Capítulo 28
No sé qué dije que lo irritó tanto, pero de pronto me vio con una mirada de mucha rabia.

Di dos pasos hacia atrás, mirándolo con cuidado.

—No te enojes, solo que de verdad no quiero ir a Ambarada.

Tenía que asistir al evento de baile y ganar esos treinta mil.

De ninguna manera podía acompañarlo.

Mateo fumó su cigarro con calma, pero su mirada no se apartó de mí por un rato que yo sentí como una eternidad.

Inquieta, jugaba con mis dedos, incapaz de decir algo.

Cuando por fin terminó el cigarro, apagó la colilla lentamente y dijo, con voz indiferente:

—Si no quieres ir, entonces no vayas.

Sentí un alivio inmenso.

Se levantó y caminó hacia la puerta. Al pasar junto a mí, se detuvo por un segundo, mirándome de reojo. Su tono era igual de frío:

—Mientras no estoy, será mejor que te portes bien y no hagas nada que me moleste.

—¡Por supuesto! Te lo prometo, me voy a portar bien— respondí con la mayor firmeza posible.

Él no me miró más y se fue de una vez.

Seguramente seguía molesto,
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP