(Horas después)
No entrar al perfil de I*******m de Haizel para saber qué hace se ha convertido en un reto para mí y la única manera de no tentarme en hacerlo, ha sido trabajar o de lo contrario ocuparme en cualquier tipo de tarea que pueda llegar a ocupar mi cabeza. Un golpe en la puerta irrumpe la concentración que tenia en la hoja de balance y respiro profundo —Adelante— Digo y al levantar mi mirada una vez que se abre la puerta, veo a Alenka.
No le había prestado atención esta mañana, pero el vestido color azul que trae puesto le queda muy bien —Señor Gauthier, solo quería dejarle saber que la reserva en el restaurante es en 20 minutos— Anuncia de manera muy formal.
—Gerrard, que me llamo Gerrard.— Le recuerdo y se sonríe.
—Perdón, no me acostumbro. — Explica tímida y sonrió.
—No te preocupes — Le respondo mientras cierro el programa en la computadora y me levanto de la silla. —¿Dónde has reservado?— Pregunto con curiosidad y se sonríe.
—Su asistente me ha dicho que uno de sus restaurantes favoritos es “Ferro”, supuse que sería una buena manera de no fallar— Me dice simpática.
Sé que ella no tiene la culpa de nada, pero ese restaurante solo me recuerda a ella y los viajes que hice aquí para verla y honestamente es a quien trato de olvidar. —No me lo tomes a mal, pero prefiero ir a otro sitio, ¿te parece? — Propongo y su mirada azul me mira extrañada.
—¿Hay algo malo con ese lugar?— Me pregunta algo preocupada y niego.
—No, solo recuerdos que prefiero olvidar.— Le informo intentando no dar muchos detalles y ella se sonríe.
—¿Cancelo la reserva entonces?— Se asegura y asiento.
—Por favor, escoge cualquier otro sitio que quieras, pero no ese.— Le pido amablemente y de inmediato ella llama de su móvil al restaurante.
[…]
Después de hacerle cambiar de sitio rápidamente, Alenka ha elegido el restaurante “Les Meilleurs.” Honestamente su gusto es exquisito —Buena elección. — Comento y me mira sonriente.
—Qué bueno que te guste, tenía miedo de que no fuera de tu agrado — Confiesa y ahora soy yo quien se sonríe.
El mesero nos lleva rápidamente a nuestra mesa, y Alenka y yo caminamos a la par —No soy tan complicado como la gente cree. Mis gustos son bastantes sencillos.— Explico y antes que el mesero lo haga, yo aparto la silla para que ella se siente.
—Gracias.— Me dice tomando asiento.
Yo hago lo mismo en el puesto que esta justo enfrente al suyo y luego pedimos nuestras bebidas para después comenzar a hojear el menú —Entonces Alenka Zie…— Intento decir, pero no recuerdo su apellido.
—Zielinski.— Intercede y ríe levemente.
—¿Polaca?— Cuestiono dejando mi menú a un lado ya que sé lo que almorzare.
—Mis padres lo son, se mudaron aquí cuando mi madre estaba embarazada de mí, técnicamente soy un poco polaca y americana de nacimiento. — Me explica.
—Es una historia interesante y ¿Qué has estudiado? Porque por lo que he visto has llevado todo muy bien durante mi ausencia — Comento.
—¿Es otra entrevista de trabajo?— Me pregunta un poco nerviosa haciéndome reír.
—¡No! ¡¿Cómo crees?! Solo quiero saber con quién trabajo. Normalmente formo parte del panel de entrevistas, pero he tenido una mala racha en algunas cosas personales y no la he pasado muy bien que digamos. Sinceramente, me siento muy avergonzado por esto, sobretodo porque te haz hecho cargo de cosas muy importantes — Me justifico.
—Entiendo, he pasado por esas rachas también. En cuanto a lo que he estudiado… bueno, tengo una maestría en Finanzas de la Universidad de San Francisco.— Me dice tomándome por sorpresa.
—Con razón te has desenvuelto tan bien, es uno de los mejores programas del país— La halago —Aunque siendo sincero merecerías algo mejor que ser mi mano derecha en la empresa— Admito.
Ella simplemente encoje sus hombros —La verdad es que está muy difícil encontrar trabajo, en algunos sitios dicen que estoy muy calificada y en otros que no tengo experiencia. Pensé que trabajar en su… tu empresa, sería una buena oportunidad, y aprecio muchísimo haber podido ayudar durante su ausencia, aunque ahora no sé que es que pasara con tu regreso — Me explica y sé que lo que me dice es muy cierto.
—Comprendo, es muy triste esa situación para la gente que se esfuerza tanto, pero déjame decirte que ahora que sé que tienes una maestría en finanzas y que me has suplido muy bien, utilizare tu conocimiento de una mejor manera, obviamente con un mejor salario. — Le aseguro y su mirada de abre de par en par.
—¿De verdad?— Me pregunta sorprendida y asiento sin dudarlo.
—Claro, si eres buena, créeme que seré el primero en darte una oportunidad. — Digo un poco más animado.
—Ya verás que sí, no le… te defraudare.— Me responde haciendo que toda mi depresión desaparezca por un momento.
—Entonces, es hora de hacerte conocer el sitio donde trabajas. —
—Soy toda oídos. — Me responde enderezándose un poco más en su silla y sonrió ante su entusiasmo.
[…]
(Esa misma noche)
El almuerzo con Alenka ha cambiado el pésimo humor que tuve durante todo el día, quizás porque ella me hizo olvidar todo mientras conversábamos de trabajo o tal vez porque me di cuenta de que aun soy capaz de hacer algo bueno por alguien, pero como siempre, eso dura muy poco. No hace falta más que pisar esta enorme casa y darme cuenta de la soledad que hay en ella. La ausencia de Haizel se siente en cada rincón de aquí y no sé si pueda resistir esto mucho más.
Me dejo caer sentado en el sofá que está ubicado en el salón y desde aquí miro este gran vacío que antes lo llenaba ella bailando mientras ordenaba o cocinaba, la extraño cada día más y sé que no puedo continuar de esta manera.
—Quizás Juan tiene razón…— Busco mi móvil, abro mi cuenta de I*******m y voy a los mensajes que me ha enviado.
@JuanMoncada: Este es el enlace para el sitio de citas que te decía el otro día. Créate un perfil, hay chicas muy guapas aquí que te podrán hacer olvidarla.
«No pierdo nada con intentarlo, ¿no?» Me convenzo y pulso en el enlace para luego seguir las instrucciones de los datos que necesito ingresar para crearme un perfil.
—Aquí vamos…— Me digo a mi mismo cuando ya termino de crear el perfil y pulso el botón de “publicar.”
Madrugada del 20 de abrilResulta ser que esto de los sitios web de citas puede resultar ser un poco adictivo. Ya son las 3am y yo aun sigo mirando los perfiles de las diferentes mujeres que hay aquí y, a decir verdad, me siento todo un novato en esta materia.¿Qué es lo que estoy buscando? ¿Una mujer para pasarla bien un rato? ¿Una amiga con beneficios? ¿Una novia? ¿Un prospecto de esposa?Realmente encontrar la respuesta se me hace muy difícil. Antes de conocer a Haizel, yo no tenía ningún interés en el amor. A mis cuarenta años, creía que el amor era una perdida de tiempo y estaba sobrevalorado por la gente, por eso simplemente pasaba mis noches bien acompañado cuando me era posible, y si no, los libros, las películas y mi perfecto mundo era todo lo que existía.Conocí decenas de mujeres, he estado con muchísimas de
Me la he pasado todo el día de reunión en reunión y entre medio de ellas me he escrito con Jazmín lo más que he podido, pero la verdad es que pareciera un jugador de futbol que hace tres años que no pisa una cancha y es que me siento un idiota en esta materia, o tal vez es porque no estoy acostumbrado a esto del coqueteo virtual por llamarlo de alguna manera.—Gerrard ¿necesitas algo más?— Me pregunta Alenka mientras salimos de la sala de juntas después de nuestra larga reunión con la gente de LookOut Enterprises, en la cual ella ha desplegado sus habilidades financieras y me ayudo a cerrar el negocio.La miro con un poco de dudas y es que en verdad no sé si deba o no hacerle esta pregunta, pero ese lado impulsivo mío me gana y ya es tarde para retractarme —¿Alguna vez has tenido una cita usando una de esas aplicaciones de citas?— Le cuestiono y se m
Después de mi “metida de pata” por llamarlo de algún modo, Alenka y yo salimos de la oficina y vinimos a un bar que esta a dos calles de la empresa, algo bastante conveniente para no perder tiempo en el pesado transito de la caótica ciudad de Nueva York a las seis de la tarde —¿Aquí esta bien? ¿No?— Pregunto señalando una de las mesas altas que hay al final del establecimiento y ella se sonríe.—Si, esta perfecto— Afirma y se sienta en una de la butacas mientras yo hago lo mismo frente a ella.—¿Qué tomas?— Averiguo mientras miro la carta y encoje sus hombros.—Lo que tomes tú, me da igual— Responde y sonrió.—¿Cerveza o vodka?——Mañana hay que regresar a trabajar— Contesta y reímos.—Cerveza— Decimos al unísono y sonreímos para q
Después de dejar a Alenka en la puerta del edificio donde vive cerca del distrito financiero de esta ciudad, y de preguntarme una y mil veces como es que terminamos haciendo esa apuesta; me vine directo a mi casa y entre risas conmigo mismo y mi atrevimiento, me fui quitando la ropa hasta llegar a mi cama. Estoy acá mirando al techo pensando en todo lo que hable con Alenka mientras que en mi celular llegan algunas notificaciones que me distraen y al agarrarlo de la mesita de noche y mirar la pantalla un estúpida sonrisa de adolecente se dibuja en mi rostro “match” leo tres veces con los nombres de Salma, Roxana, y Aurora.«Tal vez Alenka tenía razón…» Me digo y comienzo a cuestionarme de cuanto será el aumento de sueldo que quiere, aunque para ser sincero, preferiría que perdiera la apuesta «¿En que estás pensando Gerrard?» Me pregunto y de repente me veo pensando en ella
Siempre me he negado a ser el típico empresario que tiene chofer que lo lleve de acá para allá, sobre todo porque me gusta conducir, y en momentos como este me doy cuenta de que ha sido una muy buena decisión ya que no Alenka no se siente incomoda al ir en el mismo auto conmigo, o al menos eso parece.—Puedes poner música si quieres— Digo rompiendo el breve silencio que se formo en este lugar.—A ver… déjame ver que escuchas normalmente— Comenta y simplemente sube el volumen del radio donde suena un tango electrónico de Gotan Project —¿Y esto?— Me pregunta confundida.—Es un grupo de origen francés, se llaman Gotan Project y la canción que escuchas se llama Santa María. No sabes lo que es conducir de noche con esta canción a todo volumen— Me justifico y en vez de mirarme como si estuviera loco, ella sube el volumen y cierra l
Camino al lado de Alenka por el sofisticado restaurante que también abre desde la hora del desayuno, y puedo notar como los hombres que hay en el lugar levantan sus cabezas para centrar sus miradas en ella. Sinceramente no los culpo, ella es elegante, muy guapa y posee una figura digna de un catalogo de ropa interior, pero para desgracia de ellos, esta mujer trabaja conmigo y no es ni una modelo ni su secretaria.—Señor Gauthier— Me saluda el señor Gonzalo Echegaray poniéndose de pie para recibirme.—¿Él es el empresario?— Me pregunta Alenka mientras observa al hombre de cabello rubio, ojos grises, de cuerpo de gimnasio y algunos años menos que yo que nos saluda.—Así es, él es el dueño de E.G Fashion— Cuento y ella me mira algo sorprendida.—Es un poco joven ¿no?— Murmura.—Ya sabes como es esto ahora, sacan unas prend
[GERRARD]Esa misma tardeEl reloj siempre es despiadado conmigo, las horas no me alcanzan para hacer lo que quisiera y es que después de aquel desayuno y la conversación que tuve con Alenka en el auto, volvimos a la empresa y una vez más nos comportamos como los dos profesionales que somos dejándonos consumir por las reuniones, proyectos y demás cosas, y dejando así nuestra pequeña apuesta a un lado.Estoy a punto de irme de la oficina cuando recibo un mensaje a través de la app de citas, es de Roxana y al abrirlo respiro hondo “¿Podemos vernos hoy? Es que mañana tengo que salir de viaje”Miro la hora, 6PM y veo que Alenka aun sigue en su oficina. Camino hacia allí me paro bajo el marco de su puerta y ella se me queda mirando —¿Te puedo ayudar en algo?— Me pregunta confundida.—Roxana quiere adelantar la cita a hoy porque
[GERRARD]Al llegar al lugar del encuentro, prácticamente he salido corriendo del auto como todo un cobarde para intentar evitar todo esto que me genera Alenka y que de verdad me esta asustando como nunca. De cierta manera sé que sería un error gravísimo fijarme en ella por muchos motivos diferentes, pero también supongo que estoy tan confundido que ni siquiera sé lo que siento y no quiero que ella se convierta en ese famoso “clavo” que me ayude a sacar otro clavo.Miro hacia todas partes sabiendo que ella se sentara no muy lejos de donde yo vaya con Roxana, y allí veo a la mujer de la foto de la app. Afortunadamente, no ha mentido con ello, es pelirroja, de ojos verdes y con curvas bastante pronunciadas, más de lo que se aprecia en las fotos diría yo. Disimuladamente miro hacia donde esta Alenka y ella arquea sus cejas como diciéndome “te gane”, pero la verdad es que nada est