cap 4

Hanako.

Han pasado dos días desde que me vendieron y me trajeron ante el emperador, en este tiempo estado trabajando en los jardines y mis manos ya siente el trabajo tengo ampollas y están rojizas, esta mañana por fin me han dado otra ropa para cambiarme y me han permitido bañarme, el kimono qué me dieron es una simple de color gris y de tela barata, me lo coloco y al salir del baño ya me están esperando para decirme donde voy a trabajar hoy y para mi desgracia es quitando maleza qué a crecido alrededor de una casa, mal maltrato para mis manos y para mi desgracia jamás voy a poder salir de aquí ya que pregunte y me dijeron que las sirvientas puedes salir una vez cada dos meses pero como yo fui ofrecida como concubina no podre salir jamás bueno no con vida, tengo que pensar en una manera de ya no hacer estos tipos de trabajos.

-hola.

Escucho la voz tímida de una niña que llama mi atención y al alzar la vista miro a la princesa Akane mirándome desde la ventana.

-su alteza.

Me arrodillo y hago reverencia como me enseñaron qué debía hacerlo antes las persona importantes.

-podrías hacer bailar de nuevo el abanico.

Alzo la cabeza y asiento, la princesa me sonríe y me entiende un abanico de color azul con blanco, lo tomo con delicadeza y comienzo a bailar para ella ganando me sus aplausos.

-¿por que te tiene trabajando? pensé que eras una concubina.

-cometí un error y me degradaron.

-lo siento mucho.

-no se preocupe agradezco que me perdonarán la vida disculpe que me meta princesa pero por que permitió qué es mujer le gritar siendo dela realiza esta sobre las concubinas.

-no quiero causar problemas.

-pero no debe dejar que pasen sobre su autoridad.

-me cuesta mantenerme firme ante las personas.

-si yo fuera usted me pararía firme lo señala con un dedo y mirará con frialdad y le dijera calla la boca si no quieres perder la cabeza.

-jamas podría decir eso.

-¿por que no? tu eres la princesa nadie debe de faltar te al respeto por que al hacerlo se lo estarían faltando al mismo emperador.

-sirvienta deja de hablar y trabaja, aquí esta tu comida.

Un eunuco me grita y me deja la comida en un escalón de la casa, le hago una reverencia y lo miro irse, doy un suspiro cansado al ver mi desayuno qué solo es un cuenco con arroz.

-¿quieres desayunar conmigo?

-princesa pero sería una falta de respeto de mi parte.

-por favor ya estoy cansada de desayunar sola.

La princesa me mira con súplica y no le puedo decir que no a esos hermosos ojos pero no entró a la casa por que me podría meter en problemas así que desayuno hincada en los escalones mientras la princesa lo ase dentro se sus aposentos, me parece una niña muy linda y dulce como para qué este sola y pensándolo bien no debería estar sola.

-disculpe que me entrometa princesa pero su dama de compañía donde esta.

-no lo sé cuando me desperté ya no estaba.

-me esta diciendo que usted sola se vistió y se preparo.

-si solo vino la sirvienta ase algunos minutos y me dejó el desayuno.

Pongo más atención a sus ropas y me doy cuenta que el obi esta mal acomodado al igual que el cuello del kimono y su cabello no esta peinado, como pueden descuidar tanto a una princesa.

-si gusta le puedo ayudar con su vestimenta cuando terminemos el desayuno.

-eso sería agradable.

Termino mi desayuno y me tomo el atrevimiento de entrar de entran al lobi de su casa para desatar su obi y acomodar su kimono antes de amarrarlo de nuevo.

-solo falta tu hermoso cabello.

La princesa me ronrie y se da la vuelta comienzo a pasar mis dedos por su cabello celoso qué vuele a manzana cuando alguien me toma del cabello y me jala así atrás asiendome caer sentada en las escaleras de la entrada.

-¿pero que crees que ases?

Miro a una mujer con un kimono de color rosa qué me mira muy molesta, maldición quien es ella se que no es la madre de la princesa por la simpleza de su atuendo pero no es alguien de servicio.

-lo siento yo...

Antes de que pueda decir algo más la mujer me abofetea con fuerza asiendome voltear así un lado, me sujeto la mejilla para verla y ya esta alzando la mano para darme otra.

-¡ BASTA !

La princesa grita asiendo que la mujer se detenga y la volteé a ver desconcertada.

-¿ que dijo ?

-que ya basta, no la golpees.

-pero princesa nadie más debe de tocarla más que yo.

Entonces esta mujer es la que descuida a la princesa y le habla en un tono un poco altanero para ser su dama de compañía.

-te dije que no la golpees más o, o perderás la cabeza.

Me quedo sorprendida por que la princesa allá tomado mi concejo pero no puede contener las lágrimas qué se han derramado por sus mejilla.

-acaso perdió la cordura.

Pero que atrevida al llamarla de esa manera se nota que no le tiene respeto alguno, me percato de que la princesa no sabe que responder y baja la mirada para comenzar a jugar con su kimono, se que me estoy arriesgando mucho pero no puedo dejar que maltraten a una niña frente a mi y quedarme con los brazos cruzados, me levanto del suelo para decirle algo pero alguien me toma del hombro y me ase agacharme de nuevo, a mi lado pasa un hombre alto, vestido con una armadura de colores oscuros, sus rostro parece tallado por lo mismo dioses pero esta sombreado por su mirada qué esta llena de odio, abro los ojos con pánico al ver que decenfunda su katana.

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