Capítulo 48
Por fin, mi papá se calmó. Pero ya era casi de noche, ¿cómo iba a conseguir el dinero?

Aparte de Mateo, ¿a quién más podría pedirle ayuda?

Mateo tampoco quería prestarme dinero.

¿Qué podía hacer?

Me senté al borde de la carretera y llamé a todas las personas en mi lista de contactos que pudieran ayudarme.

Hablé con ellos, rogándoles amablemente como a mi hermano, pidiéndoles que me prestaran algo de dinero. Pero ninguno de ellos quiso ayudarme, y hasta se burlaron de mí.

Cuando llamé a Valerie, ella estaba en el hospital acompañando a su madre. Me dijo que su mamá estaba muy enferma y que necesitaba mucho dinero para el tratamiento.

Le pidió a su papá, pero él no quiso darle nada. Cuando me lo contó, rompió en llanto.

Viendo su situación, no pude pedirle dinero. La consolé durante un buen rato, le pedí que se cuidara a ella misma y de su madre, y colgué.

Miré al cielo, y las lágrimas volvieron a derramarse.

Parece que todos tienen sus propios problemas.

Me quedé allí, sentada al bord
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