No es Juan Pablo, no es ningún Diener. Es Joan. El chico sonriente y despreocupado, aquel que adora vivir al límite, es un asesino. O uno de los varios. Entre ellos presiento que yo.Me pregunto si esta fotografía basta para ir directo con las autoridades y convencerlas de que posiblemente estuve involucrada (junto con mis amigos), pero fue bajo coerción o algo parecido.Ahora que veo esta fotografía de mala calidad, me pregunto si verdaderamente será Joan. Claro que sí, están iguales, tal vez tenga una expresión un poco más infantil, pero es él. Eso podría explicar sus intentos por incluirme en su grupo de amigos. Él y Giuli...por dios, Giuli. Una vez dudé de ella cuando estaba ebria hasta que me di cuenta de que estaba siendo ridícula porque si ella quisiera hacerme daño, ya lo habría hecho. Además, si se dedicara a acosarme ya habría dado alguna señal, convivimos a diario, tampoco es algo que pase por alto.En cambio, Joan...él sí fue a la fiesta en la mansión, Giuli y Hernán no, s
Llego a la residencia estudiantil poco después de las diez de la noche. Mi teléfono se descargó en cuanto tomé el taxi de regreso. Al otro día me despierto casi a la una de la tarde, Giuli comenta que estuvo a punto de lanzarme agua para cerciorarse de que seguía viva.Al revisar mi teléfono me percato de que tengo varias llamadas perdidas de Sebastián, varios mensajes en los que me pide disculpas por todo y un ruego por arreglar la situación juntos y no hacer cosas con la cabeza caliente. Es irónico que Sebastián no confíe en Uriel y él mismo evitó que fuera a la policía.Ahora que tengo la información de Joan, lo lógico sería decirles a los chicos, pero me resisto. La falta de comunicación de Dalia y Pavel es buena porque significa que Sebastián no les comunicó mi teoría. No quiero verlos porque me da miedo su reacción ante mi confesión, ¿será como Sebastián? ¿Me repudiarán? Uriel dijo que puedo crear recuerdos falsos, pero algo verdaderamente malo ocurrió en esa fiesta y tristement
Su tristeza y desesperación es contagiosa y de pronto me entran unas ganas terribles de alejarme lo más posible para hundiré en un mar de nada y poder relajarme. Aún así, resisto porque eso hacen las amigas y Giuli se ha convertido en una. Era amiga de Joan, el asesino. Era y bien pudo no saber que lo era.Más tarde se queda dormida, tanto llorar la cansó. Le quito los zapatos y la cubro con las mantas, su rostro está enrojecido por las lágrimas. Quisiera quitarle tanta tristeza, tanto dolor, tanta incertidumbre. Es tan vulnerable y sensible. De pronto sé que debo protegerla, evitarle tanta pena y buscar una solución.Mando un mensaje a Uriel.Kendra: Lo siento por lo de Jaco.Uriel: No tienes por qué, pero gracias.Kendra: ¿Es un error?Uriel: No sabemos, Ventura y un tío político andan en eso. Dicen que tienen evidencia.Kendra: ¿Heber Díaz?Uriel: Podría ser. Pediré la carpeta lo más pronto posible.Me pregunto dónde estará Joan. Si él dio el testimonio, debió haber sido algo muy b
Las redes sociales dicen mucho más de lo que podamos imaginar y aunque no soy experta, me dedico a buscar cualquier dato útil sobre Ulruir. Tiene infinidad de fotos, sube al menos tres por semana y algunas son pinturas o paisajes, cuando revisamos su perfil el día que me siguió, vimos una pequeña parte. Llego al mes de febrero y entro a la fotografía en donde estamos en el restaurante de cortes, Marlene me etiquetó, pero Ulruir no, y sabrá el cielo porqué (si no estuvo esa vez), pero Jaco está etiquetado.Pulso el nombre y me redirige a su perfil. No esperaba enterarme de que Jaco es una especie de genio en el ámbito de la robótica. O algo así. Trabaja en un proyecto de injertos humanos para poder crear una buena parte de un órgano a partir de una pequeña porción de tejido. Sé que el tejido hepático puede regenerarse, pero muchos otros tejidos tardan demasiado o simplemente no lo hacen.Mi primer pensamiento es que eso es una bomba porque la única manera de curar la fibrosis quística
Después del medio tiempo los ánimos suben, la Universidad de Estrada nos ganaba por un gol, pero ahora empatamos gracias a una jugada hecha por Pavel al pasarle el balón a un compañero. Cuando el balón entra a la portería, las gradas explotan con júbilo. Los gritos, las risas y el compañerismo se puede respirar. De pronto, también grito, me levanto y salto mientras Dalia baila graciosamente a mi lado, Sebastián nos mira con cierta burla, pero de alguna forma sé que lo está disfrutando.Los tres últimos minutos del juego son cardíacos. Gracias a Dalia que se da a la tarea de explicarme, sé que, si empatan este partido, los compañeros no habrán terminado bien porque el partido de vuelta será en Estrada y posiblemente ganen los contrincantes. Así que tienen poco tiempo para meter gol o se las verán difícil para ganar la copa.Sabrá el cielo de donde salió el ánimo que me invade, esta emoción sin sentido por un deporte que en realidad nunca me ha gustado.Divisar a Pavel desde este punto
―No, no pueden llamar la atención ―se encoge de hombros―. No importa quién fue, ahí lo tienes.Supongo que solo es una parte de toda la investigación porque dudo que un caso tan complejo como el del psiquiatra sea tan escueto.Está la descripción del lugar de los hechos, los bomberos encontraron el cuerpo en la oficina del psiquiatra, pero ya era demasiado tarde porque estaba muerto. El lugar en donde guardaron los expedientes estaba destrozado, se perdió mucha información en los papeles chamuscados. Hallaron los restos de un encendedor cerca del cuerpo y alcohol esparcido por el lugar y en los restos de ropa que aún tenía el psiquiatra. No hubo heridos de gravedad. Algunos pacientes, enfermeras y camilleros sufrieron algún golpe por parte de pacientes que entraron en pánico, pero nada extremo. En cuánto alguien activó la alarma, todos salieron.Entre tantas palabras, eso fue lo importante.Hay algunos términos penales, muchas descripciones detalladas y una fotografía de la nota del p
Noviembre, 2009.La razón exacta por la que me despierto es desconocida. Habrá sido el sonido crepitante, tal vez el olor del humo o el instinto de supervivencia. Pero cuando abro los ojos, me doy cuenta de que estoy metida en un aprieto. Y uno grande.Debido al terror y desesperación que se apoderan de mí al unísono, me hundo junto a mi cama abrazando mis piernas.Es fuego. El departamento se está quemando. Dos toses se me escapan, si permanezco mucho tiempo aquí, moriré asfixiada, sin embargo, no hallo la motivación para moverme. ¿Qué habrá pasado? Mi padre seguramente rebasó su límite y al final terminó con nosotras.Mamá. Tengo que buscarla.Una fuerza repentina repara en mis piernas y me obliga a levantarme. Tomo una playera de la pila de ropa sucia y me cubro nariz y boca. Suelto otra tos y caigo de rodillas. Así tenga que arrastrarme, debo encontrar a mamá.Abro la puerta de la habitación y me pega de lleno el calor, si de por sí sentía que me sofocaba, al recibir el aire hirvi
Marlene aparece detrás de su padre y parlotea alegremente acerca de su amiga Rafaela, la hija de un político, pues la chica entiende que todo lo de Jaco es un malentendido y su padre se ha puesto de su lado. Cuando alza la vista y observa la escena, su sonrisa desaparece y suelta una maldición.Durante los escasos segundos en los que nadie habla, cruza por mi cabeza la idea de decir algo sarcástico o gracioso, tal vez el humor me ayude a salir de esta, pero la mirada gélida del hombre frente a mí apenas me permite respirar.―Padre, ella es Kendra ―Ventura se posiciona firmemente entre Rolán y yo―. Fue a la...―¿Qué sabe?El tono del señor es tajante, duro...atemorizante.Marlene, desde detrás de su padre, hace una seña inentendible, incluso una mueca, supongo que va dirigida hacia alguno de sus hermanos.―Solo lo vio ―aclara Ventura, puedo sentir su nerviosismo y su terror.―Después de todo el esfuerzo invertido en el asunto ―Rolán Diener se quita el saco con movimientos elegantes, pe