Takashi. Esperando que regrese Hanako me avisan que la nueva música qué solicite a llegado, me disculpo con la princesa y llevo a la música a mi oficina para que que haga su debut, solo espero que lo haga bien, al llegar a mi oficina me siento detrás de mí escritorio. -tocaras las aves en los lirios y si no te equivocas tendrás el puesto. La joven asiente para arrosillarse y comenzar a tocar pero cada nota esta mal sus manos tiemblan asiendo que mi paciencia desaparezca, golpeó mi escritorio para que se detenga. -¿ que no sabes tocar ? -si, si mi señor. -creo que me han mandado a la menos capas para el puesto, ¿ a quien sobornas te para que te eligieran a ti ? largate de mi presencia. Mi voz suena tan molesta que la mujer se levanta del suelo con rapidez dejando el shamisen en el suelo para salir corriendo de mi oficina, me recargo en el escritorio, por que todas son tan torpes e inútiles y no pueden tocar bien, me levanto de mi lugar para regresar con la princesa ya de
Hanako. Me quedo muy sorprendida al escuchar esta conversación entre Takashi y la princesa como si discutieron la venta de un animal pero en realidad están hablando de mi. -no te puedo dar a mi Hanako la necesito. -que te parece si se queda bajo tus ordenes pero que cuando este en mi oficina ella me acompañe con sus melodías. -me parece justo. Miro como se dan la mano cerrando el trato y estaba a punto de protestar pero recordé que en este lugar solo soy una sirvienta más pero no sería muy diferente en mi antiguo hogar ya que mamá subastaria este año mi pureza al mejor postor así que guardó silencio ya que por lo menos aquí no tendría que pasar la noche con algún hombre desagradable pero me asusta un poco estar a solas con él general pero debo de recordar que no soy dueña de mi vida. -tengo que revisar algunos papeles así que podrías ir a cambiarte. El general me mira y no comprendo a que se refiere ya que me cambie él uniforme por uno limpio pero una de las sirvientas s
Hanako. Mis días han mejorado mucho ya no tengo que limpiar ni cocinar nada solo tengo que mantener feliz a la princesa y ayudarla a vestirse por las mañanas cosa que hago con gusto ya que siempre me han gustado los niños también han mejorado mis comidas no como lo kimono qué la princesa pero es más barriado qué solo arroz blanco lo único que me sigue perturbando un poco es tocar música pata este general que casi siempre me pide que toque de tres a cuatro canciones pero siempre cuando termino el esta dormitando y tengo que esperar asta que despierte para poder retirarme ya que si no me da la orden corro el riesgo de ganarme un castigo de su parte y es lo que más temo, en este tiempo me entere que el general vive en este pabellón cuando regresa al palacio por que juro proteger a la princesa asta que está se casara y me sorprendió saber que esta comprometida con el emperador del imperio del sol poniente pero como ambos son solo niños esperarán asta que cumplieran la edad de casarse qu
Hanako. Miro mi taza de té y sigo sin comprender qué pasó con el general Takashi no tengo que ser un genio para saber que ya sabe algo pero la pregunta es por qué no a dicho nada ya pasaron cuatro días en los qué no lo e visto ni e sabido nada de él, temo que en cualquier momento van a llegar los guardias del emperador por mi. -¿ que tienes Hanako ? La voz de la princesa llama mi atención y la volteo a ver con una sonrisa amable. -no es nada. -¿ es por que el general no esta ? No te preocupes a veces dura días sin regresar a pesar de que no esta de servicio sé que se hicieron cercanos. -¿ cercanos ? ¿ crees que somo cercanos ? -claro el general Takashi nunca deja que los músicos se queden en su presencia después de que terminan de tocar se ve que contigo se siente cómodo. -¿ tu crees ? -si además te mira con cariño. Creo que la princesa esta viendo cosas que no son además él general siempre tiene esa mirada fría. -hay su alteza no digas esas cosas que las persona
Takashi. Por fin llegamos a la capital y el palacio del emperador se puede ver a lo lejos bañados con los últimos rayos de sol, miro por la ventanilla los puestos callejeros y en uno alcanzo a ver algo que llama mucho mi atención, abro la puerta del carruaje asiendo que pare el chófer de forma brusca despertado a Jaho que se golpea con los asientos de enfrente. -maldición Takashi ya te e dicho que no hagas eso. Sin darle importancia a las quejas de Jaho me bajo del carruaje y me regreso al puesto que miro algunos adorno pata el cabello, se muy bien que a las mujeres les gustan usar estas cosas, las miro con detenimiento pero no se cual comprar jamás avía regalado nada a una mujer y menos a una mujer tan bella como Hanako, por fin Jaho me alcanza y me mira con intriga. -mi señor se que tiene el cabello largo pero no es necesario que use estos artículos. -¿ si fueras una mujer cual te gustaría más ? -¿¡ QUE !? ¿ como qué una mujer ? no me diga mi señor que piensa en tomar a esa j
Hanako. Miro a ese hombre que es despiadado y frio frente a mi, sus ojos negros llenos de sed de sangre, sus ropas manchadas de sangre junto con su katana, intento escapar de él pero mis pies no responden, Takashi se acerca a mí con paso firme y alzando su katana ora dejarla caer sobre mi con todos su fuerza, abro los ojos con pánico y doy un brinco en mi lugar al despertar de esa horrible pesadilla, mi respiración es agitada y estoy sudando frío. -Hanako. Escucho la leve voz de la princesa y al voltear a verla la miro qué esta a punto de llorar sentada a mi lado, antes de que diga algo la princesa se levanta y me abraza para comenzar a llorar, no comprendo que está pasando asta que recuerdo lo que pasó la noche anterior y recuerdo que el general Takashi mato a un hombre frente a mi, abrazo a la princesa para que se calme pero no dejo de recordar la sangre manchando las ropas del general. -ya despertaste. Escucho la voz del general en la puerta de la habitación y al voltear a
Takashi. Me llevo al emperador qué mira con desprecio a Hanako asiendo que me moleste un poco, vamos a mi oficina donde el emperador toma asiento y me arrodillo frente a él. -¿ que es lo que pasa mi viejo amigo ? -desearía pedirle algo mi señor. -¿ que cosa es ? -desearía poder desposar a la cuidadora de la princesa Akane. El emperador me mira sorprendido para después enderesar se en su lugar. -sabes que ella fue ofrecida a mi como concubina. -si mi señor por eso estoy pidiendo su permiso. El emperador comienza a meditar mi petición y comienzo a pensar en alguna forma de que el emperador acepte mi petición pero antes de hablar el emperador se levanta de su lugar y camina asía la salida. -pensare en tu petición, mandare más seguridad a este pabellón. -gracias emperador. Me quedo muy frustrado por que el emperador no me diera una respuesta en este momento, doy un suspiro larga para regresar al comedor donde miro a Hanako desayunar e incluso cuando come lo ase de forma tan
Hanako.Después de visitar a esa volá de arpías regreso al pabellón de la princesa donde me deja el guardia y puedo respirar más tranquila, por lo menos aquí no me insinuaran nada y la princesa es muy amable conmigo, voy a verla pero antes de que la encuentre una de las sirvientas me dice que el general me esta esperando en su oficina y como lo hicieron antes me visten con un kimono de color azul claro con algunos adornos amarillos, voy a la oficina del general y al entrar veo que en un lado de la habitación hay barias cajitas sobre una mesita que no estaba antes, hago una reverencia antes el general y después de su petición de hoy comienzo a tocar, al terminar me doy cuenta de que está vez no se a quedado dormido si no me esta mirando fijamente pero sin expresión alguna en su rostro, tal vez esta vez hice algo malo.-son para ti.No comprendo que me dice asta que mira las cajitas en la mesa y comprendo, me emociona un poco saber que me a contestado presente, me levanto y me acerco a