13°

No me sentí en paz hasta que deposité el cheque en la cuenta del hospital.

Cuando recibí la llamada confirmando que todo había sido correcto, entonces dejé que mis emociones fluyeran al fin.

Pasé gran parte de la noche llorando, humillada, acariciando mi vientre. solo me calmé cuando recibí la llamada del doctor para decirme que mi abuelo había salido bien de la cirugía.

Tenía que encontrar control en mi vida.

No podía seguir permitiendo que esas personas se burlaran de mí de esa forma.

Tenía que encontrar un nuevo trabajo. Sí, nadie me pagaría tanto como Alexander, pero tenía que hacerlo.

No podía seguir aguantando aquellas humillaciones.

Ahora tenía que seguir planeando la maldita boda.

Después de sentarme a llorar un rato en la noche, contacté con una empresa de flores, organicé la vajilla y también hablé con un par de músicos para ambientar la fiesta. Luego, cerca de la medianoche, me recosté lentamente en mi cama y, a pesar de todo lo que había sucedido en el día, logré con
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