Violet se había quedado asombrada, abrió los ojos como platos mientras escuchaba las amenazas de demanda del hombre, de lo que eso le haría a su carrera.
Ignacio se retiró furioso, Violet se quedó parada cuál estatua.—Señorita Violet lo mejor es que nos vayamos —dijo Lana—. ¿Señorita Violet?Violet empezó a caminar, sin salir de su asombro, llegaron hasta el auto y su primer acto fue llamar a Mariska, su amiga y diseñadora a la que le debía su éxito.—Hola Violet, ¿Qué tal ha ido tu sesión de fotos? ¿Cómo está mi ahijada?—Encontré al padre de mi hija, Mariska, él, mi nuevo jefe es el padre de mi hija.—¿Qué, pero qué dices? Violet no puede ser posible, ¿no has leído? A Ignacio O’kelly no le gustan los niños.—No, no lo hice, pero no te miento, es él, Mariska es su rostro, es el rostro que recuerdo, mira sus fotos y ve los rasgos de Salomé.Mariska esperó en la línea mientras comprobaba la información.—Caray, sí, si tienen el color de ojos y cabello, ¿pero no será solo una coincidencia? Tú eres venezolana, él es estadunidense.—No lo sé, pero era un turista en islas margaritas, eso dijeron en el hotel, ¿puedes fijarte si entre sus fotos en sus redes, se puede ver el tatuaje en su espalda? Lee su biografía y avísame por favor, si tiene el tatuaje es él, te dejo, debo atender a Salomé, está alterada, ese tipo, ese canalla la asustó.—Señorita Violet, ¿lo que dijo es cierto?Violet la miró.—No lo sé, Lana, pero tú lo viste, sus rasgos, y te juro que es el rostro de mis recuerdos.—Vaya, puede que tuviera razón, si ese tipo es el padre, es un canalla, uno muy atractivo, eso sí.Violet suspiró al reconocer que el hombre, además de maduro, sí era muy atractivo.—Lo que tiene de atractivo, le falta en humanidad, ¿Qué es ese tipo? ¿Un robot? ¿Cómo es posible que no le gusten los niños?Violet se dispuso a calmar a la pequeña llorando, mientras Ignacio, furioso llamaba a su abogado, pondría esa demanda contra aquella joven que además de irresponsable ya consideraba una mentirosa.«Te va a salir muy costoso, tu falta de respeto, ¿una hija, por Dios? Tiene una hija» se cuestionó molesto.El abogado había respondido, le fue exigida su presencia en la empresa y al igual que cualquiera de sus empleados, el hombre corrió a ese encuentro.Ignacio lo esperaba furioso, preguntándose como habían sido capaces de pasar por alto que la mujer tuviera una hija, el porqué los medios no hablaban de eso.Salomé había dejado de llorar, Violet la abrazó contra su pecho al ver que se quedó dormida.Lana no quiso opinar y Violet llamó de nuevo a su amiga Mariska, recordaba las amenazas del que ella estaba segura era el padre de su hija, se quería asegurar de que no habría problemas.Mariska le dijo que no había fotos del tatuaje del hombre en las pocas fotos que tenía en sus redes, mucho menos se hablaba de ello en su biografía en el internet.Habían llegado y Violet dejó a la pequeña en su cuna, con la ayuda de Lana y Mariska al teléfono, trataban de descubrir la verdad de sus pensamientos.Aun cuando el rostro que vagamente recordaba, le hicieran tener seguridad, ella necesitaba algo más que eso.—Señorita Violet, por qué no solo se les hace una prueba de ADN y se descarta o afirma el asunto.—Ah, vaya, qué irónico, su apodo es “robot” bueno saber que no me equivoqué, supongo que debí leer antes, no le hubiera hecho pasar ese mal rato a mi pequeña, ¿Lana, como crees que voy a decirle eso? Además de que me despidió, no creo que el asunto le haga gracia.—Tiene razón, señorita Violet.—Voy a solucionar lo de la demanda, te llamo después —se despidió Mariska.—Sí que la tengo, eso es por lo que la he mantenido lejos de este medio, de mi ambiente laboral. Vamos a olvidarnos del asunto, mi hija no necesita un papá, esperaré a su abogado, espero no tener que ver a ese arrogante de nuevo.Violet dejó el asunto en manos de Mariska, era además de su amiga, su representante, ella se haría cargo del asunto y la mantendría al tanto.—Lo siento, señor, pero la señorita Williams no está incumpliendo el contrato.—Por supuesto que lo está haciendo, Richard, no mencionó que tenía una hija, no tendrá el tiempo para trabajar a mi ritmo, es mejor rescindir del contrato. La causa será incumplimiento por parte de esa jovencita irresponsable y mentirosa.—Me temo que no va a ser posible, señor, en el anexo de sus condiciones, en el punto tres específicamente la señorita habla de su hija.Ignacio le arrebató los documentos al hombre, corroboró la información, molesto, se alejó con los documentos en mano.—¿Por qué no me notificaste sobre este punto? Richard, sabes perfectamente que no me gustan los niños, que no contrataría a una modelo con uno, no voy en contra de que mis empleados tengan hijos, pero es una modelo, no rendiría, no daría la talla.—Lo intenté, señor, quise decírselo, pero usted parecía ansioso por contratar con ella, usted mismo dijo que no importaba, que lo único que le interesaba era tenerla en su equipo.—Debiste insistir, no debiste permitirme pasar por alto algo así, para eso te pago, sabes que no me gusta la gente ineficiente.—Señor O’kelly la señorita lleva alrededor de un año siendo modelo, ha trabajado con compañías prestigiosas y hablan muy bien de ella, por lo que indican, es profesional, su hija no ha sido impedimento, lo que le da más valor como modelo, habla muy bien de ella que pese a tener una hija, está nunca ha sido inconveniente.Ignacio se sentó, buscó en internet todo con respecto a la mujer, se dio cuenta de que su juicio apresurado había sido un error.—Tienes razón, ha trabajado para prestigiosas compañías, todo indica que ha sido un éxito, significa que su hija no es impedimento, tal vez tienes razón y estoy exagerando.Ignacio comprendió las razones de la falta de la mujer, su hija estaba enferma, recordó lo que dijo la mujer que llevaba a la pequeña,—Por supuesto, ahora tiene lógica, ella faltó por el bienestar de su hija —murmuró.—Así es señor O’kelly, ¿desea que proceda con la demanda y rescisión del contrato?—Qué idioteces estás diciendo, Richard cancela todo, busca a esa joven y discúlpate en mi nombre, dile que el contrato sigue, pídele reagendar la sesión de fotos.—Señor O’kelly, creo que lo conveniente es que sea usted quien haga esa parte, será más profesional.Ignacio no tuvo argumentos, la idea de pensar en disculparse con ella lo hizo rascar su barbilla.—¿No tengo otra opción, verdad?—No, señor O’kelly, a menos que tenga alguien mejor que la señorita, las otras modelos están por debajo del ranking, pueden resultar buena inversión, pero la señorita Williams será un éxito.—Ok, ¿tienes su número?—Está en su información, pero si me permite un consejo, vaya a su residencia, y si puede lleve un detalle para la pequeña.Ignacio lo miró con el ceño fruncido, un detalle para la pequeña ya era mucho.—¿Es una broma, verdad?—No, señor, supongo que una mujer como ella, tan aclamada, con dinero, no temerá de amenazas, lo cierto es que está en una buena posición, en su mejor momento, se puede dar el lujo de rechazarlo a menos que demuestre que en verdad siente el malentendido. Si la quiere en su equipo, es necesario que acepte que la pequeña formará parte del asunto.—Ok, lo entendí Richard, ¿qué sugieres que compre? Tú tienes hijos, ¿por qué no te encargas de eso?—Señor O’kelly, soy su abogado, lo mejor es que vaya ahora mismo, de camino a casa de la señorita Williams, puede comprar el regalo, trate cuanto antes de arreglar el asunto, supongo que no querrá retrasar el lanzamiento de la campaña.Ignacio resopló irritado, no tenía ganas de hacer nada parecido a comprar cosas para niños y mucho menos disculparse con Violet.«Caray, lo cierto es que no tengo otra opción, todo sea por el éxito de la campaña» pensó.—Encárgate del asunto con su representante, informa que lo arreglaremos. Llegaré a un nuevo acuerdo con esa joven —ordenó y recogió sus llaves.Ignacio salió de su oficina, ordenó a su secretaria cancelar todo con respecto a la sesión de fotos, hasta nueva orden.Salió y abordó su auto, condujo hasta detenerse en una juguetería, extrañado y molesto por aquel acto, escogió lo primero que se le ocurrió, regresó a su auto y ojeo de nuevo la información de la modelo.Comprobó la dirección y se dirigió allá.«Hay otras, puedo encontrar una mejor, caray no es cierto, ella es la correcta, la novedad, ni modo, tendré que disculparme» pensó Ignacio.Violet había aprovechado que Mariska se hacía cargo del asunto, que Salomé dormía, que Lana había salido, para poder terminar de leer un libro que no había podido finalizar.Violet vestía ropa deportiva, bebía un batido bajo en calorías, mientras disfrutaba de su lectura y de ver a su bebé durmiendo.Se le antojó una manzana, fue a por ella y al regresar Salomé estaba despierta, le realizó un cambio de pamper y la llevó con ella para poder alimentarla.—Eso es, toma la leche, te daré el medicamento.Llamaron a la puerta y Violet se preguntaba por qué Lana había dejado las llaves, si no había avisado el portero, seguramente era ella.—Hola La… —Violet se quedó muda al ver al hombre delante de ella.—Hola señorita Williams —saludó Ignacio mirándola fijamente.—Apa —dijo Salomé y le extendió los brazos al hombre.Violet se quedó sorprendida.—Papá, apa—repitió la pequeña.Ignacio sonrió.—Hola mujercita, no soy tu papá, ¿así que puede hablar? ¿Esperaban a su esposo señorita Williams?Violet estaba concentrada mirando al hombre delante de ella, mordía la manzana con pensamientos nada sanos.—Señorita Williams, ¿está usted bien?—Papá —repitió insistente Salomé.—No soy papá, pero he traído esto para ti —extendió la mano con un piano acto para bebés a partir de los 12 meses, en color azul.—Amor, no, el señor no puede cargarte, es alérgico a los bebés —reaccionó finalmente Violet—. Soy madre soltera, señor.Ignacio la miró con cierto asombro y carraspeó.—Veo que se ha tomado el tiempo de investigar, no entiendo, porque llevar a la niña, si sabía esa información.—No, no lo sabía, me enteré hace horas, estoy dispuesta a pagar lo que sea que cueste esa demanda, mi hija está primero, ¿Qué hace en mi residencia señor O’Kelly? Es decir, el asunto lo llevarán mi representante y nuestro abogado.—Quer
—Sí, si estamos bien Lana, y si el gruñón estuvo aquí, sabes, además de que comprobé que es el padre de Salomé, me he dado cuenta de que no es tan alérgico a los niños, como dice.—¿Está segura de que es él, señorita Violet?—Lo estoy, tiene el tatuaje en la espalda, un ave fénix, recuerdo ese rostro y bueno, por alguna razón Salomé lo llamó papá, debiste ver su rostro, claro intentó disimular con una sonrisa, tiene una sexi, por cierto, es muy apuesto —dijo Violet y mordió la manzana que previamente había cogido.—¡Hmmm! Es un hombre comprometido, por lo que tengo entendido, señorita Violet, en cuanto a que es el padre, me alegro de que la niña Salomé vaya a contar con su figura paterna, ¿cuándo le dirá o ya lo sabe?—Supongo que no me recuerda, y no te preocupes, leí que está comprometido, para mi mala suerte, no le gustan las jóvenes, con que acepte a Salomé estará bien. ¡En cuanto a decírselo!Violet suspiró y le recibió de nuevo a Salomé.—Supongo cuando esta princesa se gane su
Salomé acariciaba la mejilla de la pequeña, en tanto pensaba en que ojalá a Ignacio no le costara tanto aceptar a Salomé.—No fuiste planeada, pero eres lo mejor que me ha pasado y espero que tu padre, al saber la verdad, pueda por lo menos sentir lo mismo —murmuró Violet mirándola completamente enamorada.Después de un par de horas, Ignacio había llegado a su casa, dejó como habitual sus objetos, se retiró la ropa y se dio una ducha.Se acercó al espejo y al observar su cabello rubio, pensó en que necesitaba hacerse un recorte, recordó a Salomé.«Como pueden ser posibles tantas casualidades, se llama como mi madre, tiene mi color de ojos y cabello, podría perfectamente pasarla por mi hija» pensó y sonrió sarcástico al recordar que eso para él era una nula posibilidad.Ignacio terminó con lo que hacía y se fue a su estudio en casa, al no sentir sueño decidió trabajar un poco; sin embargo, lo que pretendía hacer perdió importancia, al encontrarse concentrado viendo en redes los éxitos
—Papá, pa, papá —dijo Salomé y extendió sus bracitos al ver al hombre acercándose.Violet sonrió rígida para ocultar los nervios, quería pedirle a la pequeña que no llamara al hombre de ese modo, para no ponerlo en aprietos. Pero sabía que la pequeña no le podía entender, solo se dejaba llevar por su instinto, era lo que suponía Violet, Salomé siguió insistiendo.A Ignacio no le importó que todos sus empleados lo estuvieran viendo, para contradecir aquello que tenía como regla inviolable, cero niños en su empresa, en su presencia, todos lo vieron extender las manos al acercarse a la pequeña, incluso se olvidó de saludar a los presentes.Salomé, al estar en brazos del hombre, se recostó en el pecho del mismo, como si buscara abrazarlo, Ignacio sonrió mientras la sostenía.—Hola pequeña, Así que insistes en adoptarme como tu figura paterna, vaya, creo que no pudiste haber hecho una peor elección —dijo el hombre recordando que no le gustaban los niños.Salomé levantó su pequeño rostro y
Lana miró al hombre, completamente asombrada, fingió no haberlo escuchado.—Vamos mujer, no me haga repetir la pregunta, sé que me escuchó.—Solo usted puede estar tan ciego para no darse cuenta —balbuceó Lana.—¿Qué ha dicho? —inquirió el hombre ya cabreado.—Lo siento, señor, no sé quién es el padre de la pequeña, creo que la madre, la señorita Violet puede responder a su pregunta.—Muy bien, reciba a la niña, por favor…Lana extendió los brazos, Salomé se negó, Ignacio la dejó en brazos de Lana y sin importar que esta se hubiera quedado llorando, salió con una molestia que no se explicaba de su oficina.—Señor Ignacio, quería mostrarl…—Ahora no Liana.Ignacio sacudió su mano para indicarle a la mujer que lo seguía, que no era un buen momento.—Jefe, pero…—Dije que ahora no Liana, ¿acaso está usted sorda?La mujer negó con la cabeza y se quedó atrás, Ignacio había llegado al estudio fotográfico.—¿Dónde está la modelo?—¿Cuál señor?Ignacio miró al hombre fulminante.—Disculpe, la
—¿Tú me elegiste verdad? Supongo que eres mi karma, mira cuántas reglas me tienes violando.Salomé sonrió y cogió la corbata.Ignacio se sentó, sentó a la pequeña en el escritorio y como si solo estuvieran ellos dos, le dedicó toda su atención, la miraba y no comprendía lo aferrada que estaba ella a él.Sintió ternura, ella le extendió los brazos, la acercó y ella buscó acomodarse.—Tiene sueño —dijo Violet, acercándose.Intentó cogerla, lo único que obtuvo fue una sonrisa esquiva de Salomé.—Espero no tener que llevarlo a vivir a casa —dijo Violet ante la actitud de su hija—. Dele esto por favor.—¿Qué es? —inquirió Ignacio mirando el vaso de boquilla.—Leche, sé cuidar de mi hija, esperaré a que se duerma para poder irnos.—No, es decir, en cuanto se duerma me gustaría que podamos hablar, deseo hacerme responsable, que lleve mis apellidos, asumiré mi responsabilidad.—No es necesario, prefiero que se aleje, que mi hija no se siga encaprichando con usted, es mejor ahora antes de que
Violet regresó a la sesión fotográfica, Ignacio le echó una ojeada a Salomé y se sentó, abrumado, confundido.Su presencia era necesaria, en algunos sectores, en la toma de algunas decisiones.A Michael se le había ocurrido la grandiosa idea de pedir a Violet interferir, nadie quería molestar al “robot” especialmente en su estado de ánimo.Violet hizo una llamada a Lana y pidió le comunicara con Ignacio, al escuchar su voz tan varonil y autoritaria, incluso solo respondiendo con tranquilidad, Violet suspiró.—Cuide de mi hija, Lana, si se despierta y me solicita, llévela ante mí, sin importar el lugar donde esté, claro a menos que no sea seguro para ella, o la ocupación que tenga.Ignacio había logrado salir, antes dejado un beso en la cien de su hija, calmado salió hacerse responsable del caos que había en el lugar.Tomó las decisiones pertinentes y dispuso a todos a trabajar.La sesión fotográfica estaba por finalizar, entre recesos que Violet aprovechaba para llamar a Lana y saber
—Dime ahora mismo lo que está pasando Ignacio, acaso es lo que me temo, esa mujer es tu amante y ella tu hija, ¿verdad?—El asunto es complicado, pero no tengo nada con Violet, al menos no una relación amorosa, te explicaré todo cuando regreses, es lo mejor.—Muy bien Ignacio, esta misma noche viajaré, ahora debo dejarte, Ignacio lo nuestro siempre ha sido sólido, yo de verdad espero que lo que tengas que decir no lo afecte, te elegí por obvias razones, tú y yo tenemos mucho en común, hemos sido una pareja casi que perfecta, no lo arruines, Te veo más tarde Ignacio.—Te veo más tarde Fermina.Ignacio dejó la llamada y pasó su mano por su mentón. Sabía lo complicado que tenía la situación, no se había mostrado muy amable con otros niños, especialmente con los sobrinos de su novia, debía no solo explicar que tenía una pequeña hija, sino que su madre era una joven, esas que tanto le había mencionado, no toleraba.Salomé disfrutaba del paseo por los diferentes departamentos, en compañía d