Inicio / Romántica / No Fue Casual / 2. Conociéndonos
2. Conociéndonos

[SANTIAGO]

Entro a la casa y de inmediato veo a toda la familia reunida en la sala con una chica quien supongo que debe de ser Azul. Mi padre me ha comentado que estaríamos alojando a una chica que era hija de un muy buen amigo de suyo por un tiempo, ya que su amigo y la esposa habían fallecido. Lo que nunca me menciono es que la chica era tan guapa… Sus ojos azules están llenos de lágrimas y su cabello está bastante desordenado, pero así todo se ve bellísima. Santiago concéntrate, tienes novia. Me grita mi subconsciente mientras que mi madre se percata de mi presencia y me presenta.

— Azul, te presento a nuestro otro hijo Santiago. — Dice y ella se me queda viendo y luego de unos segundos se levanta del sofá para acercarse a mi y saludarme. 

— Mucho gusto, soy Azul. — Se presenta.

— Hola, un placer. — Respondo. 

Nos quedamos mirando uno a otro por algunos segundo o minutos… no lo sé, y luego ella regresa a sentarse en el sofá. No sé qué era lo que estaba sucediendo antes de que yo llegara, pero claramente no era nada bueno. — Me tendrán que disculpar, pero necesito salir a pensar... Me he dado cuenta de que todo este tiempo he estado equivocada con mis padres, en realidad, no sé muy bien que es lo que está sucediendo... solo sé que necesito pensar, estoy muy confundida y aturdida por lo que esta ocurriendo— Se explica enredándose en sus propias palabras.

— Comprendemos perfectamente, no te preocupes. Lo único no queremos que te pierdas, no conoces la ciudad— Comenta mi madre y me mira —Santiago, ¿Por qué no la acompañas? — Sugiere mi madre.

Yo me la quedo viendo para saber si realmente ha querido decir eso y me doy cuenta de que sí, de que esta hablando en serio — Por mí no hay problema, ¿Quieres ir a caminar por la playa? — Le ofrezco.

— ¿Tienes tiempo? — Cuestiona con dudas y asiento.

— Por supuesto, no se diga más, vamos... — Le dejo saber, y por su parte no dice nada más y se levanta del sofá y camina hacia la puerta. Vuelvo a tomar mis llaves, abro la puerta y salimos.

Estamos caminando hacia la playa sin decir una palabra y solo puedo ver de reojo que hay lagrimas corriendo por su rostro y por alguna razón, siento el impulso de quitarlas una a una… no sé qué es lo que le está sucediendo, pero no me gusta verla así. — Perdóname, no estoy pasando mi mejor momento. — Expresa con lágrimas en su rostro, pero esforzando una sonrisa.

— No te preocupes, si me permites puedo preguntarte algo... — Digo con precaución.

— Si, lo que quieras... — Responde de inmediato.

— ¿Qué es lo que sucede? Si es que quieres contarme claro... — Cuestiono. 

— Necesito hablarlo con alguien, ¿Por qué no contigo? — Comenta cuando ya hemos llegado a la playa y nos sentamos en un área solitaria —Básicamente lo que sucede es que toda mi vida creí que mis padres no me querían y por eso me habían dejado en Londres yendo de internado en internado y luego viviendo sola allá mientras estudiaba, pero no, ellos me amaban y solo me estaban protegiendo porque estoy en peligro. Es más, ellos han sido asesinados y no tengo ni la menor idea de que es de lo que me tengo que cuidar o quien les ha hecho eso. He dejado todo en Londres, me he venido a vivir a un país que no conozco con gente que a pesar de que es muy amable tampoco conozco y me siento totalmente sola. — Me deja saber y coloca su cabeza entre sus manos y yo solo puedo observarla.

— No sé qué decirte Azul, es muy fuerte todo lo que me cuentas, solo puedo ofrecerte que si hay algo en lo que te puedo ayudar cuenta conmigo... Es más, me gustaría poder ser tu amigo. — Ofrezco y no estoy seguro de donde han venido esas palabras, pero es lo que me nace decirle. 

— Gracias Santiago, eres muy amable, se que debo ser fuerte y salir adelante... será difícil, pero lo lograre. Ahora cuéntame de ti. — Comenta quitando las lágrimas de sus ojos.

— No hay mucho que contar, crecí aquí en Barcelona, así que toda mi vida está en esta ciudad y soy arquitecto al igual que mi padre y el tuyo… también soy un músico frustrado— Digo y rio ante esto ultimo. 

— Interesante, ¿Y porque eres músico frustrado? ¿No se te da bien o no se te ha presentado la oportunidad? — Me pregunta.

—Supongo que falta de tiempo por el estudio de arquitectura que tenemos con mi padre— Explico y nos quedamos en silencio.

Estamos perdidos con nuestras miradas en la inmensidad del mar en completo silencio cuando mi móvil comienza a timbrar. Miro a la pantalla y es Marina. Al mirar la hora me doy cuenta de que se me ha hecho tarde, y es que me he olvidado por completo de que había quedado con ella. Atiendo la llamada. — Amor, lo siento... Se me ha hecho tarde, ya salgo para tu casa, ¿vale? — Le dejo saber y por suerte ella no me hace ningún escándalo ni nada por el estilo accediendo a que vaya por ella en una hora.

Una vez que termino la llamada, miro a Azul y ella tan solo me da una leve sonrisa — Azul, me tengo que ir; me había olvidado de que había quedado con mi novia y unos amigos para salir. — Informo, y de repente se me ocurre que una forma de hacerla sentir mejor es invitarla a que conozca algunas personas aquí. — Si gustas ya que es sábado podrías venir con nosotros. ¿Qué dices? — Propongo

Ella sonríe y asiente— Eso suena bien, me hará bien para despejarme un poco. ¿Dónde irán? — Me pregunta. 

— Primero nos juntaremos en casa de mi amigo Marcos y luego creo que iremos a alguna discoteca o algo. ¿Vienes? — Explico.

— No veo porque no... — Responde de inmediato y sonrió.

— Bueno regresemos a casa a cambiarnos. — Sugiero y nos levantamos y emprendeos camino de regreso a casa.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo