Falister apena pudo contener una risita. Había vuelto a meter la pata.
_ No he querido decir, vaya ... _ aparto la mirada de la señora Heliodor, sin saber muy bien como salir del atollado _. Mi único propósito es conocerla ... hablar con ella… para que podamos familiarizarnos antes de tomar una decisión... Pero puedo asegurarle que, una vez que cierre el trato, le brindo a todo aquello a que este a mi cuidado el respeto y el afecto que merece.
Heliodor adopto una expresión dubitativa, como si se preguntara cuanto respeto merecía cuñada. Por su parte, la señora Heliodor siguió mirando fijamente a Isaac, intentando evaluar al hombre que comparaba el matrimonio con la compra de un caballo y que admitía sin pudor su interés en montar a su querida hermana.
_ Supongo que es una buena respuesta ... conociendo a mi padre, no podía esperar que eligiera a un marido para Aita basándose en algún lazo de afecto. Debo confiar, pues, en que mi marido y lord Faliste no nos habrían presentado si no creyeran que sea usted un digno pretendiente para mi hermana! _ suspiro con resignación, como si el ducado no significara absolutamente nada para ella, y suavizó su tono _. Por favo cuando vea a Aita dígale que he preguntado por ella y que puede contar conmigo para lo que sea, diga lo que diga padre! _ la vehemencia de sus palabras prometía terribles represarías para el hombre que se atreviera a hacerle daño a su hermana.
_ Muy bien, señora Heliodor. Con mucho gusto transmitiré su mensaje.
El vago interés que tenía por esa chica se había avivado gracias a aquella breve y reveladora conversación. Aunque no quisiera casarse con ella, estaba impaciente por conocerla y comprobar porque la misteriosa Aita daba tanto que hablar.
En la fiesta había muchos diques y conde de toda irlanda. La fiesta eran los lugares de chismes y nuevos socios o parientes políticos. Sir Romsome No se presenta con mucha frecuencia en la fiestas, Dado el fallecimiento de su única hija, se mantenía alejado de las fiesta por un tiempo.
Nicolás cárter, señor de Ghland, estaba concentrado limpiando la hoja de su espada y componía en aquellas tarea una imagen agradable, si es que hubiera llegado a saberlo o le importase. Su constitución y temperamento eran los de un soldado, y las finas arrugas que surcaban su rostro denotaban determinación y una cierta inflexibilidad.
En el brillo de sus ojos había un incómodo cinismo. Era moreno de piel, con el cabello negro, los ojos de un gris oscuro y la nariz recta y bien formada, perfecta para la arrogancia. Tenía los pulmones bien marcados. la boca perfectamente dibujado y capaz de cierto encanto en sus gestos, pero en aquel momento apretaba los labios con seriedad.
En resumen, era un hombre atractivo, o al menos eso solían decir las mujeres, pero de temperamento vivo e imperioso, de modo que no era fácil manejarle. Uno de los Carter negros, que podía encantar a atraer, pero cuyo carácter era tan fuerte como su apariencia. El motivo por el mensaje enviado por de Romsome y que había llegado hacía menos de una hora, unas noticias que había causado en el honda sorpresa.
Enola de Romsome, la hija de diez años de sir latís de Romsome, la niña que estaba destinada a ser su esposa, había muerto de una fiebre. No lo había presentido. ¿Cómo iba a imaginárselo? La chiquilla tenía solo diez años. Lamentaba su muerte, que duda cabe, y había enviado las palabras de condolencia adecuadas a su padre, sir Latís de Romsome.
La muerte de la única hija de sir Latís era muy dolorosa, aunque Nicolás apenas era capaz de encontrar entre sus recuerdos algún detalle personal de aquella criatura de cabello castaño vestida de azul intenso, que corría riendo tras un cachorro en el patio de su casa. Fue la única ocasión en que la vio, cuando se selló su compromiso.
Pero bajo su aflicción corría un torrente de alivio cargado de culpabilidad. Aquel matrimonio iba a ser una alianza que en su corazón nunca había querido, un acuerdo político en el que la niña había sido simplemente una moneda de cambio utilizada en la lucha por el poder de la marca Globes.
Estaba claro que sir Latís pretendía atraparle en una unión con los Latís, de la que no pudiera escapar, con el fin de que pudieran dominar la Marca entre ambos. Pero si Latís sería un aliado incómodo en las presentes circunstancias. La lealtad de los Latís para con la casa de Lang no encajaban con el apoyo de Cartel al rey Exol de lancaster. Tampoco le hacía demasiada gracia verse prometido a una niña tan pequeña.
Sin embargo, había de reconocer la necesidad de volver a casarse tras el fallecimiento de Lady Enola, su esposa. Ya era hora de darle un heredero a sus dominios, se dijo mientras seguía limpiando la hoja de la espada con un paño suave. Siempre y cuando sir Latís no intentase remediar aquel repentino colapso de las negociaciones ofreciendo otra novia de la familia.
¿Y si le proponía a que fuera su sobrina, Dolores De Romsome, quien ocupara el lugar de su hija en el tálamo nupcial de los Carter? Nicolás dejó a un lado la espada y apoyo las espalda en la silla. Dolores de Romsome. Una muchacha difícil, con más interés de la cuenta en las artes oscuras.
Conocía su reputación, ya que los rumores se extendían con toda rapidez, en la Marca. Tanto quieres, sir Latís, establecer todo su poder en la socialite, que preferiría Utilizar a su sobrina como moneda de cambio para adquirir más poder. Pero nada bueno se decía de ella. Una chica brusca, de rostro anguloso... bueno en realidad era ya mujer, y de una lengua afilada.
Poco aguante, poca belleza, pocas emociones femeninas en resumen, era todavía una niña, cuando tuvo que asumir el control de la casa de su familia en Brarink y la educación de su hermano menor tras la muerte de su padre, y permanecía soltera a pesar de su edad.
Sí, se añadía a la mezcla su falta de pudor al hablar y sus conocimientos de nigromancia … Nicolás hizo una mueca. No, desde luego no era una novia atractiva. Su nombre trae consigo desgracia, y absolencia, su nacimiento es de una monarca, pero que poco tacto tiene de ella misma.
De todos modos, era muy poco probable que se la ofreciera. Los rumores decía que la había enviado al Monasterio de santa marta para tomar los votos bajo la autoridad de Lady Dolía de Romsome, su tía abuela, que era la Priora allí. Sir Latís podía decir que la muchacha había descubierto su vocación, pero la maledicencia decía que había salido de su casa para no encontrarse con sir Latís.
_ De todos modos, tampoco la quiero! _ le dijo al sabueso que estaba sentado junto a él antes de levantarse _. Sea cual sea la razón por la que Dolores de Romsome haya oído la llamada del Monasterio de santa marta, solo puedo decir ¡gracias a Dios! En una habitación circular de la torre que cerraba la gran fortaleza que los Romsome tena en Talgrend, más hacia el norte, un hombre coloco la túnica negra de los magos encima de su ropa. Risto Rubrend, sacerdote degenerado y renegado, nigromante, leerdor de horóscopos y consejero personal en todos los asuntos no ortodoxos de sir Latís, encendió una única vela. El maestro Risto Rubrend era un hombre ambicioso, sin fin y fina perversión, y según el todo estaba a punto de florecer y dar una fructificación especial. ¡poder que más se podía desear! ¿Qué más se podía desear? El poder para manipular, para doblegar a un hombre a su voluntad como las piezas de un tablero de ajedrez. El poder para destruir, si era necesario. Se acomodó tras la mes
De ese modo habría que dado satisfecho, mientras que la pobre Xemena habría tenido que renunciar a la incomparable felicidad que según los rumores estaba disfrutando con su marido. Pertong se animó al centrar su atención en Aita y olvidarse de Xemena. _ Vamos a demostrarle que se ha equivocado. Dentro de un par de meses te estaré casando en St. George y todo el mundo suplicará una invitación. Tu podrás invitar a quien te plazca y mandar al diablo al resto. A Aita le hubiera resultado una perspectiva muy tentadora tiempo atrás, pero ya había perdido todo interés por la moda y los cotilleos. En aquellos momentos solo había una persona que pudiera interesarle en aquella boda imaginaria, pero casi no se atrevía a preguntar. _ La verdad es que me interesa más el novio que la lista de invitados¿A quién has elegido? _ A Llelewas. El título de conde lo ha convertido en el soltero más codiciado de la noche a la mañana. Imagínate la sensación que provocara vuestro enlace. Aita se devanó lo
_ Eso significa que estará rodeado de chicas _ comento Aita _. ¿Por qué iba a elegirme a mí entre tantas chicas en el salón de baile? ¿Y por qué iba a querer casarse? Estoy segura de que tienes otras ideas en la cabeza, como entrar en el parlamento o algo así. No creo que yo vaya a causarle mucha impresión muy erguida y educada que me muestre. _ Tonterías. Pertong me ha asegurado que se siente intimidado por su título y que le encanta recibir atención. ¿Como no? Nunca se hubiera imaginado que sería algo más que un simple granjero, un chico que solo sabia criar animales, domésticos. Y de repente pierde a su padre, a su primo, a su tío y de la noche a la mañana se convierte en duque. Qué trágico … — lo dijo con una sonrisa encantada con la posibilidad de cazar a un noble tan poderoso y a la vez tan ingenuo. _ Sí, es muy trágico _ corroboro Aita _. Su primo solo tenía tres años. Supongo que tendré que esperar un poco para conocerlo… No creo que quiera casarse aun, cuando acaba de perd
_ Lo entiendo!._ dijo él. _ Sin duda se debe a la buena suerte de su hermana… La conocí en la fiesta de Falister!. Aita tuvo que hacer un enorme esfuerzo para permanecer impasible. Había visto Xixi. Se sacudió mentalmente. No podía seguir poniéndole aquel apodo a su hermana. Tenía que llamarla Xemena, igual que hacia todas las amistades de Xemena. Xixi tenía muchos nuevos amigos y ya no necesitaba las burlas de su hermana pequeña. Había pasado meses desde la última vez que estuvieron juntas en la misma sala. Pero en aquella ocasión no se dirigieron las palabras y cada una permaneció en un extremo del salón de baile como si estuvieran en las orillas opuestas de un océano. Druster había obligado a Aita a romper todo contacto con su hermana, al igual que con Dolores, su mejor amiga. Si Druster se enteraba de que el duque había conocido a Xemena, cortaría todo trato con aquel hombre sin importar su título. _ Oh…! _ fue la única respuesta de Aita para el duque. Querría llevárselo ap
_ ¿Disculpas sin saber por qué? _ Desde luego. ¿Así se gana el corazón de una dama? _ ¿Cambiaria su actitud hacia mí si empezara disculpándome? _ No!. Él se quedó pensativo unos instantes. _ En ese caso, no tiene sentido que me moleste en hacerlo _ Permaneció en silencio ante ella, como si estuviera planeando su próximo paso. ¿Por qué no se alejaba y se olvidaba de ella? Había sido ella la que lo había ofendido, no al revés. Pero él, aun teniendo todo el poder en sus manos, no tenía ni idea de cómo utilizarlo. Su rango le permitía sentirse agraviado por los detalles más insignificantes, y cualquier otro en su lugar se habría quejado ya al padre por la insolencia de una mocosa rebelde y deslenguada. Sería una victoria pírrica y tendría que soportar una dura reprimida en casa, seguida de largos y tensos silencios. Pero de esa manera estaría más cerca de conseguir su objetivo. Sin embargo, él parecía reacio a dejarla en paz. _ Vamos a ver… No le gusta montar a caballo, no le gus
Pero no entendía nada. Alguien llamo con suavidad a la puerta y abrió. Era un joven que consiguió devolver a Dolores por primera vez el color que tanto tiempo hacía que había perdido._ ¡Samuel! No sabía que estabas aquí._ Es que estaba ocupándome de los caballos…En otro momento acudió de inmediato a saludarlo. En otro momento se había echado en los brazos del hermano que había criado desde la niñez, apretándolo contra su pecho. En otro momento el placer de contemplar sus facciones, su expresión en la mejilla y alborotándole el pelo. Pero bajo la severa mirada de la Monja suprema, la desconfianza de su tío y la mirada siniestra de Risto, no se movía de donde estaba y espero._ ¡Doris! _ Exclamo, y olvidando todo protocolo, acudió a su lado para tomarla por los hombros y besarla en la mejilla. Luego
_ Siempre hay esperanza _ la Monja suprema, severa, pero percibía cierta comprensión _. Antes de que nos dejéis, quiero deciros algo y quería que me escucharais con atención: si alguna vez os encontráis necesitada de ayuda, ya sabéis dónde podéis buscar refugio. Ahora mismo la zona esta vuelve a declararse la guerra entre York y los Mod, os encontraréis en el ojo del huracán, como todos. Si el peligro es grande, vos y los vuestros siempre seréis bienvenidos aquí. No lo dudéis. Pronto sonará la campana de tercias. Rezaremos un ave Maria porque lleguéis con bien a Gland. Aita no recibió noticias de Dolores, al igual ambas amigas no sabían, lo que pasaba en la vida de cada unas. Aita estaba ansiosa por encontrar una persona, decirle lo que paso, al menos criticar y también elogiar a los hombres y mujeres que se lo merecen. Hasta a su padre. Dolores sabia que salir de Monasterio sería una libertad, pero bajo un precio. Las dos amigas estaban por casarse, cada una con una familia adinerad
_ He tenido ocasión de hablar con su hija, y me ha parecido una joven… «Quisquillosa, desagradable, insolente, temperamental, e indiferente» Encantadora. ¿Me da su permiso para visitarla a su casa con visitas a una posible unión? _ Por supuesto, Excelencia! _ repitió Pertong con una ligera inclinación de cabeza, como si él también le estuviese concediendo un honor. _ Pero la chica también debe dar su visto bueno! _ le recordó Isaac _. No quiero presionarla si ya está comprometida?!. _ No está comprometida con nadie _ declaro Pertong con firmeza _. Y aunque lo estuviera, yo me opondría a cualquier pretendiente que no fuese el más apropiado para ella. Después de lo que hizo su hermana…_ en torno a los ojos torció el gesto para dar a entender lo que pensaba del matrimonio de su otra hija _. Aita no lo rechazará, Excelencia, jamás se atrevería a hacer algo así!. Isaac sintió lástima por ella. Su padre veía aquella mínima muestra de interés como una aceptación incondicional. _ Tengo q