[GERRARD]Unas semanas después: 4 de julioNueva York tiene la sana costumbre de vestirse de fiesta cada 4 de julio. El cielo se viste de fuegos artificiales, las casa se llenan de gente con la excusa de celebrar, y por nuestra parte, no nos quedamos atrás. Puede que seamos todos extranjeros en esta tierra, pero no quiere decir que no queramos formar parte de la celebración, además, tenemos una noticia que dar.Teníamos la idea de hablar primero con Alai y luego con nuestras familias, pero la realidad es que tememos que ella lo dijera antes que nosotros, por ende, decidimos decírselos a todos al mismo tiempo. Como buenos anfitriones que somos terminamos de preparar las bandejas con los aperitivos, y las vamos llevando al jardín hasta que finalmente llega la hora de que llevemos la bandeja donde están las pequeñas cajitas blancas rodeadas de un lazo color gris —¿Estas nervioso?— Me pregunta mi futura esposa y sonrió.—Un poco, pero más que nada por tu padre, ¿y si me reclama porque no
[GERRARD]Meses después: 21 de septiembreEn este último tiempo, he entendido que la vida siempre te da una segunda oportunidad para ser feliz. De pasar a creer que sería un hombre solo y decepcionado del amor, he pasado a ser el hombre más feliz de todos. Me encontré a una mujer diferente, una que de cierta manera estaba esperándome en mi propia empresa, y no fue hasta que regresé que la encontré. Una vez escuche una famosa palabra en árabe, “maktub” y su significado nunca se me olvido; “lo que esta destinado a suceder siempre encontrara una forma única, mágica y maravillosa de manifestarse.” Hoy más que nunca creo en esto.No sabría si me temblaron más las piernas cuando el doctor nos dijo que esperábamos una niña, o ahora que estoy parado frente a este altar esperándola. Observo como Alai camina lanzando las flores sobre la alfombra blanca que conforma el camino hacia el altar, y sonrió con solo pensar que en poco tiempo llevará mi apellido y se convertirá en la hermana mayor de Al
[GERRARD]Aquel día durante los festejos de nuestra boda, no solo celebramos el momento más especial de nuestras vidas, sino que también su cumpleaños. Hoy, veo los portarretratos que adornan los muebles de nuestra casa, y me doy cuenta de todo lo hermoso que hemos construido en estos años. Paso mis dedos por la primera foto que Alai y yo nos tomamos afuera de la corte y aun sigo viendo su carita llena de emoción cuando la llame Alai Gauthier. Esa niña que años atrás robo mi corazón, ahora se ha convertido en una adolescente que nos pide permiso para salir con sus amigas mientras que su madre y yo no podemos conciliar el sueño hasta su regreso.Veo la primera foto de Alesha y cierro mis ojos para escuchar una vez más su primer llanto, uno que fue mío también. Sabía que tener hijos te cambiaba la vida, pero lo que la gente no te dice es que también te cambia el corazón y a medida que nuestra familia se fue agrandando, mi corazón también lo hizo. Alenka y yo hemos construido una familia
New York City, Nueva YorkAbril Hay situaciones en la vida que te cambian para siempre, y se podría decir que algo de eso es lo que me ha pasado a mi en este ultimo tiempo. A nivel profesional no hay nada que cambiaria, he conseguido mi doctorado en finanzas y la satisfacción de poder convertirme en uno de los mejores en mi rubro me lleva a sentirme un hombre sumamente feliz en este ámbito, después de todo soy el dueño de una de la empresas más importante del sector financiero a nivel mundial asique ¿Qué más podría pedirle a la vida? ¿no? Ah, si… amor… cierto, dicen que sin eso la gente no es feliz, pero el problema es que yo lo conocí y no sé si estoy muy de acuerdo con esa teoría. Enamorarme de Haizel
(Horas después)No entrar al perfil de Instagram de Haizel para saber qué hace se ha convertido en un reto para mí y la única manera de no tentarme en hacerlo, ha sido trabajar o de lo contrario ocuparme en cualquier tipo de tarea que pueda llegar a ocupar mi cabeza. Un golpe en la puerta irrumpe la concentración que tenia en la hoja de balance y respiro profundo —Adelante— Digo y al levantar mi mirada una vez que se abre la puerta, veo a Alenka. No le había prestado atención esta mañana, pero el vestido color azul que trae puesto le queda muy bien —Señor Gauthier, solo quería dejarle saber que la reserva en el restaurante es en 20 minutos— Anuncia de manera muy formal. —Gerrard, que me llamo Gerrard.— Le rec
Madrugada del 20 de abrilResulta ser que esto de los sitios web de citas puede resultar ser un poco adictivo. Ya son las 3am y yo aun sigo mirando los perfiles de las diferentes mujeres que hay aquí y, a decir verdad, me siento todo un novato en esta materia.¿Qué es lo que estoy buscando? ¿Una mujer para pasarla bien un rato? ¿Una amiga con beneficios? ¿Una novia? ¿Un prospecto de esposa?Realmente encontrar la respuesta se me hace muy difícil. Antes de conocer a Haizel, yo no tenía ningún interés en el amor. A mis cuarenta años, creía que el amor era una perdida de tiempo y estaba sobrevalorado por la gente, por eso simplemente pasaba mis noches bien acompañado cuando me era posible, y si no, los libros, las películas y mi perfecto mundo era todo lo que existía.Conocí decenas de mujeres, he estado con muchísimas de
Me la he pasado todo el día de reunión en reunión y entre medio de ellas me he escrito con Jazmín lo más que he podido, pero la verdad es que pareciera un jugador de futbol que hace tres años que no pisa una cancha y es que me siento un idiota en esta materia, o tal vez es porque no estoy acostumbrado a esto del coqueteo virtual por llamarlo de alguna manera.—Gerrard ¿necesitas algo más?— Me pregunta Alenka mientras salimos de la sala de juntas después de nuestra larga reunión con la gente de LookOut Enterprises, en la cual ella ha desplegado sus habilidades financieras y me ayudo a cerrar el negocio.La miro con un poco de dudas y es que en verdad no sé si deba o no hacerle esta pregunta, pero ese lado impulsivo mío me gana y ya es tarde para retractarme —¿Alguna vez has tenido una cita usando una de esas aplicaciones de citas?— Le cuestiono y se m
Después de mi “metida de pata” por llamarlo de algún modo, Alenka y yo salimos de la oficina y vinimos a un bar que esta a dos calles de la empresa, algo bastante conveniente para no perder tiempo en el pesado transito de la caótica ciudad de Nueva York a las seis de la tarde —¿Aquí esta bien? ¿No?— Pregunto señalando una de las mesas altas que hay al final del establecimiento y ella se sonríe.—Si, esta perfecto— Afirma y se sienta en una de la butacas mientras yo hago lo mismo frente a ella.—¿Qué tomas?— Averiguo mientras miro la carta y encoje sus hombros.—Lo que tomes tú, me da igual— Responde y sonrió.—¿Cerveza o vodka?——Mañana hay que regresar a trabajar— Contesta y reímos.—Cerveza— Decimos al unísono y sonreímos para q