—Sí, si estamos bien Lana, y si el gruñón estuvo aquí, sabes, además de que comprobé que es el padre de Salomé, me he dado cuenta de que no es tan alérgico a los niños, como dice.
—¿Está segura de que es él, señorita Violet?—Lo estoy, tiene el tatuaje en la espalda, un ave fénix, recuerdo ese rostro y bueno, por alguna razón Salomé lo llamó papá, debiste ver su rostro, claro intentó disimular con una sonrisa, tiene una sexi, por cierto, es muy apuesto —dijo Violet y mordió la manzana que previamente había cogido.—¡Hmmm! Es un hombre comprometido, por lo que tengo entendido, señorita Violet, en cuanto a que es el padre, me alegro de que la niña Salomé vaya a contar con su figura paterna, ¿cuándo le dirá o ya lo sabe?—Supongo que no me recuerda, y no te preocupes, leí que está comprometido, para mi mala suerte, no le gustan las jóvenes, con que acepte a Salomé estará bien. ¡En cuanto a decírselo!Violet suspiró y le recibió de nuevo a Salomé.—Supongo cuando esta princesa se gane su corazón, hoy dio un paso muy grande, le dijo que le agradaba. Y para ser alérgico es un gran avance, si apenas la vio.Las chicas se sentaron a chismear.—Simón, te quiero ver en mi oficina, tengo un asunto del que quiero hablarte —dijo Ignacio al hombre en la línea.—No estoy en la ciudad, Ignacio, puedes contarme ahora, regresaré el fin de semana a California.—No estás en la ciudad. No lo sabía, en ese caso prefiero contarte cuando regreses, Simón.—Como desees Ignacio, ya me contaron tu hazaña con la modelo, tiene una hija, es increíble, ¿qué hiciste con el asunto?Ignacio sonrió al recordar a la pequeña y su madre.—En cuanto a eso, he violado mi regla inviolable, resulta que seré niñero por horas.Simón se echó a reír al escuchar e imaginar a su amigo en aquella situación, Ignacio le contó todo y ambos reían imaginando al hombre en aquella situación.—Si no me lo cuentas tú, no te lo creería, tu Ignacio O’kelly, siendo niñero, eso tengo que verlo, esto de que ella es la novedad, me suena a algo. ¿Te interesa esa joven, Ignacio?—No digas tonterías, Simón, sabes perfectamente que estoy con Fermina.—Ah, vaya, esta vez no dijiste que no te gustan las adolescentes, mi amigo, le llegó la ruptura en paquete doble a tus reglas, a tu tranquilidad.—No tiene que ser un problema, Simón, créeme, lo hago por la campaña, ella promete ser un éxito, sabes que no me gustan los fracasos.Ignacio le dijo a su amigo que debía dejarlo, Fermina estaba llamando, se despidieron y él atendió a la mujer.—Ignacio, hola, llamaba para informarte que debo salir de la ciudad, estaré una semana fuera, es una capacitación importante, a penas me han hecho la invitación.—Muy bien, ¿necesitas que haga algo por ti?—No, Ignacio solo llamaba, para informarte que no estaré, me iré en un par de horas.—De acuerdo, cuídate, buen viaje Fermina.La mujer se despidió con la misma simpleza.Ignacio conducía con tranquilidad a la empresa, al llegar se dirigió al área de producción, se acercó a Michael y le informó el nuevo horario y como iría todo con la campaña.Desde ahí se fue a su oficina, antes de entrar le pidió a Liana reprogramar la sesión fotográfica, informar al área estética y demás encargadas.Entró finalmente a su oficina, se dispuso a cumplir sus compromisos laborales, en tanto él trabajaba, Violet le contaba a su manager la decisión que había tomado y lo que había descubierto.Violet le contaba en tanto hacia el almuerzo, Lana cuidaba a Salomé, la pequeña no soltaba el juguete que el hombre le había llevado.Violet suspiraba al recordar al hombre, deseaba y esperaba que Salomé pudiera conquistar el corazón del troglodita, como había decidido llamarlo.«Así que madre soltera» pensó Ignacio.Decidió echar una ojeada a los archivos de Violet.—Venezolana, 23 años.Ignacio no fue capaz de seguir leyendo.«Qué canalla es capaz de abandonar a una mujer con su hijo»Resopló fastidiado al pensar que el padre de Salomé debía ser un joven, pensó que tal vez uno muy irresponsable.Al recordar el nombre de la niña pensó en su madre, sonrió de nuevo al recordar que lo había llamado padre, se cuestionaba porque no se había imaginado en esa situación, pero había sentido empatía por la pequeña.—Así qué voy a cuidarte, espero que resultes ser una buena niña, que no hagas el asunto difícil.Ignacio intentaba pensar del modo nada piadoso en que se había levantado pensando con respecto a los niños.Pero le era inevitable negar que la pequeña le había generado una ternura que no se explicaba.Nuevamente, se dispuso a trabajar, entre llamadas, y tediosos compromisos, había sacado unos minutos de su tiempo para llamar a Fermina, misma que no le respondió, debido a la inducción en la que se encontraba.Ignacio decidió adelantar trabajo, creando estrategias para su próxima campaña, pensaba en si ofrecerle a Violet ser la imagen de la misma, pero tenía que conocer su trabajo primero, su desempeño.«Lo mejor es esperar, es muy hermosa, pero debo saber qué tan fácil le será trabajar a mi ritmo con la responsabilidad de su hija, por supuesto no pretendo ser su niñero, esta vez lo hago por ser un asunto de suma importancia, por no tener una mejor opción que ella» pensaba intentando negar que no le molestaba la idea de compartir con la pequeña, como su mencionada reputación de alérgico a los niños, hacía creer.Las horas habían pasado.—Lana, puedes ir a descansar, me haré cargo de Salomé, en tanto me hago cargo de unos asuntos.—¿Esta segura señorita Violet? No tengo nada que hacer, puedo quedarme y cuidarla mientras usted hace lo que tiene pendiente.—Eres muy linda, muy amable, pero quiero pasar tiempo con ella, además no es gran cosa, solo organizar algunas ideas, programar asuntos para mañana, prepararme mentalmente, además debemos madrugar, la sesión es temprano, ve a descansar, gracias Lana.Lana se despidió de ambas y fue a su habitación.Violet empezó a jugar con la pequeña, la palabra papá no salía del poco vocabulario que apenas pronunciaba.—Apa, pa- pa -pa.—Si amor, papá —dijo Violet y encendió su laptop para ponerse al día con sus deberes.Violet había dejado sus deberes, para compartir con la pequeña, quien parecía cansada, le dio el medicamento, quiso alimentarla, pero recibió muy poco, Violet le dio una pequeña ducha y siendo la hora de dormir, se acostó con ella.«Te pareces a su madre, dijo él, además da la casualidad de que se llamaba Salomé» recordóSalomé acariciaba la mejilla de la pequeña, en tanto pensaba en que ojalá a Ignacio no le costara tanto aceptar a Salomé.—No fuiste planeada, pero eres lo mejor que me ha pasado y espero que tu padre, al saber la verdad, pueda por lo menos sentir lo mismo —murmuró Violet mirándola completamente enamorada.Después de un par de horas, Ignacio había llegado a su casa, dejó como habitual sus objetos, se retiró la ropa y se dio una ducha.Se acercó al espejo y al observar su cabello rubio, pensó en que necesitaba hacerse un recorte, recordó a Salomé.«Como pueden ser posibles tantas casualidades, se llama como mi madre, tiene mi color de ojos y cabello, podría perfectamente pasarla por mi hija» pensó y sonrió sarcástico al recordar que eso para él era una nula posibilidad.Ignacio terminó con lo que hacía y se fue a su estudio en casa, al no sentir sueño decidió trabajar un poco; sin embargo, lo que pretendía hacer perdió importancia, al encontrarse concentrado viendo en redes los éxitos
—Papá, pa, papá —dijo Salomé y extendió sus bracitos al ver al hombre acercándose.Violet sonrió rígida para ocultar los nervios, quería pedirle a la pequeña que no llamara al hombre de ese modo, para no ponerlo en aprietos. Pero sabía que la pequeña no le podía entender, solo se dejaba llevar por su instinto, era lo que suponía Violet, Salomé siguió insistiendo.A Ignacio no le importó que todos sus empleados lo estuvieran viendo, para contradecir aquello que tenía como regla inviolable, cero niños en su empresa, en su presencia, todos lo vieron extender las manos al acercarse a la pequeña, incluso se olvidó de saludar a los presentes.Salomé, al estar en brazos del hombre, se recostó en el pecho del mismo, como si buscara abrazarlo, Ignacio sonrió mientras la sostenía.—Hola pequeña, Así que insistes en adoptarme como tu figura paterna, vaya, creo que no pudiste haber hecho una peor elección —dijo el hombre recordando que no le gustaban los niños.Salomé levantó su pequeño rostro y
Lana miró al hombre, completamente asombrada, fingió no haberlo escuchado.—Vamos mujer, no me haga repetir la pregunta, sé que me escuchó.—Solo usted puede estar tan ciego para no darse cuenta —balbuceó Lana.—¿Qué ha dicho? —inquirió el hombre ya cabreado.—Lo siento, señor, no sé quién es el padre de la pequeña, creo que la madre, la señorita Violet puede responder a su pregunta.—Muy bien, reciba a la niña, por favor…Lana extendió los brazos, Salomé se negó, Ignacio la dejó en brazos de Lana y sin importar que esta se hubiera quedado llorando, salió con una molestia que no se explicaba de su oficina.—Señor Ignacio, quería mostrarl…—Ahora no Liana.Ignacio sacudió su mano para indicarle a la mujer que lo seguía, que no era un buen momento.—Jefe, pero…—Dije que ahora no Liana, ¿acaso está usted sorda?La mujer negó con la cabeza y se quedó atrás, Ignacio había llegado al estudio fotográfico.—¿Dónde está la modelo?—¿Cuál señor?Ignacio miró al hombre fulminante.—Disculpe, la
—¿Tú me elegiste verdad? Supongo que eres mi karma, mira cuántas reglas me tienes violando.Salomé sonrió y cogió la corbata.Ignacio se sentó, sentó a la pequeña en el escritorio y como si solo estuvieran ellos dos, le dedicó toda su atención, la miraba y no comprendía lo aferrada que estaba ella a él.Sintió ternura, ella le extendió los brazos, la acercó y ella buscó acomodarse.—Tiene sueño —dijo Violet, acercándose.Intentó cogerla, lo único que obtuvo fue una sonrisa esquiva de Salomé.—Espero no tener que llevarlo a vivir a casa —dijo Violet ante la actitud de su hija—. Dele esto por favor.—¿Qué es? —inquirió Ignacio mirando el vaso de boquilla.—Leche, sé cuidar de mi hija, esperaré a que se duerma para poder irnos.—No, es decir, en cuanto se duerma me gustaría que podamos hablar, deseo hacerme responsable, que lleve mis apellidos, asumiré mi responsabilidad.—No es necesario, prefiero que se aleje, que mi hija no se siga encaprichando con usted, es mejor ahora antes de que
Violet regresó a la sesión fotográfica, Ignacio le echó una ojeada a Salomé y se sentó, abrumado, confundido.Su presencia era necesaria, en algunos sectores, en la toma de algunas decisiones.A Michael se le había ocurrido la grandiosa idea de pedir a Violet interferir, nadie quería molestar al “robot” especialmente en su estado de ánimo.Violet hizo una llamada a Lana y pidió le comunicara con Ignacio, al escuchar su voz tan varonil y autoritaria, incluso solo respondiendo con tranquilidad, Violet suspiró.—Cuide de mi hija, Lana, si se despierta y me solicita, llévela ante mí, sin importar el lugar donde esté, claro a menos que no sea seguro para ella, o la ocupación que tenga.Ignacio había logrado salir, antes dejado un beso en la cien de su hija, calmado salió hacerse responsable del caos que había en el lugar.Tomó las decisiones pertinentes y dispuso a todos a trabajar.La sesión fotográfica estaba por finalizar, entre recesos que Violet aprovechaba para llamar a Lana y saber
—Dime ahora mismo lo que está pasando Ignacio, acaso es lo que me temo, esa mujer es tu amante y ella tu hija, ¿verdad?—El asunto es complicado, pero no tengo nada con Violet, al menos no una relación amorosa, te explicaré todo cuando regreses, es lo mejor.—Muy bien Ignacio, esta misma noche viajaré, ahora debo dejarte, Ignacio lo nuestro siempre ha sido sólido, yo de verdad espero que lo que tengas que decir no lo afecte, te elegí por obvias razones, tú y yo tenemos mucho en común, hemos sido una pareja casi que perfecta, no lo arruines, Te veo más tarde Ignacio.—Te veo más tarde Fermina.Ignacio dejó la llamada y pasó su mano por su mentón. Sabía lo complicado que tenía la situación, no se había mostrado muy amable con otros niños, especialmente con los sobrinos de su novia, debía no solo explicar que tenía una pequeña hija, sino que su madre era una joven, esas que tanto le había mencionado, no toleraba.Salomé disfrutaba del paseo por los diferentes departamentos, en compañía d
—Tiene razón, es usted el que la vive, el que sabe si le gusta o no —respondió Violet y volvió a jugar con su pequeña.Ignacio continuaba conduciendo, tratando de ignorar a las mujercitas como decidió llamar al par que tenía claro habían llegado a sacudir su vida cuál huracán. Trataba de concentrarse e ignorar a la mujer enseñando vocabulario a la pequeña acostada aún en sus piernas.Suspiró y decidió conducir, echando una ojeada de vez en cuando.A Violet le había llamado mucho la atención Ignacio, pero había decidido mantener una relación laboral y amistosa por su hija, era un hombre comprometido y respetaba eso.—Hemos llegado —dijo finalmente Ignacio, al tiempo que bajó para abrir la puerta del auto.Violet pudo observar como llegó Lana y acompañantes.Ordenó a los hombres podían retirarse, Lana subió las cosas de Salomé y era seguido por ellos, Salomé parecía tener sueño.Ignacio la llevó con él, seguía a las mujeres.—Iré a mi habitación, si me necesita no dude en llamar, los de
—Le recuerdo que tengo un orden en mi vida, todo planeado y…—Y va a tener qué cambiar ese orden y sus planes, a mi hija no la va a someter a su vida tan aburrida y calculada, en ese caso no le hace falta.—Yo no voy a…—Usted no es quien decide Ignacio, créame su voluntad, deja de ser del todo suya cuando se es padre, ya se dio cuenta de que Salomé parece no tener intenciones de acoplarse a sus reglas, creo que debe hacerse a la idea que su violación de reglas apenas está empezando.—De ningún modo, podré con esto, mi vida será igual, con la pequeña en ella. De eso puede tener la seguridad.Violet se echó a reír, ella sabía que eso no sería posible.—¿Le ofrezco algo de tomar, Ignacio?—Agua, por favor, ya habiendo dejado todo en orden, esperaré a la pequeña para despedirme e irme.Violet le dio el agua al hombre. Mismo que se giró al escuchar a la pequeña llamarlo.Ignacio dejó el vaso y extendió sus brazos, su intención de solo despedirse se convirtió en la primera muestra de lo qu