—Papá, pa, papá —dijo Salomé y extendió sus bracitos al ver al hombre acercándose.Violet sonrió rígida para ocultar los nervios, quería pedirle a la pequeña que no llamara al hombre de ese modo, para no ponerlo en aprietos. Pero sabía que la pequeña no le podía entender, solo se dejaba llevar por su instinto, era lo que suponía Violet, Salomé siguió insistiendo.A Ignacio no le importó que todos sus empleados lo estuvieran viendo, para contradecir aquello que tenía como regla inviolable, cero niños en su empresa, en su presencia, todos lo vieron extender las manos al acercarse a la pequeña, incluso se olvidó de saludar a los presentes.Salomé, al estar en brazos del hombre, se recostó en el pecho del mismo, como si buscara abrazarlo, Ignacio sonrió mientras la sostenía.—Hola pequeña, Así que insistes en adoptarme como tu figura paterna, vaya, creo que no pudiste haber hecho una peor elección —dijo el hombre recordando que no le gustaban los niños.Salomé levantó su pequeño rostro y
Lana miró al hombre, completamente asombrada, fingió no haberlo escuchado.—Vamos mujer, no me haga repetir la pregunta, sé que me escuchó.—Solo usted puede estar tan ciego para no darse cuenta —balbuceó Lana.—¿Qué ha dicho? —inquirió el hombre ya cabreado.—Lo siento, señor, no sé quién es el padre de la pequeña, creo que la madre, la señorita Violet puede responder a su pregunta.—Muy bien, reciba a la niña, por favor…Lana extendió los brazos, Salomé se negó, Ignacio la dejó en brazos de Lana y sin importar que esta se hubiera quedado llorando, salió con una molestia que no se explicaba de su oficina.—Señor Ignacio, quería mostrarl…—Ahora no Liana.Ignacio sacudió su mano para indicarle a la mujer que lo seguía, que no era un buen momento.—Jefe, pero…—Dije que ahora no Liana, ¿acaso está usted sorda?La mujer negó con la cabeza y se quedó atrás, Ignacio había llegado al estudio fotográfico.—¿Dónde está la modelo?—¿Cuál señor?Ignacio miró al hombre fulminante.—Disculpe, la
—¿Tú me elegiste verdad? Supongo que eres mi karma, mira cuántas reglas me tienes violando.Salomé sonrió y cogió la corbata.Ignacio se sentó, sentó a la pequeña en el escritorio y como si solo estuvieran ellos dos, le dedicó toda su atención, la miraba y no comprendía lo aferrada que estaba ella a él.Sintió ternura, ella le extendió los brazos, la acercó y ella buscó acomodarse.—Tiene sueño —dijo Violet, acercándose.Intentó cogerla, lo único que obtuvo fue una sonrisa esquiva de Salomé.—Espero no tener que llevarlo a vivir a casa —dijo Violet ante la actitud de su hija—. Dele esto por favor.—¿Qué es? —inquirió Ignacio mirando el vaso de boquilla.—Leche, sé cuidar de mi hija, esperaré a que se duerma para poder irnos.—No, es decir, en cuanto se duerma me gustaría que podamos hablar, deseo hacerme responsable, que lleve mis apellidos, asumiré mi responsabilidad.—No es necesario, prefiero que se aleje, que mi hija no se siga encaprichando con usted, es mejor ahora antes de que
Violet regresó a la sesión fotográfica, Ignacio le echó una ojeada a Salomé y se sentó, abrumado, confundido.Su presencia era necesaria, en algunos sectores, en la toma de algunas decisiones.A Michael se le había ocurrido la grandiosa idea de pedir a Violet interferir, nadie quería molestar al “robot” especialmente en su estado de ánimo.Violet hizo una llamada a Lana y pidió le comunicara con Ignacio, al escuchar su voz tan varonil y autoritaria, incluso solo respondiendo con tranquilidad, Violet suspiró.—Cuide de mi hija, Lana, si se despierta y me solicita, llévela ante mí, sin importar el lugar donde esté, claro a menos que no sea seguro para ella, o la ocupación que tenga.Ignacio había logrado salir, antes dejado un beso en la cien de su hija, calmado salió hacerse responsable del caos que había en el lugar.Tomó las decisiones pertinentes y dispuso a todos a trabajar.La sesión fotográfica estaba por finalizar, entre recesos que Violet aprovechaba para llamar a Lana y saber
—Dime ahora mismo lo que está pasando Ignacio, acaso es lo que me temo, esa mujer es tu amante y ella tu hija, ¿verdad?—El asunto es complicado, pero no tengo nada con Violet, al menos no una relación amorosa, te explicaré todo cuando regreses, es lo mejor.—Muy bien Ignacio, esta misma noche viajaré, ahora debo dejarte, Ignacio lo nuestro siempre ha sido sólido, yo de verdad espero que lo que tengas que decir no lo afecte, te elegí por obvias razones, tú y yo tenemos mucho en común, hemos sido una pareja casi que perfecta, no lo arruines, Te veo más tarde Ignacio.—Te veo más tarde Fermina.Ignacio dejó la llamada y pasó su mano por su mentón. Sabía lo complicado que tenía la situación, no se había mostrado muy amable con otros niños, especialmente con los sobrinos de su novia, debía no solo explicar que tenía una pequeña hija, sino que su madre era una joven, esas que tanto le había mencionado, no toleraba.Salomé disfrutaba del paseo por los diferentes departamentos, en compañía d
—Tiene razón, es usted el que la vive, el que sabe si le gusta o no —respondió Violet y volvió a jugar con su pequeña.Ignacio continuaba conduciendo, tratando de ignorar a las mujercitas como decidió llamar al par que tenía claro habían llegado a sacudir su vida cuál huracán. Trataba de concentrarse e ignorar a la mujer enseñando vocabulario a la pequeña acostada aún en sus piernas.Suspiró y decidió conducir, echando una ojeada de vez en cuando.A Violet le había llamado mucho la atención Ignacio, pero había decidido mantener una relación laboral y amistosa por su hija, era un hombre comprometido y respetaba eso.—Hemos llegado —dijo finalmente Ignacio, al tiempo que bajó para abrir la puerta del auto.Violet pudo observar como llegó Lana y acompañantes.Ordenó a los hombres podían retirarse, Lana subió las cosas de Salomé y era seguido por ellos, Salomé parecía tener sueño.Ignacio la llevó con él, seguía a las mujeres.—Iré a mi habitación, si me necesita no dude en llamar, los de
—Le recuerdo que tengo un orden en mi vida, todo planeado y…—Y va a tener qué cambiar ese orden y sus planes, a mi hija no la va a someter a su vida tan aburrida y calculada, en ese caso no le hace falta.—Yo no voy a…—Usted no es quien decide Ignacio, créame su voluntad, deja de ser del todo suya cuando se es padre, ya se dio cuenta de que Salomé parece no tener intenciones de acoplarse a sus reglas, creo que debe hacerse a la idea que su violación de reglas apenas está empezando.—De ningún modo, podré con esto, mi vida será igual, con la pequeña en ella. De eso puede tener la seguridad.Violet se echó a reír, ella sabía que eso no sería posible.—¿Le ofrezco algo de tomar, Ignacio?—Agua, por favor, ya habiendo dejado todo en orden, esperaré a la pequeña para despedirme e irme.Violet le dio el agua al hombre. Mismo que se giró al escuchar a la pequeña llamarlo.Ignacio dejó el vaso y extendió sus brazos, su intención de solo despedirse se convirtió en la primera muestra de lo qu
La mujer había escuchado sin interrumpir hasta cuando Ignacio mencionó que Salomé era fruto de aquella noche.—¿Me crees estúpida, Ignacio? ¿Pretendes que me crea el cuento de que fueron drogados y te acostaste con ella y que de la nada ahora resultan tener una hija?—Créeme Fermina, no te estoy mintiendo, fue exactamente lo que pasó. Salomé es mi hija y pretendo hacerme responsable de ella.Ella lo miró con asombro y soltó una risita incrédula.—¡Dime que escuché mal Ignacio! No puedes estar hablando en serio, no puedes hacerte responsable de una mocosa a la que ni siquiera conoces, el que lleve tu sangre no la hace tu hija. ¿No te das cuenta? Puede ser una trampa de su madre, que lo único que busca es estafarte, piénsalo, tiene lógica, cómo es posible que haya dado justo contigo, no puede ser solo una simple casualidad, que haya dado con el supuesto padre, no piensas siquiera en hacer una prueba de paternidad.—Es mi hija Fermina, de eso no hay dudas, no es necesaria la prueba, al v