—¿Tú me elegiste verdad? Supongo que eres mi karma, mira cuántas reglas me tienes violando.Salomé sonrió y cogió la corbata.Ignacio se sentó, sentó a la pequeña en el escritorio y como si solo estuvieran ellos dos, le dedicó toda su atención, la miraba y no comprendía lo aferrada que estaba ella a él.Sintió ternura, ella le extendió los brazos, la acercó y ella buscó acomodarse.—Tiene sueño —dijo Violet, acercándose.Intentó cogerla, lo único que obtuvo fue una sonrisa esquiva de Salomé.—Espero no tener que llevarlo a vivir a casa —dijo Violet ante la actitud de su hija—. Dele esto por favor.—¿Qué es? —inquirió Ignacio mirando el vaso de boquilla.—Leche, sé cuidar de mi hija, esperaré a que se duerma para poder irnos.—No, es decir, en cuanto se duerma me gustaría que podamos hablar, deseo hacerme responsable, que lleve mis apellidos, asumiré mi responsabilidad.—No es necesario, prefiero que se aleje, que mi hija no se siga encaprichando con usted, es mejor ahora antes de que
Violet regresó a la sesión fotográfica, Ignacio le echó una ojeada a Salomé y se sentó, abrumado, confundido.Su presencia era necesaria, en algunos sectores, en la toma de algunas decisiones.A Michael se le había ocurrido la grandiosa idea de pedir a Violet interferir, nadie quería molestar al “robot” especialmente en su estado de ánimo.Violet hizo una llamada a Lana y pidió le comunicara con Ignacio, al escuchar su voz tan varonil y autoritaria, incluso solo respondiendo con tranquilidad, Violet suspiró.—Cuide de mi hija, Lana, si se despierta y me solicita, llévela ante mí, sin importar el lugar donde esté, claro a menos que no sea seguro para ella, o la ocupación que tenga.Ignacio había logrado salir, antes dejado un beso en la cien de su hija, calmado salió hacerse responsable del caos que había en el lugar.Tomó las decisiones pertinentes y dispuso a todos a trabajar.La sesión fotográfica estaba por finalizar, entre recesos que Violet aprovechaba para llamar a Lana y saber
—Dime ahora mismo lo que está pasando Ignacio, acaso es lo que me temo, esa mujer es tu amante y ella tu hija, ¿verdad?—El asunto es complicado, pero no tengo nada con Violet, al menos no una relación amorosa, te explicaré todo cuando regreses, es lo mejor.—Muy bien Ignacio, esta misma noche viajaré, ahora debo dejarte, Ignacio lo nuestro siempre ha sido sólido, yo de verdad espero que lo que tengas que decir no lo afecte, te elegí por obvias razones, tú y yo tenemos mucho en común, hemos sido una pareja casi que perfecta, no lo arruines, Te veo más tarde Ignacio.—Te veo más tarde Fermina.Ignacio dejó la llamada y pasó su mano por su mentón. Sabía lo complicado que tenía la situación, no se había mostrado muy amable con otros niños, especialmente con los sobrinos de su novia, debía no solo explicar que tenía una pequeña hija, sino que su madre era una joven, esas que tanto le había mencionado, no toleraba.Salomé disfrutaba del paseo por los diferentes departamentos, en compañía d
—Tiene razón, es usted el que la vive, el que sabe si le gusta o no —respondió Violet y volvió a jugar con su pequeña.Ignacio continuaba conduciendo, tratando de ignorar a las mujercitas como decidió llamar al par que tenía claro habían llegado a sacudir su vida cuál huracán. Trataba de concentrarse e ignorar a la mujer enseñando vocabulario a la pequeña acostada aún en sus piernas.Suspiró y decidió conducir, echando una ojeada de vez en cuando.A Violet le había llamado mucho la atención Ignacio, pero había decidido mantener una relación laboral y amistosa por su hija, era un hombre comprometido y respetaba eso.—Hemos llegado —dijo finalmente Ignacio, al tiempo que bajó para abrir la puerta del auto.Violet pudo observar como llegó Lana y acompañantes.Ordenó a los hombres podían retirarse, Lana subió las cosas de Salomé y era seguido por ellos, Salomé parecía tener sueño.Ignacio la llevó con él, seguía a las mujeres.—Iré a mi habitación, si me necesita no dude en llamar, los de
—Le recuerdo que tengo un orden en mi vida, todo planeado y…—Y va a tener qué cambiar ese orden y sus planes, a mi hija no la va a someter a su vida tan aburrida y calculada, en ese caso no le hace falta.—Yo no voy a…—Usted no es quien decide Ignacio, créame su voluntad, deja de ser del todo suya cuando se es padre, ya se dio cuenta de que Salomé parece no tener intenciones de acoplarse a sus reglas, creo que debe hacerse a la idea que su violación de reglas apenas está empezando.—De ningún modo, podré con esto, mi vida será igual, con la pequeña en ella. De eso puede tener la seguridad.Violet se echó a reír, ella sabía que eso no sería posible.—¿Le ofrezco algo de tomar, Ignacio?—Agua, por favor, ya habiendo dejado todo en orden, esperaré a la pequeña para despedirme e irme.Violet le dio el agua al hombre. Mismo que se giró al escuchar a la pequeña llamarlo.Ignacio dejó el vaso y extendió sus brazos, su intención de solo despedirse se convirtió en la primera muestra de lo qu
La mujer había escuchado sin interrumpir hasta cuando Ignacio mencionó que Salomé era fruto de aquella noche.—¿Me crees estúpida, Ignacio? ¿Pretendes que me crea el cuento de que fueron drogados y te acostaste con ella y que de la nada ahora resultan tener una hija?—Créeme Fermina, no te estoy mintiendo, fue exactamente lo que pasó. Salomé es mi hija y pretendo hacerme responsable de ella.Ella lo miró con asombro y soltó una risita incrédula.—¡Dime que escuché mal Ignacio! No puedes estar hablando en serio, no puedes hacerte responsable de una mocosa a la que ni siquiera conoces, el que lleve tu sangre no la hace tu hija. ¿No te das cuenta? Puede ser una trampa de su madre, que lo único que busca es estafarte, piénsalo, tiene lógica, cómo es posible que haya dado justo contigo, no puede ser solo una simple casualidad, que haya dado con el supuesto padre, no piensas siquiera en hacer una prueba de paternidad.—Es mi hija Fermina, de eso no hay dudas, no es necesaria la prueba, al v
Ignacio llegó a su habitación después de haber estado en la sala pensando qué haría con la situación en qué estaba, una cosa tenía clara y era que la pequeña formaría parte de su vida.Se había dado una ducha y al salir intentó comunicarse con Fermina, le había dejado algunos mensajes, he intentado llamarla, pero la mujer se negó a responder.A Ignacio no le importó la situación por la que estaba pasando, el estrés que estaba sintiendo, decidió hacerle honor al apodo que le precedía.Se sentó en la laptop y como si nada estuviera ocurriendo, revisó y adelantó todo el trabajo que tenía pendiente, el cual había sido enviado por su secretaria mediante correo, al finalizar reclinó la silla y pensó un poco más en la situación, después de haber tomado la decisión de hablar una vez más con Fermina, se fue a la cama.Mientras él intentaba dormir, Salomé, dormía plácidamente al lado de su madre, después de haber sido acostada no se despertó más.La noche había finalizado dándole paso a un nuev
—Muy bien Fermina, sabes que no soy un hombre de rogar. Pero tenía que intentarlo, porque sé que de una u otra manera te estoy fallando, quería remediarme porque sé que teníamos planes.—Los teníamos Ignacio, eso te deja como un hipócrita, pero no lo estás entendiendo. —Me estoy poniendo en tu posición, Fermina y entiendo que estés molesta, por eso estoy aquí, pidiéndote que me des la oportunidad de demostrarte que la presencia de Salomé no afectará lo nuestro, seguiré siendo el mismo hombre que te respeta y te quiere, que te tendrá como su prioridad, pero ahora no solo serás tú, tengo una hija, no la busqué, sé que esto cambia todo lo que teníamos planeado, pero es mi deber hacerme responsable de ella, me conoces por ser un hombre responsable, coherente, sensato, justo aunque no lo parezca, lo que me lleva a decidir que la pequeña merece tener a su padre, no importa cuántas reglas tenga que romper, si el karma lo decidió así, la vida o lo que sea, estoy dispuesto a cambiar. Los camb