De ese modo habría que dado satisfecho, mientras que la pobre Xemena habría tenido que renunciar a la incomparable felicidad que según los rumores estaba disfrutando con su marido. Pertong se animó al centrar su atención en Aita y olvidarse de Xemena.
_ Vamos a demostrarle que se ha equivocado. Dentro de un par de meses te estaré casando en St. George y todo el mundo suplicará una invitación. Tu podrás invitar a quien te plazca y mandar al diablo al resto.
A Aita le hubiera resultado una perspectiva muy tentadora tiempo atrás, pero ya había perdido todo interés por la moda y los cotilleos. En aquellos momentos solo había una persona que pudiera interesarle en aquella boda imaginaria, pero casi no se atrevía a preguntar.
_ La verdad es que me interesa más el novio que la lista de invitados¿A quién has elegido?
_ A Llelewas. El título de conde lo ha convertido en el soltero más codiciado de la noche a la mañana. Imagínate la sensación que provocara vuestro enlace.
Aita se devanó los sesos, pero no recordaba haberlo visto en las pocas fiestas a las que había asistido en los últimos meses.
_ ¿Y por qué iba a elegirme a mí?
_ Ya he hablado con el sobre esto. Necesito un aliado para el proyecto de ley que voy a presentar en el parlamento y él es la elección más lógica, aunque hasta el momento se ha mostrado muy distante. Cuando manifestó una vaga intención de contraer matrimonio le dije que tenía una hija casadera. Espero que sea el comienzo de una larga y fructífera unión.
Cuando Pertong hablaba de uniones fructíferas solo pensaba en leyes y proyectos, no en los otros frutos que podría derivar de casar a su hija con un desconocido... ni en lo que ella tendría que hacer para cosecharlos.
_ Muy considerado de tu parte padre _ dijo Aita mientras se levantaba de la mesa. Ahora si me disculpáis, creo que me retiraré a mi habitación. Estoy muy cansada.
_ Pero si es casi mediodía, Aita _ observo Druster _. Demasiado tarde para dormir y demasiado pronto para retirarte.
Aita busco algunas excusas creíble que le permitiría estar a solas con sus pensamientos.
_ Quiero rezar un poco!.
Druster tomo un sorbo de su café.
_ De acuerdo, entonces. Pero recuerda que una devoción excesiva es impropio de una joven. Puedes rezar siempre y cuando está de noche vuelvas a estar de humor y te pongas tu vestido nuevo. Vamos a asistir un baile en casa de Violía y allí conocerás a tu futuro marido.
Aquellas noche... solo tenía una pocas horas para librarse de los planes de su padre. Al parecer tendría que rezar por un milagro. la seguridad de su casa se había reforzado y las maneras que tenía anteriores para comunicarse con su amiga, se había acabado. ya no tiene donde ir o esconderse de la garra de su padre, su amiga Dolores está en el monasterio castigada por su tío sir Latís por no querer casarte con este viejo, y flaco tomas veckler. ¡qué jovencita aceptaría tal destino desgarrador es la secta mujer que ha tenido y acaba de enterrar su exmujer! No tal destino mi amiga hizo bien en no aceptarlo.
Su mente divagaba, ahora su padre planea casarte con un conde recién nombrado. Ha intentado muchas maneras de enviar una carta, a Dolores en el monasterio, pero no hay noticias de sí la recibió o no. Creo que ella no ha recibido ninguna carta. Su tío debió de prohibir muchas cosas. Hay Diosito mio, por favor salve a mi amiga, de esta terrible causa.
Unas horas después, lady Aita Strong observo el salón de baile y se preguntó si Druster había acertado al señalar los riesgos de la oración y el recogimiento. Se sentía como si fuera la primera vez que salía al mundo. Su vestido iba muy bien, pero el escote le parecía de repente demasiado indecoroso y la convertiría en el centro de toda la atención.
Tiempo atrás habría recibido con agrado la atención suscitada por un vestido más provocativo de la cuenta, pero en aquellos momentos solo quería estar sola.
Por desgracia, sus deseos no contaban para nada. Su padre estaba empeñado en presentarle a su futuro marido y no se dejó conmover por falsas migrañas ni retrasos deliberados. Tampoco su nueva mujer. Druster había intentado que Aita la llamase "Madre", pero sus edades eran tan parecidas que la sola idea la hacía reír. Incluso la palabra "madrastra" le sonaba a risas. Aita no quería que ninguna mujer volviera a ocupar la figura materna en su vida, pero su padre insistía en que necesitaba alguien que la guiara y acompañara y que por eso se había vuelto a casar.
Talvez rubiera razón. Aita tenía apena diecinueve años, y creía tener la personalidad formada, para bien o para mal, pero si quisiera aprovechar su juventud y belleza para cazar a algún noble viejo y estúpido no podría contar con mejor maestra que la nueva mujer de su padre.
Pero como ella no quería casarse, Druster estaba resultando ser incordio más que una ayuda. Su única esperanza era que el duque de Llelewas, fuera quien fuera, no estuviera tan impaciente por casarse a ciegas y que le diera gato por liebre, como esperaba su padre.
_ Ponte derecha y sonríe, Aita. _ Le ordeno, Druster, golpeándole la espalda con el abanico.
Aita intento ocultar sus emociones mientras se acercaban grupos de gente que había en un rincón. ¿por qué debería mostrarse simpática y cordial con unos desconocidos? ¿Solo para complacer al pretendiente elegido por su padre?
Teniendo en cuenta los hombres con los que su padre la había amenazado a lo largo de los años, no había muchos motivos para fomentar la atracción.
Pero de todos modos se irguió ligeramente. El continuo esfuerzo que hacía por conversarse y parecer menos de lo que era resultaba agotador y doloroso.
_ Supongo que tendrá que valer _ dijo Druster con el ceño fruncido _. Vamos. Nos van a presentar el invitado de honor. Es una ocasión extraordinaria que un noble soltero venga a Londres en mitad de temporada.
_ Eso significa que estará rodeado de chicas _ comento Aita _. ¿Por qué iba a elegirme a mí entre tantas chicas en el salón de baile? ¿Y por qué iba a querer casarse? Estoy segura de que tienes otras ideas en la cabeza, como entrar en el parlamento o algo así. No creo que yo vaya a causarle mucha impresión muy erguida y educada que me muestre. _ Tonterías. Pertong me ha asegurado que se siente intimidado por su título y que le encanta recibir atención. ¿Como no? Nunca se hubiera imaginado que sería algo más que un simple granjero, un chico que solo sabia criar animales, domésticos. Y de repente pierde a su padre, a su primo, a su tío y de la noche a la mañana se convierte en duque. Qué trágico … — lo dijo con una sonrisa encantada con la posibilidad de cazar a un noble tan poderoso y a la vez tan ingenuo. _ Sí, es muy trágico _ corroboro Aita _. Su primo solo tenía tres años. Supongo que tendré que esperar un poco para conocerlo… No creo que quiera casarse aun, cuando acaba de perd
_ Lo entiendo!._ dijo él. _ Sin duda se debe a la buena suerte de su hermana… La conocí en la fiesta de Falister!. Aita tuvo que hacer un enorme esfuerzo para permanecer impasible. Había visto Xixi. Se sacudió mentalmente. No podía seguir poniéndole aquel apodo a su hermana. Tenía que llamarla Xemena, igual que hacia todas las amistades de Xemena. Xixi tenía muchos nuevos amigos y ya no necesitaba las burlas de su hermana pequeña. Había pasado meses desde la última vez que estuvieron juntas en la misma sala. Pero en aquella ocasión no se dirigieron las palabras y cada una permaneció en un extremo del salón de baile como si estuvieran en las orillas opuestas de un océano. Druster había obligado a Aita a romper todo contacto con su hermana, al igual que con Dolores, su mejor amiga. Si Druster se enteraba de que el duque había conocido a Xemena, cortaría todo trato con aquel hombre sin importar su título. _ Oh…! _ fue la única respuesta de Aita para el duque. Querría llevárselo ap
_ ¿Disculpas sin saber por qué? _ Desde luego. ¿Así se gana el corazón de una dama? _ ¿Cambiaria su actitud hacia mí si empezara disculpándome? _ No!. Él se quedó pensativo unos instantes. _ En ese caso, no tiene sentido que me moleste en hacerlo _ Permaneció en silencio ante ella, como si estuviera planeando su próximo paso. ¿Por qué no se alejaba y se olvidaba de ella? Había sido ella la que lo había ofendido, no al revés. Pero él, aun teniendo todo el poder en sus manos, no tenía ni idea de cómo utilizarlo. Su rango le permitía sentirse agraviado por los detalles más insignificantes, y cualquier otro en su lugar se habría quejado ya al padre por la insolencia de una mocosa rebelde y deslenguada. Sería una victoria pírrica y tendría que soportar una dura reprimida en casa, seguida de largos y tensos silencios. Pero de esa manera estaría más cerca de conseguir su objetivo. Sin embargo, él parecía reacio a dejarla en paz. _ Vamos a ver… No le gusta montar a caballo, no le gus
Pero no entendía nada. Alguien llamo con suavidad a la puerta y abrió. Era un joven que consiguió devolver a Dolores por primera vez el color que tanto tiempo hacía que había perdido._ ¡Samuel! No sabía que estabas aquí._ Es que estaba ocupándome de los caballos…En otro momento acudió de inmediato a saludarlo. En otro momento se había echado en los brazos del hermano que había criado desde la niñez, apretándolo contra su pecho. En otro momento el placer de contemplar sus facciones, su expresión en la mejilla y alborotándole el pelo. Pero bajo la severa mirada de la Monja suprema, la desconfianza de su tío y la mirada siniestra de Risto, no se movía de donde estaba y espero._ ¡Doris! _ Exclamo, y olvidando todo protocolo, acudió a su lado para tomarla por los hombros y besarla en la mejilla. Luego
_ Siempre hay esperanza _ la Monja suprema, severa, pero percibía cierta comprensión _. Antes de que nos dejéis, quiero deciros algo y quería que me escucharais con atención: si alguna vez os encontráis necesitada de ayuda, ya sabéis dónde podéis buscar refugio. Ahora mismo la zona esta vuelve a declararse la guerra entre York y los Mod, os encontraréis en el ojo del huracán, como todos. Si el peligro es grande, vos y los vuestros siempre seréis bienvenidos aquí. No lo dudéis. Pronto sonará la campana de tercias. Rezaremos un ave Maria porque lleguéis con bien a Gland. Aita no recibió noticias de Dolores, al igual ambas amigas no sabían, lo que pasaba en la vida de cada unas. Aita estaba ansiosa por encontrar una persona, decirle lo que paso, al menos criticar y también elogiar a los hombres y mujeres que se lo merecen. Hasta a su padre. Dolores sabia que salir de Monasterio sería una libertad, pero bajo un precio. Las dos amigas estaban por casarse, cada una con una familia adinerad
_ He tenido ocasión de hablar con su hija, y me ha parecido una joven… «Quisquillosa, desagradable, insolente, temperamental, e indiferente» Encantadora. ¿Me da su permiso para visitarla a su casa con visitas a una posible unión? _ Por supuesto, Excelencia! _ repitió Pertong con una ligera inclinación de cabeza, como si él también le estuviese concediendo un honor. _ Pero la chica también debe dar su visto bueno! _ le recordó Isaac _. No quiero presionarla si ya está comprometida?!. _ No está comprometida con nadie _ declaro Pertong con firmeza _. Y aunque lo estuviera, yo me opondría a cualquier pretendiente que no fuese el más apropiado para ella. Después de lo que hizo su hermana…_ en torno a los ojos torció el gesto para dar a entender lo que pensaba del matrimonio de su otra hija _. Aita no lo rechazará, Excelencia, jamás se atrevería a hacer algo así!. Isaac sintió lástima por ella. Su padre veía aquella mínima muestra de interés como una aceptación incondicional. _ Tengo q
_ Ha sido un pensamiento muy considerado!. _ Claro. Debemos darle la bienvenida aunque sea una partidaria de Mod y un poco menor para casarse!. Declaro, ladeando la cabeza. Sus ojos verdes brillaron como dos piedras preciosas. Nicolás la miro frunciendo el ceño, pero el rostro de la chiquilla brillaban de inocencia, complacencia. Seguía teniendo la mano en su brazo y se dio cuenta de que hasta las manos era como la de ladyEnola. Pequeñas, delgadas, hechas para lucir hermosos anillos. Se agachó y la beso en las mejillas. _ Bienvenida a Gland, Miranda!. _ No me ha quedado más remedio que traerla!. _ protesto Patrick. Los caballos y los hombres de armas por fin se habían dispersado en busca de calor y un poco de comodidad después del viaje, una vez colocado todo el equipaje en su sitio con rápida eficacia. Los primos, después de admirar la calidad de los animales de monta de Nicolás, entraron también al salón principal. _ No importa!. Lord Nicolás le pidió a una criada que les lle
_ ¿Tantas ganas tendrá de quitarse la de encima la la chica? _ No. no lo creo Nicolás se pasó las manos por el pelo y las entrelazo sobre la nuca, y se contempló las piernas cruzadas frunciendo el ceño, casi como si ellas pudieran ofrecerle la respuesta que buscaba. _ Si el problema fuese la chica, ¿por qué no dejarla sin más en el monasterio de santa marta donde solo pueda ser irritante para el monasterio? No. Sir Latís tiene algo en mente y para ello necesita aliarse conmigo. ¿Lo hará para no preste demasiada atención a lo que hace él en la marca? Podría haber comprado mi aquiescencia con mucho menos, ya que no tengo disputas abiertas con él a menos que se extralimite y a pesar de su alianza con la casa de York, de modo que no hay nada que no esté contemplado. _ Lo que sí tengo claro es que sir Latís considera a Dolores y sus propiedades como el cebo del cepo. _¿Y vos sois la rata inocente? Patrick apoyó la cadera contra el borde de la mesa y se echó al coleto la jarra de ce