Me la he pasado todo el día de reunión en reunión y entre medio de ellas me he escrito con Jazmín lo más que he podido, pero la verdad es que pareciera un jugador de futbol que hace tres años que no pisa una cancha y es que me siento un idiota en esta materia, o tal vez es porque no estoy acostumbrado a esto del coqueteo virtual por llamarlo de alguna manera.
—Gerrard ¿necesitas algo más?— Me pregunta Alenka mientras salimos de la sala de juntas después de nuestra larga reunión con la gente de LookOut Enterprises, en la cual ella ha desplegado sus habilidades financieras y me ayudo a cerrar el negocio.
La miro con un poco de dudas y es que en verdad no sé si deba o no hacerle esta pregunta, pero ese lado impulsivo mío me gana y ya es tarde para retractarme —¿Alguna vez has tenido una cita usando una de esas aplicaciones de citas?— Le cuestiono y se me queda mirando de manera extraña.
—¿Está… digo estás usando una aplicación de citas?— Inquiere y si, creo que fue una mala idea.
—Olvídalo, no debí preguntar— Digo y sigo caminando hasta entrar a mi oficina, pero para mi sorpresa ella me sigue y entra detrás de mi.
—Gerrard, disculpa, sé que no nos conocemos mucho, ni siquiera debí preguntártelo así, pero es que es extraño ¿Qué hace un hombre como tú en un sitio como ese? Normalmente los hombre que están ahí es porque realmente ya sabes… les cuesta mucho encontrar a alguien o no sé, al menos, eso es lo que creo yo— Comenta mientras que la miro sentado desde mi sillón.
—¿Has usado una de esas aplicaciones alguna vez?— Averiguo.
—Si— Confiesa.
—¿Ves? Yo podría decir lo mismo de ti ¿Qué hace una mujer como tú en un sitio como ese? Eso solo lo usa mujeres a quienes les cuesta encontrar un hombre…—
—¿Crees que no me cuesta?— Cuestiona entrecerrando sus ojos y sonrió.
Sonrió —Mírate— Respondo y con mi maño apunto hacia ella —Te aseguro que la mitad de los hombres de este edificio ya te han pedido una cita— Digo y creo que he abierto mi boca de más porque ella mira hacia el suelo y se acomoda el cabello como si estuviera nerviosa —Lo siento, por favor no me tomes a mal y ni me acuses de acoso y todo eso, te juro que fue sin mal intensión— Me defiendo y se ríe.
—No te voy a acusar— Responde entre risas y aparta la silla que esta frente a mi escritorio después de haberme pedido permiso con la mirada y se sienta —Pero dígame… dime una cosa ¿Por qué tienes tanta prisa en encontrar a una mujer con quien salir? ¿no crees que es mejor que el amor te sorprenda?— Me pregunta y rio nervioso.
—Me encantaría dejar que me sorprenda ¿sabes? Pero si no hago algo me voy a volver loco, yo no quería enamorarme y lo hice de una mujer que me rompió el corazón cuando decidió volver con su ex novio y bueno aquí estoy yo, un hombre de 40 años aprendiendo a amar y con una decepción amorosa tratando de salir adelante, asique por eso estoy tratando de encontrar a esa mujer que me quiera de verdad y a quien yo pueda querer— Expongo.
Ella asiente —Entiendo, y discúlpame, sé que no debería meterme en esto, pero deberías primero intentar olvidarte de ella para después poderte enamorar, porque eso de que un clavo saca otro clavo no sé que tan efectivo sea— Me sugiere y rio.
—Oye, eres muy directa ¿no tienes miedo que te eche?— Bromeo.
—¿Me vas a echar por darte consejos amorosos? ¿Qué dirá la carta de despido? ¿Qué me echas por sugerirte no usar aplicaciones de citas?— Me cuestiona entre risas que me contagian.
—Buen punto. No, no te echare por esto, además, si te soy sincero, nunca vi a nadie tan hábil con los números como tú en esa reunión… yo creí que era bueno y que no conocería a alguien que pudiera hacer buen equipo conmigo, pero me equivoque, eres muy buena y perderte por el simple echo de que me aconsejes no usar una aplicación de citas, no creo que sea muy inteligente de mi parte— Expongo y sonríe.
—Que bueno— Murmura y se levanta de su silla —Bueno, yo te dejo para que sigas con lo tuyo, en una hora me voy, pero si necesitas algo déjame saber— Dice y se dispone a salir de la oficina.
—Alenka— La llamo antes de que salga y ella se da vuelta para mírame con sus ojos azules.
—¿Si?—
—Me gusta hablar contigo ¿te invito una copa after hours y seguimos hablando?— Le propongo y ella mira la hora.
—A las ocho tengo que estar en casa— Explica.
—A las ocho te dejo en tu casa— Digo y no sé que rayos acabo de hacer, pero ya lo hice.
Después de mi “metida de pata” por llamarlo de algún modo, Alenka y yo salimos de la oficina y vinimos a un bar que esta a dos calles de la empresa, algo bastante conveniente para no perder tiempo en el pesado transito de la caótica ciudad de Nueva York a las seis de la tarde —¿Aquí esta bien? ¿No?— Pregunto señalando una de las mesas altas que hay al final del establecimiento y ella se sonríe.—Si, esta perfecto— Afirma y se sienta en una de la butacas mientras yo hago lo mismo frente a ella.—¿Qué tomas?— Averiguo mientras miro la carta y encoje sus hombros.—Lo que tomes tú, me da igual— Responde y sonrió.—¿Cerveza o vodka?——Mañana hay que regresar a trabajar— Contesta y reímos.—Cerveza— Decimos al unísono y sonreímos para q
Después de dejar a Alenka en la puerta del edificio donde vive cerca del distrito financiero de esta ciudad, y de preguntarme una y mil veces como es que terminamos haciendo esa apuesta; me vine directo a mi casa y entre risas conmigo mismo y mi atrevimiento, me fui quitando la ropa hasta llegar a mi cama. Estoy acá mirando al techo pensando en todo lo que hable con Alenka mientras que en mi celular llegan algunas notificaciones que me distraen y al agarrarlo de la mesita de noche y mirar la pantalla un estúpida sonrisa de adolecente se dibuja en mi rostro “match” leo tres veces con los nombres de Salma, Roxana, y Aurora.«Tal vez Alenka tenía razón…» Me digo y comienzo a cuestionarme de cuanto será el aumento de sueldo que quiere, aunque para ser sincero, preferiría que perdiera la apuesta «¿En que estás pensando Gerrard?» Me pregunto y de repente me veo pensando en ella
Siempre me he negado a ser el típico empresario que tiene chofer que lo lleve de acá para allá, sobre todo porque me gusta conducir, y en momentos como este me doy cuenta de que ha sido una muy buena decisión ya que no Alenka no se siente incomoda al ir en el mismo auto conmigo, o al menos eso parece.—Puedes poner música si quieres— Digo rompiendo el breve silencio que se formo en este lugar.—A ver… déjame ver que escuchas normalmente— Comenta y simplemente sube el volumen del radio donde suena un tango electrónico de Gotan Project —¿Y esto?— Me pregunta confundida.—Es un grupo de origen francés, se llaman Gotan Project y la canción que escuchas se llama Santa María. No sabes lo que es conducir de noche con esta canción a todo volumen— Me justifico y en vez de mirarme como si estuviera loco, ella sube el volumen y cierra l
Camino al lado de Alenka por el sofisticado restaurante que también abre desde la hora del desayuno, y puedo notar como los hombres que hay en el lugar levantan sus cabezas para centrar sus miradas en ella. Sinceramente no los culpo, ella es elegante, muy guapa y posee una figura digna de un catalogo de ropa interior, pero para desgracia de ellos, esta mujer trabaja conmigo y no es ni una modelo ni su secretaria.—Señor Gauthier— Me saluda el señor Gonzalo Echegaray poniéndose de pie para recibirme.—¿Él es el empresario?— Me pregunta Alenka mientras observa al hombre de cabello rubio, ojos grises, de cuerpo de gimnasio y algunos años menos que yo que nos saluda.—Así es, él es el dueño de E.G Fashion— Cuento y ella me mira algo sorprendida.—Es un poco joven ¿no?— Murmura.—Ya sabes como es esto ahora, sacan unas prend
[GERRARD]Esa misma tardeEl reloj siempre es despiadado conmigo, las horas no me alcanzan para hacer lo que quisiera y es que después de aquel desayuno y la conversación que tuve con Alenka en el auto, volvimos a la empresa y una vez más nos comportamos como los dos profesionales que somos dejándonos consumir por las reuniones, proyectos y demás cosas, y dejando así nuestra pequeña apuesta a un lado.Estoy a punto de irme de la oficina cuando recibo un mensaje a través de la app de citas, es de Roxana y al abrirlo respiro hondo “¿Podemos vernos hoy? Es que mañana tengo que salir de viaje”Miro la hora, 6PM y veo que Alenka aun sigue en su oficina. Camino hacia allí me paro bajo el marco de su puerta y ella se me queda mirando —¿Te puedo ayudar en algo?— Me pregunta confundida.—Roxana quiere adelantar la cita a hoy porque
[GERRARD]Al llegar al lugar del encuentro, prácticamente he salido corriendo del auto como todo un cobarde para intentar evitar todo esto que me genera Alenka y que de verdad me esta asustando como nunca. De cierta manera sé que sería un error gravísimo fijarme en ella por muchos motivos diferentes, pero también supongo que estoy tan confundido que ni siquiera sé lo que siento y no quiero que ella se convierta en ese famoso “clavo” que me ayude a sacar otro clavo.Miro hacia todas partes sabiendo que ella se sentara no muy lejos de donde yo vaya con Roxana, y allí veo a la mujer de la foto de la app. Afortunadamente, no ha mentido con ello, es pelirroja, de ojos verdes y con curvas bastante pronunciadas, más de lo que se aprecia en las fotos diría yo. Disimuladamente miro hacia donde esta Alenka y ella arquea sus cejas como diciéndome “te gane”, pero la verdad es que nada est
[GERRARD]—Me gusta tu edificio— Comento cuando estamos entrando al elegante lobby completamente blanco compuesto por pisos de mármol, paredes con una textura bastante sofisticada e iluminación de ultima moda.—En teoría no es mi edificio— Explica divertida y la miro de inmediato.—Claro— Respondo riéndome de mi mismo —Pero, ya sabes a lo que me refiero.—Lo sé— Dice y una vez frente al elevador, soy yo quien presiona el botón como queriendo ganarle en este movimiento y me mira preguntándome porque he hecho esto.—Soy un caballero— Le dejo saber y mueve su cabeza de un lado hacia otro como si no pudiese creer lo que acaba de escuchar.—No se me romperán las uñas por presionar ese botón, lo hago todos los días— Me dice entre risas y una vez que las puertas se abren, ambos entramos al reduci
[GERRARD]—Tu hija es un encanto— Le digo bajito cuando regresa al salón después de haberla ido a acostar —De verdad que Alai es una niña muy dulce, inteligente, y muy bonita, tienes mucha suerte de ser su madre y ella tiene mucha suerte de tenerte como madre— Hablo con sinceridad y Alenka vuelve a sentarse a mi lado en el sofá.—Muchas gracias, la verdad es que es lo mejor que me paso en la vida, no sé que haría sin ella. No me imagino llegando a casa y no verla, es raro porque cuando quede embarazada creí que mi perfecto mundo había terminado, ya sabes, que iba a ser muy difícil encontrar un trabajo bueno, que iba a tener que dejar mi carrera, en fin, todo eso que te imaginas como mujer en una situación así, pero afortunadamente no me paso nada de todo eso— Expone.Sonrió sin dejar de mirarla mientras que habla —Era imposi