Capítulo 58
Alan le dijo algo al entrevistador.

El entrevistador sonrió y dijo:

—Ah, entonces me voy a ocupar de mis cosas. Si Alan y Mateo necesitan algo, avísenme.

Cuando el entrevistador se fue, Mateo me miró con cara seria.

—¿Esto es lo que llamas un trabajo muy bueno?

Dijo "muy bueno" con un tono exagerado. Bajé la vista y, hablando bajito, respondí:

—Sí, para mí, esto es un buen trabajo.

—Jooo... —Mateo alargó la palabra con burla—. Qué lástima, parece que no conseguiste el puesto.

Apreté fuerte mi currículum y, sin poder contenerme, le grité:

—¡Sí, no conseguí el trabajo! Ni siquiera pude conseguir algo tan fácil. ¡Soy inútil, no sirvo para nada, solo espero que me den todo! ¿Feliz?

Mateo rio, pero no de alegría:

—Yo no dije eso. Es cómo tú te ves.

Él no lo dijo directamente, pero su tono burlón dejaba claro lo que pensaba.

Alan, incómodo, se tocó la nariz y dijo riendo:

—¿Por qué discuten? Aurora... no te pongas así. No es para tanto, es solo un trabajo. Este puesto de ventas no es para ti
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