña de apenas 2 años, ese día se propuso aprender a luchar, para proteger a Rosita, quien paso a ser su hermana ya que Amir y Candy la adoptaron, ella daría todo para cuidar a quienes amaba, ese día Zafiro dejo ir la bondad, humildad y dulzura que todo niño posee, decidió mostrarse al mundo como una joven sin sentimientos, altanera e incluso un poco odiosa, toda persona que trataba con la joven Zabet decían que no tenía sentimientos, era como un diamante, igual que su padre, fría, dura, inquebrantable, lo que nadie sabía era cuanto sufría por mantener esa imagen, pero lo hacía gustosa, siempre que eso le garantizara mantener a cualquier persona lejos de sus dos verdaderas amigas y hermanas, Rosita y Dulce que si bien era su prima se criaron juntas, por lo tanto eran como hermanas.
Ahora era una joven de casi 20 años, dispuesta a hacer cualquier cosa para conseguir la felicidad de sus hermanas, aún más, su propia felicidad, y esa dependía del ruso, Neri Neizan no solo había captado el interés de la rubia, ella se había enamorado la primera vez que lo vio, ni que decir cuando lo encontró en una fiesta el año anterior y se dejaron llevar por los más bajos instintos de ambos, con la excusa perfecta de estar ebrios, pero todo se arruino cuando al día siguiente vio a Hades pelear con Neri, sabía que todo se arruinaría por eso, sin embargo fue la primera vez que ella demostró algún sentimiento por alguien que no fuera su familia.
— ¿Qué hacen par de idiotas? — dijo al tiempo que empujaba a Hades y detenía a Neri, quien la observaba sorprendido por sus movimientos.
— Neizan, hoy acabas de firmar tu sentencia de muerte. — el odio en las palabras de Hades heleaba la sangre.
— No tendrías posibilidades Hades, aun te falta mucho para ocupar el lugar de tu padre. — respondió sin temor el ruso.
— ¿Qué les pasa? — quiso saber una muy ansiosa Zafiro, su preocupación por el ruso la delato y a su primo eso no le gusto.
— Según los Neizan, las personas que no son de “raza” pura solo son un estorbo en el mundo, al igual que los discapacitados. — Hades temblaba de furia y Zafiro sabía muy bien porqué.
— ¿Es lo que piensas Neri? — Neizan sintió como su corazón se aceleraba, solo la noche anterior la había oído gemir su nombre mientras la hacía suya, pero la tristeza en sus ojos color Zafiro lo dejo sin habla.
— ¿Por qué te importa? — pregunto no queriendo mostrar sus sentimientos, el sería el próximo líder de la mafia rusa, no podía mostrar debilidad.
— Por empezar las personas no somos animales para que nos clasifiquen por raza y por terminar las personas discapacitadas tienen habilidades que ni tu ni yo jamás podremos conseguir, ¿vamos Hades? — el dolor estaba en cada palabra de la rubia, y Neizan no entendía por qué.
Pasaron un par de días, en los que Zafiro se arrepintió de darle su primera vez al ruso, pero ya estaba hecho, trataba de obligarse a ella misma a no pensar en él, pero no podía, era inútil.
— Ven aquí. — fue todo lo que escucho y acto seguida fue arrastrada a un pasillo vacío.
— Neizan si aprecias tu vida no vuelvas a tocarme. — Fuego y odio, Neri lo vio reflejado en sus ojos.
— ¿Qué rayos te pasa?
— Mi hermana Victoria perdió la vista hace un año y mi hermana Rosita es de descendencia latina, estoy segura de que es una mezcla de “razas” ya que sus rasgos faciales son únicos y hermosos, te creí más inteligente Neizan, pero veo que me equivoque, solo eres un intento de mafioso más.
Ese día Neizan supo que la perdió y ella que lo tenía que olvidar, pero solo uno pudo mantener su postura, con el correr de los días, Zafiro comenzó a estar al pendiente de cada gesto de Neizan, lo amaba, mientras él trataba de escapar del azul de la mirada de la joven, ante aquellos ojos el ruso sentía que no valía nada.
No le fue difícil averiguar donde vivía Lucero, mucho más fácil fue entrar, se notaba que la joven Bach no tenía noción alguna de su seguridad, estuvo más de una hora recorriendo el departamento de Lucero, hasta detenerse en su cama, donde se dispuso a esperarla, mientras meditaba, ¿era lo correcto hacer aquello? Si, Neri era de ella y nadie se lo quietaría, pero ¿para qué lo quería? No se imaginaba compartiendo su vida con un idiota que pensara de esa manera, estaba a punto de marcharse cuando Lucero paso frente a ella, cantando, se la veía feliz, solo por estar con Neri, entonces los ojos azules de Zafiro brillaron, le advertían a la castaña que se alejara de Neizan como así también le prometía que la mataría si no lo hacía, pero para estar más segura decidió hablar.
—Tú y yo hablaremos. — dijo de forma fría provocando que Lucero se congelara por unos segundos.
— ¿Qué m****a haces en mi cama?
— Wou, la niña Bach sabe insultar. — dijo con diversión mientras caminaba a paso lento, pero se detuvo al escuchar una voz.
— ¡Princesa! — Neri, su Neri la llamaba princesa, los ojos de Zafiro reflejaban horror y Lucero le mostro una enorme sonrisa.
— ¿Qué sucede Neri?
— Quería invitarte a desayunar mañana. — Zafiro veía la diversión de la niña Bach en su rostro y no entendía ¿por qué no pedía ayuda? porque estaba segura de que su cara reflejaba que iba a matarla por acercarse a Neri.
— Claro. — fue lo único que dijo sin mover un musculo de su lugar.
— Bien nos vemos mañana. — el cuarto quedo en silencio unos minutos, Zafiro quería asegurarse que Neri no estaba en el departamento.
— ¿Cómo entro en tu hogar? — dijo la rubia mientras sus ojos se cristalizaban.
— Él a diferencia de ti, tiene llave. — lo dijo sin pensar en lo que la rubia podía estar imaginando.
— Ustedes…— lo había perdido, Lucero le había arrebatado a su ruso.
— ¡Oh, Dios no! Es solo un amigo, también le pensaba dar una copia a Dulce. — explico la situación y Zafiro se preguntó si la castaña era loca.
— ¿Le das tus llaves a cualquiera?
— No, solo a mis amigos ¿y tú entras a matar del susto al hogar de cualquiera o es algo personal? Aunque no recuerdo hacerte nada… Dios, ustedes tuvieron algo. — dijo con sorpresa Lucero.
— ¿Él te dijo? — pregunto con esperanzas de que por lo menos Neri no la olvidara tan fácil.
— No, pero sus ojos brillan cada vez que te ve o escucha tu nombre y tú me miras como que te estoy quitando a tu novio. — la rubia sonrió por eso, y Lucero descubrió que ella no era un diamante frio, solo usaba una carcasa para protegerse.
— Hola, soy Lucero Simons. — la castaña extendió su mano mostrándole una enorme sonrisa.
— Zafiro Zabet, un gusto conocerte.
Dulce no podía dormir, solamente miraba el techo y en el veía reflejado el rostro de Tiago, su piel bronceada contrastaba de buena manera cuando se tomaron de las manos, eran como el día y la anoche, pero no solo su piel, Dulce era buena pero no tonta, sabía que aquel joven escondía algo, un brillo peculiar en sus ojos mieles le advertía que era peligroso, pero aun así cayo rápido bajo los embrujos de la sonrisa y voz del joven, aun ahora se encontraba tocando sus labios un poco hinchados por ser besados con tanto desenfreno y pensando en él, solo en él, Tiago Anderson había capturado el corazón de la más inocente de los Ángel.La luz entro por la ventana y el primer pensamiento de la joven al despertar fue Tiago Anderson, se sentía estúpida y más niña que nunca, gracias a sus primos y hermano nadie jamás se había atrevido así se a
Cuando los cinco jóvenes ingresaron en la cafetería, llamaron la atención de más de uno de los que allí se encontraban, mientras que a su espalda el chisme de última hora se expandía, Neri había increpado a Max y un morenazo casi golpea a Ian, pero nadie entendía o se preocupaba en saber qué era lo que había provocado aquellas acciones, después de todo si Neizan estaba involucrado de seguro era su culpa, un mafioso no era bien visto en la alta sociedad, sin importar que más de uno de los padres de los que cursaban sus estudios en aquella prestigiosa universidad pidieran los favores de dicha familia, la hipocresía y la doble moral era algo fácil de encontrar entre las personasque poseían poder y riquezas.Tiago estaba perdido en su mente como lo estuvo desde el día anterior, y la culpable de todo eso era Dulce, esa pequeña joven de piel p&aa
Dulce corrió los pocos metros que la separaban de la pelea que protagonizaban su hermano y el hombre que le había dado su primer beso y que había puesto de cabeza su mundo. Era consciente que no podría hacer mucho, ella a diferencia de su hermano y primos solo sabia unas técnicas de defensa personal, siempre confió conque su familia pudiera defenderla y protegerla, pero ahora se arrepentía, ¿Qué podría hacer para detener todo aquello? Fue así como sin pensar demasiado se interpuso entre ambos, quedando de frente a Tiago y de espaldas a su hermano.Muchas veces había escuchado a su padre y madre decirles que jamás le dieran la espalda a un enemigo, nunca debían subestimar a su oponente, y en esta situación el enemigo era Tiago, por lo que se plantó frente a él sin tener muy claro que haría, lo que nunca ima
Los días pasaron, los primeros en llegar a la prestigiosa universidad fueron los primos Zabet Ángel, a la vista de todos, ellos eran las víctimas de alguna jugarreta del mafioso Neizan, por lo que fueron recibidos como héroes, Dulce estaba ansiosa, dando miradas furtivas a su alrededor, no había podido comunicarse con Lucero en todo ese tiempo, no entendía que le había pasado a la joven Bach, pero no tocaría el tema frente a su familia, ya que para todos Lucero y Neri eran el bando problemático de toda la ecuación, inclusive para Zafiro, aunque esta última prefería mantener la distancia de la Bach por no encontrarse con Neri, parecía infantil, pero así lo había decidido.Casi era hora de entrar cuando unos silbidos llamaron la atención de Eros y Dulce que eran los que más cerca del estacionamiento se encontraban, sus ojos fueron a un Lamborghini
Los días pasaron y Lucero no comprendía porque Neri no quería contactar con Tiago, al ruso se lo veía mal, por lo que, decidida en ayudar a su amigo, la princesa Bach partió al bar del moreno.— ¿A dónde vas? — la voz de Dulce la detuvo justo antes de subir a su automóvil.— Casi me matas de un susto, ¿Por qué no hacen ruido cuando caminan? — se quejó la castaña y Dulce sonrió.— Porque soy un Ángel. — respondió con picardía.— ¿Cómo interpreto eso? — rebatió con cara de confusión.— Como quieras, dime ¿a dónde ibas?— Vamos querrás decir, iremos a ver a Tiago. — un sudor frio corrió por la espalda de la pelinegra.— ¿A qué? O ¿para
Tiago se separó de Dulce al momento que vio a Eros ingresar a su bar, maldijo por lo bajo, realmente había extrañado los labios rellenos de la joven, le sabían a gloria, con un leve gesto de cabeza le hizo ver a la pelinegra porque ese alejaba, mientras la joven arrugaba el entre cejo.— Mierda, no creo que Eros venga en plan de pelea. — dijo no muy segura de sus propias palabras y al girar a ver a Tiago lo encontró sacando un bate de beisbol de debajo de la barra mientras mostraba una gran sonrisa.— Blanca nieves, te presento a Sofy. — dijo el moreno mostrando una siniestra sonrisa surcando su rostro.— Es una lástima. — respondió con un suspiro pesado la joven mientras veía el hermoso color de piel de Tiago.— ¿Qué cosa?— Me gustas… demasiado para mi propio bien, es una l&aac
— Pero que hermosa pareja. – la voz de Zafiro podría cortar el cuello de Lucero, así lo sintió la joven Bach.— Hola chicos. — respondió la joven castaña sin levantar el rostro, de pronto sus manos se habían convertido en lo más interesante para ver.— Veo que ya no ocultan lo suyo. — Eros sonaba molesto y Dulce se dedicó a sonreír, de forma amistosa.— A decir verdad, apenas y comenzamos a salir, ¿verdad cariño? — Lucero vio el rostro del ruso como si estuviera loco.— Claro mi vida. — no pudo evitar responderle de forma sarcástica.— Bueno, todo es muy hermoso, el amor está en el aire, pero ahora tenemos clases, nos vemos en el almuerzo chicos, ruso te robo a tu novia. — Dulce sabía muy bien que el brillo asesino en los ojos de Zafiro estaba dirigidos a su amiga, pe
Desde ese día todo cambio, ya no había bandos, todos compartían la misma mesa, lo único que continuaba igual era el silencio de Zafiro frente a Neri y Lucero, los cuales se seguían haciendo pasar por una pareja de enamorados.— Neri, no tengo problemas con ayudarte, pero ¿Qué posibilidades hay de reducir los besos? — se quejó la joven al llegar a la universidad.— ¿Acaso no beso bien princesa? — se burló el ruso y Lucero lo fulmino con la mirada.— Eso es algo que yo no tendría que saber, eres mi amigo, además mientras todos crean que soy tu novia, nadie se acercara a mí. – no pudo evitar hacer un gesto de niña, ella quería ir a la universidad no solo para estudiar, quería conocer el amor y mientras un ruso mafioso estuviera a su lado nadie se animaría a hablarle de amor.— Solo me e