[AZUL]
Tal cómo lo ha prometido lo veo llegar mientras estoy desayunando. Demasiado emocionada por la sorpresa que me ha dejado anoche en nuestro cuarto me levanto y camino rápidamente hacia el bajo la atenta mirada de toda su familia.
— ¡Mi amor, no tienes idea de cómo te he extrañado!— Le digo mientras prácticamente me cuelgo de él.
Puedo sentir su sonrisa sin siquiera verlo, él me abraza cuidadosamente ya que últimamente ha tenido mucho miedo de hacerle daño al bebé. — ¡Yo también te he... los he extrañado mucho!— Me responde contento.
Sus manos suben por mi espalda hasta llegar a mi cuello y cuando lo hacen se posicionan a cada lado de mi rostro, lo toma y hace que nos miremos. De está manera mi boca le da la bienvenida a la suya, un bello reencuentro que dura hasta que su familia comienza a aplaudir tal como si est
[AZUL]Santiago no me ha dejado ver nada durante todo el camino ya que ha vendado mis ojos y aquí estoy caminando a ciegas siguiéndolo. La verdad es que no temo en seguirlo ¿cómo no hacerlo? Lo amo tanto que soy capaz de hacer cualquier cosa por él.— Quiero que sepas que lo que verás es mucho más importante de lo que tú crees. — Me dice y puedo sentir sus nervios en su voz.— Ya te dije que seguro que me encantará tu sorpresa sea lo que sea.— Le respondo entre risas intentando darle seguridad.— Es que cariño, hay algo que debes saber...—— ¿Qué?— Pregunto con dudas mientras que con mis manos intento encontrarlo, pero al parecer él está a varios pasos de distancia de mi.— Antes de que veas el lugar quiero qué sepas que es muy especial ya que es un proyecto que tu padre y
[SANTIAGO]La veo sentada en el asiento del pasajero en el auto mientras se mira en el espejito de la visera y se arregla su cabello; luce tan preciosa que solo tengo ganas de perderme en sus labios. Si fuera por mi, la llevaría de regreso a nuestra futura casa para recorrer todos los rincones mientras le hago el amor, la he extrañado tanto en esté corto tiempo que estuvimos alejados que siento que la necesito más que nunca... sin embargo mi familia nos espera para almorzar; cosa que ella no se imagina.— ¿Dónde me llevas ahora?— Me pregunta al ver que he tomado otro camino.— A almorzar... mi hija y tú deben alimentarse.— Explico.&
[SANTIAGO]Con sus manos entre las mías y sus ojos vendados desde hace mas de 10 minutos la ayudo a bajar del auto después de aparcar enfrente de nuestro destino.— ¿Dónde me estás llevando amor mío?— Me pregunta con esa sonrisa que se ha convertido parte esencial de mi vida.— Tres pasos más y te prometo que te quito la venda.— Respondo entusiasmado.— Uno... dos... tres...— Cuenta mientras sigue caminando.Su acción me hace reír y por ende desconcentrarme un poco de este momento romántico. — Vaya que eres literal eh... — Le digo sin poder parar de reírme.— Tú fuiste el que me dijo tres pasos... — Se defiende inocentemente mientras intenta buscar mi rostro con una de sus manos.Esquivo su mano para que no pueda tocarme y hago que siga caminando hasta que finalmente llegamos al sitio ad
[AZUL]Estoy en mi lugar favorito en el mundo, sus brazos. Estamos en la tina que extrañamente esta dentro de la habitación a pocos metros de la cama en dónde hace pocos minutos hicimos el amor de una manera única. Creó que este es el mejor momento para hablar del tema.— Mi amor...— Le digo para llamar su atención ya que está perdido dibujando figuras imaginarias sobre mi espalda.— Dime mi niña.— Me responde volviéndome a acercar sobre su pecho y apoyando su cabeza sobre mi hombro.— He estado pensando bien lo del nombre de nuestra hija y creo que he encontrado uno que nos gustará a ambos.— Comento sonriente al recordar nuestros desacuerdos en este tema.— Soy todo oídos... —Expresa y sé que está sonriendo por el tono de su voz.Realmente espero que le guste el nombre porque he estado d&iacu
[AZUL]El inmenso portal doble de madera se abre y esté es el gran momento de mi vida. Tomada del brazo de mi casi suegro al que yo considero un padre, camino lentamente el largo pasillo de la iglesia bajo la atenta mirada de todos los invitados. Me tiemblan las piernas y lo único que deseo es no caerme. Fijo mi mirada al final del pasillo y ahí está él... se ve indescriptiblemente guapo «¿de verdad me casaré con él? ¿O será un espejismo?» Nuestras miradas se cruzan y hasta llegar a su lado no habrá fuerza humana que vaya a separarlas. Lo veo sonreír y automáticamente mis nervios se diluyen haciendo que quiera caminar más rápido de lo que estoy haciéndolo en este instante.Al fin lo tengo enfrente de mi con ese esmoquin que tan bien le queda, sus ojos al igual que los míos están cristalinos, retenemos las lágrimas
[AZUL]No sé muy bien cómo es que hemos llegado al recinto donde celebraremos la boda. Santiago no ha dejado de besarme durante todo el camino y la verdad es que creía que perderíamos el control en aquella limusina, agradezco que el divisor entre el chofer y nosotros no permitiera que viera la manera tan indecente que nos estábamos besando. Supongo que es normal que nos cueste esconder tanta pasión, pero realmente me hubiera muerto de vergüenza si le teníamos que decir que nos deje solos un tiempo para hacer el amor allí dentro.— Y aquí estamos... ¿Lista? — Me pregunta con una sonrisa cómplice antes de que abran las puertas del salón.— Es difícil estar lista para este momento, pero aquí estoy.— Le respondo con una enorme sonrisa al ver esos ojos café que me miran con tanto amor.— Lo sé...—Segun
[AZUL]Cada día junto a él es una aventura, desde el día que lo conocí mi vida ha cambiado por completo. Aun recuerdo cuando me subí a aquel avión en Londres y lloraba al tener que dejar esa tierra donde prácticamente había pasado toda mi vida. Las memorias de lo que sentía y de lo roto que estaba mi corazón parece ahora muy lejano, pero apenas ha pasado un poco más de un año y medio desde aquel día que conocí al hombre que ahora duerme a mi lado.Ya llevamos más de cinco meses de casados y cuatro viviendo en esta enorme casa que hemos prometido llenar con nuestros hijos. Me hizo pasar un mes recorriendo lugares preciosos de Italia y es algo que le agradeceré eternamente, su sorpresa ha sido única. Aun recuerdo su advertencia de q
Es un día más de esos nublados en la ciudad de Londres, Inglaterra, apenas está comenzando el día y yo me encuentro terminando de hacer mis maletas para partir rumbo a la ciudad de Barcelona. Momentos después de terminar, tomo un taxi con rumbo al aeropuerto y una vez allí busco mi billete de avión y despacho mis maletas. Recorro los pasillos sintiendo una extraña sensación de melancolía dentro de mi, y al llegar a los puntos de seguridad, paso por los chequeos pertinentes y me dirijo hacia la compuerta 5F, la cual es de donde saldrá mi avión.