La reunión había sido todo un éxito, pero como siempre, yo aún me encontraba en la empresa trabajando arduamente, pues resulta ser que mi jefe me informó que tenía un viaje de improvisto, y como su asistente personal, debía dejar las cosas en orden para su viaje.
Él ya se había marchado, solo quedaba yo en la empresa, sola con los de seguridad, que a veces me miraban con lástima, y odiaba que hagan eso, pero decido ignorarlos y terminar lo antes posible.Cuando por fin deje todo en orden, decidí que ya era hora de retirarme, apague mi computador y decidí salir de ese lugar, eran casi la diez de la noche, si tenía suerte encontraría algún metro, pero dada mi mala suerte estoy segura que no lo conseguiré.Camine por la solitaria calle de New York, de noche es mucho más tenebrosa, pero no me quedaba más opciones que ir hasta la parada. Encendí un cigarro durante mi trayecto y sin dudarlo lo llevé a mi boca. La noche estaba fresca y no tenía ningún abrigo que me cubriera del frío.Cuando por fin vislumbré la parada, hice señas con mis manos y este se acercó sin problema, le di una última calada a mi cigarro antes de subir y emprender mi viaje a casa.Cuando llegué, ambos familiares estaban esperándome, sorprendidos por la hora, pero pude ver alivio en sus miradas una vez atravesé el salón.- ¿Qué son estas horas de llegar, Olivia? – preguntó mi hermano. - ¿Acaso tu jefe no tiene consideración y no piensa en el peligro que corres?- Está claro que no le importa. – musita Camila.- Tranquilo. Es parte de mi trabajo Francis. – confieso, encogiéndome de hombros.- Estaba tan preocupado. Pensé por un momento. – guardó silencio, pero no era necesario que lo dijera, entendía su punto y a donde iba.Un mal recuerdo, una mala noche, y por suerte ya termino y no volverá a pasar. Esos fantasmas del pasado ya desaparecieron y estoy segura no volverán.- Iré a dormir chicos, en serio estoy muerta, y el tirano de mi jefe estoy segura mañana me lanzará un millón de tareas. – esto último casi ya no entendía pues lo murmure bostezando.Me adentré a mi habitación, y me di un reconfortante baño, para después lanzarme en la cama y quedar completamente sumergido por el sueño.Definitivamente estaba cansada.***El sonido molestoso de un celular interrumpe mi sueño, miro alrededor y aun todo esta oscuro, tomo con pereza el celular y veo el nombre de mi jefe allí. Me quejo y lo ignoro, pero la insistencia del mismo hace que me enoje. Contesto con una voz ronca y muy tosca, y no me importa.- Bueno.- Señorita Campbell, le comunico que a las seis en punto un chofer pasará a recogerla. – mi ceño se frunce.- La entrada es a las ocho, señor Brown. – murmuro confundida.- Usted viajará conmigo a la Reunión. – eso hace que me siente de inmediato en mi cama, y puedo distinguir ahora que su voz suena sensualmente despierta, mientras yo me encuentro afónica.- Creo que no es necesario que yo asista. – aguardo la esperanza de que por favor sienta consideración de mí.- A las seis, ni un minuto más y ni un minuto menos. – y con aquella orden, me cuelga la llamada.Miro la hora, cuatro con treinta y cinco minutos. Ahogo un grito en mi almohada, para después poner la alarma y tirarme nuevamente a dormir. No fue difícil, caí nuevamente en un profundo sueño.Nuevamente el sonido del celular me despierta, es la p**a alarma, me levanto de la cama perezosamente y me adentro a darme una ducha. Minutos después, preparo un pequeño bolso con algunas cosas, especialmente de aseo personal.Miro la hora en mi celular, las seis menos cinco. Me da igual, llegare tarde. Salgo en silencio, aun nadie está despierto por lo que dejo solo una nota avisando de mi viaje exprés. Y cuando estoy en frente puedo ver el auto negro que grita a los cuatro vientos lujos, me espera, con un señor regordete y calvo.Le sonrío amablemente para después emprender el viaje hasta el aeropuerto. Y yo que pensaba tendría un trabajo tranquilo en la oficina, el tirano de mi jefe se empeña en molestar.Cuando llegamos al aeropuerto pude observar a mi jefe ansioso y furioso por mi llegada tardía, faltaba poco para que lance humos por las orejas, es que en serio no puede ser más malhumorado este hombre. Tanta belleza desperdiciada. ¿Sera que cuando tiene sexo, también es así de intenso? Elimino cualquier pensamiento libidinoso en estos momentos.- Veinte minutos tardes, Campbell. – escupe. - ¿Cuándo será el día en que respetes los horarios establecidos?- Lo siento, señor. – musito bajito. Si supiera que me quede dormida.- Siempre lo sientes, pero no cumples. – lanza, lo que me hacer hervir la sangre.- Cumplo con mi trabajo al pie de la letra, incluso en horarios que no me corresponden. – suelto. Me mira sorprendido por mi respuestaCuando ingreso al jet, quedo sorprendida por lo amplio que es y lo lujoso también. Este hombre suda dinero, tiene tantas comodidades que me sorprende la soledad de su vida.Que aburrido ha de ser. – pienso.Al cabo de unos minutos más tarde, siento que toma asiento al lado mío, lo que me inquieta más. Semejante avión y tiene justamente que sentarse al lado mío.Su única tarea pareciera ser molestarme. Saco mi laptop y empiezo a teclear, lo bueno de trabajar con él es que nunca falta trabajo y en momentos como estos, agradezco tenerlo.Cuando llegamos al fin, en sumo silencio nos dirigimos hasta el hotel, no sin antes advertirme que debía ir a su habitación para seguir trabajando, lo cual acepte. No tenía opción.Definitivamente será un día bastante largo.Mi correo estaba colapsado por tantas tareas encomendadas por mi jefe. Realmente no entiendo como no descansa, el no paraba y a mí ya me estresaba, aunque admito como es que se lanza a fondo en sus responsabilidades.Dalbert nunca descansaba. Siempre tenía algo que hacer y a quién molestar, ese caso era yo, mi papel de asistente personal me obligaba a cumplir sus órdenes.Eran las once de la noche y yo seguía en su m*****a habitación trabajando, en serio, a veces quería renunciar, pero todos los días me repetía que la paga era buena, y por ello aguantaba.Pasaron los minutos y decido parar, me recuesto por la reposera de la silla mientras restregaba los ojos con las manos y bostezaba.-Puedes ir a descansar. – esas cuatro palabras eran música para mis oídos. Sin dudar ni un solo segundo, me puse de pie sin decir nada y empecé a guardas mis cosas. – Mañana temprano continuaremos. – sentencia cuando me estoy dirigiendo a la salida, lo miro sobre mis hombros y asiento.
Como era de esperarse, mi jefe tan puntual. A esa hora, en punto estuvo frente a la puerta de mi habitación, y no se me pasa desapercibido la mirada que me brinda cuando estoy frente a él, ya que esta ocasión y como me dijo que iríamos a un bar, no tengo esos trapos aburridos.No negaré que cuando lo vi, se me seco la garganta de lo apuesto que se encontraba, del mismo modo el trago en seco después de examinarme de pies a cabeza. Salimos de lugar sin mediar palabras. El trayecto fue igual de silencioso, pero no ese silencio tenso, esta vez era placentero, pues yo disfrutaba las luces de la ciudad, la que observaba por la ventana del coche.Cuando me dijo que iríamos a un bar, no me imagine que sería a un estilo muy libertino. Este era un club, por fuera no llama la atención, más bien parece un lugar de mala muerte. Pero estaba muy equivocada y bastante decepcionada tambien, pues mi jefe me acaba de avisar que estamos en este lugar por trabajo. Creo que era demasiado bu
Camino con el iPad en mano, observando de vez en cuando el teatro armado. No me pasa desapercibido que todos tienen su vista puesta en mí, pues es obvio, no tengo el rostro cubierto, y camino como sin nada por el lugar.Este ambiente es el del show, es como el sector Vip, en el centro, los actores del teatro erótico, y alrededor las personas observando cómo le dan un orgasmo a la mujer, así mismo voy anotando las ideas que se me ocurren, como las pantallas, para que puedan tener mejor visibilidad de lo que hacen.Pude notar que el lugar se divide en cinco pisos, el primero, un bar común y corriente, en el segundo, un antro donde puedes estar con damas de compañías u hombres. En el tercero, ya empiezan los bailes eróticos, pero no puedes tocar a las mujeres. Quiero ingresar para ver más, pero sin mi pase no puedo, como tampoco puedo volver a subir, ya que no tengo. Es ridículo, el hombre me vio bajar.Unas manos me sobresaltan. Se trata de Ronin, quien se encuentra rodeado d
Dalbert Brown Después de la muerte de mi madre nunca más volví a ser el mismo. Desde el momento en que la vi cerrar sus ojos, estando yo acostado sobre sus piernas. Mi padre no se encontraba, como siempre tenía tanto trabajo, pero sabía que ya mantenía una relación con otra mujer, aun sabiendo que mi madre lo amaba.Era tanto su amor que nunca le reclamo y se sumió a la soledad. Ya se imaginarán que ella no es buena compañía cuando padeces de una enfermedad terminal, y con el tiempo se dejó vencer, a pesar de que yo intentaba alentarla a no rendirse, pero era solo un niño en esos tiempos, que para mí eran oscuros. Dos días después de su muerte, de que me dejara solo en un mundo tan m****a como este, mi padre contrajo matrimonio con la mujer con quien engañaba a su esposa, e
Empecé a explicarle todo lo que implicaba este nuevo proyecto, y no me pasó desapercibido el cambio de humor cuando le informé que estaríamos trabajando. Definitivamente le debo unas vacaciones, pero es que no puedo sin ella.Oculto una sonrisa en mi rostro al ver su rostro de impresión cuando ingresamos al lugar, especialmente el de asco cuando las meseras desfilan desnudas con sus bandejas a mano. No sé qué pensaría si supiera que su jefe es un dominante y que en este mismo momento mi fantasía es tenerla en un cuarto para poder castigarla por exhibirse de ese modo.Mi humor desaparece cuando noto que Andréi no le quita la vista de encima, y lo peor es que, él es el encargado de enseñarle todo el lugar, pero, estoy seguro que ella sabe cuál es su puesto y entiende que él no es un hombre de fiar.Vamos Dalbert, es un prostíbulo de los caros, no es cómo que será su esposa. – pienso - ¿O sí? Aparte, no es una mujer que le guste este tipo de prácticas sexuales. Eso es imposibl
Cuando volteó a mirarme con esa sonrisa maquiavélica me di cuenta que me había ganado un enemigo, pero realmente no me importaba y no permitiría que Olivia se involucre en este mundo, y mucho menos por placer. Existe otros burdeles de este estilo si tanto quiere experimentar, o si me lo pide se lo regalo, o lo que sea, pero en un mundo de mafiosos no, es peligroso, y lo sé porque vi a mi amigo sufrir la elección de vida de su padre, como también presencie como lo extrañaba ya que nadie debía saber que el existía.- En nada. – respondo a su pregunta. – Olivia, vámonos. – ella asiente e intenta salir del lugar, pero Andréi la detiene.- Piénsalo por favor, Cielo. – ella le da una mirada que no sé exactamente como describir, solo asiente y abandona el lugar. - Siento la interrupción. – aunque realmente no lo sienta.- Soy paciente. – responde con esa sonrisa que no me gusta para nada. Y cuando me disponía a salir, me detengo y lo miro.- Ella no es un simple polvo. Ella
Olivia CampbellEstar enfadada era poco con lo que sentía, esa palabra quedaba corta. Destilaba furia con cada paso que daba rumbo a mi habitación. Esperaba cualquier cosa, como un regaño o miles de trabajo, pero que en resumidas palabras me haya tratado de cualquiera por estar en un club donde el mismo me llevó, y juzgarme por vestirme así. No lo esperaba, de cualquier otra persona quizás, pero no de él. A pesar de su mal carácter lo tenía en un pedestal, pero resulto ser una mierda igual que aquellos hombres que alguna vez abusaron de mí.Intente todo lo posible de no sonar dolida y de contener las lágrimas que querían salir con cada palabra que salía de su boca. P
Luego de casi nueve horas de vuelo, si no son más, perdí la cuenta de los minutos una vez que me he quedado dormida en el trayecto. En fin, aterrizamos, y no entiendo, si he dormido durante todo el vuelo, ahora me siento el doble de cansada y quiero seguir haciéndolo. Tomo un taxi que me deja justo frente a mi casa, todo está oscuro aun, pero unas horas el sol estará iluminando este sábado.Saco mis llaves e ingreso a mi hogar, todo se encuentra perfectamente ordenado, no hay nada, pues están durmiendo y sin hacer un mínimo ruido me dispongo a llegar a mi habitación.Me lanzo a la cama, tratándome de relajar y cuando estoy a punto de caer en un sueño profundo el sonido de mi celular me despierta totalmente. ¿Es en serio? Trato de ignorarlo, pero su insistencia me hace dar golpes a la almohada y dar pequeños zapateos antes de levantarme a buscarlo. Como una niña haciendo