Hanako. Salgo de la habitación y una de las chicas de servicio me cubre la cabeza con un velo blanco con adornos dorados, me guían esta un palanquín individual en el qué me llevarán al templo para comenzar la ceremonia, miro qué Takashi es subido a uno y me comienza a seguir, al llegar al templo me ayudan a bajar y soy guiada junto con Takashi al interior del templo donde ya nos espera un sacerdotes qué comienza a vendecirnos y termina diciendo el nombre completo de Takashi y después el mio dándome los apeidos de él en una presentación ante los dioses y los invitados qué asistieron al templo, asemos una reverencia ante todos para después comenzar a caminar asía la salida del templo, cerca de uno de los pilares alcanzo a ver un kimono de tonos grises que e visto antes en la casa, es el mismo kimono qué le dieron a mi madre cuando el emperador difunto se convirtió en su dana, se muy bien que se mantiene oculta ya que si alguien la reconoce comenzara hacer preguntas y ataran cabos pero
Hanako. El pequeño mundo de las geishas esta lleno de secretos y cosas adorables qué llaman la atención de las personas pero toda esa belleza y elegancia esta manchada de venta de niñas a las casas de geishas qué son obligadas a trabajar ya sea de sirvientas o las mandan a la escuela de geishas para despues atender a los clientes en las casas de té y no me refiero a actos sexuales si no tocando música, bailando con abanicos, cantando, recitando poesía o sirviendo les té y asiendo les conversaciones para entretenerlos pero soy de las pocas que nacemos en una casa y soy escondida asta que sea tiempo de ir a la escuela para convertirme en una geishas como mi madre que es una de las mejores del barrio rojo, jamás supe quien fue mi padre y no es que mi madre no lo supiera si no que es un secreto qué se llevará a la tumba como muchas más que viven en este lugar, la abuela de mi casa dice que soy una de las chicas más hermosas y prometedora qué a visto en su vida que si juego bien mis ca
Hanako.Esta mañana Shio me a levantado muy temprano con emoción en el rostro.-¿que pasa Shio?-acompañame a comprar pastelillos de arroz.-no creo que este abierto a estas horas Shio apenas esta amaneciendo.-le pregunte al dueño y me dijo que a estas horas sacan los pastelillos del horno, deseo comer los recién hechos.-esta bien.Me levanto de las cobijas y me coloco un kimono sencillo de color durazno con un obi rojo, siempre me han enseñando a lucir bien por si alguien importante me mira, después de colocarme los zapatos para la calle sigo a Shio a la tienda donde venden los pastelillos de arroz, a estas horas las calles están muy solitarias nada que ver con los bullicio de la noche, cuando paso frente a una casa la puerta es abierta con brusquedad y un hombre con armadura me toma del brazo y me teme, me impide gritar amordasandome, lucho para safar me de él pero es inútil, miro con esperanza a Shio que esta parada en la puerta de la casa, ella puede pedir ayuda pero ese sentimi
Hanako. Los minutos pasan y mis nervios han aumentado tanto que se comparan a mi primera fiesta de té, las puestas son abiertas y eschuco la voz de un hombre. -adelante hija de la familia Ai ji. Doy unos pasos e intencionalmente me propieso callando al suelo. -¿qué ocurre? -lo,lo sien,to su,su emperador. -que le paso a tu voz ¿acazo eres tartamuda? Asiento todavía hincada en el suelo y escuchó qué el emperador se queja. -saquen la de aquí, no tendré herederos con una mujer con enferma. -desea qué la dejemos con las demás concubinas. -no, podría contagiar a las demas qué sea una sirvienta del pabellón dorado. Un guardia me toma del brazo para levantarme del suelo con brusquedad y sacarme del salón, no me dice nada y me lleva asta una gran puerta de madera con decoraciones doradas, toca y le abre la puerta una mujer de edad avanzada. -¿que se le ofrece? -esta chica trabajará desde hoy aquí. El guardia me endeja de forma brusca para meterme al pabellón y desp
Hanako. Han pasado dos días desde que me vendieron y me trajeron ante el emperador, en este tiempo estado trabajando en los jardines y mis manos ya siente el trabajo tengo ampollas y están rojizas, esta mañana por fin me han dado otra ropa para cambiarme y me han permitido bañarme, el kimono qué me dieron es una simple de color gris y de tela barata, me lo coloco y al salir del baño ya me están esperando para decirme donde voy a trabajar hoy y para mi desgracia es quitando maleza qué a crecido alrededor de una casa, mal maltrato para mis manos y para mi desgracia jamás voy a poder salir de aquí ya que pregunte y me dijeron que las sirvientas puedes salir una vez cada dos meses pero como yo fui ofrecida como concubina no podre salir jamás bueno no con vida, tengo que pensar en una manera de ya no hacer estos tipos de trabajos. -hola. Escucho la voz tímida de una niña que llama mi atención y al alzar la vista miro a la princesa Akane mirándome desde la ventana. -su alteza. Me arro
Takashi. Hoy es el día que esperado con tantas ansias, hoy por fin regresare al palacio y podré ver a mi pequeña sobrina Akane y a mi hermano el emperador, espero que el poder no se le allá subido a la cabeza, al llegar al palacio con mis soldados somos recibidos como lo esperaba por el emperador y filas de sus concubinas bellamente vestidas pero no veo por ningún lado a mi hermana, asemos una reverencia y el emperador alza los brazos. -bienvenidos seas y dios los llene de gloria por defender a al imperio. Los levantamos y el emperador me ase una seña de que me acerqué, me acerco y le hago una leve reverencia. -emperador. -no seas tan formal hermano, es un gusto tenerte de vuelta. -gracias mi señor, disculpe que le pregunte pero ¿donde esta la princesa? -sé supone que ya debería de estar aquí. -con su permiso quisiera poder ir por ella yo mismo y escoltar la al banquete, deseo darle la sorpresa de mi llegada. -adelante. Le hago una última reverencia a mi hermano a
Takashi. Al ir de regreso al salón principal en compañía de la princesas, la miro de reojo y se ve muy bonita esta noche. -princesa Akane. -si general Takashi. -¿quien es la mujer que te ayudo a vestir? -ella es una sirvienta qué a llegada recientemente, es muy buena y amable conmigo. Al escuchar eso me alegro un poco, llegamos al salón principal donde la princesa Akane anunciada con los méritos qué van junto con su titulo, Akane toma su lugar cerca del emperador al igual que yo, miro de reojo qué esta aquí la mujer que se supone que debía de cuidar a la princesa con una mirada llena de tenor y nerviosismo y debería de tenerla, me levanto de mi ligar y me acerco con discreción al emperador qué esta tomando con alegría sake, hago una reverencia así el que me mira con alegría. -¿ estas disfrutando del banquete general Takashi ? -si, es un evento más que digno mi señor. -ya te dije que no fueran tan formal cuando estemos solos. -si lo sé señor pero hay muchos oído in
Takashi. Pasan solo dos días y tengo todas las pruebas de que ese mujer a tratado mal a la pequeña princesa y se muy bien que el emperador también esta asiendo la investigación y esta tarde reunimos a todos en el salón de juntas para comenzar el juicio ya que será un juicio por que tratar mal a la princesa es un pecado en este palacio, la mujer me mira de reojo con temor pero sin levantar la mirada del suelo. -señorita Hai Jue. ¿cuantos años a trabajado para mi? -síes años mi señor. -¿y en esos seis años a tratado bien a mi hermana? La mujer me mira por unos segundos para después volver a ver el suelo. -claro mi señor como si fuera una hija. -entonces siento lástima por sus hijos ya que sé que a tratado mal a mi hermana desde ase tiempo. La mujer abre los ojos con sorpresa y pánico para alzar la mirada y ver al emperador sentado en su trono. -¡ mi señor eso no es cierto ! -entonces estoy en un error. Esta mujer sola a casado su tumba, nadie puedo decirle al emp