Camino al lado de Alenka por el sofisticado restaurante que también abre desde la hora del desayuno, y puedo notar como los hombres que hay en el lugar levantan sus cabezas para centrar sus miradas en ella. Sinceramente no los culpo, ella es elegante, muy guapa y posee una figura digna de un catalogo de ropa interior, pero para desgracia de ellos, esta mujer trabaja conmigo y no es ni una modelo ni su secretaria.
—Señor Gauthier— Me saluda el señor Gonzalo Echegaray poniéndose de pie para recibirme.
—¿Él es el empresario?— Me pregunta Alenka mientras observa al hombre de cabello rubio, ojos grises, de cuerpo de gimnasio y algunos años menos que yo que nos saluda.
—Así es, él es el dueño de E.G Fashion— Cuento y ella me mira algo sorprendida.
—Es un poco joven ¿no?— Murmura.
—Ya sabes como es esto ahora, sacan unas prendas, las publican en I*******m y de repente un golpe de suerte hace que un pequeño negocio se convierta en un imperio, pero no importa, tú solo sígueme la corriente— Le pido y nos terminamos de acercar a él —Señor Echegaray, que gusto verlo de nuevo— Digo con mi mejor sonrisa —Permítame presentarle a Alenka Zielinski, mi mano derecha y asesora en la empresa— La presento sin premeditación y él también se la queda mirando un poco más de lo debido.
—¿De verdad eres financista?— Le pregunta mirándola de los pies a la cabeza y por poco le quita el vestido que trae puesto —Tú deberías modelar mi ropa, no estar planeando estrategias financieras— Habla y me paro delante de Alenka.
—Oye, Gonzalo, con todo respeto, pero ubícate ¿si? No creo que a Alenka le hagan gracia ese tipo de comentarios— Le digo seriamente y de pronto siento una mano sobre mi hombro y al girar mi rostro me doy cuenta de que es ella.
—Gerrard, no te preocupes ¿sí? Mejor vayamos a lo que vinimos— Propone y supongo que lo hace para que no perdamos el negocio, pero de verdad me molesta que este tipo haya hecho un comentario tan desubicado como ese. Él levanta sus manos y la mira —Perdóname Alenka, Gerrard tiene razón, mi comentario fue fuera de lugar, mejor nos tranquilizamos todos y hablamos de negocios ¿sí?— Sugiere y todos asentimos para después sentarnos alrededor de la mesa y ordenar algo de desayunar, aunque admito que actuar normalmente con él no será fácil.
[…]
Tal y como supuse la reunión ha estado bastante tensa y si bien él puede ser un cliente potencial para mi empresa, no estoy seguro de querer trabajar con alguien como él, sobre todo cuando durante todo el desayuno no ha dejado de mirar a Alenka de la manera que lo hizo.
—Gerrard ¿Qué ocurre?— Me pregunta una vez que estamos dentro del vehículo ya en el estacionamiento.
—No voy a trabajar con él— Explico sin rodeos y me mira sorprendida.
—¿Qué? Pero ¿Por qué?— Indaga preocupada —Es un cliente potencial— Expone.
—Es un imbécil, yo no trabajo con tipos así— Respondo de inmediato.
Ella respira profundo —Gerrard, si es por el comentario que hizo yo…— Deja la frase por la mitad.
—Tú ¿Qué?— Presiono.
Respira profundo y me mira —No quiero sonar como una egocéntrica, pero estoy acostumbrada a esos comentarios. Mi genética ha hecho que sea así físicamente y al parecer a los hombres les llama la atención, pero solo para divertirse un rato nada más ¿entiendes?—
—Pues no deberías acostumbrarte, no esta bien, tipos como ese no deberían hacerte comentarios así, mucho menos cuando vienes a hablar con ellos en un terreno profesional—Expreso firme y me sonríe —¿Qué pasa?— Pregunto al ver la manera que me mira.
—Si le hablas así a una de las mujeres de tus citas, ellas van a caer rendidas a tus pies…— Murmura.
—Creo que ellas quieren que les hablen así, pero tú no… lo tuyo es natural y eso es encantador ¿lo sabes?— Digo y nos quedamos mirando fijamente.
El silencio es ensordecedor entre los dos y no sé que es lo que pasa aquí, pero no puedo dejar de mirarla hasta que de repente el sonido de mi celular interrumpe el momento y por alguna razón los dos nos reímos antes de que yo deba contestar y volver a la realidad que me lleva a ser Gerrard Gauthier, el hombre de negocios con una agenda sumamente ocupada que quisiera no tener en estos momentos para poder seguir hablando con esta mujer.
[GERRARD]Esa misma tardeEl reloj siempre es despiadado conmigo, las horas no me alcanzan para hacer lo que quisiera y es que después de aquel desayuno y la conversación que tuve con Alenka en el auto, volvimos a la empresa y una vez más nos comportamos como los dos profesionales que somos dejándonos consumir por las reuniones, proyectos y demás cosas, y dejando así nuestra pequeña apuesta a un lado.Estoy a punto de irme de la oficina cuando recibo un mensaje a través de la app de citas, es de Roxana y al abrirlo respiro hondo “¿Podemos vernos hoy? Es que mañana tengo que salir de viaje”Miro la hora, 6PM y veo que Alenka aun sigue en su oficina. Camino hacia allí me paro bajo el marco de su puerta y ella se me queda mirando —¿Te puedo ayudar en algo?— Me pregunta confundida.—Roxana quiere adelantar la cita a hoy porque
[GERRARD]Al llegar al lugar del encuentro, prácticamente he salido corriendo del auto como todo un cobarde para intentar evitar todo esto que me genera Alenka y que de verdad me esta asustando como nunca. De cierta manera sé que sería un error gravísimo fijarme en ella por muchos motivos diferentes, pero también supongo que estoy tan confundido que ni siquiera sé lo que siento y no quiero que ella se convierta en ese famoso “clavo” que me ayude a sacar otro clavo.Miro hacia todas partes sabiendo que ella se sentara no muy lejos de donde yo vaya con Roxana, y allí veo a la mujer de la foto de la app. Afortunadamente, no ha mentido con ello, es pelirroja, de ojos verdes y con curvas bastante pronunciadas, más de lo que se aprecia en las fotos diría yo. Disimuladamente miro hacia donde esta Alenka y ella arquea sus cejas como diciéndome “te gane”, pero la verdad es que nada est
[GERRARD]—Me gusta tu edificio— Comento cuando estamos entrando al elegante lobby completamente blanco compuesto por pisos de mármol, paredes con una textura bastante sofisticada e iluminación de ultima moda.—En teoría no es mi edificio— Explica divertida y la miro de inmediato.—Claro— Respondo riéndome de mi mismo —Pero, ya sabes a lo que me refiero.—Lo sé— Dice y una vez frente al elevador, soy yo quien presiona el botón como queriendo ganarle en este movimiento y me mira preguntándome porque he hecho esto.—Soy un caballero— Le dejo saber y mueve su cabeza de un lado hacia otro como si no pudiese creer lo que acaba de escuchar.—No se me romperán las uñas por presionar ese botón, lo hago todos los días— Me dice entre risas y una vez que las puertas se abren, ambos entramos al reduci
[GERRARD]—Tu hija es un encanto— Le digo bajito cuando regresa al salón después de haberla ido a acostar —De verdad que Alai es una niña muy dulce, inteligente, y muy bonita, tienes mucha suerte de ser su madre y ella tiene mucha suerte de tenerte como madre— Hablo con sinceridad y Alenka vuelve a sentarse a mi lado en el sofá.—Muchas gracias, la verdad es que es lo mejor que me paso en la vida, no sé que haría sin ella. No me imagino llegando a casa y no verla, es raro porque cuando quede embarazada creí que mi perfecto mundo había terminado, ya sabes, que iba a ser muy difícil encontrar un trabajo bueno, que iba a tener que dejar mi carrera, en fin, todo eso que te imaginas como mujer en una situación así, pero afortunadamente no me paso nada de todo eso— Expone.Sonrió sin dejar de mirarla mientras que habla —Era imposi
[GERRARD]Al día siguiente: 22 de abrilAnoche cuando me fui del departamento de Alenka, salí bajo la impresión de que todo estaba como siempre entre los dos, pero al caminar este pasillo mientras llego a la oficina el día de hoy, tengo la sensación de que las cosas no son tan así y es que mi mirada y la suya se cruzan, pero no tengo idea de como actuar frente a ella —Buenos días Alenka— La saludo cordialmente, pero en realidad mis instintos me gritan que me acerquen a ella, que le pregunte como se siente con lo que paso anoche y que le insinué que me encanto besarla…Ella me sonríe de manera profesional, algo que realmente no quiero y hace un leve gesto con su cabeza como dándome la bienvenida —Buenos días Gerrard, he dejado la lista de tus reuniones sobre tu escritorio, también hay una reunión importante con los accionistas de Waldior, necesitan
[GERRARD]Tengo a Alenka sentada frente a mi con sus ojos azules clavados en mi ser haciéndome decenas de preguntas por dentro que dudo que se anime a hacerme en voz alta mientras que yo pruebo un bocado del salmón que ordene. Bebo un sorbo de vino, la miro y trato de no delatarme —¿Hablaras o te quedaras callada durante todo el almuerzo?— Pregunto finalmente.—¿Te rechazo?— Indaga finalmente.—Si, digamos que me trato de ser el típico millonario que se pasea con su reloj caro y va a restaurantes buenos para impresionar mujeres y llevárselas a su cama, ya sabes, muy mi estilo… una noche cada una— Expongo sarcásticamente.—¿Y porque no te defendiste?— Averigua.Sonrió, bebo otro sorbo de mi vino y dejo la copa sobre la mesa —Porque Jazmín me hizo ganar una apuesta que tenia muchas ganas de ganar— Sent
[ALENKA]No sé como hacer para que mi corazón no lata de esta manera tan frenética que lo hace en estos momentos. Es una locura, pero desde que salimos de aquel restaurante, la mirada de Gerrard me ha inquietado de sobre manera haciendo que tenga que hacer un gran esfuerzo para no comportarme como una adolecente a la cual el chico más guapo del salón le acaba de decir que esa linda.Tratando de controlar todo este caos interior, recorro el pasillo hacia mi oficina lo más pronto que puedo y una vez que entro, cierro la puerta detrás de mi y voy hacia mi silla para sentarme allí e intento tranquilizarme un poco —¿Qué has hecho Alenka? ¿Te das cuenta de que es el dueño de todo esto? Un paso en falso y te tocara empezar de cero— Me digo a mi misma y es que tengo demasiado miedo —¿Y si solo te quiere llevar a su cama y luego de que se aburra de ti te de
[GERRARD]Su boca podría convertirse en centro de todos mis sueños y fantasías, besarla definitivamente es adictivo y no quiero parar, pero mis pulmones me exigen tomar aire y al hacerlo sonrió sobre sus labios —Eres adictiva Alenka Zielinski— Susurro sobre sus labios y sonríe en respuesta.—Y tu eres un tramposo Gerrard Gauthier— Murmura y clava esos ojazos azules en los míos haciendo que me de cuenta de todo lo que realmente me esta pasando con ella.Me la quedo viendo y de manera instintiva llevo mis dedos a su cabello rubio como el sol y los enredo en este deslizándolos hasta su final y ella me mira con dudas tratando de entender lo que me ocurre —¿En que momento has despertado todo esto en mi? Es que te juro que yo llegue a casa destruido por todo mi pasado y de repente apareces tú y haces que tenga ganas de mirar al futuro, que todo lo que pase pareciera no haber e