Después de dejar a Alenka en la puerta del edificio donde vive cerca del distrito financiero de esta ciudad, y de preguntarme una y mil veces como es que terminamos haciendo esa apuesta; me vine directo a mi casa y entre risas conmigo mismo y mi atrevimiento, me fui quitando la ropa hasta llegar a mi cama. Estoy acá mirando al techo pensando en todo lo que hable con Alenka mientras que en mi celular llegan algunas notificaciones que me distraen y al agarrarlo de la mesita de noche y mirar la pantalla un estúpida sonrisa de adolecente se dibuja en mi rostro “match” leo tres veces con los nombres de Salma, Roxana, y Aurora.
«Tal vez Alenka tenía razón…» Me digo y comienzo a cuestionarme de cuanto será el aumento de sueldo que quiere, aunque para ser sincero, preferiría que perdiera la apuesta «¿En que estás pensando Gerrard?» Me pregunto y de repente me veo pensando en ella y en como será su hija «¿será rubia como su madre?» No seas tonto, concéntrate en lo tuyo…
Con mi poca experiencia abro los chats de cada una de ellas y las saludo para luego entablar una conversación que va intercalándose a medida que me van respondiendo, y si, me siento un completo imbécil por conversar con varias mujeres a la vez como si esto se tratara de las apuestas que haces en la ruleta con la esperanza de ganar en alguna. Debo admitir que concretar una cita con cada una no me ha tomado ni una hora, y eso sin contar que todavía tengo a Jazmín en una “lista de espera” por llamarlo de alguna manera ¿acaso es así como funciona esto o es que yo soy un completo idiota? No lo sé, pero supongo que es parte de este juego de las aplicaciones de citas y solo es cuestión de que me acostumbre a ver esto con un poco más de naturalidad.
Después de lo que creo que son horas en el celular escribiéndome con cada una de ellas, me despido y dejo el celular a un costado para descansar y es que en verdad lo necesito, ha sido un día agotador.
[…]
Al día siguiente: 21 de abril
Como cada mañana entro a la empresa saludando a todos los empleados y tengo que confesar que mi humor ha cambiado bastante desde que comencé a conocer a otras mujeres, o al menos a hablar con ellas. Todo esto me esta haciendo entender que Haizel no es la única y la ultima mujer que puede haber en mi vida… si, puede que la haya amado como a nadie, pero no creo que deba dejarme hundir por lo que me hizo, o ¿sí? Quiero pensar que no.
Una vez en el piso 55 sigo saludando a todos, hasta que mi mirada de cruza con la de ella y puedo darme cuenta de que ya las cosas están un poco diferentes entre los dos —Alenka ¿puedes venir un momento a mi oficina?— Le pido y ella simplemente asiente para después seguir mis pasos y entrar conmigo.
—Gerrard, hoy tienes tres reuniones importantes… una a las…— Trata de decir y levanto mi mano.
—Ya mirare mi agenda, quiero que agregues mis citas a la tuya, ya tengo las primeras tres— Le cuento y me mira sorprendida.
—Guau…—
—No tenemos mucho tiempo— Explico.
—¿Y cuantas citas harás?— Me pregunta y sonrió.
—¿Seis? ¿Te parece un numero justo? Es que estamos muy cortos de tiempo— Le informo.
—De acuerdo, entonces me iré a trabajar, pásame la información de las citas luego— Comenta y trata de irse, pero niego.
—Espera—
—¿Qué?— Averigua.
—Tengo un desayuno de negocios con un importante empresario de moda, quiere fusionar su empresa con un inversionista, pero necesita ayuda, asique iré a asesorarlo personalmente y quiero que tú estés presente en la conversación ya que si decide hacerlo llevaras a cabo la operación— Le explico y me mira expectante.
—¿De verdad?—
—De verdad, has sabido manejar muy bien a todos nuestros clientes durante mi ausencia, vi tus reportes y son increíbles asique no se diga más busca tus cosas mientras yo envió unos correos y nos vamos ¿de acuerdo?— Le propongo y ella asiente.
—Si por supuesto, y cuando pueda pásame lo de las citas para agendarlas— Me pide y sonrió.
—Ya te las envió también— Le aseguro y ella se va de mi oficina mientras que yo me la quedo mirando y pensando en que clase de lio me estoy metiendo al involucrarla en todo esto.
Siempre me he negado a ser el típico empresario que tiene chofer que lo lleve de acá para allá, sobre todo porque me gusta conducir, y en momentos como este me doy cuenta de que ha sido una muy buena decisión ya que no Alenka no se siente incomoda al ir en el mismo auto conmigo, o al menos eso parece.—Puedes poner música si quieres— Digo rompiendo el breve silencio que se formo en este lugar.—A ver… déjame ver que escuchas normalmente— Comenta y simplemente sube el volumen del radio donde suena un tango electrónico de Gotan Project —¿Y esto?— Me pregunta confundida.—Es un grupo de origen francés, se llaman Gotan Project y la canción que escuchas se llama Santa María. No sabes lo que es conducir de noche con esta canción a todo volumen— Me justifico y en vez de mirarme como si estuviera loco, ella sube el volumen y cierra l
Camino al lado de Alenka por el sofisticado restaurante que también abre desde la hora del desayuno, y puedo notar como los hombres que hay en el lugar levantan sus cabezas para centrar sus miradas en ella. Sinceramente no los culpo, ella es elegante, muy guapa y posee una figura digna de un catalogo de ropa interior, pero para desgracia de ellos, esta mujer trabaja conmigo y no es ni una modelo ni su secretaria.—Señor Gauthier— Me saluda el señor Gonzalo Echegaray poniéndose de pie para recibirme.—¿Él es el empresario?— Me pregunta Alenka mientras observa al hombre de cabello rubio, ojos grises, de cuerpo de gimnasio y algunos años menos que yo que nos saluda.—Así es, él es el dueño de E.G Fashion— Cuento y ella me mira algo sorprendida.—Es un poco joven ¿no?— Murmura.—Ya sabes como es esto ahora, sacan unas prend
[GERRARD]Esa misma tardeEl reloj siempre es despiadado conmigo, las horas no me alcanzan para hacer lo que quisiera y es que después de aquel desayuno y la conversación que tuve con Alenka en el auto, volvimos a la empresa y una vez más nos comportamos como los dos profesionales que somos dejándonos consumir por las reuniones, proyectos y demás cosas, y dejando así nuestra pequeña apuesta a un lado.Estoy a punto de irme de la oficina cuando recibo un mensaje a través de la app de citas, es de Roxana y al abrirlo respiro hondo “¿Podemos vernos hoy? Es que mañana tengo que salir de viaje”Miro la hora, 6PM y veo que Alenka aun sigue en su oficina. Camino hacia allí me paro bajo el marco de su puerta y ella se me queda mirando —¿Te puedo ayudar en algo?— Me pregunta confundida.—Roxana quiere adelantar la cita a hoy porque
[GERRARD]Al llegar al lugar del encuentro, prácticamente he salido corriendo del auto como todo un cobarde para intentar evitar todo esto que me genera Alenka y que de verdad me esta asustando como nunca. De cierta manera sé que sería un error gravísimo fijarme en ella por muchos motivos diferentes, pero también supongo que estoy tan confundido que ni siquiera sé lo que siento y no quiero que ella se convierta en ese famoso “clavo” que me ayude a sacar otro clavo.Miro hacia todas partes sabiendo que ella se sentara no muy lejos de donde yo vaya con Roxana, y allí veo a la mujer de la foto de la app. Afortunadamente, no ha mentido con ello, es pelirroja, de ojos verdes y con curvas bastante pronunciadas, más de lo que se aprecia en las fotos diría yo. Disimuladamente miro hacia donde esta Alenka y ella arquea sus cejas como diciéndome “te gane”, pero la verdad es que nada est
[GERRARD]—Me gusta tu edificio— Comento cuando estamos entrando al elegante lobby completamente blanco compuesto por pisos de mármol, paredes con una textura bastante sofisticada e iluminación de ultima moda.—En teoría no es mi edificio— Explica divertida y la miro de inmediato.—Claro— Respondo riéndome de mi mismo —Pero, ya sabes a lo que me refiero.—Lo sé— Dice y una vez frente al elevador, soy yo quien presiona el botón como queriendo ganarle en este movimiento y me mira preguntándome porque he hecho esto.—Soy un caballero— Le dejo saber y mueve su cabeza de un lado hacia otro como si no pudiese creer lo que acaba de escuchar.—No se me romperán las uñas por presionar ese botón, lo hago todos los días— Me dice entre risas y una vez que las puertas se abren, ambos entramos al reduci
[GERRARD]—Tu hija es un encanto— Le digo bajito cuando regresa al salón después de haberla ido a acostar —De verdad que Alai es una niña muy dulce, inteligente, y muy bonita, tienes mucha suerte de ser su madre y ella tiene mucha suerte de tenerte como madre— Hablo con sinceridad y Alenka vuelve a sentarse a mi lado en el sofá.—Muchas gracias, la verdad es que es lo mejor que me paso en la vida, no sé que haría sin ella. No me imagino llegando a casa y no verla, es raro porque cuando quede embarazada creí que mi perfecto mundo había terminado, ya sabes, que iba a ser muy difícil encontrar un trabajo bueno, que iba a tener que dejar mi carrera, en fin, todo eso que te imaginas como mujer en una situación así, pero afortunadamente no me paso nada de todo eso— Expone.Sonrió sin dejar de mirarla mientras que habla —Era imposi
[GERRARD]Al día siguiente: 22 de abrilAnoche cuando me fui del departamento de Alenka, salí bajo la impresión de que todo estaba como siempre entre los dos, pero al caminar este pasillo mientras llego a la oficina el día de hoy, tengo la sensación de que las cosas no son tan así y es que mi mirada y la suya se cruzan, pero no tengo idea de como actuar frente a ella —Buenos días Alenka— La saludo cordialmente, pero en realidad mis instintos me gritan que me acerquen a ella, que le pregunte como se siente con lo que paso anoche y que le insinué que me encanto besarla…Ella me sonríe de manera profesional, algo que realmente no quiero y hace un leve gesto con su cabeza como dándome la bienvenida —Buenos días Gerrard, he dejado la lista de tus reuniones sobre tu escritorio, también hay una reunión importante con los accionistas de Waldior, necesitan
[GERRARD]Tengo a Alenka sentada frente a mi con sus ojos azules clavados en mi ser haciéndome decenas de preguntas por dentro que dudo que se anime a hacerme en voz alta mientras que yo pruebo un bocado del salmón que ordene. Bebo un sorbo de vino, la miro y trato de no delatarme —¿Hablaras o te quedaras callada durante todo el almuerzo?— Pregunto finalmente.—¿Te rechazo?— Indaga finalmente.—Si, digamos que me trato de ser el típico millonario que se pasea con su reloj caro y va a restaurantes buenos para impresionar mujeres y llevárselas a su cama, ya sabes, muy mi estilo… una noche cada una— Expongo sarcásticamente.—¿Y porque no te defendiste?— Averigua.Sonrió, bebo otro sorbo de mi vino y dejo la copa sobre la mesa —Porque Jazmín me hizo ganar una apuesta que tenia muchas ganas de ganar— Sent