Hanako.Esta mañana Shio me a levantado muy temprano con emoción en el rostro.-¿que pasa Shio?-acompañame a comprar pastelillos de arroz.-no creo que este abierto a estas horas Shio apenas esta amaneciendo.-le pregunte al dueño y me dijo que a estas horas sacan los pastelillos del horno, deseo comer los recién hechos.-esta bien.Me levanto de las cobijas y me coloco un kimono sencillo de color durazno con un obi rojo, siempre me han enseñando a lucir bien por si alguien importante me mira, después de colocarme los zapatos para la calle sigo a Shio a la tienda donde venden los pastelillos de arroz, a estas horas las calles están muy solitarias nada que ver con los bullicio de la noche, cuando paso frente a una casa la puerta es abierta con brusquedad y un hombre con armadura me toma del brazo y me teme, me impide gritar amordasandome, lucho para safar me de él pero es inútil, miro con esperanza a Shio que esta parada en la puerta de la casa, ella puede pedir ayuda pero ese sentimi
Hanako. Los minutos pasan y mis nervios han aumentado tanto que se comparan a mi primera fiesta de té, las puestas son abiertas y eschuco la voz de un hombre. -adelante hija de la familia Ai ji. Doy unos pasos e intencionalmente me propieso callando al suelo. -¿qué ocurre? -lo,lo sien,to su,su emperador. -que le paso a tu voz ¿acazo eres tartamuda? Asiento todavía hincada en el suelo y escuchó qué el emperador se queja. -saquen la de aquí, no tendré herederos con una mujer con enferma. -desea qué la dejemos con las demás concubinas. -no, podría contagiar a las demas qué sea una sirvienta del pabellón dorado. Un guardia me toma del brazo para levantarme del suelo con brusquedad y sacarme del salón, no me dice nada y me lleva asta una gran puerta de madera con decoraciones doradas, toca y le abre la puerta una mujer de edad avanzada. -¿que se le ofrece? -esta chica trabajará desde hoy aquí. El guardia me endeja de forma brusca para meterme al pabellón y desp
Hanako. Han pasado dos días desde que me vendieron y me trajeron ante el emperador, en este tiempo estado trabajando en los jardines y mis manos ya siente el trabajo tengo ampollas y están rojizas, esta mañana por fin me han dado otra ropa para cambiarme y me han permitido bañarme, el kimono qué me dieron es una simple de color gris y de tela barata, me lo coloco y al salir del baño ya me están esperando para decirme donde voy a trabajar hoy y para mi desgracia es quitando maleza qué a crecido alrededor de una casa, mal maltrato para mis manos y para mi desgracia jamás voy a poder salir de aquí ya que pregunte y me dijeron que las sirvientas puedes salir una vez cada dos meses pero como yo fui ofrecida como concubina no podre salir jamás bueno no con vida, tengo que pensar en una manera de ya no hacer estos tipos de trabajos. -hola. Escucho la voz tímida de una niña que llama mi atención y al alzar la vista miro a la princesa Akane mirándome desde la ventana. -su alteza. Me arro
Takashi. Hoy es el día que esperado con tantas ansias, hoy por fin regresare al palacio y podré ver a mi pequeña sobrina Akane y a mi hermano el emperador, espero que el poder no se le allá subido a la cabeza, al llegar al palacio con mis soldados somos recibidos como lo esperaba por el emperador y filas de sus concubinas bellamente vestidas pero no veo por ningún lado a mi hermana, asemos una reverencia y el emperador alza los brazos. -bienvenidos seas y dios los llene de gloria por defender a al imperio. Los levantamos y el emperador me ase una seña de que me acerqué, me acerco y le hago una leve reverencia. -emperador. -no seas tan formal hermano, es un gusto tenerte de vuelta. -gracias mi señor, disculpe que le pregunte pero ¿donde esta la princesa? -sé supone que ya debería de estar aquí. -con su permiso quisiera poder ir por ella yo mismo y escoltar la al banquete, deseo darle la sorpresa de mi llegada. -adelante. Le hago una última reverencia a mi hermano a
Takashi. Al ir de regreso al salón principal en compañía de la princesas, la miro de reojo y se ve muy bonita esta noche. -princesa Akane. -si general Takashi. -¿quien es la mujer que te ayudo a vestir? -ella es una sirvienta qué a llegada recientemente, es muy buena y amable conmigo. Al escuchar eso me alegro un poco, llegamos al salón principal donde la princesa Akane anunciada con los méritos qué van junto con su titulo, Akane toma su lugar cerca del emperador al igual que yo, miro de reojo qué esta aquí la mujer que se supone que debía de cuidar a la princesa con una mirada llena de tenor y nerviosismo y debería de tenerla, me levanto de mi ligar y me acerco con discreción al emperador qué esta tomando con alegría sake, hago una reverencia así el que me mira con alegría. -¿ estas disfrutando del banquete general Takashi ? -si, es un evento más que digno mi señor. -ya te dije que no fueran tan formal cuando estemos solos. -si lo sé señor pero hay muchos oído in
Takashi. Pasan solo dos días y tengo todas las pruebas de que ese mujer a tratado mal a la pequeña princesa y se muy bien que el emperador también esta asiendo la investigación y esta tarde reunimos a todos en el salón de juntas para comenzar el juicio ya que será un juicio por que tratar mal a la princesa es un pecado en este palacio, la mujer me mira de reojo con temor pero sin levantar la mirada del suelo. -señorita Hai Jue. ¿cuantos años a trabajado para mi? -síes años mi señor. -¿y en esos seis años a tratado bien a mi hermana? La mujer me mira por unos segundos para después volver a ver el suelo. -claro mi señor como si fuera una hija. -entonces siento lástima por sus hijos ya que sé que a tratado mal a mi hermana desde ase tiempo. La mujer abre los ojos con sorpresa y pánico para alzar la mirada y ver al emperador sentado en su trono. -¡ mi señor eso no es cierto ! -entonces estoy en un error. Esta mujer sola a casado su tumba, nadie puedo decirle al emp
Hanako. Esta mañana gracias a que me pusieron a lavar los platos del banquete de ayer junto con una joven que se a ganado un lugar en mi corazón por su dulce forma de ser pudimos probar algunos que ni siquiera fueron tocados y son muchos, me pregunto como desperdician tanta comida siendo que hay muchas personas en la calle que no prueban comida en días, recuerdo que a Chio siempre la tenían a dieta por que tenia una tendencia a engordar decía mamá, todavía no puedo creer que me allá vendido como si fuera un simple objeto, solo espero que mi madre no este sufriendo mi ausencia.-mira Hanako son dulces de rosa.Miro a Shue qué me muestra un platón de dulces de rosa qué nadie toco.-hay que guardas unos para las demás chicas.Comienzo a colocar algunos en unos en un pañuelo qué guardo en mi bolsillo.-aquí estas maldita escoria.Escucho la voz molesta de aquella mujer que tratar mal a la princesa y la miro acercarse a nosotros con mucha molestia en su cara para sin previo avisó darme un
Takashi. Busco a mi mano derecha que le pedí que investigara más sobre Hanako y hoy me tiene lo que le pedí, vamos al jardín trasero el palacio donde saque podemos hablar cómodamente. -es la hija mayor de la familia Aiji y era una concubina del emperador pero fue rechazada por él por ser tartamuda y de tobillos débiles. Es extraño jamas la e escuchado tartamudear y conozco a la familia Aiji y no tienen ninguna hija con los ojos de color, creo que alguien esta mintiendo y hacer eso con el emperador es jugarse la vida. -Jaho creo que hay que ir de paseó, alista dos caballos iré por el permiso del emperador para salir. Voy asía el emperador qué sin preguntarme nada más da el permiso creyéndo qué iré a ver a la mujer que me interesa sin saber que ella ya esta aquí en el palacio, Jaho y yo salimos del palacio rumbo a la casa de la familia Aiji, al llegar somos anunciados y nos asen pasar a un salón donde nos sirven té, al ver al padre de familia me doy cuenta de que oculta algo por