Capítulo 53
Llegué a la empresa de Mateo.

Ya había pasado una hora desde que terminó el horario de trabajo, así que no había mucha gente en la oficina. Fui directo al piso de la oficina del presidente.

Al principio pensé que, si la secretaria estaba ahí, le pediría que le diera la comida. Pero, para mi sorpresa, no había nadie.

¿Será que Mateo ya se había ido?

Con algo de duda, llegué a la puerta de su oficina y toqué. Pensando que no habría nadie, me sorprendí cuando una voz ronca y conocida salió de adentro:

—Pasa.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo. Empujé la puerta. Vi a Mateo sentado frente al escritorio, revisando papeles. Se veía serio y concentrado.

Mateo siempre había sido guapo, y con el dinero, su presencia era aún más imponente. Ahora, viéndolo tan concentrado en su trabajo, tenía un tipo de atractivo único.

De repente, me sentí un poco arrepentida de no haberlo querido antes. Si lo amado de verdad, esos tres años de matrimonio no habrían sido solo recuerdos tristes.

Pero, ¿qué import
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