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8. Negocios

Camino al lado de Alenka por el sofisticado restaurante que también abre desde la hora del desayuno, y puedo notar como los hombres que hay en el lugar levantan sus cabezas para centrar sus miradas en ella. Sinceramente no los culpo, ella es elegante, muy guapa y posee una figura digna de un catalogo de ropa interior, pero para desgracia de ellos, esta mujer trabaja conmigo y no es ni una modelo ni su secretaria.

—Señor Gauthier— Me saluda el señor Gonzalo Echegaray poniéndose de pie para recibirme.

—¿Él es el empresario?— Me pregunta Alenka mientras observa al hombre de cabello rubio, ojos grises, de cuerpo de gimnasio y algunos años menos que yo que nos saluda.

—Así es, él es el dueño de E.G Fashion— Cuento y ella me mira algo sorprendida.

—Es un poco joven ¿no?— Murmura.

—Ya sabes como es esto ahora, sacan unas prendas, las publican en I*******m y de repente un golpe de suerte hace que un pequeño negocio se convierta en un imperio, pero no importa, tú solo sígueme la corriente— Le pido y nos terminamos de acercar a él —Señor Echegaray, que gusto verlo de nuevo— Digo con mi mejor sonrisa —Permítame presentarle a Alenka Zielinski, mi mano derecha y asesora en la empresa— La presento sin premeditación y él también se la queda mirando un poco más de lo debido.

—¿De verdad eres financista?— Le pregunta mirándola de los pies a la cabeza y por poco le quita el vestido que trae puesto —Tú deberías modelar mi ropa, no estar planeando estrategias financieras— Habla y me paro delante de Alenka.

—Oye, Gonzalo, con todo respeto, pero ubícate ¿si? No creo que a Alenka le hagan gracia ese tipo de comentarios— Le digo seriamente y de pronto siento una mano sobre mi hombro y al girar mi rostro me doy cuenta de que es ella.

—Gerrard, no te preocupes ¿sí? Mejor vayamos a lo que vinimos— Propone y supongo que lo hace para que no perdamos el negocio, pero de verdad me molesta que este tipo haya hecho un comentario tan desubicado como ese.  Él levanta sus manos y la mira —Perdóname Alenka, Gerrard tiene razón, mi comentario fue fuera de lugar, mejor nos tranquilizamos todos y hablamos de negocios ¿sí?— Sugiere y todos asentimos para después sentarnos alrededor de la mesa y ordenar algo de desayunar, aunque admito que actuar normalmente con él no será fácil.

[…]

Tal y como supuse la reunión ha estado bastante tensa y si bien él puede ser un cliente potencial para mi empresa, no estoy seguro de querer trabajar con alguien como él, sobre todo cuando durante todo el desayuno no ha dejado de mirar a Alenka de la manera que lo hizo.

—Gerrard ¿Qué ocurre?— Me pregunta una vez que estamos dentro del vehículo ya en el estacionamiento.

—No voy a trabajar con él— Explico sin rodeos y me mira sorprendida.

—¿Qué? Pero ¿Por qué?— Indaga preocupada —Es un cliente potencial— Expone.

—Es un imbécil, yo no trabajo con tipos así— Respondo de inmediato.

 Ella respira profundo —Gerrard, si es por el comentario que hizo yo…— Deja la frase por la mitad.

—Tú ¿Qué?— Presiono.

Respira profundo y me mira —No quiero sonar como una egocéntrica, pero estoy acostumbrada a esos comentarios. Mi genética ha hecho que sea así físicamente y al parecer a los hombres les llama la atención, pero solo para divertirse un rato nada más ¿entiendes?—

—Pues no deberías acostumbrarte, no esta bien, tipos como ese no deberían hacerte comentarios así, mucho menos cuando vienes a hablar con ellos en un terreno profesional—Expreso firme y me sonríe —¿Qué pasa?— Pregunto al ver la manera que me mira.

—Si le hablas así a una de las mujeres de tus citas, ellas van a caer rendidas a tus pies…— Murmura.

—Creo que ellas quieren que les hablen así, pero tú no… lo tuyo es natural y eso es encantador ¿lo sabes?— Digo y nos quedamos mirando fijamente.

El silencio es ensordecedor entre los dos y no sé que es lo que pasa aquí, pero no puedo dejar de mirarla hasta que de repente el sonido de mi celular interrumpe el momento y por alguna razón los dos nos reímos antes de que yo deba contestar y volver a la realidad que me lleva a ser Gerrard Gauthier, el hombre de negocios con una agenda sumamente ocupada que quisiera no tener en estos momentos para poder seguir hablando con esta mujer.

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